Después de soportar momentos de tensión, la IX Marcha Indígena logró ingresar ayer por la tarde en la ciudad de Caranavi, distante a 180 kilómetros de la sede del Gobierno, pese a que un grupo de sectores afines al oficialismo intentó evitar su cometido.
Un grupo de colonos y mujeres de la organización Bartolina Sisa intentaron formar una barrera humana para que los indígenas ingresen en la población, pero una multitud de vecinos salió a dar encuentro y logró establecer una cadena humana para acompañar a los originarios.
La IX Marcha en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) pide que no se construya el tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el centro del área protegida y se anule una consulta.
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