Juan Chiqueno Picaneray, un ayoreo que a sus 65 años consiguió su título de bachiller, comenta orgulloso que gracias a esto dejó de firmar con la huella dactilar y ahora puede escribir su nombre.
Para él no fue sencillo estudiar, porque asegura que a su edad es más difícil entender, más aún porque nunca había intentado aprender a leer y a escribir, pues las clases se impartían en español, idioma que poco conoce.
Adela Moreno Dosapei (58) está más orgullosa de ser bachiller y asegura que ella tuvo más facilidad en el aprendizaje. Eso se puede percibir cuando se entabla una conversación con ella, porque habla con más fluidez el español, además comenta que en varias oportunidades los estudiantes universitarios la han buscado para que les ayude a comprender la cultura ayorea en sus diferentes aspectos, como la alimentación.
Ejemplo familiar
Los dos hijos de Adela también se interesaron por el estudio. Su hija mayor, de 21 años, salió bachiller el año pasado y ahora ayuda en la guardería de la comunidad. De igual forma su hijo de 15 años está en secundaria y quiere terminar de estudiar antes de entrar al cuartel.
Adela es una de las más preocupadas en recibir orientación para ver las posibilidades que tienen, como pueblo indígena, de continuar estudios, porque asegura que para ellos la situación económica es muy difícil.
Andrés Chiqueno (40) es otro ayoreo que ha comprendido que con el estudio se puede conseguir mejores oportunidades. Ahora que es bachiller intenta buscar un lugar o una ayuda para estudiar una carrera técnica. Está interesado en aprender electricidad, para tener un trabajo más estable.
Andrés trabaja en la Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano (Canob) y también percibe dinero extra por hacer traducciones en su lengua.
Ellos son parte de los 10 ayoreos graduados en la cuarta promoción del Centro de Educación Media para Adultos (CEMA), que funciona en la comunidad Degüi, en el barrio Bolívar de la Villal Primeo de Mayo. Con ellos también egresaron otras 19 personas que no son de la comunidad. El asambleísta ayoreo Suby Picaneray y su esposa también fueron parte de este grupo de graduados.
Del mismo modo, el presidente de la Canob, Arturo Chiqueno (45), fue compañero de este grupo. Él comenta que de niño, cuando tenía seis años de edad, en Rincón del Tigre entró a la escuela para cursar la primaria. Asegura que no fue nada sencillo, porque tuvo que trabajar para costear sus útiles escolares. Luego abandonó la escuela por muchos años hasta que ahora ha decidido alcanzar el bachillerato.
Para los ayoreos dar este paso en el campo educativo ha sido complicado, además en su cultura la educación no es una prioridad. Eso se percibe en el CEMA que funciona en Poza Verde, que es una comunidad ayorea, donde la mayoría de los que estudian allí no son del pueblo indígena, informó Chiqueno.
Asegura que con los años los que viven en la ciudad o sus proximidades han tenido más interés en los estudios.
Convenios firmados
Chiqueno, en calidad de dirigente de la Canob, informó de que han logrado firmar un convenio con la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, y espera que para el próximo año puedan haber ayoreos cursando carreras universitarias, porque hay interesados.
La Canob también firmó convenio con un instituto para que sus afiliados puedan estudiar enfermería, pero hasta ahora ningún ayoreo se ha postulado.
Julia Chiqueno ha sido una de las primeras bachilleres ayoreas. Ella tuvo que estudiar en una escuela regular. Luego, con el apoyo de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob), comenzó a estudiar Trabajo Social en la Universidad Evangélica Boliviana (UEB), pero solo estuvo un año y medio, porque le daban media beca y tenía dificultades para pagar sus estudios.
Julia espera otra oportunidad para continuar sus estudios superiores. Actualmente, ella es responsable de la guardería que funciona en la comunidad Degüi, adonde asisten 50 niños
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domingo, 22 de diciembre de 2013
viernes, 20 de diciembre de 2013
La nación Monkóxi entrega su estatuto
Representantes de la Asamblea Autonómica de la Nación Monkóxi de Lomerío y la Central Indígena de Comunidades Originarias de Lomerío (CICOL), entregaron al Tribunal Constitucional Plurinacional su proyecto de estatuto autonómico.
Los dirigentes indígenas fueron recibidos, en acto especial, por el Magistrado Efren Choque, presidente en ejercicio del TCP, a quien presentaron el documento, hace conocer en un comunicado de prensa el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis).
"Para plasmar nuestra autonomía en base a nuestra realidad como nación Monkóxi y sobre el territorio titulado por el Estado Plurinacional", expresó Pablino Parapaino, miembro de la Asamblea Autonómica del pueblo Monkóxi. /
Los dirigentes indígenas fueron recibidos, en acto especial, por el Magistrado Efren Choque, presidente en ejercicio del TCP, a quien presentaron el documento, hace conocer en un comunicado de prensa el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis).
"Para plasmar nuestra autonomía en base a nuestra realidad como nación Monkóxi y sobre el territorio titulado por el Estado Plurinacional", expresó Pablino Parapaino, miembro de la Asamblea Autonómica del pueblo Monkóxi. /
martes, 17 de diciembre de 2013
15 comunidades guaraníes recibieron tierras en la frontera. ¿Puede haber futuro en un lugar arrasado antes por una guerra?
La tierra prometida no es ningún vergel. Es una llanura árida del tamaño de Nueva York en la que apenas crece pasto. En la tierra prometida no hay un solo pueblo. Y a su alrededor hay apenas unas cuantas haciendas cuyo mayor patrimonio es un puñado de vacas que lucha por sobrevivir entre sequía y sequía. En la tierra prometida habitan sólo seis personas: una pareja, dos de sus hijos y dos solteros que suelen cazar para distraerse. En la tierra prometida no hay agua: la precipitación pluvial es allá de unos 300 milímetros al año, como en un desierto; y apenas da para empapar un poco el suelo. En la tierra prometida los árboles que hay casi ni dan sombra. En la tierra prometida todavía no hay alojamientos, ni escuelas, ni plazoletas, ni iglesias. Tampoco, un centro de salud. En la tierra prometida, hasta hace algunos años, no había absolutamente nada.
La tierra prometida tiene nombre: Yembiguazu, que en castellano quiere decir bajada interminable. Nació en 2007 luego de la titulación de más de 90.000 hectáreas en favor de las comunidades indígenas guaraníes del municipio de Macharetí —perteneciente al departamento de Chuquisaca—. Es hoy un recinto piloto en el que se cría ganado criollo. Ocupa una ancha franja fronteriza en el Chaco, a 17 kilómetros de Paraguay. Y se comunica con el “exterior” gracias a un potente radio operador —el único en la zona— que permite a los colonos anunciar de rato en rato que siguen vivos.
En la tierra prometida, esos mensajes esporádicos tienen más sentido que en ningún otro rincón de Bolivia. Allá, el clima es asesino: 50 grados de temperatura en la temporada caliente; menos de ocho en la fría. Las planicies aburren. El viento está loco.
“Y si te pica una víbora, te puedes dar pronto por muerto”, comenta Leo Castro Céspedes, 44 años, shorts a cuadros, cabello corto, manos con dedos como chorizos.
Leo casi siempre está rodeado de guaraníes —en este momento, lo acompañan dos, ambos acullican con ansiedad hoja de coca—; y podría pasar por un guaraní más si uno no lo conociera. Pero no lo es. Él es un caray (un “hombre blanco”) que ha sido contratado como técnico por el máximo organismo guaraní, la Capitanía, para hacerse cargo del Centro Ganadero Yembiguazu, es decir, para manejar los destinos de la tierra prometida.
La gran aventura
En Macharetí, las comunidades guaraníes son 15: Carandaycito, El Vinal, Totoral, Timboicito, Isipotindi, Tatí, Macharetí Central, Macharetí Estación, Tiguipa, Tiguipa Estación, Tentamí, Tayirenda, Yuki Kaipependi, San José y Ñancaroinza. Entre todas hicieron posible la carretera a la tierra prometida. “El terreno lo tuvimos que localizar con GPS —resume Leo, que no ha dejado un segundo de sudar por culpa de un calor pegajoso y cicatrizante—. Fueron seis meses de faena intensa para hacer brecha, para levantar alrededor de 18 kilómetros de pista. Ya había senderos que habían abierto un tiempo atrás algunas petroleras. Pero no hasta Yembiguazu. La gente que trabajó acá lo hizo todo a puro brazo: con azadón, con hacha y con machete. No se utilizó maquinaria pesada”.
En Yembiguazu, al principio se vivía bajo toldos, bajo carpas. Y el agua había que tomarla de los atajados —diminutas lagunas artificiales para acopiar lluvia— de las propiedades vecinas. Para regalarse un trago, uno debía andar a veces 10, 15, 30 kilómetros de distancia. “Animales y personas bebían de un mismo sitio”, acota Leo.
Luego, se construyó un galpón que ofrecía un mejor cobijo. Y a continuación, el pozo, que tuvo que sumergirse 230 metros para robar algo de líquido a un terreno huraño e implacable, y las viviendas: dos ambientes mínimos, de tres por cuatro, que sirven para poco más que el descanso nocturno, pero que allá son un lujo.
En la tierra prometida, no hay electricidad y se cocina a leña, en una olla común que abastece a todos por igual y que se vacía pronto porque siempre hay hambre. Los cubiertos son un utensilio extraño: se cuenta con los justos para las seis almas en pena que cuidan el punto fronterizo. Y cuando hay visitas, lo que en la India es un símbolo de etiqueta —comer con las manos— se convierte en un acto impulsado por la necesidad.
La dieta suele estar compuesta por granos como el maíz, el arroz o el poroto y hortalizas como la papa o la cebolla, alimentos que dan fuerza para afrontar las tareas del campo. “Hay cosas, como el tomate, que no se consumen porque se dañan rápido —señala Leo—. Y las provisiones las suelo llevar yo desde Macharetí cuando viajo. No me queda de otra. Porque el suelo en Yembiguazu no es bueno para el cultivo”.
Leo se traslada a la tierra prometida en un cuatro por cuatro un par de veces todos los meses —cuando lo hace, se queda una o dos semanas—. Y en el auto, además de víveres, transporta medicamentos para las emergencias: “calmantes para los dolores de cabeza y para los músculos, pastillas para las infecciones internas. Son importantes. Cuando no hay, uno tiene que aguantarse o curar las diarreas con mate y el dolor de muelas con coca, que sirve como anestesia”.
Hoy, debía haber salido para allá —y nosotros con él— porque tenía que carnear una res para la fiesta de aniversario de la Capitanía, que se celebrará en unos días. Pero no ha podido ser porque llovió y la vía está con barro. “Como la topografía es plana, se estanca el agua y es difícil pasar”, dice. Se trata de una ruta sólo para aventureros.
La gran marcha
A los guaraníes de Macharetí, se les ha dado mucho en la última década: ONG e instituciones de todas las siglas y los colores imaginables les han comprado tierras —a veces mejores, a veces peores—. Les han ayudado a armar sus casas y les han dotado de herramientas para que, poco a poco, puedan valerse por sí mismos. En Isipotindi, por ejemplo, colocaron una geomembrana —una gran bolsa de material sintético y capacidad para 20.000 litros— por vivienda para “cosechar” agua de lluvia. Y los acuerdos que permiten a las empresas gasíferas explotar sus territorios han devenido en ingresos antes impensables para que la Capitanía afronte nuevos proyectos.
Pero es tanto lo que les quitaron antes sus expatrones —los hacendados— que cualquier apoyo parece ahora insuficiente. Los terratenientes les robaron la dignidad, el derecho a la educación y a un salario justo y la capacidad de decidir. Les prohibían hablar en guaraní. Les azotaban cuando no rendían lo suficiente, les amenazaban con sus rifles y sus grandes pistolones cuando se rebelaban contra ellos. Los anularon por completo.
Esta situación pegó un vuelco en 1996 gracias a la “Marcha por el territorio, el desarrollo y la participación política de los pueblos indígenas”, que partió en la localidad cruceña de Samaipata, terminó en La Paz y obligó a que se promulgara la Ley INRA —que dio pie la reversión de miles de hectáreas abandonadas a su suerte, baldías— y al reconocimiento de 33 Tierras Comunitarias de Origen. De ahí, surgieron varios líderes que luego fueron la semilla del proceso de emancipación de los guaraníes.
Uno de ellos es Carlos Cuéllar, de 64 años, un señor de lentes, sandalias y voz monótona que se queja a veces de que tiene las rodillas “oxidadas” y que radica en Tentamí, que significa pueblo chico. Para llegar allí hay que contratar un taxi desde Macharetí o tener algo de suerte y cruzarse con un camión de carga que vaya por esas latitudes; y después, atravesar un lindero de árboles fantasmagóricos de ramas peladas.
En Tentamí, los chanchos y las gallinas no hacen caso ni a cercos ni a vallas: campean a sus anchas. Algunas poleras cuelgan de tendederos improvisados y Carlos se recuesta ahora en una silla sencilla. Le toca descansar. Según él, ya caminó bastante cuando era joven. En aquella época, caminaba a veces 60 kilómetros para asistir a las reuniones zonales; caminaba junto a otros compañeros y compañeras —en lo que se denominó “la lucha”— para intentar liberar a sus pares guaraníes de los predios en los que les explotaban; caminaba monte a través, sorteando ríos y cañadas, por donde fuera.
“A mí me decían que los ganaderos me iban a matar, pero yo no tenía ningún miedo. Yo me quedé sin padre muy pronto y sufrí mucho cuando era niño. La poca ropa que tenía la remendaba una y otra vez. Y no quería ese sufrimiento para mis 11 hijos. Por eso, decidí ser dirigente. Para que ellos tuvieran alguito más: por lo menos estudio”.
Ser cabecilla le supuso problemas con la familia: “casi nunca paraba en casa”; le forzó a dejar su chacra casi abandonada: “no podía cultivar porque rara vez —repite— estaba en la comunidad”; y a la fuerza tuvo que abonarse a una economía precaria: “por aquel entonces, no recibíamos ni un sueldito por nuestro liderazgo”, recuerda.
En Tentamí no puede quedarse nadie sin la autorización de alguna figura notable, como Carlos. “Sin nuestro permiso, ni la Policía puede entrar”, interrumpe Apolinar Chuguay, otro comunario. Según Apolinar, son los propios guaraníes los que hacen cumplir las reglas en sus aldeas de postal. “Por una falta leve, multa.
Por una grave, mandamos a hacer adobes al que ha incumplido. Hemos reglamentado hasta los chismes. Si difundes uno y no puedes comprobarlo, tienes que pagar 50 bolivianos”.
Apolinar, que dice no tener tiempo ni para casarse con su pareja —con la que tiene una hija—, representa a los jóvenes que quieren seguir los pasos de los más ancianos, de los “antiguos”, de gente como Carlos, con años de sabiduría y experiencia y mucho por contar. “Ellos son un modelo y todos deberíamos imitarlos”, comenta. Actualmente, Apolinar es responsable de producción e infraestructura de la Capitanía; y su historia no difiere en gran medida de la de otros que hoy cumplen un papel esencial.
“Yo también he conocido la penalidad —relata—. Mi padre era alcohólico y, cuando yo era niño, me pegaba. Me escapé a Villamontes a los 12 años; y allá crecí sin que nadie me colaborara. Vendía helados, ganaba al mes 200 bolivianos y con eso alquilaba un cuarto para guarecerme. Así me tocó a mí. Así es a veces.
Pero, cuando uno lo pasa mal, aprende a pelear. Y yo creo que gracias a eso me convertí en autoridad”.
Tanto para Apolinar como para Carlos, la tierra prometida —Yembiguazu—, más que una línea inacabable que roza la frontera, es ahora —o lo será pronto— una oportunidad. Cada una de las 15 comunidades guaraníes de Macharetí ha recibido alrededor de 5.000 hectáreas de las que pueden disponer cuando les venga en gana y de la manera que quieran. La idea es que, de a poco, se instalen allá más y más colonos: sentar presencia. El objetivo: la prosperidad (o cuando menos algo que se le parezca).
La gran guerra
En la tierra prometida —y más allá de ella—, entre 1932 y 1935, hubo una guerra. En la guerra, dos países pobres, Bolivia y Paraguay, dejaron de ser pobres para comenzar a ser mendigos —y luego tardaron en recuperarse varias décadas—. En la guerra, el territorio agreste que se disputaban —el Chaco Boreal— fue pronto bautizado como “Infierno Verde” por los lugareños. Y en aquel “infierno”, como era de esperar, hubo miles de muertos: 60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos, es decir, los mismos que han caído en los dos últimos años en un conflicto, el sirio, en el que el armamento que se emplea es más mortífero: moderno. En la Guerra del Chaco hubo también una enfermera, una mujer que dejó hace mucho de poner sueros, paños calientes y vendajes, que hoy tiene 103 años y vive al costado de la senda cuya parada final es Yembiguazu.
Angelina Ordóñez, la señora —pelo blanco, chaleco de lana, vestido rosado—, toma el fresco ahora en un asiento con cojines, al lado de una puerta, en medio de un patio. No ve bien; tampoco escucha demasiado.
“Yo no sabía nada de medicina cuando empezó la guerra —confiesa sin hacer esfuerzos por hacer memoria; las escenas, al parecer, aún están nítidas en su cerebro—. Pero mi marido era combatiente y yo quería ayudar. Él ya falleció. Y yo creo que he aguantado tanto por la alimentación, acá todo es natural, más saludable”.
“Lo pasamos mal —añade luego—. Los que venían de otros lados (los paceños, los potosinos, los cochabambinos) no aguantaban el calor y eran los primeros en rendirse. Los de aquí, en cambio, resistían. Ya estaban acostumbrados. Cuando los paraguayos avanzaron, tuve que agarrar a mi primer hijo, de seis años, y huir con unos caballos, dejarlo todo atrás, dormir al aire libre durante varios días, hasta que me acogieron en una comunidad guaraní cerca de Camiri, donde se portaron muy bien conmigo. Cuando retorné, vi que habían prendido fuego a todas mis cosas. Y me tocó empezar de nuevo”.
Cuentan que, por la desesperación, refugiados en la soledad de las trincheras, los soldados devoraban la suela de sus zapatos y bebían sus orines. Los más avispados comían raíces o miel de abeja, pero a veces ni siquiera eso aliviaba el hambre. Y algunos se volvían locos y se suicidaban. Tras este tipo de experiencias traumáticas, lo más lógico sería olvidar —cerrar de a poco las heridas—. Pero lo que más suelen hacer los que las padecieron, como Angelina, es, más bien, todo lo contrario: rememorarlas.
El predio que ocupa la abuela centenaria desde hace años se llama “La Oculta”. Más allá de sus dominios, dicen que todavía hay algunos rastros de la guerra: casquillos de bala, morteros sin explotar, vehículos desguazados, cantimploras, granadas. Y a menos de una hora en carro está Carandaytí, el último gran punto poblado antes de Yembiguazu. Lo de “gran punto poblado” es un decir, porque en realidad se trata de una larga recta llena de construcciones de ladrillo y con muy pocas calles aledañas.
Marcial Cerezo —55 años, guaraní, gorra marrón, camisa blanca con los botones superiores abiertos— suele hacer las compras en Carandaytí porque su comunidad —Carandaycito, a dos kilómetros del pueblo— no produce casi nada. Se traslada en una bicicleta de color verde aceituna. Y comenta que creció de niño rodeado de patrones, en una hacienda donde lo abusaban. “Allá lo único que nos daban era guasca”.
Carandaycito se abre paso en un paraje hostil que comienza donde acaba la energía eléctrica. Y la luz, según Cerezo, no es lo único que les hace falta. “En realidad —afirma—, no tenemos nada. En los periodos más complicados, hasta el agua tenemos que comprarnos: a 160 bolivianos cada cisterna. Los terratenientes se entran a nuestros terrenos porque no nos alcanza a veces ni para alambrar. Y nos enfermamos mucho. Hay algunos que se quejan de dolores en el cuerpo y yo pienso que debe ser por el mal de chagas. Hace cinco años que nadie fumiga. Y se ve vinchuca por todo lado”.
Cuando damos marcha atrás —porque, como dijimos, en estos días no hay paso a la tierra prometida— hacemos una escala en una pensión de Carandaytí donde se habla de los guaraníes como de un vecino incómodo que molesta a cada rato. “Son muy flojos”, brama un taxista que se vanagloria de haber sido nieto de un señor “malo de verdad” que arreglaba los pleitos a tiros. “No miran hacia el futuro, todo se lo tienen que dar”, comenta el dueño del local, un tipo de bigote fino y un apretón revienta manos con el que saluda. “Chupan mucho —dice su esposa acto seguido—. Y no puedes dejar vacas a su cargo porque, al año, ya están muertas. No las cuidan”.
Yembiguazu, sin embargo, la contradice. El proyecto se inició con 106 cabezas (100 vientres y seis toros reproductores) y hoy son más de 600 las que pueden contarse.
La gran esperanza
En Yembiguazu, las personas se levantan a la misma hora que los gallos, a las cuatro o cuatro y media de la mañana, porque siempre hay mucho que hacer, porque son pocos para encargarse de todo. A esa hora, se desayuna y luego se ordeña. Después, los animales pastan, pasean; y los vaqueros guaraníes se dedican a otras tareas: arreglan los cercos para que las reses no se escapen, realizan controles veterinarios de rutina, se cura a los ejemplares que están enfermos. Las jornadas se extienden a veces hasta las seis o seis y media de la tarde. Los días de descanso —feriados y domingos— quedaron fuera del almanaque. Si se suspendiera la actividad una sola fecha, el centro ganadero colapsaría.
En Yembiguazu, a veces se reciben visitas de algunos vecinos que tienen propiedades cerca —al norte, los Tejerina; al sur, los Navia—. Se trata de hacendados empobrecidos que suelen llegar al predio con sus pocillos para tomar un mate. “Se comparte mucho —explica Leo Castro, el caray que no es guaraní, pero que quisiera serlo—. Ha habido cierto acercamiento del ‘blanco’ con el guaraní. Y la relación es ahora de tú a tú. Ya no hay la discriminación hacia el indígena que había antes. La misma naturaleza ha hecho que unos y otros se unan. Por culpa de ella, todos sufren fatalidades”. Cuando se matea, según Leo, suelen pasar muy buenos ratos. “Es genial porque uno se acuerda de todo. La boca arde con el agua caliente y eso que hace que nos volvamos charladores. El mate es para hablar bien de todo; y también mal” (risas).
En Yembiguazu se produce leche, queso y queso estirado. El queso estirado es más largo y fino que el que todos conocemos, parece un rollo de papel higiénico y es famoso en las ferias regionales. Pero no se vende porque es para el autoconsumo. Porque el lugar no es ninguna “fábrica” ni ha sido creado con ánimo de lucro. Porque la tierra prometida es más bien una esperanza. Un territorio en el que los guaraníes visualizan su futuro; y en el que única lógica posible es la supervivencia. Así es y así tendrá que ser al menos durante algunos años. Por el momento, los que viven allá —esa media docena de espíritus valientes— no podrían armar ni siquiera un equipo de fútbol.
La tierra prometida tiene nombre: Yembiguazu, que en castellano quiere decir bajada interminable. Nació en 2007 luego de la titulación de más de 90.000 hectáreas en favor de las comunidades indígenas guaraníes del municipio de Macharetí —perteneciente al departamento de Chuquisaca—. Es hoy un recinto piloto en el que se cría ganado criollo. Ocupa una ancha franja fronteriza en el Chaco, a 17 kilómetros de Paraguay. Y se comunica con el “exterior” gracias a un potente radio operador —el único en la zona— que permite a los colonos anunciar de rato en rato que siguen vivos.
En la tierra prometida, esos mensajes esporádicos tienen más sentido que en ningún otro rincón de Bolivia. Allá, el clima es asesino: 50 grados de temperatura en la temporada caliente; menos de ocho en la fría. Las planicies aburren. El viento está loco.
“Y si te pica una víbora, te puedes dar pronto por muerto”, comenta Leo Castro Céspedes, 44 años, shorts a cuadros, cabello corto, manos con dedos como chorizos.
Leo casi siempre está rodeado de guaraníes —en este momento, lo acompañan dos, ambos acullican con ansiedad hoja de coca—; y podría pasar por un guaraní más si uno no lo conociera. Pero no lo es. Él es un caray (un “hombre blanco”) que ha sido contratado como técnico por el máximo organismo guaraní, la Capitanía, para hacerse cargo del Centro Ganadero Yembiguazu, es decir, para manejar los destinos de la tierra prometida.
La gran aventura
En Macharetí, las comunidades guaraníes son 15: Carandaycito, El Vinal, Totoral, Timboicito, Isipotindi, Tatí, Macharetí Central, Macharetí Estación, Tiguipa, Tiguipa Estación, Tentamí, Tayirenda, Yuki Kaipependi, San José y Ñancaroinza. Entre todas hicieron posible la carretera a la tierra prometida. “El terreno lo tuvimos que localizar con GPS —resume Leo, que no ha dejado un segundo de sudar por culpa de un calor pegajoso y cicatrizante—. Fueron seis meses de faena intensa para hacer brecha, para levantar alrededor de 18 kilómetros de pista. Ya había senderos que habían abierto un tiempo atrás algunas petroleras. Pero no hasta Yembiguazu. La gente que trabajó acá lo hizo todo a puro brazo: con azadón, con hacha y con machete. No se utilizó maquinaria pesada”.
En Yembiguazu, al principio se vivía bajo toldos, bajo carpas. Y el agua había que tomarla de los atajados —diminutas lagunas artificiales para acopiar lluvia— de las propiedades vecinas. Para regalarse un trago, uno debía andar a veces 10, 15, 30 kilómetros de distancia. “Animales y personas bebían de un mismo sitio”, acota Leo.
Luego, se construyó un galpón que ofrecía un mejor cobijo. Y a continuación, el pozo, que tuvo que sumergirse 230 metros para robar algo de líquido a un terreno huraño e implacable, y las viviendas: dos ambientes mínimos, de tres por cuatro, que sirven para poco más que el descanso nocturno, pero que allá son un lujo.
En la tierra prometida, no hay electricidad y se cocina a leña, en una olla común que abastece a todos por igual y que se vacía pronto porque siempre hay hambre. Los cubiertos son un utensilio extraño: se cuenta con los justos para las seis almas en pena que cuidan el punto fronterizo. Y cuando hay visitas, lo que en la India es un símbolo de etiqueta —comer con las manos— se convierte en un acto impulsado por la necesidad.
La dieta suele estar compuesta por granos como el maíz, el arroz o el poroto y hortalizas como la papa o la cebolla, alimentos que dan fuerza para afrontar las tareas del campo. “Hay cosas, como el tomate, que no se consumen porque se dañan rápido —señala Leo—. Y las provisiones las suelo llevar yo desde Macharetí cuando viajo. No me queda de otra. Porque el suelo en Yembiguazu no es bueno para el cultivo”.
Leo se traslada a la tierra prometida en un cuatro por cuatro un par de veces todos los meses —cuando lo hace, se queda una o dos semanas—. Y en el auto, además de víveres, transporta medicamentos para las emergencias: “calmantes para los dolores de cabeza y para los músculos, pastillas para las infecciones internas. Son importantes. Cuando no hay, uno tiene que aguantarse o curar las diarreas con mate y el dolor de muelas con coca, que sirve como anestesia”.
Hoy, debía haber salido para allá —y nosotros con él— porque tenía que carnear una res para la fiesta de aniversario de la Capitanía, que se celebrará en unos días. Pero no ha podido ser porque llovió y la vía está con barro. “Como la topografía es plana, se estanca el agua y es difícil pasar”, dice. Se trata de una ruta sólo para aventureros.
La gran marcha
A los guaraníes de Macharetí, se les ha dado mucho en la última década: ONG e instituciones de todas las siglas y los colores imaginables les han comprado tierras —a veces mejores, a veces peores—. Les han ayudado a armar sus casas y les han dotado de herramientas para que, poco a poco, puedan valerse por sí mismos. En Isipotindi, por ejemplo, colocaron una geomembrana —una gran bolsa de material sintético y capacidad para 20.000 litros— por vivienda para “cosechar” agua de lluvia. Y los acuerdos que permiten a las empresas gasíferas explotar sus territorios han devenido en ingresos antes impensables para que la Capitanía afronte nuevos proyectos.
Pero es tanto lo que les quitaron antes sus expatrones —los hacendados— que cualquier apoyo parece ahora insuficiente. Los terratenientes les robaron la dignidad, el derecho a la educación y a un salario justo y la capacidad de decidir. Les prohibían hablar en guaraní. Les azotaban cuando no rendían lo suficiente, les amenazaban con sus rifles y sus grandes pistolones cuando se rebelaban contra ellos. Los anularon por completo.
Esta situación pegó un vuelco en 1996 gracias a la “Marcha por el territorio, el desarrollo y la participación política de los pueblos indígenas”, que partió en la localidad cruceña de Samaipata, terminó en La Paz y obligó a que se promulgara la Ley INRA —que dio pie la reversión de miles de hectáreas abandonadas a su suerte, baldías— y al reconocimiento de 33 Tierras Comunitarias de Origen. De ahí, surgieron varios líderes que luego fueron la semilla del proceso de emancipación de los guaraníes.
Uno de ellos es Carlos Cuéllar, de 64 años, un señor de lentes, sandalias y voz monótona que se queja a veces de que tiene las rodillas “oxidadas” y que radica en Tentamí, que significa pueblo chico. Para llegar allí hay que contratar un taxi desde Macharetí o tener algo de suerte y cruzarse con un camión de carga que vaya por esas latitudes; y después, atravesar un lindero de árboles fantasmagóricos de ramas peladas.
En Tentamí, los chanchos y las gallinas no hacen caso ni a cercos ni a vallas: campean a sus anchas. Algunas poleras cuelgan de tendederos improvisados y Carlos se recuesta ahora en una silla sencilla. Le toca descansar. Según él, ya caminó bastante cuando era joven. En aquella época, caminaba a veces 60 kilómetros para asistir a las reuniones zonales; caminaba junto a otros compañeros y compañeras —en lo que se denominó “la lucha”— para intentar liberar a sus pares guaraníes de los predios en los que les explotaban; caminaba monte a través, sorteando ríos y cañadas, por donde fuera.
“A mí me decían que los ganaderos me iban a matar, pero yo no tenía ningún miedo. Yo me quedé sin padre muy pronto y sufrí mucho cuando era niño. La poca ropa que tenía la remendaba una y otra vez. Y no quería ese sufrimiento para mis 11 hijos. Por eso, decidí ser dirigente. Para que ellos tuvieran alguito más: por lo menos estudio”.
Ser cabecilla le supuso problemas con la familia: “casi nunca paraba en casa”; le forzó a dejar su chacra casi abandonada: “no podía cultivar porque rara vez —repite— estaba en la comunidad”; y a la fuerza tuvo que abonarse a una economía precaria: “por aquel entonces, no recibíamos ni un sueldito por nuestro liderazgo”, recuerda.
En Tentamí no puede quedarse nadie sin la autorización de alguna figura notable, como Carlos. “Sin nuestro permiso, ni la Policía puede entrar”, interrumpe Apolinar Chuguay, otro comunario. Según Apolinar, son los propios guaraníes los que hacen cumplir las reglas en sus aldeas de postal. “Por una falta leve, multa.
Por una grave, mandamos a hacer adobes al que ha incumplido. Hemos reglamentado hasta los chismes. Si difundes uno y no puedes comprobarlo, tienes que pagar 50 bolivianos”.
Apolinar, que dice no tener tiempo ni para casarse con su pareja —con la que tiene una hija—, representa a los jóvenes que quieren seguir los pasos de los más ancianos, de los “antiguos”, de gente como Carlos, con años de sabiduría y experiencia y mucho por contar. “Ellos son un modelo y todos deberíamos imitarlos”, comenta. Actualmente, Apolinar es responsable de producción e infraestructura de la Capitanía; y su historia no difiere en gran medida de la de otros que hoy cumplen un papel esencial.
“Yo también he conocido la penalidad —relata—. Mi padre era alcohólico y, cuando yo era niño, me pegaba. Me escapé a Villamontes a los 12 años; y allá crecí sin que nadie me colaborara. Vendía helados, ganaba al mes 200 bolivianos y con eso alquilaba un cuarto para guarecerme. Así me tocó a mí. Así es a veces.
Pero, cuando uno lo pasa mal, aprende a pelear. Y yo creo que gracias a eso me convertí en autoridad”.
Tanto para Apolinar como para Carlos, la tierra prometida —Yembiguazu—, más que una línea inacabable que roza la frontera, es ahora —o lo será pronto— una oportunidad. Cada una de las 15 comunidades guaraníes de Macharetí ha recibido alrededor de 5.000 hectáreas de las que pueden disponer cuando les venga en gana y de la manera que quieran. La idea es que, de a poco, se instalen allá más y más colonos: sentar presencia. El objetivo: la prosperidad (o cuando menos algo que se le parezca).
La gran guerra
En la tierra prometida —y más allá de ella—, entre 1932 y 1935, hubo una guerra. En la guerra, dos países pobres, Bolivia y Paraguay, dejaron de ser pobres para comenzar a ser mendigos —y luego tardaron en recuperarse varias décadas—. En la guerra, el territorio agreste que se disputaban —el Chaco Boreal— fue pronto bautizado como “Infierno Verde” por los lugareños. Y en aquel “infierno”, como era de esperar, hubo miles de muertos: 60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos, es decir, los mismos que han caído en los dos últimos años en un conflicto, el sirio, en el que el armamento que se emplea es más mortífero: moderno. En la Guerra del Chaco hubo también una enfermera, una mujer que dejó hace mucho de poner sueros, paños calientes y vendajes, que hoy tiene 103 años y vive al costado de la senda cuya parada final es Yembiguazu.
Angelina Ordóñez, la señora —pelo blanco, chaleco de lana, vestido rosado—, toma el fresco ahora en un asiento con cojines, al lado de una puerta, en medio de un patio. No ve bien; tampoco escucha demasiado.
“Yo no sabía nada de medicina cuando empezó la guerra —confiesa sin hacer esfuerzos por hacer memoria; las escenas, al parecer, aún están nítidas en su cerebro—. Pero mi marido era combatiente y yo quería ayudar. Él ya falleció. Y yo creo que he aguantado tanto por la alimentación, acá todo es natural, más saludable”.
“Lo pasamos mal —añade luego—. Los que venían de otros lados (los paceños, los potosinos, los cochabambinos) no aguantaban el calor y eran los primeros en rendirse. Los de aquí, en cambio, resistían. Ya estaban acostumbrados. Cuando los paraguayos avanzaron, tuve que agarrar a mi primer hijo, de seis años, y huir con unos caballos, dejarlo todo atrás, dormir al aire libre durante varios días, hasta que me acogieron en una comunidad guaraní cerca de Camiri, donde se portaron muy bien conmigo. Cuando retorné, vi que habían prendido fuego a todas mis cosas. Y me tocó empezar de nuevo”.
Cuentan que, por la desesperación, refugiados en la soledad de las trincheras, los soldados devoraban la suela de sus zapatos y bebían sus orines. Los más avispados comían raíces o miel de abeja, pero a veces ni siquiera eso aliviaba el hambre. Y algunos se volvían locos y se suicidaban. Tras este tipo de experiencias traumáticas, lo más lógico sería olvidar —cerrar de a poco las heridas—. Pero lo que más suelen hacer los que las padecieron, como Angelina, es, más bien, todo lo contrario: rememorarlas.
El predio que ocupa la abuela centenaria desde hace años se llama “La Oculta”. Más allá de sus dominios, dicen que todavía hay algunos rastros de la guerra: casquillos de bala, morteros sin explotar, vehículos desguazados, cantimploras, granadas. Y a menos de una hora en carro está Carandaytí, el último gran punto poblado antes de Yembiguazu. Lo de “gran punto poblado” es un decir, porque en realidad se trata de una larga recta llena de construcciones de ladrillo y con muy pocas calles aledañas.
Marcial Cerezo —55 años, guaraní, gorra marrón, camisa blanca con los botones superiores abiertos— suele hacer las compras en Carandaytí porque su comunidad —Carandaycito, a dos kilómetros del pueblo— no produce casi nada. Se traslada en una bicicleta de color verde aceituna. Y comenta que creció de niño rodeado de patrones, en una hacienda donde lo abusaban. “Allá lo único que nos daban era guasca”.
Carandaycito se abre paso en un paraje hostil que comienza donde acaba la energía eléctrica. Y la luz, según Cerezo, no es lo único que les hace falta. “En realidad —afirma—, no tenemos nada. En los periodos más complicados, hasta el agua tenemos que comprarnos: a 160 bolivianos cada cisterna. Los terratenientes se entran a nuestros terrenos porque no nos alcanza a veces ni para alambrar. Y nos enfermamos mucho. Hay algunos que se quejan de dolores en el cuerpo y yo pienso que debe ser por el mal de chagas. Hace cinco años que nadie fumiga. Y se ve vinchuca por todo lado”.
Cuando damos marcha atrás —porque, como dijimos, en estos días no hay paso a la tierra prometida— hacemos una escala en una pensión de Carandaytí donde se habla de los guaraníes como de un vecino incómodo que molesta a cada rato. “Son muy flojos”, brama un taxista que se vanagloria de haber sido nieto de un señor “malo de verdad” que arreglaba los pleitos a tiros. “No miran hacia el futuro, todo se lo tienen que dar”, comenta el dueño del local, un tipo de bigote fino y un apretón revienta manos con el que saluda. “Chupan mucho —dice su esposa acto seguido—. Y no puedes dejar vacas a su cargo porque, al año, ya están muertas. No las cuidan”.
Yembiguazu, sin embargo, la contradice. El proyecto se inició con 106 cabezas (100 vientres y seis toros reproductores) y hoy son más de 600 las que pueden contarse.
La gran esperanza
En Yembiguazu, las personas se levantan a la misma hora que los gallos, a las cuatro o cuatro y media de la mañana, porque siempre hay mucho que hacer, porque son pocos para encargarse de todo. A esa hora, se desayuna y luego se ordeña. Después, los animales pastan, pasean; y los vaqueros guaraníes se dedican a otras tareas: arreglan los cercos para que las reses no se escapen, realizan controles veterinarios de rutina, se cura a los ejemplares que están enfermos. Las jornadas se extienden a veces hasta las seis o seis y media de la tarde. Los días de descanso —feriados y domingos— quedaron fuera del almanaque. Si se suspendiera la actividad una sola fecha, el centro ganadero colapsaría.
En Yembiguazu, a veces se reciben visitas de algunos vecinos que tienen propiedades cerca —al norte, los Tejerina; al sur, los Navia—. Se trata de hacendados empobrecidos que suelen llegar al predio con sus pocillos para tomar un mate. “Se comparte mucho —explica Leo Castro, el caray que no es guaraní, pero que quisiera serlo—. Ha habido cierto acercamiento del ‘blanco’ con el guaraní. Y la relación es ahora de tú a tú. Ya no hay la discriminación hacia el indígena que había antes. La misma naturaleza ha hecho que unos y otros se unan. Por culpa de ella, todos sufren fatalidades”. Cuando se matea, según Leo, suelen pasar muy buenos ratos. “Es genial porque uno se acuerda de todo. La boca arde con el agua caliente y eso que hace que nos volvamos charladores. El mate es para hablar bien de todo; y también mal” (risas).
En Yembiguazu se produce leche, queso y queso estirado. El queso estirado es más largo y fino que el que todos conocemos, parece un rollo de papel higiénico y es famoso en las ferias regionales. Pero no se vende porque es para el autoconsumo. Porque el lugar no es ninguna “fábrica” ni ha sido creado con ánimo de lucro. Porque la tierra prometida es más bien una esperanza. Un territorio en el que los guaraníes visualizan su futuro; y en el que única lógica posible es la supervivencia. Así es y así tendrá que ser al menos durante algunos años. Por el momento, los que viven allá —esa media docena de espíritus valientes— no podrían armar ni siquiera un equipo de fútbol.
lunes, 16 de diciembre de 2013
VIDEO: Guaraníes brasileños piden a Coca-Cola que no compre azúcar de sus tierras
Una comunidad brasileña de indios guaraníes ha pedido a la multinacional Coca-Cola que deje de comprar azúcar de la empresa estadounidense Bunge, que lo obtiene de tierras robadas a esa tribu, informa hoy Survival.
La organización no gubernamental, con sede en Londres, se hace eco del sufrimiento de estos indígenas que, según explica, se ven obligados a vivir en un pequeño trozo de bosque rodeado de cultivos de caña de azúcar, mientras que sus hijos enferman por culpa de los pesticidas.
En un comunicado, Survival señala que Coca-Cola compra azúcar de Bunge, que a su vez obtiene la caña de azúcar de "tierra robada a los guaraníes" por terratenientes para producir, entre otros productos, combustibles biológicos.
La compañía fabricante del refresco se comprometió hace poco con la organización no gubernamental británica Oxfam a no ser cómplice del hurto de tierras a indígenas, una promesa que, según Survival, incumple si mantiene su asociación con Bunge.
"Coca-Cola debe dejar de comprar azúcar de Bunge. Mientras estas empresas se lucran, nosotros nos vemos obligados a soportar hambre, miseria y muertes", afirmó un portavoz guaraní, en unas declaraciones recogidas por Survival.
La comunidad guaraní de Jata Yvary en el Mato Grosso do Sul de Brasil, formada por 370 personas, ha visto como la mayor parte de sus tierras ancestrales se han convertido en plantaciones para Bunge, al tiempo que sufren graves problemas de salud por los pesticidas.
De acuerdo con Survival, las tierras han sido robadas por poderosos rancheros que las utilizan para ganado y para la producción de caña de azúcar y soja.
Los líderes tribales son sistemáticamente asesinados al intentar defender sus derechos y otros miembros de la tribu se suicidan por desesperación, asegura la ONG.
Survival, que también ha hecho un llamamiento a Bunge para que deje de suministrarse en tierras usurpadas, pide a las autoridades brasileñas que protejan la tierra de los guaraníes antes del Mundial de fútbol de 2014.
En cuanto a Coca-Cola, el director de Survival, Stephen Corry, ha subrayado que, mientras su acuerdo con Bunge continúe, la promesa de la empresa contra el robo de tierras "está vacía de contenido".
La organización no gubernamental, con sede en Londres, se hace eco del sufrimiento de estos indígenas que, según explica, se ven obligados a vivir en un pequeño trozo de bosque rodeado de cultivos de caña de azúcar, mientras que sus hijos enferman por culpa de los pesticidas.
En un comunicado, Survival señala que Coca-Cola compra azúcar de Bunge, que a su vez obtiene la caña de azúcar de "tierra robada a los guaraníes" por terratenientes para producir, entre otros productos, combustibles biológicos.
La compañía fabricante del refresco se comprometió hace poco con la organización no gubernamental británica Oxfam a no ser cómplice del hurto de tierras a indígenas, una promesa que, según Survival, incumple si mantiene su asociación con Bunge.
"Coca-Cola debe dejar de comprar azúcar de Bunge. Mientras estas empresas se lucran, nosotros nos vemos obligados a soportar hambre, miseria y muertes", afirmó un portavoz guaraní, en unas declaraciones recogidas por Survival.
La comunidad guaraní de Jata Yvary en el Mato Grosso do Sul de Brasil, formada por 370 personas, ha visto como la mayor parte de sus tierras ancestrales se han convertido en plantaciones para Bunge, al tiempo que sufren graves problemas de salud por los pesticidas.
De acuerdo con Survival, las tierras han sido robadas por poderosos rancheros que las utilizan para ganado y para la producción de caña de azúcar y soja.
Los líderes tribales son sistemáticamente asesinados al intentar defender sus derechos y otros miembros de la tribu se suicidan por desesperación, asegura la ONG.
Survival, que también ha hecho un llamamiento a Bunge para que deje de suministrarse en tierras usurpadas, pide a las autoridades brasileñas que protejan la tierra de los guaraníes antes del Mundial de fútbol de 2014.
En cuanto a Coca-Cola, el director de Survival, Stephen Corry, ha subrayado que, mientras su acuerdo con Bunge continúe, la promesa de la empresa contra el robo de tierras "está vacía de contenido".
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Grupos del Conamaq se enfrentan en toma de sede
COMUNARIOS DE TIERRAS ALTAS PRETENDIERON ENTRAR A LA SEDE UBICADA EN SOPOCACHI. LA POLICÍA TUVO QUE INTERVENIR.
Tras la posesión del nuevo Jiliri Apu Mallku como máxima autoridad, dos grupos del Consejo Nacional de Markas y Allyus del Qullasuyu (Conamaq) se enfrentaron anoche por la toma de la sede de la entidad. Uno de ellos pertenece al grupo de Félix Becerra y el otro grupo corresponde a Hilarión Mamani, quien fue posesionado por el congreso del VIII Jacha Tantachawi, como la nueva autoridad originaria ante cuestionamientos por la legalidad de esa elección.
Al promediar las 19.00 horas, la nueva directiva del Consejo y los representantes de los 16 suyus se dirigieron hasta las instalaciones de la sede, ubicada en la calle Luis Uría de la Oliva, en la zona de Sopocachi. Ante el intento de la toma se tropezaron con el grupo de Becerra, quienes horas antes ya se encontraban en el lugar para impedir el ingreso de las nuevas autoridades originarias.
Ante este enfrentamiento, efectivos de la Policía y bomberos llegaron hasta lugar para apaciguar los ánimos entre los grupos de choque. Según relatos de algunos dirigentes originarios, se agredió a chicotazos a tres personas y se evidenció el destrozo de la puerta de ingreso del inmueble.
La autoridad electa del Conamaq, Hilarión Mamani, explicó que la toma por parte de los 16 suyus fue “pacífica, diplomática y de manera orgánica”.
“Tengo que hacer cumplir los derechos colectivos de los pueblos indígenas originarias. En este momento estamos pidiendo que nos devuelvan la casa, porque esta casa es propia de los indígenas”, sostuvo Mamani.
Becerra, quien apoya la demanda de defensa del Tipnis y el proyecto político de Rafael Quispe, habría cumplido su mandato de dos años, quedando descartado de continuar o reelegirse, pues en las comunidades y los usos y costumbres se prohíbe el prorroguismo, asumiendo la rotación de cargos.
A raíz de esta pugna, el comandante de la Policía, Armando Cerruto, intervino en el problema, solicitando que dirigentes del sector en conflicto ingresar a la sede para dialogar. “La violencia lleva a más violencia, no queremos eso, nosotros queremos pacificar y hablar con algunos representantes para que ingresen a dialogar, porque eso es lo que nos piden quienes están adentro”, dijo a los movilizados.
Mamani, tras la reunión confirmó que los comunarios de tierras altas que llegaron a La Paz desde Oruro, Potosí y Chuquisaca se replegarán hasta hoy en horas de la mañana cuando se posesione la nueva directiva.
“En estos momentos con nuestro comandante nacional hemos quedado que los hermanos de Conamaq van a abandonar y mañana (hoy) estaríamos tomado la casa de los pueblos indígenas, declaró.
Uru muratos exigen renuncia del asambleísta de chipaya
Los uru muratos, que desde la semana anterior se encuentran movilizados exigiendo un curul en la Asamblea Legislativa Departamental, ayer hicieron conocer que además de esta demanda ahora también piden que el asambleísta de Chipaya, Segundino Condori, renuncie y de paso para que el representante de los muratos, Germán Choque pueda asumir su cargo.
Tanto el pueblo de los Uru Chipayas como Uru Murato, pertenecen a la Nación milenaria de los Urus, actualmente esta nación tiene un curul a nivel departamental.
El alcalde comunal Uru Vilañaque, Simiano Valero señaló que se continuará con la vigilia instalada en la glorieta de la Plaza Principal "10 de Febrero" mientras los asambleístas no atiendan a su demanda.
Manifestó que en primera instancia se pide la renuncia inmediata del asambleísta, Segundino Condori para que habilite como titular a Germán Choque que es el representante de los Uru Murato, luego se demanda que se incluya dentro de la propuesta del Estatuto la alternancia entre ambos pueblos para que puedan legislar, es decir que el sector del lago Poopó y Chipaya pueden tener una gestión de dos años y medio.
Mencionó que hace dos años debía renunciar el asambleísta de Chipaya, tal como establece el acuerdo interno firmado entre las poblaciones de los chipayas y los muratos pero esto no sucedió, por eso ahora se plantea la renuncia de Segundino Condori porque no quiso dejar su cargo, adelantó que de no ser escuchados se asumirán otras medidas de presión.
En tanto el representante de los Uru Murato elegido como asambleísta suplemente, Germán Choque, indicó que se tuvo un acuerdo que señalaba que los representantes de ambos pueblos debían legislar durante media gestión, es así que la pasada gestión se presentó una carta a la Asamblea para que el asambleísta de los chipayas renuncie y él pueda asumir su cargo pero a la fecha no existió respuesta.
Mencionó que es necesario tener un representante dentro el ente legislativo para que pueda gestionar proyectos a favor del sector del lago Poopó que actualmente se encuentra abandonado, aseveró que no existe el tal proceso de cambio ni por parte del Gobierno central ni departamental.
Enfatizó que se requieren proyectos camineros, fomento a la pesca, además de trabajos de remediación ambiental, puesto que a la fecha nadie se ocupa de la contaminación que existe en este sector.
Tanto el pueblo de los Uru Chipayas como Uru Murato, pertenecen a la Nación milenaria de los Urus, actualmente esta nación tiene un curul a nivel departamental.
El alcalde comunal Uru Vilañaque, Simiano Valero señaló que se continuará con la vigilia instalada en la glorieta de la Plaza Principal "10 de Febrero" mientras los asambleístas no atiendan a su demanda.
Manifestó que en primera instancia se pide la renuncia inmediata del asambleísta, Segundino Condori para que habilite como titular a Germán Choque que es el representante de los Uru Murato, luego se demanda que se incluya dentro de la propuesta del Estatuto la alternancia entre ambos pueblos para que puedan legislar, es decir que el sector del lago Poopó y Chipaya pueden tener una gestión de dos años y medio.
Mencionó que hace dos años debía renunciar el asambleísta de Chipaya, tal como establece el acuerdo interno firmado entre las poblaciones de los chipayas y los muratos pero esto no sucedió, por eso ahora se plantea la renuncia de Segundino Condori porque no quiso dejar su cargo, adelantó que de no ser escuchados se asumirán otras medidas de presión.
En tanto el representante de los Uru Murato elegido como asambleísta suplemente, Germán Choque, indicó que se tuvo un acuerdo que señalaba que los representantes de ambos pueblos debían legislar durante media gestión, es así que la pasada gestión se presentó una carta a la Asamblea para que el asambleísta de los chipayas renuncie y él pueda asumir su cargo pero a la fecha no existió respuesta.
Mencionó que es necesario tener un representante dentro el ente legislativo para que pueda gestionar proyectos a favor del sector del lago Poopó que actualmente se encuentra abandonado, aseveró que no existe el tal proceso de cambio ni por parte del Gobierno central ni departamental.
Enfatizó que se requieren proyectos camineros, fomento a la pesca, además de trabajos de remediación ambiental, puesto que a la fecha nadie se ocupa de la contaminación que existe en este sector.
domingo, 8 de diciembre de 2013
Aymaras Sin Fronteras instan a aprovechar los recursos hídricos
Para los representantes de la Mancomunidad de Municipios Aymaras Sin Fronteras (MMAsF), aprovechar los recursos hídricos, es una tarea conjunta de las instituciones públicas y privadas para mejorar las condiciones de vida de los pobladores de los municipios y a la vez de la actividad productiva a nivel regional.
Bajo esa premisa, el proyecto "El Agua es Vida" y "Reducción del Riesgo del Desastre y Adaptación al Cambio Climático", de la MMAsF, organizan el "Encuentro de Acuerdos Intergubernativos para el Aprovechamiento de Recursos Hídricos", a realizarse entre el 12 y 13 de diciembre.
Para este efecto se prevé la participación de autoridades municipales y del Gobierno Autónomo Departamental, técnicos, directivos de otras mancomunidades y autoridades nacionales, involucradas en el tema de aprovechamiento de los recursos hídricos.
El coordinador del proyecto "El Agua es Vida", René Plata Aleluya, manifestó que en pasados años se trabajó en la implementación y construcción de atajados, pozos semiprofundos, vigiñas, manejo de bofedales, zanjas de infiltración, prácticas de conservación de suelos y otros trabajos relacionados al aprovechamiento de aguas de lluvia en beneficio del sector de los camélidos.
"Este encuentro busca compartir experiencias y aprendizajes para un mejor aprovechamiento de las aguas de lluvia y conseguir compromisos o acuerdos intergubernativos que permitan atenuar la escasez de agua", señaló.
Las obras arriba mencionadas son resultado del Proyecto "El Agua es Vida" y del "Proyecto de Reducción del Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático". Ambos proyectos fueron financiados por la Cooperación Suiza y se ejecutaron en los municipios de Corque, Santiago de Huayllamarca, San Pedro de Totora y Curahuara de Carangas del departamento de Oruro, que son miembros de la Mancomunidad Aymaras Sin Fronteras.
El jueves se visitará a las obras ejecutadas en Corque y Belén de Andamarca, otra comisión se dirigirá al municipio de Huayllamarca y la tercera a San Pedro de Totora y Curahuara de Carangas.
El viernes se reinstalará la plenaria con los técnicos y autoridades de los municipios, además de los representantes de las instituciones participantes para valorar la experiencia de la MMAsF y firmarán acuerdos que permitan la réplica de las experiencias visitadas.
Bajo esa premisa, el proyecto "El Agua es Vida" y "Reducción del Riesgo del Desastre y Adaptación al Cambio Climático", de la MMAsF, organizan el "Encuentro de Acuerdos Intergubernativos para el Aprovechamiento de Recursos Hídricos", a realizarse entre el 12 y 13 de diciembre.
Para este efecto se prevé la participación de autoridades municipales y del Gobierno Autónomo Departamental, técnicos, directivos de otras mancomunidades y autoridades nacionales, involucradas en el tema de aprovechamiento de los recursos hídricos.
El coordinador del proyecto "El Agua es Vida", René Plata Aleluya, manifestó que en pasados años se trabajó en la implementación y construcción de atajados, pozos semiprofundos, vigiñas, manejo de bofedales, zanjas de infiltración, prácticas de conservación de suelos y otros trabajos relacionados al aprovechamiento de aguas de lluvia en beneficio del sector de los camélidos.
"Este encuentro busca compartir experiencias y aprendizajes para un mejor aprovechamiento de las aguas de lluvia y conseguir compromisos o acuerdos intergubernativos que permitan atenuar la escasez de agua", señaló.
Las obras arriba mencionadas son resultado del Proyecto "El Agua es Vida" y del "Proyecto de Reducción del Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático". Ambos proyectos fueron financiados por la Cooperación Suiza y se ejecutaron en los municipios de Corque, Santiago de Huayllamarca, San Pedro de Totora y Curahuara de Carangas del departamento de Oruro, que son miembros de la Mancomunidad Aymaras Sin Fronteras.
El jueves se visitará a las obras ejecutadas en Corque y Belén de Andamarca, otra comisión se dirigirá al municipio de Huayllamarca y la tercera a San Pedro de Totora y Curahuara de Carangas.
El viernes se reinstalará la plenaria con los técnicos y autoridades de los municipios, además de los representantes de las instituciones participantes para valorar la experiencia de la MMAsF y firmarán acuerdos que permitan la réplica de las experiencias visitadas.
Uru muratos reclaman atención del Gobierno nacional y departamental
Los uru muratos pertenecientes a la Nación legendaria de los Urus reclaman atención del Gobierno nacional y departamental, pues señalan que a la fecha no existe de-
sarrollo en sus comunidades y que este pueblo minoritario quedó olvidado.
El alcalde comunal Uru Villa Ñeque, Simiano Valero, señaló que no existe inversión en proyectos por parte del Gobierno Autónomo Departamental, ni de las autoridades nacionales y manifestó que los gobernantes solo realizan promesas que nunca cumplieron.
Explicó que hace varios años los Uru Puñaka y Villa Ñeque entregaron un proyecto para viviendas comunales, pero hasta ahora no se hizo absolutamente nada, según las autoridades porque no se adjudicaron las obras.
Mencionó que para gestionar proyectos de inversión y hacer que exista más desarrollo en el pueblo minoritario Uru Murato se pidió a la Asamblea Legislativa Departamental incluir en el Estatuto Autonómico un curul para los uru muratos, pero los legisladores no accedieron a su pedido.
Sostuvo que los asambleístas no quieren escuchar su demanda porque dicen que no se puede incluir una representación para los uru muratos dentro el ente legislativo porque no está enmarcado a la norma, además argumentan que la Nación Uru tiene su curul y debe alternarse entre los uru chipayas y uru muratos.
Enfatizó que ellos continuarán con su demanda porque está respaldada por la Constitución Política del Estado (CPE), la Ley Marco de Autonomías y el Régimen Electoral que reconoce a los pueblos indígenas-originarios. Señaló que no se conoce de un artículo específico donde diga que no es viable la inclusión de un curul más y que es inconstitucional.
"No se puede compartir la alternancia de un curul porque como pueblo minoritario Uru Murato la ley faculta, dice donde existen los pueblos minoritarios deben tener un escaño departamental y municipal, eso estamos planteando y tenemos que lograrlo, esa es la visión de las autoridades de las comunidades", sostuvo.
sarrollo en sus comunidades y que este pueblo minoritario quedó olvidado.
El alcalde comunal Uru Villa Ñeque, Simiano Valero, señaló que no existe inversión en proyectos por parte del Gobierno Autónomo Departamental, ni de las autoridades nacionales y manifestó que los gobernantes solo realizan promesas que nunca cumplieron.
Explicó que hace varios años los Uru Puñaka y Villa Ñeque entregaron un proyecto para viviendas comunales, pero hasta ahora no se hizo absolutamente nada, según las autoridades porque no se adjudicaron las obras.
Mencionó que para gestionar proyectos de inversión y hacer que exista más desarrollo en el pueblo minoritario Uru Murato se pidió a la Asamblea Legislativa Departamental incluir en el Estatuto Autonómico un curul para los uru muratos, pero los legisladores no accedieron a su pedido.
Sostuvo que los asambleístas no quieren escuchar su demanda porque dicen que no se puede incluir una representación para los uru muratos dentro el ente legislativo porque no está enmarcado a la norma, además argumentan que la Nación Uru tiene su curul y debe alternarse entre los uru chipayas y uru muratos.
Enfatizó que ellos continuarán con su demanda porque está respaldada por la Constitución Política del Estado (CPE), la Ley Marco de Autonomías y el Régimen Electoral que reconoce a los pueblos indígenas-originarios. Señaló que no se conoce de un artículo específico donde diga que no es viable la inclusión de un curul más y que es inconstitucional.
"No se puede compartir la alternancia de un curul porque como pueblo minoritario Uru Murato la ley faculta, dice donde existen los pueblos minoritarios deben tener un escaño departamental y municipal, eso estamos planteando y tenemos que lograrlo, esa es la visión de las autoridades de las comunidades", sostuvo.
Guaraníes practican una nueva ganadería comunitaria y sostenible
La vida en las comunidades de Itatiki e Ipitakuape -ubicadas en el municipio de Charagua, al sureste de Santa Cruz- transcurre sin prisa entre árboles frondosos, un calor abrasador y campos lozanos. En medio de este paraíso terrenal se practica una ganadería comunitaria y sostenible que busca enfrentar los efectos de la sequía.
Dos horas de viaje desde Charagua, por un camino de arcilla y piedra, conducen a estas comunidades guaraníes, que desde hace tres años aplican silvopasturas y cosechan agua a través de atajados y aljibes de geomembranas, con el fin de tener agua y forraje todo el año para su ganado.
La implementación de este sistema parte de una iniciativa comunal con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) Cordillera, que a partir de los saberes locales impartió conocimientos técnicos para el aprovechamiento de los recursos hídricos y naturales de la zona.
Esto -indica Delcy Medina, productora comunal- no sólo les permite asegurar la alimentación de los animales, sino que, al tratarse de un proyecto sostenible y en comunidad, todos se benefician de la leche y el queso que producen, y evitan la deforestación de la tierra con la técnica de monte diferido, que restringe el acceso del ganado en época de lluvia para que las forrajeras nativas crezcan.
"Antes la comunidad se dedicaba a la ganadería al aire libre y morían las vacas por falta de forraje. Ahora se alimentan sólo de un área y cuando el pasto se acaba, sembramos para que vuelva a crecer con la lluvia. Toda la comunidad ayuda en el trabajo y cada uno es libre de venir a ordeñar para su familia”, comenta la agricultora.
La última década, el Chaco cruceño vivió periodos críticos de sequía que modificaron el calendario agrícola por el retraso y la discontinuidad de las lluvias. Si antes la época seca duraba de abril a noviembre, ahora puede extenderse hasta diciembre o terminar en octubre. Y es impredecible.
Al respecto, Alejandra Ansaldo, directora de CIPCA Cordillera, afirma que "las sequías son inevitables, pero depende de la capacidad de adaptación de las comunidades y de los mecanismos que desarrollen para amortiguar los efectos del cambio climático”.
De esta manera, en 2010 CIPCA Cordillera entregó a Itatiki 20 vaquillas criollas y un toro reproductor. A la fecha, y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones, ya cuentan con 45 vaquillas y 15 terneros que habitan en un terreno de 2.100 hectáreas.
Las 35 familias beneficiadas tienen dos atajados construidos mediante movimiento de tierra, que son alimentados por el escurrimiento superficial de la precipitación pluvial. Esto permite almacenar agua que se aprovecha más en la temporada seca.
También construyeron un aljibe de geomembrana, de 20.000 litros, que utilizan para recoger, almacenar y preservar el agua de lluvia, a través de canaletas que conducen el agua del techo a este depósito, que luego transportan a bebederos para consumo de los animales.
En Ipitakuape, en cambio, después de recuperar 62.000 hectáreas para la comunidad, este año habilitaron un atajado con capacidad de 15.000 litros y empezarán con la cosecha de agua que beneficiará a sus 70 cabezas de ganado y 17 terneros.
"Hay buen interés de la gente en este proyecto. Las familias participan activamente en la siembra de pasto y en el cuidado del ganado. Es un trabajo en conjunto que busca el bien común”, dice Rolando Villagra, técnico de CIPCA.
Ese entusiasmo de los comunarios los está impulsando a producir leche para el desayuno escolar de la zona y también transformarla en yogur, mantequilla y queso para el consumo local.
Pero antes de alcanzar este objetivo, buscan el crecimiento de su ganado, al que cuidan con esmero y dedicación. "Hicimos una capacitación sobre el cuidado del ganado. Ahora sabemos qué enfermedades pueden sufrir y las vacunas que hay que aplicar. Además tenemos un encargado que los supervisa todo el día”, explica Javier Cochegua, capitán comunal de Itatiki.
Cochegua se encarga del cuidado de las hembras preñadas, del destete de las crías, supervisa que tengan agua y los lleva a pastorear en las silvopasturas, que consisten en una combinación de árboles y arbustos con pasto o leguminosas nativas e introducidas.
De la siembra y cuidado del pasto, no obstante, es responsable toda la comunidad, que con picota y pala en mano derraman las semillas, remueven la tierra seca y retiran árboles sin valor forestal, cortan el pasto cuando está a 15 centímetros del suelo y secan el que se desparrama en el terreno.
"Este proyecto es una gran ayuda para salir de la pobreza y también para tener una actividad diaria por el bien de la comunidad. Poco a poco estamos viendo los resultados y nos sentimos satisfechos por mejorar nuestras condiciones de vida”, dice Ángel Avelino, capitán comunal de Ipitakuape.
Como él, el resto de los comunarios siente el mismo entusiasmo que los impulsa a continuar con estas prácticas de aprovechamiento sostenible del agua en la ganadería que, por los resultados obtenidos, es un modelo para comunidades vecinas con el deseo de repetir esta experiencia.
68
familias
de las comunidades Ipitakuape e Itatiki se benefician de estos proyectos.
Dos horas de viaje desde Charagua, por un camino de arcilla y piedra, conducen a estas comunidades guaraníes, que desde hace tres años aplican silvopasturas y cosechan agua a través de atajados y aljibes de geomembranas, con el fin de tener agua y forraje todo el año para su ganado.
La implementación de este sistema parte de una iniciativa comunal con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) Cordillera, que a partir de los saberes locales impartió conocimientos técnicos para el aprovechamiento de los recursos hídricos y naturales de la zona.
Esto -indica Delcy Medina, productora comunal- no sólo les permite asegurar la alimentación de los animales, sino que, al tratarse de un proyecto sostenible y en comunidad, todos se benefician de la leche y el queso que producen, y evitan la deforestación de la tierra con la técnica de monte diferido, que restringe el acceso del ganado en época de lluvia para que las forrajeras nativas crezcan.
"Antes la comunidad se dedicaba a la ganadería al aire libre y morían las vacas por falta de forraje. Ahora se alimentan sólo de un área y cuando el pasto se acaba, sembramos para que vuelva a crecer con la lluvia. Toda la comunidad ayuda en el trabajo y cada uno es libre de venir a ordeñar para su familia”, comenta la agricultora.
La última década, el Chaco cruceño vivió periodos críticos de sequía que modificaron el calendario agrícola por el retraso y la discontinuidad de las lluvias. Si antes la época seca duraba de abril a noviembre, ahora puede extenderse hasta diciembre o terminar en octubre. Y es impredecible.
Al respecto, Alejandra Ansaldo, directora de CIPCA Cordillera, afirma que "las sequías son inevitables, pero depende de la capacidad de adaptación de las comunidades y de los mecanismos que desarrollen para amortiguar los efectos del cambio climático”.
De esta manera, en 2010 CIPCA Cordillera entregó a Itatiki 20 vaquillas criollas y un toro reproductor. A la fecha, y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones, ya cuentan con 45 vaquillas y 15 terneros que habitan en un terreno de 2.100 hectáreas.
Las 35 familias beneficiadas tienen dos atajados construidos mediante movimiento de tierra, que son alimentados por el escurrimiento superficial de la precipitación pluvial. Esto permite almacenar agua que se aprovecha más en la temporada seca.
También construyeron un aljibe de geomembrana, de 20.000 litros, que utilizan para recoger, almacenar y preservar el agua de lluvia, a través de canaletas que conducen el agua del techo a este depósito, que luego transportan a bebederos para consumo de los animales.
En Ipitakuape, en cambio, después de recuperar 62.000 hectáreas para la comunidad, este año habilitaron un atajado con capacidad de 15.000 litros y empezarán con la cosecha de agua que beneficiará a sus 70 cabezas de ganado y 17 terneros.
"Hay buen interés de la gente en este proyecto. Las familias participan activamente en la siembra de pasto y en el cuidado del ganado. Es un trabajo en conjunto que busca el bien común”, dice Rolando Villagra, técnico de CIPCA.
Ese entusiasmo de los comunarios los está impulsando a producir leche para el desayuno escolar de la zona y también transformarla en yogur, mantequilla y queso para el consumo local.
Pero antes de alcanzar este objetivo, buscan el crecimiento de su ganado, al que cuidan con esmero y dedicación. "Hicimos una capacitación sobre el cuidado del ganado. Ahora sabemos qué enfermedades pueden sufrir y las vacunas que hay que aplicar. Además tenemos un encargado que los supervisa todo el día”, explica Javier Cochegua, capitán comunal de Itatiki.
Cochegua se encarga del cuidado de las hembras preñadas, del destete de las crías, supervisa que tengan agua y los lleva a pastorear en las silvopasturas, que consisten en una combinación de árboles y arbustos con pasto o leguminosas nativas e introducidas.
De la siembra y cuidado del pasto, no obstante, es responsable toda la comunidad, que con picota y pala en mano derraman las semillas, remueven la tierra seca y retiran árboles sin valor forestal, cortan el pasto cuando está a 15 centímetros del suelo y secan el que se desparrama en el terreno.
"Este proyecto es una gran ayuda para salir de la pobreza y también para tener una actividad diaria por el bien de la comunidad. Poco a poco estamos viendo los resultados y nos sentimos satisfechos por mejorar nuestras condiciones de vida”, dice Ángel Avelino, capitán comunal de Ipitakuape.
Como él, el resto de los comunarios siente el mismo entusiasmo que los impulsa a continuar con estas prácticas de aprovechamiento sostenible del agua en la ganadería que, por los resultados obtenidos, es un modelo para comunidades vecinas con el deseo de repetir esta experiencia.
68
familias
de las comunidades Ipitakuape e Itatiki se benefician de estos proyectos.
sábado, 7 de diciembre de 2013
GOBIERNO INFORMA A YURACARÉS
Personeros del Ministerio de la Presidencia y de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf), Regional trópico de Cochabamba, fueron parte de la asamblea de las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) Yuracaré.
La comunidad indígena de Remanzo, a orillas del río Chapare del municipio de Chimoré, fue sede del evento, en el cual participaron más de 100 caciques, corregidores y delegados de las 22 comunidades que forman parte del Concejo Indígena Yuracaré (Coniyura).
Un boletín del Ministerio de la Presidencia señala que en el evento realizado durante tres días se evaluaron y planificaron los nuevos emprendimientos, programas y proyectos en el marco de la Estrategia para la Erradicación de la Extrema Pobreza en las Comunidades Indígenas.
El director ejecutivo de Ademaf, Gral. Luis Fernando Alcázar, y Jhonny Rappu, director regional de Ademaf Trópico, brindaron informes sobre la inversión estatal realizada en esa región en diversos proyectos.
La comunidad indígena de Remanzo, a orillas del río Chapare del municipio de Chimoré, fue sede del evento, en el cual participaron más de 100 caciques, corregidores y delegados de las 22 comunidades que forman parte del Concejo Indígena Yuracaré (Coniyura).
Un boletín del Ministerio de la Presidencia señala que en el evento realizado durante tres días se evaluaron y planificaron los nuevos emprendimientos, programas y proyectos en el marco de la Estrategia para la Erradicación de la Extrema Pobreza en las Comunidades Indígenas.
El director ejecutivo de Ademaf, Gral. Luis Fernando Alcázar, y Jhonny Rappu, director regional de Ademaf Trópico, brindaron informes sobre la inversión estatal realizada en esa región en diversos proyectos.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Guaraníes advierten escasez de fruta por sequía
El capitán grande de la comunidad Tarairi del municipio de Villa Montes del departamento de Tarija, Marcos Guzmán Castillo, señaló que la producción agropecuaria fue poca, debido a los cambios climáticos de este año, como la sequía, por lo que anunció causará la escasez de fruta para el próximo año.
El dirigente indígena cuestionó la falta de apoyo de las autoridades municipales, porque dijo que no contaron con ninguna ayuda para sacar adelante la producción en el Chaco.
“Hasta el momento nada, no tenemos nada, ni un apoyo de la Alcaldía, ni de la Gobernación, seguimos ahorita lamentando. No habrá mucha fruta por el tema de la seguía”, declaró Guzmán a radio Aclo de la Red Erbol.
Mientras que Nemecio Paniagua Villanueva, presidente de la Asociación de Piscicultores de la provincia Gran Chaco, calificó de positiva la inversión que hicieron las autoridades de Villa Montes en su sector.
El dirigente indígena cuestionó la falta de apoyo de las autoridades municipales, porque dijo que no contaron con ninguna ayuda para sacar adelante la producción en el Chaco.
“Hasta el momento nada, no tenemos nada, ni un apoyo de la Alcaldía, ni de la Gobernación, seguimos ahorita lamentando. No habrá mucha fruta por el tema de la seguía”, declaró Guzmán a radio Aclo de la Red Erbol.
Mientras que Nemecio Paniagua Villanueva, presidente de la Asociación de Piscicultores de la provincia Gran Chaco, calificó de positiva la inversión que hicieron las autoridades de Villa Montes en su sector.
Mojeños inician campaña para que no se “mate” a El Choré
La Central de Comunidades del Pueblo Indígena Mojeño (CCPIM) realiza una campaña informativa destinada a generar conciencia -en las áreas urbanas fundamentalmente- sobre la importancia de conservar a los árboles de la Reserva Natural El Choré del departamento de Santa Cruz.
Para los indígenas si no se para la deforestación indiscriminada de árboles en la Reserva, la población boliviana será la afectada, sobre todo en su soberanía y seguridad alimentaria.
En El Choré, de un millón de hectáreas de tierras, se encuentra la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) El Pallar de los pueblos Mojeño y Yuracaré, de una superficie de 78.655 hectáreas, pero la zona ecológica sufre hace años la invasión de loteadores, colonos y madereros, que tumban el bosque para hacer negocios, hicieron conocer dirigentes indígenas.
El vicepresidente de la Ccpim, David Pérez Rapu, señaló que se busca hacer conocer a la población la importancia de la Reserva Natural y sus bosques, que están seriamente afectados por la deforestación indiscriminada.
“Como pueblo mojeño trabajamos una estrategia comunicacional para hacer conocer la importancia del bosque, la importancia del territorio, la importancia de las reservas forestales. Una de ellas es la de El Choré, dentro de la cual está nuestro territorio. Estamos preocupados por los daños ambientales que ya estamos sintiendo”, aseguró el mojeño.
La organización indígena realiza presentaciones en las que informa sobre la situación de El Chore con la exposición de datos y argumentada con estudios de campo. Hasta ahora, llegaron con este mensaje a la Alcaldía de Yapacaní, a la Agencia para el Desarrollo de Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), presidida por el takana Adolfo Chávez.
Pérez anunció que se reunirán con el empresariado de Santa Cruz, con las y los universitarios de la Universidad Gabriel René Moreno (Uagrm), con el Comité Pro Santa Cruz, entre otras instituciones, para convocarlas a defender esta reserva forestal y territorio indígena.
“Queremos hacer una presentación en banner para exponerla una vez al mes en la Manzana Uno; empezar nuestras presentaciones con bailes de macheteros; realizar visitas guiadas a la zona, para lo cual ya tenemos un bote con capacidad para 40 personas; queremos iniciar una estrategia de reforestación de zonas desforestadas por la invasión en El Choré, queremos tener apoyo de la sociedad”, puntualizó.
Para los indígenas si no se para la deforestación indiscriminada de árboles en la Reserva, la población boliviana será la afectada, sobre todo en su soberanía y seguridad alimentaria.
En El Choré, de un millón de hectáreas de tierras, se encuentra la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) El Pallar de los pueblos Mojeño y Yuracaré, de una superficie de 78.655 hectáreas, pero la zona ecológica sufre hace años la invasión de loteadores, colonos y madereros, que tumban el bosque para hacer negocios, hicieron conocer dirigentes indígenas.
El vicepresidente de la Ccpim, David Pérez Rapu, señaló que se busca hacer conocer a la población la importancia de la Reserva Natural y sus bosques, que están seriamente afectados por la deforestación indiscriminada.
“Como pueblo mojeño trabajamos una estrategia comunicacional para hacer conocer la importancia del bosque, la importancia del territorio, la importancia de las reservas forestales. Una de ellas es la de El Choré, dentro de la cual está nuestro territorio. Estamos preocupados por los daños ambientales que ya estamos sintiendo”, aseguró el mojeño.
La organización indígena realiza presentaciones en las que informa sobre la situación de El Chore con la exposición de datos y argumentada con estudios de campo. Hasta ahora, llegaron con este mensaje a la Alcaldía de Yapacaní, a la Agencia para el Desarrollo de Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), presidida por el takana Adolfo Chávez.
Pérez anunció que se reunirán con el empresariado de Santa Cruz, con las y los universitarios de la Universidad Gabriel René Moreno (Uagrm), con el Comité Pro Santa Cruz, entre otras instituciones, para convocarlas a defender esta reserva forestal y territorio indígena.
“Queremos hacer una presentación en banner para exponerla una vez al mes en la Manzana Uno; empezar nuestras presentaciones con bailes de macheteros; realizar visitas guiadas a la zona, para lo cual ya tenemos un bote con capacidad para 40 personas; queremos iniciar una estrategia de reforestación de zonas desforestadas por la invasión en El Choré, queremos tener apoyo de la sociedad”, puntualizó.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Asambleísta ayuna demandando mayor representación para urus
El asambleísta Segundino Condori Condori se declaró ayer en huelga de hambre en el salón de sesiones de la Asamblea Legislativa Departamental de Oruro (ALDO), pidiendo una representación más para los urus, pues actualmente sólo tienen un curul por los Uru Muratos y por los Uru Chipayas, habiendo sido reconocidas como dos naciones indígena-originario-campesinas, por separado.
Ayer, durante la sesión en la que se aprueba el Estatuto Autonómico de Oruro, se llegó en horas de la tarde al artículo 22, que determina la composición de la Asamblea Departamental, y fue la propuesta de los urus contar con dos representantes por las dos naciones indígena-originario-campesinas, llegando a ser 34 los asambleístas y no 33 como hasta ahora, pero esto fue rechazado a través del voto mayoritario.
Condori, expresó que su propuesta es en base a la Ley Marco de Autonomías, en la que se establece que serán los estatutos autonómicos los que determinen la cantidad de asambleístas con que contarán y que las circunscripciones especiales para el departamento serán de acuerdo a las naciones que sean reconocidas.
"La ley establece que deben ser reconocidas las minorías, son dos naciones: Uru Chipaya y Uru Murato, y cada una debe contar con su representante, y esto no quieren los asambleístas, al parecer, se trata de egoísmo porque se sabe que los aymaras nos quieren hacer desaparecer", manifestó el asambleísta representante de Chipaya.
Fue un artículo bastante discutido, ya que algunos asambleístas apoyaron la posición de Condori, pero la mayoría no lo hizo, arguyendo que es el Tribunal Electoral el que debe determinar esta asignación de un representante más.
Al haber dos posiciones encontradas, el presidente de la ALDO, Trifón Lamas, sometió a votación, en la que ganó que se mantengan los 33 asambleístas, sin incrementar ninguno, esto molestó al representante chipaya y ahora con la extrema medida pide la reconsideración de este artículo.
Hoy la sesión se iniciará a las 8:00 horas y se espera que el conflicto sea resuelto por consenso.
Ayer, durante la sesión en la que se aprueba el Estatuto Autonómico de Oruro, se llegó en horas de la tarde al artículo 22, que determina la composición de la Asamblea Departamental, y fue la propuesta de los urus contar con dos representantes por las dos naciones indígena-originario-campesinas, llegando a ser 34 los asambleístas y no 33 como hasta ahora, pero esto fue rechazado a través del voto mayoritario.
Condori, expresó que su propuesta es en base a la Ley Marco de Autonomías, en la que se establece que serán los estatutos autonómicos los que determinen la cantidad de asambleístas con que contarán y que las circunscripciones especiales para el departamento serán de acuerdo a las naciones que sean reconocidas.
"La ley establece que deben ser reconocidas las minorías, son dos naciones: Uru Chipaya y Uru Murato, y cada una debe contar con su representante, y esto no quieren los asambleístas, al parecer, se trata de egoísmo porque se sabe que los aymaras nos quieren hacer desaparecer", manifestó el asambleísta representante de Chipaya.
Fue un artículo bastante discutido, ya que algunos asambleístas apoyaron la posición de Condori, pero la mayoría no lo hizo, arguyendo que es el Tribunal Electoral el que debe determinar esta asignación de un representante más.
Al haber dos posiciones encontradas, el presidente de la ALDO, Trifón Lamas, sometió a votación, en la que ganó que se mantengan los 33 asambleístas, sin incrementar ninguno, esto molestó al representante chipaya y ahora con la extrema medida pide la reconsideración de este artículo.
Hoy la sesión se iniciará a las 8:00 horas y se espera que el conflicto sea resuelto por consenso.
martes, 3 de diciembre de 2013
Lidema capacitó a jóvenes mosetenes en gestión territorial
La Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) capacitó en los últimos días a cincuenta jóvenes del Pueblo Indígena Mosetén en temas de gestión territorial de los recursos naturales.
Esta capacitación se realizó en Santa Ana de Mosetén y Palos Blancos, provincia Sud Yungas, del departamento de La Paz en el marco de autonomía municipal e indígena.
El responsable del Proyecto Transiciones de Lidema, Michael Schaub, explicó que la finalidad del curso fue fortalecer las capacidades en gestión territorial de los recursos naturales a través del diálogo e intercambio de experiencias, tanto con expertos como con otros pueblos indígenas como los Lecos de Larecaja y los Guaraníes.
Asimismo, se recogieron insumos referentes a los problemas existentes sobre el tema con el propósito de incidir en la construcción de la carta orgánica del municipio de Palos Blancos.
Se abordaron temas como impactos y gestión territorial de las industrias extractivas que tienen que ver con la exploración hidrocarburífera del bloque Liquimuni y la minería aurífera en el Territorio Comunitario de Origen Mosetén, entre otros.
La capacitación y las exposiciones estuvieron a cargo los técnicos y consultores Marcelino Chairiqui, Quintín Valeroso, Teodoro Gómez, Jorge Salgado y Michael Schaub.
Esta capacitación se realizó en Santa Ana de Mosetén y Palos Blancos, provincia Sud Yungas, del departamento de La Paz en el marco de autonomía municipal e indígena.
El responsable del Proyecto Transiciones de Lidema, Michael Schaub, explicó que la finalidad del curso fue fortalecer las capacidades en gestión territorial de los recursos naturales a través del diálogo e intercambio de experiencias, tanto con expertos como con otros pueblos indígenas como los Lecos de Larecaja y los Guaraníes.
Asimismo, se recogieron insumos referentes a los problemas existentes sobre el tema con el propósito de incidir en la construcción de la carta orgánica del municipio de Palos Blancos.
Se abordaron temas como impactos y gestión territorial de las industrias extractivas que tienen que ver con la exploración hidrocarburífera del bloque Liquimuni y la minería aurífera en el Territorio Comunitario de Origen Mosetén, entre otros.
La capacitación y las exposiciones estuvieron a cargo los técnicos y consultores Marcelino Chairiqui, Quintín Valeroso, Teodoro Gómez, Jorge Salgado y Michael Schaub.
viernes, 29 de noviembre de 2013
Conamaq formaliza alianza con Partido Verde y espera a Cidob
Tras la firma de alianza entre el Partido Verde de Bolivia (PVB) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), para estructurarse políticamente y enfrentar las elecciones de 2014, el dirigente indígena Rafael Quispe afirmó que el acuerdo se realizó bajo la condición de destituir de la candidatura para Presidencia al expresidente Jorge Quiroga como lo había anunciado el frente ecologista. Para la Vicepresidencia se anuncia a Margot Soria, jefa del PVB.
“Nosotros para aliarnos con el Partido Verde preguntamos si van a poner como candidato a Tuto Quiroga, pero ellos nos dijeron que no, entonces por eso aceptamos el acuerdo, porque creemos que este partido político debe ser una nueva alternativa de país sin personajes del pasado (…) sabemos que Soria será candidata a la Vicepresidencia ahora buscaremos la integración de la clase media y de los indígenas”, señaló Quispe.
El acuerdo se firmó públicamente con una celebración ancestral en presencia de representantes de ese frente político en Bolivia y de otros países. Según Soria, el PVB tiene el respaldo de organizaciones e instituciones no gubernamentales para enfrentar las elecciones de 2014 y que además lo que buscarán será obtener representación de bancada en el Legislativo.
“Estamos haciendo el primer acuerdo formal enmarcado en una resolución del 5 y 6 de octubre a través de una reunión nacional que se efectuó en Cochabamba donde se decidió que la metodología y el mecanismo para presentarse a las elecciones es construir una plataforma basados en la vida, la justicia y la igualdad, esta plataforma va a integrar a todas las formas sociales políticas que quieran un acuerdo con el Partido Verde”, afirmó Soria.
Develó que el PVB tiene acercamientos con el Conamaq que data desde la octava marcha del Tipnis, y que ese frente político respaldo a los marchistas que rechazaron la construcción de la carretera por el medio de ese territorio natural, y resaltó que la alianza con la organización indígena “no es improvisada”.
La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) también sería parte de este acuerdo y solamente resta la firma del convenio, pues el miércoles se afirmó que este sector irá junto a Conamaq a las elecciones de 2014.
“Nosotros para aliarnos con el Partido Verde preguntamos si van a poner como candidato a Tuto Quiroga, pero ellos nos dijeron que no, entonces por eso aceptamos el acuerdo, porque creemos que este partido político debe ser una nueva alternativa de país sin personajes del pasado (…) sabemos que Soria será candidata a la Vicepresidencia ahora buscaremos la integración de la clase media y de los indígenas”, señaló Quispe.
El acuerdo se firmó públicamente con una celebración ancestral en presencia de representantes de ese frente político en Bolivia y de otros países. Según Soria, el PVB tiene el respaldo de organizaciones e instituciones no gubernamentales para enfrentar las elecciones de 2014 y que además lo que buscarán será obtener representación de bancada en el Legislativo.
“Estamos haciendo el primer acuerdo formal enmarcado en una resolución del 5 y 6 de octubre a través de una reunión nacional que se efectuó en Cochabamba donde se decidió que la metodología y el mecanismo para presentarse a las elecciones es construir una plataforma basados en la vida, la justicia y la igualdad, esta plataforma va a integrar a todas las formas sociales políticas que quieran un acuerdo con el Partido Verde”, afirmó Soria.
Develó que el PVB tiene acercamientos con el Conamaq que data desde la octava marcha del Tipnis, y que ese frente político respaldo a los marchistas que rechazaron la construcción de la carretera por el medio de ese territorio natural, y resaltó que la alianza con la organización indígena “no es improvisada”.
La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) también sería parte de este acuerdo y solamente resta la firma del convenio, pues el miércoles se afirmó que este sector irá junto a Conamaq a las elecciones de 2014.
Conamaq adelanta cita para elegir Jiliri
Las 16 Naciones Originarias del Concejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo (Conamaq) decidieron ayer en una reunión que el VIII Jacha Tantachawi o congreso se realice este 8, 9 y 10 de diciembre, en el coliseo cerrado Julio Borelli, en la ciudad de La Paz, con el fin de elegir al nuevo Jiliri o la máxima autoridad originaria. La reunión programada para el 14 y 15 de ese mes, en Potosí, fue suspendida.
“Evidentemente la convocatoria estaba programada para esa fecha respetando nuestro estatuto orgánico con 390 días de anticipación, pero viendo los intereses de algunas exautoridades hemos decidido adelantar Jacha Tantachawi para elegir al nuevo Jiliri”, declaró el mallku de la Comisión de Género del Conamaq, Jhony Huanca.
Huanca explicó que en septiembre se habría decidido que el congreso se efectuaría en la ciudad de Potosí, y asimismo en una reunión que se llevó a cabo el 18 de noviembre en instalaciones de la Vicepresidencia ratificó esa decisión; sin embargo esa fecha programada fue cambiada a petición de los 16 suyos que son la máxima instancia del Conamaq.
martes, 26 de noviembre de 2013
Palabra violencia es inexistente en lenguas indígenas del país
En diferentes lenguas nativas de Bolivia, la palabra violencia es inexistente y sus hablantes asocian el hecho a sus culturas.
En Cochabamba, además del castellano, predomina el idioma quechua, aunque también hay pueblos indígenas como el yuqui y el yuracaré.
Según un estudio realizado por la Fundación Unir Bolivia sobre las representaciones sociales de la paz y la violencia en Bolivia, en el idioma quechua existen vocablos con significados próximos, pero no la palabra “violencia” como tal. Un ejemplo es la frase “mana allin ruway (“estás actuando mal”).
Por ejemplo, la alcaldesa de Toco, Jhaneth Flores, dice que el término violencia no se utiliza en el idioma quechua, pero que hay palabras similares, como “phiñanakuy” o “maqanakuy”, referidas a enojarse o pelearse.
Por su lado, el alcalde de Morochata, Juan Vegamonte, asemeja el término violencia a los que hacen referencia a hacer sufrir o maltratar, como “ñakarichin”.
El asambleísta departamental por la provincia Ayopaya, Freddy Illanes, dice que violencia puede explicarse en quechua expresando “wuañuchinaku”, que se entiende como justicia por mano propia. “En castellano la interpretación es linchamiento o asesinato”, dice.
Entretanto, el asambleísta yuracaré, Juan Carlos Noe, manifiesta que en su lengua tampoco existe la palabra violencia y que, en términos generales, puede referirse a peleas entre esposos o contra los hijos. Y como una forma de ir contra la violencia, los yuracarés decidieron incorporar sanciones en su estatuto para que no haya más casos de abusos.
Apuntes.
Quechua
Pueblos indígenas distribuidos en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y el Perú.
Weenhayek
Habitan el Chaco Boreal, en ambos lados del río Pilcomayo, en Tarija. De los pueblos cazadores-recolectores del Chaco, es el que vive en la parte más superior de este río.
Esse Ejja
Pueblo que habita una parte de la región amazónica aledaña a los límites entre Perú y Bolivia. En Bolivia está en las riberas de los ríos Beni y Madre de Dios.
Guaraní
Pueblos sudamericanos de Paraguay, noreste de Argentina, sur y suroeste de Brasil y sureste de Bolivia (Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca).
Ayoreo
Pueblo indígena del Chaco Boreal que vive en la zona fronteriza entre el Paraguay y Bolivia.
Yuqui
Último pueblo indígena de la familia lingüística tupí-guaraní (Bolivia), en haber sido contactado a mitad del siglo pasado.
“Tiene que ver con los principios y valores de las culturas”
Las autoridades locales asocian la forma de hablar y las palabras de sus lenguas con su cultura y valores.
La alcaldesa de Toco, Jhaneth Flores, afirma que la inexistencia de violencia en idioma quechua está relacionada con la cultura.
“Los quechuas son cariñosos: ‘munaricuay’ (quiéreme, por favor), ‘yanaparihuay’ (ayúdame, por favor); siempre hay un término que te dice por favor”, explica la autoridad, haciendo referencia al idioma.
El alcalde de Morochata, Juan Vegamonte, explica que también es necesario hacer investigaciones sobre el idioma para conocer si realmente el término no se conoce, porque ahora se habla el “quechuañol”, como una mezcla de quechua y español.
“Pero, antes no había violencia y eso parece que tiene que ver con el idioma”, sostiene a tiempo de explicar que esto se extiende a las relaciones de pareja, porque dice que antes no había separaciones ni divorcios.
Entretanto, el asambleísta por la provincia Ayopaya, Freddy Illanes, también apoya la noción de investigación del idioma con el Instituto de la Nación Quechua.
En Cochabamba, además del castellano, predomina el idioma quechua, aunque también hay pueblos indígenas como el yuqui y el yuracaré.
Según un estudio realizado por la Fundación Unir Bolivia sobre las representaciones sociales de la paz y la violencia en Bolivia, en el idioma quechua existen vocablos con significados próximos, pero no la palabra “violencia” como tal. Un ejemplo es la frase “mana allin ruway (“estás actuando mal”).
Por ejemplo, la alcaldesa de Toco, Jhaneth Flores, dice que el término violencia no se utiliza en el idioma quechua, pero que hay palabras similares, como “phiñanakuy” o “maqanakuy”, referidas a enojarse o pelearse.
Por su lado, el alcalde de Morochata, Juan Vegamonte, asemeja el término violencia a los que hacen referencia a hacer sufrir o maltratar, como “ñakarichin”.
El asambleísta departamental por la provincia Ayopaya, Freddy Illanes, dice que violencia puede explicarse en quechua expresando “wuañuchinaku”, que se entiende como justicia por mano propia. “En castellano la interpretación es linchamiento o asesinato”, dice.
Entretanto, el asambleísta yuracaré, Juan Carlos Noe, manifiesta que en su lengua tampoco existe la palabra violencia y que, en términos generales, puede referirse a peleas entre esposos o contra los hijos. Y como una forma de ir contra la violencia, los yuracarés decidieron incorporar sanciones en su estatuto para que no haya más casos de abusos.
Apuntes.
Quechua
Pueblos indígenas distribuidos en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y el Perú.
Weenhayek
Habitan el Chaco Boreal, en ambos lados del río Pilcomayo, en Tarija. De los pueblos cazadores-recolectores del Chaco, es el que vive en la parte más superior de este río.
Esse Ejja
Pueblo que habita una parte de la región amazónica aledaña a los límites entre Perú y Bolivia. En Bolivia está en las riberas de los ríos Beni y Madre de Dios.
Guaraní
Pueblos sudamericanos de Paraguay, noreste de Argentina, sur y suroeste de Brasil y sureste de Bolivia (Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca).
Ayoreo
Pueblo indígena del Chaco Boreal que vive en la zona fronteriza entre el Paraguay y Bolivia.
Yuqui
Último pueblo indígena de la familia lingüística tupí-guaraní (Bolivia), en haber sido contactado a mitad del siglo pasado.
“Tiene que ver con los principios y valores de las culturas”
Las autoridades locales asocian la forma de hablar y las palabras de sus lenguas con su cultura y valores.
La alcaldesa de Toco, Jhaneth Flores, afirma que la inexistencia de violencia en idioma quechua está relacionada con la cultura.
“Los quechuas son cariñosos: ‘munaricuay’ (quiéreme, por favor), ‘yanaparihuay’ (ayúdame, por favor); siempre hay un término que te dice por favor”, explica la autoridad, haciendo referencia al idioma.
El alcalde de Morochata, Juan Vegamonte, explica que también es necesario hacer investigaciones sobre el idioma para conocer si realmente el término no se conoce, porque ahora se habla el “quechuañol”, como una mezcla de quechua y español.
“Pero, antes no había violencia y eso parece que tiene que ver con el idioma”, sostiene a tiempo de explicar que esto se extiende a las relaciones de pareja, porque dice que antes no había separaciones ni divorcios.
Entretanto, el asambleísta por la provincia Ayopaya, Freddy Illanes, también apoya la noción de investigación del idioma con el Instituto de la Nación Quechua.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Ecuador defenderá a sus campesinos y originarios frente al abuso de Chevron
Embajador de Ecuador en La Paz
Los hechos
- Texaco operó en Ecuador desde 1964 hasta 1992, cuando abandonó el país.
- El Tratado Bilateral de Inversiones entre Ecuador y Estados Unidos fue firmado en 1993 y entró en vigor en 1997.
- En 1993, las poblaciones locales se organizaron y crearon el Frente de Defensa de la Amazonia para exigir reparaciones acordes con los daños ambientales y los perjuicios causados por la empresa estadounidense a las personas y comunidades.
- La empresa Chevron absorbió a la empresa Texaco en 2001, es la segunda empresa petrolera de Estados Unidos y la séptima del mundo.
- Un primer proceso judicial se inició en Estados Unidos el año 1993. Éste fue intervenido 10 años por Texaco, que insistía en trasladar el caso a una corte ecuatoriana.
- En 2002, las cortes estadounidenses aprobaron el traslado y Chevron-Texaco se comprometió a respetar las decisiones de las cortes de Ecuador sobre el caso.
- A partir de allí, el Frente de Defensa de la Amazonia emprendió un proceso jurídico en Ecuador y como resultado, en 2011, una corte ecuatoriana sentenció a Chevron a pagar 9,6 mil millones de dólares y a presentar excusas públicas dentro las siguientes dos semanas. De no ser así, el importe se vería duplicado. Chevron rechazó excusarse, por lo que en 2012 se ratificó la sentencia y la transnacional fue condenada a pagar 19 mil millones de dólares.
El proceso no termina en este punto, sino que continúa en las varias gradas judiciales y en la guerra mediática y de presiones ejercidas por Chevron tanto contra el Gobierno de Quito como contra los campesinos y originarios demandantes, a quienes acusa de formar una “organización de delincuentes” que pretende chantajear a la transnacional Chevron. Este es el contexto de la entrevista que Cambio realizó al embajador de Ecuador, Ricardo Ulcuango, en La Paz.
La entrevista
Al interrogarle sobre la visión del Gobierno ecuatoriano, el Embajador aclara que su país dispone de varios recursos naturales y que su pueblo, como los del sur, padece enormes necesidades. Esta situación es aprovechada por las grandes empresas transnacionales. Ellos invierten, pero esto es relativo. Al invertir 100 dólares se llevan 90 o 95 dólares y dejan al país alrededor de 5.
Ecuador padeció esta situación como otros tantos países. La presión de estas transnacionales obligó a varios gobiernos ecuatorianos a firmar acuerdos que impusieron el modelo neoliberal en nuestro país. Lo que padecemos de parte de una de las grandes transnacionales lo padecen también otros países de América Latina. Chevron tiene presencia también en Argentina y Venezuela.
El actual sistema vigente impuso un mecanismo que protege a estas transnacionales, las que en varios casos estuvieron por encima de varios gobiernos a través de mecanismos como el Ciade y los acuerdos bilaterales de protección a las inversiones. Obviamente que entre los recursos que se saquean mediante estos mecanismos, el petróleo ocupa un lugar destacado.
El sistema protege a transnacionales que saquean recursos, contaminan la madre naturaleza y violan muchos de los derechos humanos de nuestras poblaciones. Las transnacionales disfrutan también de la protección de los grandes medios de información. El sistema es integral y eficiente para doblegar la voluntad de los gobiernos y pueblos pobres.
- En referencia con los hechos en el caso de Chevron, el Embajador de Quito precisó que los anteriores gobiernos de Ecuador estaban al servicio de estas transnacionales y no tomaban en cuenta las quejas y reclamos de los pueblos originarios y campesinos. Pero después de 20 años se entabló un juicio en Nueva York contra Chevron. La excesiva influencia y poder de Chevron le permitió trasladar el juicio a Ecuador, pero cuando un tribunal provincial le condenó al pago de indemnizaciones, Chevron rechazó la sentencia y demandó al Gobierno, que no es parte judicial en el pleito. El tribunal ecuatoriano definió una indemnización de 9,6 mil millones de dólares que debía pagar Chevron.
Los demandantes fueron los pobres de la región contaminada. El juicio fue trasladado al Tribunal de Casación, que confirmó la sentencia del tribunal provincial, pero sin la necesidad de presentar excusa pública ni aumentar la multa por ello.
- El Embajador aclaró que Chevron recurrió a un tribunal de Nueva York perteneciente al sistema judicial de EEUU y al Tribunal Internacional de La Haya. En sus pretensiones, Chevron recurre al acuerdo bilateral de protección a las inversiones firmado entre Ecuador y EEUU en 1993 y que entró en vigencia en 1997. El Embajador precisa que tal acuerdo no es retroactivo y no es aplicable a Chevron, que abandonó el país en 1992.
Por encima de estos hechos y sus implicaciones jurídicas, Chevron recurrió a La Haya para la aplicación del Ciade. Hasta el momento, La Haya pidió congelar la aplicación de la multa. Sobra recalcar que Ecuador tiene su soberanía. Nuestra Constitución no permite que una entidad del exterior se imponga contra las leyes del país.
Chevron entabló en Nueva York un juicio contra los pobres campesinos y originarios que le demandaron acusándoles de conformar una banda de delincuentes que actúan para chantajear a Chevron, ignorando que su contaminación les ha ido destruyendo su salud y provocando muchos muertos en sus filas.
- En referencia a los varios acuerdos de protección a las inversiones que tiene firmados el país, el Embajador explica que Ecuador padeció una situación de inestabilidad debido a la sumisión de varios gobiernos a los intereses de transnacionales con el fin de saquear nuestros recursos naturales. Fue una situación no aceptada por nuestro pueblo llevando al país a una situación inestable.
La llegada al poder de Rafael Correa permitió la revisión de estos acuerdos perjudiciales para los intereses de Ecuador. Dentro de este contexto surge nuestra propuesta en Unasur de conformar un tribunal de arbitraje propio frente al Ciade para quitar esta arma de manos de las transnacionales.
- Frente al poder del sistema neoliberal y sus mecanismos de presión y chantaje, el Embajador aclara que la crisis vivida por América Latina movilizó a sus pueblos dando lugar a nuevos gobiernos que vislumbran los reclamos y anhelos de sus pueblos, como el caso de Venezuela, Argentina, Bolivia, Uruguay, etc. Estos Gobiernos empezaron a aplicar una economía lejana al Consenso de Washington, que imponía recetas de “achicar al Estado” y seguir políticas económicas perjudiciales a los intereses de sus pueblos. Esta situación ya se ha revertido, ya no es factible la aplicación de las políticas del sistema neoliberal. En este marco, surgieron el ALBA, Unasur y la Celac para que afrontemos nuestras realidades desde la perspectiva y el interés de nuestros pueblos, organizaciones sociales y pueblos originarios. Frente a esta vertiente surge la otra, la de la Alianza del Pacífico para neutralizar el avance de nuestra integración.
Lo importante en este contexto es que nuestro continente vaya avanzando en este sendero frente a la globalización y los grandes bloques económicos.
“Las transnacionales, al invertir 100 dólares, se llevan 90 o 95 dólares y dejan al país alrededor de 5.
Ricardo Ulcuango
Embajador de Ecuador
Los hechos
- Texaco operó en Ecuador desde 1964 hasta 1992, cuando abandonó el país.
- El Tratado Bilateral de Inversiones entre Ecuador y Estados Unidos fue firmado en 1993 y entró en vigor en 1997.
- En 1993, las poblaciones locales se organizaron y crearon el Frente de Defensa de la Amazonia para exigir reparaciones acordes con los daños ambientales y los perjuicios causados por la empresa estadounidense a las personas y comunidades.
- La empresa Chevron absorbió a la empresa Texaco en 2001, es la segunda empresa petrolera de Estados Unidos y la séptima del mundo.
- Un primer proceso judicial se inició en Estados Unidos el año 1993. Éste fue intervenido 10 años por Texaco, que insistía en trasladar el caso a una corte ecuatoriana.
- En 2002, las cortes estadounidenses aprobaron el traslado y Chevron-Texaco se comprometió a respetar las decisiones de las cortes de Ecuador sobre el caso.
- A partir de allí, el Frente de Defensa de la Amazonia emprendió un proceso jurídico en Ecuador y como resultado, en 2011, una corte ecuatoriana sentenció a Chevron a pagar 9,6 mil millones de dólares y a presentar excusas públicas dentro las siguientes dos semanas. De no ser así, el importe se vería duplicado. Chevron rechazó excusarse, por lo que en 2012 se ratificó la sentencia y la transnacional fue condenada a pagar 19 mil millones de dólares.
El proceso no termina en este punto, sino que continúa en las varias gradas judiciales y en la guerra mediática y de presiones ejercidas por Chevron tanto contra el Gobierno de Quito como contra los campesinos y originarios demandantes, a quienes acusa de formar una “organización de delincuentes” que pretende chantajear a la transnacional Chevron. Este es el contexto de la entrevista que Cambio realizó al embajador de Ecuador, Ricardo Ulcuango, en La Paz.
La entrevista
Al interrogarle sobre la visión del Gobierno ecuatoriano, el Embajador aclara que su país dispone de varios recursos naturales y que su pueblo, como los del sur, padece enormes necesidades. Esta situación es aprovechada por las grandes empresas transnacionales. Ellos invierten, pero esto es relativo. Al invertir 100 dólares se llevan 90 o 95 dólares y dejan al país alrededor de 5.
Ecuador padeció esta situación como otros tantos países. La presión de estas transnacionales obligó a varios gobiernos ecuatorianos a firmar acuerdos que impusieron el modelo neoliberal en nuestro país. Lo que padecemos de parte de una de las grandes transnacionales lo padecen también otros países de América Latina. Chevron tiene presencia también en Argentina y Venezuela.
El actual sistema vigente impuso un mecanismo que protege a estas transnacionales, las que en varios casos estuvieron por encima de varios gobiernos a través de mecanismos como el Ciade y los acuerdos bilaterales de protección a las inversiones. Obviamente que entre los recursos que se saquean mediante estos mecanismos, el petróleo ocupa un lugar destacado.
El sistema protege a transnacionales que saquean recursos, contaminan la madre naturaleza y violan muchos de los derechos humanos de nuestras poblaciones. Las transnacionales disfrutan también de la protección de los grandes medios de información. El sistema es integral y eficiente para doblegar la voluntad de los gobiernos y pueblos pobres.
- En referencia con los hechos en el caso de Chevron, el Embajador de Quito precisó que los anteriores gobiernos de Ecuador estaban al servicio de estas transnacionales y no tomaban en cuenta las quejas y reclamos de los pueblos originarios y campesinos. Pero después de 20 años se entabló un juicio en Nueva York contra Chevron. La excesiva influencia y poder de Chevron le permitió trasladar el juicio a Ecuador, pero cuando un tribunal provincial le condenó al pago de indemnizaciones, Chevron rechazó la sentencia y demandó al Gobierno, que no es parte judicial en el pleito. El tribunal ecuatoriano definió una indemnización de 9,6 mil millones de dólares que debía pagar Chevron.
Los demandantes fueron los pobres de la región contaminada. El juicio fue trasladado al Tribunal de Casación, que confirmó la sentencia del tribunal provincial, pero sin la necesidad de presentar excusa pública ni aumentar la multa por ello.
- El Embajador aclaró que Chevron recurrió a un tribunal de Nueva York perteneciente al sistema judicial de EEUU y al Tribunal Internacional de La Haya. En sus pretensiones, Chevron recurre al acuerdo bilateral de protección a las inversiones firmado entre Ecuador y EEUU en 1993 y que entró en vigencia en 1997. El Embajador precisa que tal acuerdo no es retroactivo y no es aplicable a Chevron, que abandonó el país en 1992.
Por encima de estos hechos y sus implicaciones jurídicas, Chevron recurrió a La Haya para la aplicación del Ciade. Hasta el momento, La Haya pidió congelar la aplicación de la multa. Sobra recalcar que Ecuador tiene su soberanía. Nuestra Constitución no permite que una entidad del exterior se imponga contra las leyes del país.
Chevron entabló en Nueva York un juicio contra los pobres campesinos y originarios que le demandaron acusándoles de conformar una banda de delincuentes que actúan para chantajear a Chevron, ignorando que su contaminación les ha ido destruyendo su salud y provocando muchos muertos en sus filas.
- En referencia a los varios acuerdos de protección a las inversiones que tiene firmados el país, el Embajador explica que Ecuador padeció una situación de inestabilidad debido a la sumisión de varios gobiernos a los intereses de transnacionales con el fin de saquear nuestros recursos naturales. Fue una situación no aceptada por nuestro pueblo llevando al país a una situación inestable.
La llegada al poder de Rafael Correa permitió la revisión de estos acuerdos perjudiciales para los intereses de Ecuador. Dentro de este contexto surge nuestra propuesta en Unasur de conformar un tribunal de arbitraje propio frente al Ciade para quitar esta arma de manos de las transnacionales.
- Frente al poder del sistema neoliberal y sus mecanismos de presión y chantaje, el Embajador aclara que la crisis vivida por América Latina movilizó a sus pueblos dando lugar a nuevos gobiernos que vislumbran los reclamos y anhelos de sus pueblos, como el caso de Venezuela, Argentina, Bolivia, Uruguay, etc. Estos Gobiernos empezaron a aplicar una economía lejana al Consenso de Washington, que imponía recetas de “achicar al Estado” y seguir políticas económicas perjudiciales a los intereses de sus pueblos. Esta situación ya se ha revertido, ya no es factible la aplicación de las políticas del sistema neoliberal. En este marco, surgieron el ALBA, Unasur y la Celac para que afrontemos nuestras realidades desde la perspectiva y el interés de nuestros pueblos, organizaciones sociales y pueblos originarios. Frente a esta vertiente surge la otra, la de la Alianza del Pacífico para neutralizar el avance de nuestra integración.
Lo importante en este contexto es que nuestro continente vaya avanzando en este sendero frente a la globalización y los grandes bloques económicos.
“Las transnacionales, al invertir 100 dólares, se llevan 90 o 95 dólares y dejan al país alrededor de 5.
Ricardo Ulcuango
Embajador de Ecuador
martes, 19 de noviembre de 2013
Yuquis denuncian avasallamientos
El cacique mayor del pueblo indígena yuqui, José Isategua Guaguazu aseguró que sus territorios son constantemente avasallados por cocaleros y que enfermedades como la tuberculosis y la micosis pulmonar cobran la vida de dos personas cada año.
Isategua aseguró que este año tuvieron que desalojar a colonos de las comunidades de Estadio Palmito y Bilbao con ayuda de la Policía y del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Añadió que la pasada gestión unas siete hectáreas de su territorio fueron avasalladas por la central Chimoré que ingresa a su territorio para cultivar coca. “Nosotros somos recolectores y cazadores dentro de nuestra cultura no está el sembrar coca”, dijo.
El representante aseguró que actualmente su población cuenta con 291 personas de las cuales 25 tienen tuberculosis y micosis pulmonar, que causan la muerte de dos personas al año. “Tenemos una posta de salud y personal médico, pero al parecer la mala alimentación de nuestro pueblo hace que no se puedan recuperar con facilidad”, agregó.
Por otro lado, Isategua solicitó a las autoridades nacionales entregar un bono al sector para que la población no migre.
La consultora de la Organización Panamericana de la Salud, Ely Linares dijo que esta población ha ido en aumento: la población actual es de 291 personas y en 2012 llegaban a 268. “Se les brinda ayuda en medicamentos, pero todavía se requiere asistencia en cuanto a servicios básicos y nutrición”, explicó.
El asambleísta Yuqui, Abel Iaira aseguró que se tiene un proyecto para la construcción de 60 viviendas, pero las licitaciones se declaran desiertas.
Por otro lado el gobernador Edmundo Novillo aseguró que se está trabajando para privilegiar al sector con leyes y programas.
Isategua aseguró que este año tuvieron que desalojar a colonos de las comunidades de Estadio Palmito y Bilbao con ayuda de la Policía y del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). Añadió que la pasada gestión unas siete hectáreas de su territorio fueron avasalladas por la central Chimoré que ingresa a su territorio para cultivar coca. “Nosotros somos recolectores y cazadores dentro de nuestra cultura no está el sembrar coca”, dijo.
El representante aseguró que actualmente su población cuenta con 291 personas de las cuales 25 tienen tuberculosis y micosis pulmonar, que causan la muerte de dos personas al año. “Tenemos una posta de salud y personal médico, pero al parecer la mala alimentación de nuestro pueblo hace que no se puedan recuperar con facilidad”, agregó.
Por otro lado, Isategua solicitó a las autoridades nacionales entregar un bono al sector para que la población no migre.
La consultora de la Organización Panamericana de la Salud, Ely Linares dijo que esta población ha ido en aumento: la población actual es de 291 personas y en 2012 llegaban a 268. “Se les brinda ayuda en medicamentos, pero todavía se requiere asistencia en cuanto a servicios básicos y nutrición”, explicó.
El asambleísta Yuqui, Abel Iaira aseguró que se tiene un proyecto para la construcción de 60 viviendas, pero las licitaciones se declaran desiertas.
Por otro lado el gobernador Edmundo Novillo aseguró que se está trabajando para privilegiar al sector con leyes y programas.
viernes, 15 de noviembre de 2013
MAPUCHE PIDE REFUGIO EN BOLIVIA
El mapuche Alexi Melinao, de la comunidad chilena de Rayen Mapu de Ercilla, pidió refugio en Bolivia después que fue amenazado por paramilitares de su país con ser degollado, según el periódico digital El Ciudadano.Según el artículo, Melinao se traslado a Bolivia acompañado por su hermano, Hugo Melinao Licán.
La seriedad de los amedrentamientos, está reflejada en el asesinato impune de Rodrigo Melinao Licán, hermano de los anteriores, el pasado 6 de agosto. ABI
La seriedad de los amedrentamientos, está reflejada en el asesinato impune de Rodrigo Melinao Licán, hermano de los anteriores, el pasado 6 de agosto. ABI
jueves, 14 de noviembre de 2013
Indígenas del Amazonas hacen oír su voz en la Cumbre del cambio climático
Los indígenas del Amazonas llegaron a la Conferencia del Clima de la ONU con una oferta a la comunidad internacional: salvar sus bosques para contribuir así al enfriamiento del planeta porque, dicen sus líderes, "es hora de mirar a la tierra" y dejar debates estériles.
"El Amazonas sufre mucha presión, está enfermo, pero hay posibilidades de salvarlo y debemos hacerlo, porque es fundamental para el planeta", explicó el responsable de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), el ecuatoriano Juan Carlos Jintiach.
"La deforestación es nuestro gran problema", denunció Jintiach, quien explica que el cambio climático ha supuesto para su pueblo "la pérdida de ecosistemas, provocó la pérdida de especies de flora y fauna y afectó a la alimentación, especialmente al consumo de grasas porque la caza cada vez escasea más".
Un cambio climático que, aunque se deja notar en todo el planeta, afecta especialmente al modo de vida de comunidades tradicionales como la de los indígenas del Amazonas.
"Es hora de acciones inmediatas", pidió Jintiach, quien recordó que los esfuerzos llevados a cabo hasta ahora por la comunidad internacional para frenar el calentamiento global fracasaron.
A su juicio, los propios Estados y las grandes multinacionales siguen siendo los responsables directos de la degradación ambiental que contribuye a ese calentamiento.
"Sin embargo, los pueblos indígenas amazónicos, a través de nuestros conocimientos ancestrales y nuestra cosmovisión unida a la madre naturaleza, tenemos la propuesta alternativa como parte de la solución", aseguró el responsable de la Coica.
"Si esta sabiduría ancestral fuese política de los Estados y se aplicase, el mundo cambiaría", afirmó Jintiach.
Para los indígenas del Amazonas hay que ir más allá de meras "declaraciones" y de grandes cumbres internacionales, por eso piden que se reconozcan sus derechos para ofrecer sus bosques como "contribución efectiva" para frenar el calentamiento global. En esto consiste fundamentalmente el Plan de Vida Plena de Gestión o Manejo Holístico de Territorios de Vida Plena, elaborado por la Coica, que parte de 170 millones de hectáreas que son de propiedad de miles de comunidades indígenas, y los más de 100 millones de hectáreas adicionales pendientes de titulación.
"Cuando nos den esos derechos sobre nuestros territorios podremos aplicar nuestra cosmovisión, acabar con la explotación comercial de los bosques y la presencia de grandes empresas internacionales", señaló Jintiach, uno de los líderes de las comunidades que luchan porque la región siga siendo el "pulmón del mundo".
"El Amazonas sufre mucha presión, está enfermo, pero hay posibilidades de salvarlo y debemos hacerlo, porque es fundamental para el planeta", explicó el responsable de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), el ecuatoriano Juan Carlos Jintiach.
"La deforestación es nuestro gran problema", denunció Jintiach, quien explica que el cambio climático ha supuesto para su pueblo "la pérdida de ecosistemas, provocó la pérdida de especies de flora y fauna y afectó a la alimentación, especialmente al consumo de grasas porque la caza cada vez escasea más".
Un cambio climático que, aunque se deja notar en todo el planeta, afecta especialmente al modo de vida de comunidades tradicionales como la de los indígenas del Amazonas.
"Es hora de acciones inmediatas", pidió Jintiach, quien recordó que los esfuerzos llevados a cabo hasta ahora por la comunidad internacional para frenar el calentamiento global fracasaron.
A su juicio, los propios Estados y las grandes multinacionales siguen siendo los responsables directos de la degradación ambiental que contribuye a ese calentamiento.
"Sin embargo, los pueblos indígenas amazónicos, a través de nuestros conocimientos ancestrales y nuestra cosmovisión unida a la madre naturaleza, tenemos la propuesta alternativa como parte de la solución", aseguró el responsable de la Coica.
"Si esta sabiduría ancestral fuese política de los Estados y se aplicase, el mundo cambiaría", afirmó Jintiach.
Para los indígenas del Amazonas hay que ir más allá de meras "declaraciones" y de grandes cumbres internacionales, por eso piden que se reconozcan sus derechos para ofrecer sus bosques como "contribución efectiva" para frenar el calentamiento global. En esto consiste fundamentalmente el Plan de Vida Plena de Gestión o Manejo Holístico de Territorios de Vida Plena, elaborado por la Coica, que parte de 170 millones de hectáreas que son de propiedad de miles de comunidades indígenas, y los más de 100 millones de hectáreas adicionales pendientes de titulación.
"Cuando nos den esos derechos sobre nuestros territorios podremos aplicar nuestra cosmovisión, acabar con la explotación comercial de los bosques y la presencia de grandes empresas internacionales", señaló Jintiach, uno de los líderes de las comunidades que luchan porque la región siga siendo el "pulmón del mundo".
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Una obra implica su traslado Comunidad indígena se niega a cambiar de hábitat
Con temor e impotencia, así dicen sentirse varios de los vecinos de la comunidad Jorori, ubicada en el cantón de Paurito donde en uno de sus espacios se planea la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, para la desembocadura de aguas domiciliarias del distrito 8.
Ellos afirman que es casi un hecho que las autoridades lleven a cabo la mega obra, aunque niegan que se los haya tomado en cuenta para su planificación, que no solo implica la reubicación física de sus casas, sino el cambio de sus costumbres y su estilo de vida.
'Solo sabemos trabajar en la agricultura'. "Da rabia e impotencia porque nos enfrentamos a autoridades pudientes. No tenemos con qué enfrentarnos a ellos, ni sabemos como hacerles entender que ni por todo el dinero queremos dejar nuestra vida aquí", dice con la voz aquebrantada la señora Sabina Zárate a tiempo de referirse a la obra que ejecutará la Cooperativa de Servicio de Agua del Plan 3.000, (Coplan) que se ejecutaría con la venia del Municipio y la Gobernación.
"Yo vivo de mi chaco, vendo sandía, choclos y yucas. Si me trasladan de qué voy a vivir si esto es lo único que se hacer, lo mismo que mis compañeros" añade la mujer.
El rostro de preocupación se percibe en la mayoría de los comunarios que se encuentran movilizados con la esperanza de que se revierta esta medida.
Tres comunidades se verán afectadas. "Hemos visto que en el mapa que presentan no existimos, pero si vinieran se darán cuenta que aquí hay toda una comunidad formada que trabaja día a día muchos solo en la agricultura", manifiesta Ernesto Yucra, mientras señala las casas ya establecida y donde se vive un ambiente dinámico en base a cultivos de frutas y verduras
"No somos los únicos afectados, sabemos que hay otras comunidades como Tundy y Santa Fé, que también planean reubicar, nosotros estamos firmes y no nos vamos a mover de aquí", añadió la líder indígena Justa Cabrera que afirma haberse reunido con las autoridades de la Oficialía Mayor de Planificación para poder llegar a un consenso aunque afirma que ha sido inútil.
"Vamos a seguir agotando nuestros argumentos sociales vamos a optar por medidas radicales", dijo a tiempo de anunciar una marcha pasiva desde la comunidad hasta Normandía el próximo lunes.
Para contrarrestar la presente información se intentó contacto con la Oficial Mayor de Planificación, Sandra Velarde y el Oficial Mayor de Obras Públicas Freddy Arauco, aunque esto no fue posible.
Ellos afirman que es casi un hecho que las autoridades lleven a cabo la mega obra, aunque niegan que se los haya tomado en cuenta para su planificación, que no solo implica la reubicación física de sus casas, sino el cambio de sus costumbres y su estilo de vida.
'Solo sabemos trabajar en la agricultura'. "Da rabia e impotencia porque nos enfrentamos a autoridades pudientes. No tenemos con qué enfrentarnos a ellos, ni sabemos como hacerles entender que ni por todo el dinero queremos dejar nuestra vida aquí", dice con la voz aquebrantada la señora Sabina Zárate a tiempo de referirse a la obra que ejecutará la Cooperativa de Servicio de Agua del Plan 3.000, (Coplan) que se ejecutaría con la venia del Municipio y la Gobernación.
"Yo vivo de mi chaco, vendo sandía, choclos y yucas. Si me trasladan de qué voy a vivir si esto es lo único que se hacer, lo mismo que mis compañeros" añade la mujer.
El rostro de preocupación se percibe en la mayoría de los comunarios que se encuentran movilizados con la esperanza de que se revierta esta medida.
Tres comunidades se verán afectadas. "Hemos visto que en el mapa que presentan no existimos, pero si vinieran se darán cuenta que aquí hay toda una comunidad formada que trabaja día a día muchos solo en la agricultura", manifiesta Ernesto Yucra, mientras señala las casas ya establecida y donde se vive un ambiente dinámico en base a cultivos de frutas y verduras
"No somos los únicos afectados, sabemos que hay otras comunidades como Tundy y Santa Fé, que también planean reubicar, nosotros estamos firmes y no nos vamos a mover de aquí", añadió la líder indígena Justa Cabrera que afirma haberse reunido con las autoridades de la Oficialía Mayor de Planificación para poder llegar a un consenso aunque afirma que ha sido inútil.
"Vamos a seguir agotando nuestros argumentos sociales vamos a optar por medidas radicales", dijo a tiempo de anunciar una marcha pasiva desde la comunidad hasta Normandía el próximo lunes.
Para contrarrestar la presente información se intentó contacto con la Oficial Mayor de Planificación, Sandra Velarde y el Oficial Mayor de Obras Públicas Freddy Arauco, aunque esto no fue posible.
martes, 12 de noviembre de 2013
Guaraníes denuncian despojo de sus tierras
El coordinador de Medio Ambiente de la comunidad guaraní Jorori, Rubén Cabrera, denunció que autoridades del distrito 14 del municipio de Santa Cruz pretenden despojarlos de sus tierras para construir una laguna de oxidaciones de aguas residuales.
Cabrera señaló que el trabajo se pretende hacer en coordinación con la Cooperativa de Agua COOPLAN. Según el indígena, las autoridades municipales les manifestaron que "les resulta mucho más económico trasladar a la comunidad guaraní las aguas residuales”. Añadió que para este cometido no se cumplió con el proceso de consulta previa como establece la Constitución Política del Estado (CPE).
El dirigente mencionó además la construcción del vertedero de basura de Normandía por la cual los comunarios sufrieron efectos negativos en su salud. "Antes éramos productores de verduras, yuca, sandia, frejol y hoy prácticamente ya no podemos cultivar nada gracias a la contaminación que han traído a nuestra tierra”.
Los comunarios de Jorori, Santa Fe, Tundy y otras aledañas, anunciaron que en los próximos días saldrán en una marcha para exigir que esta laguna de oxidación de aguas residuales no se construya en sus comunidades
Cabrera señaló que el trabajo se pretende hacer en coordinación con la Cooperativa de Agua COOPLAN. Según el indígena, las autoridades municipales les manifestaron que "les resulta mucho más económico trasladar a la comunidad guaraní las aguas residuales”. Añadió que para este cometido no se cumplió con el proceso de consulta previa como establece la Constitución Política del Estado (CPE).
El dirigente mencionó además la construcción del vertedero de basura de Normandía por la cual los comunarios sufrieron efectos negativos en su salud. "Antes éramos productores de verduras, yuca, sandia, frejol y hoy prácticamente ya no podemos cultivar nada gracias a la contaminación que han traído a nuestra tierra”.
Los comunarios de Jorori, Santa Fe, Tundy y otras aledañas, anunciaron que en los próximos días saldrán en una marcha para exigir que esta laguna de oxidación de aguas residuales no se construya en sus comunidades
Tacanas en alerta por inminente ingreso de 80.000 campesinos
El pueblo indígena tacana se declaró en estado de emergencia por el ingreso de 80.000 campesinos a su territorio producto de una concesión otorgada por el Gobierno, informó uno de los representantes del sector, Nicolás Cartagena.
"El pueblo tacana se ha puesto en estado de emergencia por el ingreso de estas personas y estamos preparados y vamos a defender nuestro territorio si es necesario”, manifestó Cartagena en entrevista con radio ERBOL.
Al menos 80 campesinos de 20 provincias del departamento de La Paz se asentarán en 180 mil hectáreas de tierras fiscales del norte paceño que la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de La Paz (FDUTCLP) Tupac Katari logró obtener por parte del Gobierno.
Los ejecutivos de la FDUTCLP comenzaron a entregar las listas oficiales de los beneficiados que ingresarán al lugar.
El dirigente Cartagena explicó que no tienen problema con la llegada de los campesinos, pero que cuidarán la prioridad de una demanda hecha por el Consejo Indígena del Pueblo Tacana.
"Tenemos una demanda que es una concesión forestal. Ellos también deben hablar de esto, pero queremos que sea nuestra gente la que tenga prioridad”.
En respuesta, el secretario ejecutivo de la organización campesina dijo que no tienen intención de confrontarse con los indígenas ni con colonizadores que también buscaban que el Gobierno les haga entrega de estas tierras. "Coordinamos con Evo Morales cómo se va asentar la Federación Tupac Katari y sus representantes que están yendo a la provincia Abel Iturralde”.
Más información
Antecedentes En septiembre, dirigentes del pueblo tacana llegaron a la ciudad de La Paz para denunciar el avasallamiento de campesinos.
Población Los tacana son un pueblo originario de la Amazonia boliviana, que habitan en zonas alejadas de La Paz, Beni y Pando.
"El pueblo tacana se ha puesto en estado de emergencia por el ingreso de estas personas y estamos preparados y vamos a defender nuestro territorio si es necesario”, manifestó Cartagena en entrevista con radio ERBOL.
Al menos 80 campesinos de 20 provincias del departamento de La Paz se asentarán en 180 mil hectáreas de tierras fiscales del norte paceño que la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de La Paz (FDUTCLP) Tupac Katari logró obtener por parte del Gobierno.
Los ejecutivos de la FDUTCLP comenzaron a entregar las listas oficiales de los beneficiados que ingresarán al lugar.
El dirigente Cartagena explicó que no tienen problema con la llegada de los campesinos, pero que cuidarán la prioridad de una demanda hecha por el Consejo Indígena del Pueblo Tacana.
"Tenemos una demanda que es una concesión forestal. Ellos también deben hablar de esto, pero queremos que sea nuestra gente la que tenga prioridad”.
En respuesta, el secretario ejecutivo de la organización campesina dijo que no tienen intención de confrontarse con los indígenas ni con colonizadores que también buscaban que el Gobierno les haga entrega de estas tierras. "Coordinamos con Evo Morales cómo se va asentar la Federación Tupac Katari y sus representantes que están yendo a la provincia Abel Iturralde”.
Más información
Antecedentes En septiembre, dirigentes del pueblo tacana llegaron a la ciudad de La Paz para denunciar el avasallamiento de campesinos.
Población Los tacana son un pueblo originario de la Amazonia boliviana, que habitan en zonas alejadas de La Paz, Beni y Pando.
domingo, 10 de noviembre de 2013
‘Olimpiadas’ urus miembros de la antigua etnia se reúnen para competir
Haciendo honor al nombre con el que los rebautizaron los aymaras, los urus u hombres de la aurora se levantan poco después de la salida del sol en Irohito, una comunidad a orillas del río Desaguadero. Vienen de los cuatro lugares entre los que está distribuida esta antigua etnia: de Uros-Chulluni —de las islas flotantes de Puno, Perú—, de la zona del lago Poopó y los vecinos de Chipaya. Y, como anfitriones, los comunarios de Irohito, en el municipio de Jesús de Machaca.
Todos madrugan porque el día será largo: tienen por delante una jornada de competencias. Celebran algo así como las olimpiadas urus, actividad que es parte del encuentro entre estos cuatro pueblos del mismo origen separados por la geografía altiplánica y por la línea política que divide el espacio entre Bolivia y Perú.
La primera práctica tradicional con la que arranca el día es el lanzamiento de liwi, una antigua, pero todavía en uso, herramienta con la que se cazan aves.
Consta de una cuerda que, en un extremo, tiene una pieza dura (como una piedra). Cuando los pájaros están volando, se lanza al aire y el cordel, si se proyecta con puntería, se engancha bien en la cabeza del animal o en sus patas, y el cuerpo cae al suelo. Y, de ahí, a la cazuela. Uno de los platos típicos del lugar, más allá del wallake o sopa de pescado, es el fricasé de choca (Fulica americana), ave que los lugareños suelen atrapar tanto para comer (la caza se sigue practicando acá) como para vender.
No es cosa fácil acertar con el liwi cuando el pájaro está en pleno vuelo, hay que adoptar pose de cazador, con una pierna delante y la otra detrás, apuntar y lanzar. Antes, este instrumento se hacía con lana de oveja y fibra de llama mientras que ahora se emplea yute y plomo negro.
Alrededor de las nueve de la mañana, finaliza la caza de aves y comienza un juego chipaya: el palamo, que se practica cuando se aproxima Todos Santos, en el que participan hombres y mujeres. Consiste en colocar una piedra grande, a la que llaman “la vieja”, sobre el terreno de juego, a cierta distancia de los jugadores. Éstos están repartidos en dos equipos de hasta cinco miembros como máximo. Cada grupo tiene que lanzar otras piedras y, la que llega hasta “la vieja” y se queda parada, da cinco puntos. Quien pierde tiene que rezar por las almas de los difuntos, cuenta Trifón Solís, profesor de la Unidad Educativa Villañeque de Challapata.
Pero el juego dura poco. Los asistentes empiezan a reclamar lo que todos están esperando: la competición de balsas y botes y la de natación. La gente deja la cancha de la comunidad para tomar el camino hacia el río Desaguadero, oculto tras una loma. Ahí abajo se ve una mancha de agua que parece más una tranquila laguna con totorales, barcas junto a la orilla y vacas tomando el sol, es el primer tramo del río que nace en el lago Titicaca y desemboca en el Poopó. Hay también una especie de embarcadero que parece natural: un entrante de tierra elevado sobre el que hay un armazón de madera, de algo a medio construir o, tal vez, los restos de una edificación a la que afectó el paso del tiempo.
En su orilla izquierda está atracada una gran balsa de totora de color amarillo brillante con una estructura en su parte central: permite a los pasajeros tanto cubrirse del sol dentro de ella como subirse a su terraza para contemplar mejor el entorno. Es la Balsa Pedagógica Tunupa, “nombre del dios de los urus que abrió el río Desaguadero”, explica el profesor de la escuela de Irohito, Jorge Mamani, desde lo alto de la embarcación rodeado por sus alumnos, que se tapan del potente sol con los típicos sombreros picudos hechos de totora.
Una de las leyendas sobre el dios de los tejidos y las plantas cuenta que los habitantes de Carabuco, en el Titicaca, lo castigaron por haber tenido relaciones carnales con sus hijas Umantu y Kesintu, madres de los peces. Y lo empalaron con madera de chonta y lo lanzaron a las aguas. Su cuerpo se movió por el lago sagrado, abrió el Desaguadero, el lago Poopó y los salares de Uyuni y Coipasa donde, según unas versiones, se quedó; otras dicen que continuó moviéndose bajo la tierra, hasta que salió al océano Pacífico por Antofagasta.
Toda la comunidad ha participado en el proceso de construcción de esta nueva aula flotante para la unidad educativa, que es multigrado (en Irohito viven 28 familias). Les ha llevado casi dos semanas y han empleado 260 amarros de totora, además de plastoformo y nailon, cuenta un comunario, Lorenzo Inda.
Servirá para fortalecer el currículo regional, indica la coordinadora del proyecto, Rosmary Acho. Las asignaturas de Ciencias de la Vida, Cultura o Historia se darán sobre el agua del río. Los pequeños estudiarán la fauna y la flora de su entorno, además de las formas tradicionales de caza (como el liwi) y pesca.
Ya han intentado hacerlo antes, dice el docente, en pequeñas balsas, pero no era posible: demasiada gente y poca embarcación.
También contribuirá al fortalecimiento de la cultura de la comunidad y será, confían los comunarios, un aliciente para el turismo, pues en Irohito ya hay un albergue al que, aunque no cuenta con agua corriente ni baño, recibe visitantes ocasionales.
La balsa es parte del proyecto Educación contextualizada de los pueblos indígenas aymara y urus de la Fundación Machaca Amaw’ta, financiado por Educación sin Fronteras y el Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo(LED). Con dos botellas de cerveza Paceña, el presidente del Consejo Educativo de la Nación Uru, Ciriaco Inda, y la coordinadora de LED, Ingrid Tapia, inauguran oficialmente el aula flotante. Alumnos y adultos se embarcan trepando por la superficie resbaladiza y la balsa zarpa gracias al empuje que hace uno de los tripulantes: hinca un palo de unos 2,50 metros de altura en el lecho lodoso del río e impulsa la embarcación, que se tambalea al dejar la orilla. Luego, se mueve erguida destrozando a su paso el manto de algas verdes que cubre el agua.
Y, por fin, llega la hora de competir en el agua entre los cuatro pueblos. Uno de los participantes pregunta por su balsa. Los organizadores buscan los remos... Poco a poco va apareciendo todo lo necesario y el jurado se mete en el río con una barca a motor. Sobre la superficie, atada a dos palos, alguien ha colocado una cuerda de la que cuelgan trozos alargados de plástico azul y rojo: es la línea de meta. ¡Y a “balsear” se ha dicho!
Mujeres y hombres de agua
Pobladores de los cuatro núcleos se han apuntado a la competencia, y hay hombres y mujeres de casi todas las edades. Los que compiten con las balsas van de rodillas sobre ellas y, con grandes remos, avanzan sobre el Desaguadero. Los de Chulluni, que viven en las turísticas islas flotantes peruanas, llevan la delantera, aunque seguidos de cerca por los de Ihorito. “¡Sí se puede!”, gritan todo el tiempo los de Chulluni a sus participantes. Los de Chipaya, que suelen tener menos contacto con el agua, no destacan en esta competencia y hablan entre ellos en su lengua, el uru, porque son los únicos que mantienen su lengua original, mientras que el resto se expresa en aymara, quechua y castellano. En Irohito quedan sólo cinco mayores que aún se acuerdan del uru.
Cuando llega el turno de las féminas, los peruanos se miran entre ellos. “¿Dónde está Rita?”. Rita Suaña es una dirigente de 37 años que viste al estilo tradicional de su tierra: pollera amarilla, polera blanca, chaleco rojo con flores de colores bordadas y sombrero de paja de ala ancha. Está en la cima de la loma, mirando bajo el sol las competencias. La traen hasta la orilla, se sube a una de los botes.Y, contra todo pronóstico, gana la concursante de Irohito.
Por la tarde la competencia es exclusivamente para las niñas y niños, que cuentan cuentos de su tierra en los idiomas que conocen. Aquí, los de Chipaya triunfan empleando el uru, pero todos saben de las historias de su cultura, la de mujeres y hombres separados por tierras y líneas políticas pero unidos por las ganas de recuperar su lengua y sus tradiciones.
Todos madrugan porque el día será largo: tienen por delante una jornada de competencias. Celebran algo así como las olimpiadas urus, actividad que es parte del encuentro entre estos cuatro pueblos del mismo origen separados por la geografía altiplánica y por la línea política que divide el espacio entre Bolivia y Perú.
La primera práctica tradicional con la que arranca el día es el lanzamiento de liwi, una antigua, pero todavía en uso, herramienta con la que se cazan aves.
Consta de una cuerda que, en un extremo, tiene una pieza dura (como una piedra). Cuando los pájaros están volando, se lanza al aire y el cordel, si se proyecta con puntería, se engancha bien en la cabeza del animal o en sus patas, y el cuerpo cae al suelo. Y, de ahí, a la cazuela. Uno de los platos típicos del lugar, más allá del wallake o sopa de pescado, es el fricasé de choca (Fulica americana), ave que los lugareños suelen atrapar tanto para comer (la caza se sigue practicando acá) como para vender.
No es cosa fácil acertar con el liwi cuando el pájaro está en pleno vuelo, hay que adoptar pose de cazador, con una pierna delante y la otra detrás, apuntar y lanzar. Antes, este instrumento se hacía con lana de oveja y fibra de llama mientras que ahora se emplea yute y plomo negro.
Alrededor de las nueve de la mañana, finaliza la caza de aves y comienza un juego chipaya: el palamo, que se practica cuando se aproxima Todos Santos, en el que participan hombres y mujeres. Consiste en colocar una piedra grande, a la que llaman “la vieja”, sobre el terreno de juego, a cierta distancia de los jugadores. Éstos están repartidos en dos equipos de hasta cinco miembros como máximo. Cada grupo tiene que lanzar otras piedras y, la que llega hasta “la vieja” y se queda parada, da cinco puntos. Quien pierde tiene que rezar por las almas de los difuntos, cuenta Trifón Solís, profesor de la Unidad Educativa Villañeque de Challapata.
Pero el juego dura poco. Los asistentes empiezan a reclamar lo que todos están esperando: la competición de balsas y botes y la de natación. La gente deja la cancha de la comunidad para tomar el camino hacia el río Desaguadero, oculto tras una loma. Ahí abajo se ve una mancha de agua que parece más una tranquila laguna con totorales, barcas junto a la orilla y vacas tomando el sol, es el primer tramo del río que nace en el lago Titicaca y desemboca en el Poopó. Hay también una especie de embarcadero que parece natural: un entrante de tierra elevado sobre el que hay un armazón de madera, de algo a medio construir o, tal vez, los restos de una edificación a la que afectó el paso del tiempo.
En su orilla izquierda está atracada una gran balsa de totora de color amarillo brillante con una estructura en su parte central: permite a los pasajeros tanto cubrirse del sol dentro de ella como subirse a su terraza para contemplar mejor el entorno. Es la Balsa Pedagógica Tunupa, “nombre del dios de los urus que abrió el río Desaguadero”, explica el profesor de la escuela de Irohito, Jorge Mamani, desde lo alto de la embarcación rodeado por sus alumnos, que se tapan del potente sol con los típicos sombreros picudos hechos de totora.
Una de las leyendas sobre el dios de los tejidos y las plantas cuenta que los habitantes de Carabuco, en el Titicaca, lo castigaron por haber tenido relaciones carnales con sus hijas Umantu y Kesintu, madres de los peces. Y lo empalaron con madera de chonta y lo lanzaron a las aguas. Su cuerpo se movió por el lago sagrado, abrió el Desaguadero, el lago Poopó y los salares de Uyuni y Coipasa donde, según unas versiones, se quedó; otras dicen que continuó moviéndose bajo la tierra, hasta que salió al océano Pacífico por Antofagasta.
Toda la comunidad ha participado en el proceso de construcción de esta nueva aula flotante para la unidad educativa, que es multigrado (en Irohito viven 28 familias). Les ha llevado casi dos semanas y han empleado 260 amarros de totora, además de plastoformo y nailon, cuenta un comunario, Lorenzo Inda.
Servirá para fortalecer el currículo regional, indica la coordinadora del proyecto, Rosmary Acho. Las asignaturas de Ciencias de la Vida, Cultura o Historia se darán sobre el agua del río. Los pequeños estudiarán la fauna y la flora de su entorno, además de las formas tradicionales de caza (como el liwi) y pesca.
Ya han intentado hacerlo antes, dice el docente, en pequeñas balsas, pero no era posible: demasiada gente y poca embarcación.
También contribuirá al fortalecimiento de la cultura de la comunidad y será, confían los comunarios, un aliciente para el turismo, pues en Irohito ya hay un albergue al que, aunque no cuenta con agua corriente ni baño, recibe visitantes ocasionales.
La balsa es parte del proyecto Educación contextualizada de los pueblos indígenas aymara y urus de la Fundación Machaca Amaw’ta, financiado por Educación sin Fronteras y el Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo(LED). Con dos botellas de cerveza Paceña, el presidente del Consejo Educativo de la Nación Uru, Ciriaco Inda, y la coordinadora de LED, Ingrid Tapia, inauguran oficialmente el aula flotante. Alumnos y adultos se embarcan trepando por la superficie resbaladiza y la balsa zarpa gracias al empuje que hace uno de los tripulantes: hinca un palo de unos 2,50 metros de altura en el lecho lodoso del río e impulsa la embarcación, que se tambalea al dejar la orilla. Luego, se mueve erguida destrozando a su paso el manto de algas verdes que cubre el agua.
Y, por fin, llega la hora de competir en el agua entre los cuatro pueblos. Uno de los participantes pregunta por su balsa. Los organizadores buscan los remos... Poco a poco va apareciendo todo lo necesario y el jurado se mete en el río con una barca a motor. Sobre la superficie, atada a dos palos, alguien ha colocado una cuerda de la que cuelgan trozos alargados de plástico azul y rojo: es la línea de meta. ¡Y a “balsear” se ha dicho!
Mujeres y hombres de agua
Pobladores de los cuatro núcleos se han apuntado a la competencia, y hay hombres y mujeres de casi todas las edades. Los que compiten con las balsas van de rodillas sobre ellas y, con grandes remos, avanzan sobre el Desaguadero. Los de Chulluni, que viven en las turísticas islas flotantes peruanas, llevan la delantera, aunque seguidos de cerca por los de Ihorito. “¡Sí se puede!”, gritan todo el tiempo los de Chulluni a sus participantes. Los de Chipaya, que suelen tener menos contacto con el agua, no destacan en esta competencia y hablan entre ellos en su lengua, el uru, porque son los únicos que mantienen su lengua original, mientras que el resto se expresa en aymara, quechua y castellano. En Irohito quedan sólo cinco mayores que aún se acuerdan del uru.
Cuando llega el turno de las féminas, los peruanos se miran entre ellos. “¿Dónde está Rita?”. Rita Suaña es una dirigente de 37 años que viste al estilo tradicional de su tierra: pollera amarilla, polera blanca, chaleco rojo con flores de colores bordadas y sombrero de paja de ala ancha. Está en la cima de la loma, mirando bajo el sol las competencias. La traen hasta la orilla, se sube a una de los botes.Y, contra todo pronóstico, gana la concursante de Irohito.
Por la tarde la competencia es exclusivamente para las niñas y niños, que cuentan cuentos de su tierra en los idiomas que conocen. Aquí, los de Chipaya triunfan empleando el uru, pero todos saben de las historias de su cultura, la de mujeres y hombres separados por tierras y líneas políticas pero unidos por las ganas de recuperar su lengua y sus tradiciones.
sábado, 9 de noviembre de 2013
Revalorizan a personajes de su pueblo Afrobolivianos incluyen a su gente en currículo escolar
El currículo regionalizado afroboliviano revaloriza a los personajes más destacados de esta población, dijo ayer el secretario de Economía y Finanzas del Consejo Nacional Afroboliviano (Conafro), Juan Carlos Ballivián.
"El nuevo currículo también habla de los personajes más destacados de nuestra población en todas las áreas, porque hay muchos profesionales que hicieron varias cosas en distintas áreas y que hasta ahora no están visibilizados”, explicó Ballivián.
Entre las personas destacadas están los deportistas Ramiro Castillo y Augusto Andaveris, por ejemplo. Esta valoración a los personajes ayudará a fortalecer la autoestima de la persona y del mismo pueblo.
Además de ello, Ballivián sostuvo que en el currículo se introduce la cultura y las costumbres del pueblo afroboliviano.
De acuerdo con el jefe de la Unidad Intra e Intercultural del Ministerio de Educación, Wálter Gutiérrez, este currículo regionalizado aún está en proceso de validación en diferentes sectores y se espera que desde 2014 se lo aplique en las comunidades donde existe esta población.
Ambos funcionarios informaron sobre estos avances en el área de educación en el Tercer Congreso Nacional del Pueblo Afroboliviano, evento que se realizó en el paraninfo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
"Los avances más importantes que realizamos fueron en educación, porque logramos tener el instituto de lengua, además elaboramos el currículo y también un diccionario propio de nuestro pueblo”, afirmó Ballivián.
De acuerdo con el criterio del viceministro de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, este pueblo es reconocido por el Estado Plurinacional y por ello se impulsaron varios proyectos.
Según el presidente del Conafro, Alejandro Barra, hace cuatro años que el pueblo es valorado en el país, porque antes sólo se veía a los afrobolivianos como esclavos, no como personas.
Por eso, ahora se busca que este surgimiento del pueblo se mantenga en el mismo nivel. Para ello aseguró que hasta hoy elegirán a un nuevo presidente que dirigirá el Conafro dos años.
La población
Afrobolivianos En el país, según el censo 2012, se registraron 14.300 personas de la población afroboliviana.
Vivienda La mayoría de la población vive en las provincias Nor y Sud Yungas de La Paz. Sin embargo, la migración hizo que se trasladen también a Cochabamba y Santa Cruz.
Cultura La población revaloriza su cultura, sus creencias, sus vivencias, su idioma y a sus personajes en su currículo.
Educación La población asegura que avanzó mucho en el tema educativo.
"El nuevo currículo también habla de los personajes más destacados de nuestra población en todas las áreas, porque hay muchos profesionales que hicieron varias cosas en distintas áreas y que hasta ahora no están visibilizados”, explicó Ballivián.
Entre las personas destacadas están los deportistas Ramiro Castillo y Augusto Andaveris, por ejemplo. Esta valoración a los personajes ayudará a fortalecer la autoestima de la persona y del mismo pueblo.
Además de ello, Ballivián sostuvo que en el currículo se introduce la cultura y las costumbres del pueblo afroboliviano.
De acuerdo con el jefe de la Unidad Intra e Intercultural del Ministerio de Educación, Wálter Gutiérrez, este currículo regionalizado aún está en proceso de validación en diferentes sectores y se espera que desde 2014 se lo aplique en las comunidades donde existe esta población.
Ambos funcionarios informaron sobre estos avances en el área de educación en el Tercer Congreso Nacional del Pueblo Afroboliviano, evento que se realizó en el paraninfo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
"Los avances más importantes que realizamos fueron en educación, porque logramos tener el instituto de lengua, además elaboramos el currículo y también un diccionario propio de nuestro pueblo”, afirmó Ballivián.
De acuerdo con el criterio del viceministro de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, este pueblo es reconocido por el Estado Plurinacional y por ello se impulsaron varios proyectos.
Según el presidente del Conafro, Alejandro Barra, hace cuatro años que el pueblo es valorado en el país, porque antes sólo se veía a los afrobolivianos como esclavos, no como personas.
Por eso, ahora se busca que este surgimiento del pueblo se mantenga en el mismo nivel. Para ello aseguró que hasta hoy elegirán a un nuevo presidente que dirigirá el Conafro dos años.
La población
Afrobolivianos En el país, según el censo 2012, se registraron 14.300 personas de la población afroboliviana.
Vivienda La mayoría de la población vive en las provincias Nor y Sud Yungas de La Paz. Sin embargo, la migración hizo que se trasladen también a Cochabamba y Santa Cruz.
Cultura La población revaloriza su cultura, sus creencias, sus vivencias, su idioma y a sus personajes en su currículo.
Educación La población asegura que avanzó mucho en el tema educativo.
martes, 29 de octubre de 2013
Los urus de Bolivia y Perú comparten sus tradiciones
La plaza Mayor de La Paz sirvió ayer de escenario para la Feria-Festival Educativa Intercultural e intergeneracional de la Nación Originaria Uru Bolivia-Perú, que reunió a cerca de 100 representantes de los pueblos Uru Chipaya, Murato e Irohito de Bolivia y Chulluni de Perú.
El evento fue organizado por la Fundación Machaqa Amawta, en coordinación con el Consejo Educativo de la Nación Originaria Uru, las direcciones distritales educativas de La Paz, Oruro y Unidades Educativas Urus de Bolivia y Perú. Además, fue apoyado por Educación sin Fronteras y la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID).
Identificados por sus vestimentas, los representantes de los cuatro pueblos que conforman la nación uru en un principio se mostraron reacios a juntarse y se quedaron en grupos, a la sombra del mercado Lanza.
Al principio conversaron tímidamente entre ellos, pero cada vez de manera más fluida, hasta asumir una charla de hermanos, con muestras de cariño recíprocas y halagos en español, aymara y palabras en lengua uru.
Las primeras conversaciones de ayer fueron promovidas por los adultos de las naciones ubicadas al lado boliviano, quienes observaron con curiosidad a sus pares peruanos, distinguidos por la vistosidad de sus trajes, que contrastan con los tonos más sobrios de los uru chipayas, los uru irohitos y muratos.
Isaac Ticona, director de la Fundación Machaqa Amawta, señaló que el encuentro fue planeado para lograr una integración entre los cuatro pueblos, con miras a reconocer las costumbres ancestrales que comparten y hacer visibles aquellas que son específicas de cada pueblo y son signo de su identidad.
Objetivos del encuentro
"Como nación existen muchas cosas en común, algunas de ellas ocultas. Este encuentro espera ser un integrador entre los pueblos”, manifestó Ticona.
Otro de los objetivos, que menciona el director de Machaqa Amawta fue compartir experiencias educativas exitosas, con miras a que éstas puedan ayudar a conservar la cultura.
Una de estas experiencias corresponde al rescate de la lengua uru, realizada por el Consejo Educativo de la nación Originaria Uru y a la inclusión de ésta en el currículo educativo regionalizado, que fue aceptado y recibió la resolución previa a su aplicación.
"El currículo para el pueblo uru permitirá que nuestra lengua y cultura se preserve y se multiplique con las nuevas generaciones”, afirmó el director del consejo, Siriaco Inda.
Por su parte, los uru chullunis hablaron de su experiencia en el turismo vivencial, concentrado en las islas flotantes en las que viven y trabajan , ubicadas en la bahía de Puno, en el lado peruano del lago Titicaca.
Al cabo de unas horas las charlas aisladas se convirtieron en una asamblea popular, en la que los adultos discutieron como hermanos reencontrados después de mucho tiempo. A la cita también asistieron niños, quienes jugaron bajo una intensa llovizna, cerca del mediodía.
El evento fue organizado por la Fundación Machaqa Amawta, en coordinación con el Consejo Educativo de la Nación Originaria Uru, las direcciones distritales educativas de La Paz, Oruro y Unidades Educativas Urus de Bolivia y Perú. Además, fue apoyado por Educación sin Fronteras y la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID).
Identificados por sus vestimentas, los representantes de los cuatro pueblos que conforman la nación uru en un principio se mostraron reacios a juntarse y se quedaron en grupos, a la sombra del mercado Lanza.
Al principio conversaron tímidamente entre ellos, pero cada vez de manera más fluida, hasta asumir una charla de hermanos, con muestras de cariño recíprocas y halagos en español, aymara y palabras en lengua uru.
Las primeras conversaciones de ayer fueron promovidas por los adultos de las naciones ubicadas al lado boliviano, quienes observaron con curiosidad a sus pares peruanos, distinguidos por la vistosidad de sus trajes, que contrastan con los tonos más sobrios de los uru chipayas, los uru irohitos y muratos.
Isaac Ticona, director de la Fundación Machaqa Amawta, señaló que el encuentro fue planeado para lograr una integración entre los cuatro pueblos, con miras a reconocer las costumbres ancestrales que comparten y hacer visibles aquellas que son específicas de cada pueblo y son signo de su identidad.
Objetivos del encuentro
"Como nación existen muchas cosas en común, algunas de ellas ocultas. Este encuentro espera ser un integrador entre los pueblos”, manifestó Ticona.
Otro de los objetivos, que menciona el director de Machaqa Amawta fue compartir experiencias educativas exitosas, con miras a que éstas puedan ayudar a conservar la cultura.
Una de estas experiencias corresponde al rescate de la lengua uru, realizada por el Consejo Educativo de la nación Originaria Uru y a la inclusión de ésta en el currículo educativo regionalizado, que fue aceptado y recibió la resolución previa a su aplicación.
"El currículo para el pueblo uru permitirá que nuestra lengua y cultura se preserve y se multiplique con las nuevas generaciones”, afirmó el director del consejo, Siriaco Inda.
Por su parte, los uru chullunis hablaron de su experiencia en el turismo vivencial, concentrado en las islas flotantes en las que viven y trabajan , ubicadas en la bahía de Puno, en el lado peruano del lago Titicaca.
Al cabo de unas horas las charlas aisladas se convirtieron en una asamblea popular, en la que los adultos discutieron como hermanos reencontrados después de mucho tiempo. A la cita también asistieron niños, quienes jugaron bajo una intensa llovizna, cerca del mediodía.
lunes, 28 de octubre de 2013
UN FESTIVAL MUESTRA A LA CULTURA URU
La Fundación Machaqa Amawta, en coordinación con el Consejo Educativo de la Nación Originaria Uru, las direcciones distritales educativas de La Paz, Oruro y las direcciones de Unidades Educativas Urus de Bolivia y Perú, dentro del proyecto Educación contextualizada de los pueblos indígenas Aymara y Urus, apoyado por Educación sin Fronteras y la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID), organizan la Feria–Festival Educativa Intercultural e Intergeneracional de la Nación Originaria Uru Bolivia–Perú.
La actividad se realizará hoy en los predios de la Plaza Mayor de San Francisco, entre las 09.00 y las 14.00, y posteriormente continuará los días 29 y 30 en la comunidad Irohito Uru.
DIVERSIDAD. El festival tiene como principal objetivo promover la reafirmación, recuperación y difusión de los saberes y conocimientos de la cultura Uru, como derecho de los pueblos indígenas, para fortalecer la identidad de esa nación en la diversidad.
En Bolivia, la nación Uru o Urus se encuentra ubicada en Oruro, en cercanías del lago Poopó. Son los "hombres de agua”, ya que se caracterizan por ser pobladores lacustres dedicados a la pesca, la agricultura y la ganadería. según destaca aclo.org.bo, aunque también hay Urus en el oeste del lago Titicaca y al noreste de Puno, Perú, conocidos por sus islas flotantes de totora.
A principios de este año, pobladores urus emprendieron una marcha desde sus poblaciones hasta La Paz, para exigir respeto a su territorio, pues denunciaron que se encuentran bajo permanente avasallamiento por parte de comunidades aledañas a su territorio.
La actividad se realizará hoy en los predios de la Plaza Mayor de San Francisco, entre las 09.00 y las 14.00, y posteriormente continuará los días 29 y 30 en la comunidad Irohito Uru.
DIVERSIDAD. El festival tiene como principal objetivo promover la reafirmación, recuperación y difusión de los saberes y conocimientos de la cultura Uru, como derecho de los pueblos indígenas, para fortalecer la identidad de esa nación en la diversidad.
En Bolivia, la nación Uru o Urus se encuentra ubicada en Oruro, en cercanías del lago Poopó. Son los "hombres de agua”, ya que se caracterizan por ser pobladores lacustres dedicados a la pesca, la agricultura y la ganadería. según destaca aclo.org.bo, aunque también hay Urus en el oeste del lago Titicaca y al noreste de Puno, Perú, conocidos por sus islas flotantes de totora.
A principios de este año, pobladores urus emprendieron una marcha desde sus poblaciones hasta La Paz, para exigir respeto a su territorio, pues denunciaron que se encuentran bajo permanente avasallamiento por parte de comunidades aledañas a su territorio.
Los indígenas padecen enfermedades de blancos
Los indios de la Amazonia brasileña ya no sufren tanto con la malaria, relativamente bajo control en la mayor selva tropical del mundo, pero sí con enfermedades comunes en las grandes ciudades de "blancos”, como la hipertensión arterial o la dislipidemia.
Así lo constató un estudio de la Universidad Federal de San Pablo (Unifesp) con indios de la etnia Khisêdjê que viven en el Parque Nacional Xingú, un enorme conjunto de reservas ambientales e indígenas en medio de la Amazonia y lejos de las grandes urbes brasileñas.
"Los indios, pese a permanecer en áreas selváticas y conservar parte de sus tradiciones, no son ajenos a las llamadas ‘enfermedades de la modernidad’”, dijo la investigadora Suely Godoy Agostinho Gimeno, investigadora de la Unifesp y coordinadora del estudio que elaboró el Perfil Nutricional y Metabólico de los khisêdjês.
El estudio, basado en evaluaciones médicas hechas a 179 indios en 2011, constató que la enfermedad de mayor incidencia actualmente entre los khisêdjês es la hipertensión arterial, a diferencia de 1965, cuando la principal causa de muerte en esta etnia eran la malaria, las enfermedades respiratorias y la diarrea.
De acuerdo con los autores de la investigación, pese a que las enfermedades infecciosas y parasitarias aún son una importante causa de mortalidad entre estos indios, las que más crecieron en los últimos años fueron las crónicas no transmisibles, como la hipertensión, la intolerancia a la glucosa y la dislipidemia, un aumento anormal en la tasa de lípidos en la sangre y que puede manifestarse por elevación del colesterol total.
El Parque Nacional Xingú cuenta con 2,8 millones de hectáreas de selva . (EFE)
Así lo constató un estudio de la Universidad Federal de San Pablo (Unifesp) con indios de la etnia Khisêdjê que viven en el Parque Nacional Xingú, un enorme conjunto de reservas ambientales e indígenas en medio de la Amazonia y lejos de las grandes urbes brasileñas.
"Los indios, pese a permanecer en áreas selváticas y conservar parte de sus tradiciones, no son ajenos a las llamadas ‘enfermedades de la modernidad’”, dijo la investigadora Suely Godoy Agostinho Gimeno, investigadora de la Unifesp y coordinadora del estudio que elaboró el Perfil Nutricional y Metabólico de los khisêdjês.
El estudio, basado en evaluaciones médicas hechas a 179 indios en 2011, constató que la enfermedad de mayor incidencia actualmente entre los khisêdjês es la hipertensión arterial, a diferencia de 1965, cuando la principal causa de muerte en esta etnia eran la malaria, las enfermedades respiratorias y la diarrea.
De acuerdo con los autores de la investigación, pese a que las enfermedades infecciosas y parasitarias aún son una importante causa de mortalidad entre estos indios, las que más crecieron en los últimos años fueron las crónicas no transmisibles, como la hipertensión, la intolerancia a la glucosa y la dislipidemia, un aumento anormal en la tasa de lípidos en la sangre y que puede manifestarse por elevación del colesterol total.
El Parque Nacional Xingú cuenta con 2,8 millones de hectáreas de selva . (EFE)
sábado, 26 de octubre de 2013
Conamaq y Cidob firman pacto político para comicios 2014
El Consejo Nacional de Markas y Allyus del Qullasuyu (Conamaq) y una facción de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) firmaron ayer un acuerdo político basados en las determinaciones de sus organizaciones que desde 2012 les solicitaron conformar un bloque político para participar en los procesos electorales a nivel nacional.
En ese sentido, el jiliri Apu Mallku de Conamaq, Félix Becerra, dijo que participarán de los siguientes procesos electorales, pero aclaró que no se irá a una alianza con el Movimiento Al Socialismo (MAS) tal como sucedió en 2005 y 2009 con el denominado Pacto de Unidad, ni tampoco apostarán a unirse con algún frente de derecha.
A su turno el presidente de la Cidob que apoya la marcha de defensas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Adolfo Chávez, explicó que el “mandato de las bases en 2012” les pidió crear un mecanismo político para participar de las elecciones democráticas en los niveles general o nacional, departamental o regional y municipal.
El representante de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), Rafael Quispe, concluyó retando al mandatario Evo Morales a un debate de ideas y programas en la arena política. “Ahora sí debatamos en el escenario político, yo lo invito a debatir en nuestro dialecto, pero él no sabe”, dijo y afirmó que el candidato del MAS no aceptará ningún reto porque no cuenta con argumentos y su única virtud radica en dividir a las organizaciones sociales.
Sobre la represión de Chaparina, Quispe dijo que seguirá pidiendo la ampliación de declaraciones de los miembros del Gobierno; en tanto desde La Paz la fiscal Patricia Santos ha convocado a la hija de Quispe para declarar la próxima semana.
En ese sentido, el jiliri Apu Mallku de Conamaq, Félix Becerra, dijo que participarán de los siguientes procesos electorales, pero aclaró que no se irá a una alianza con el Movimiento Al Socialismo (MAS) tal como sucedió en 2005 y 2009 con el denominado Pacto de Unidad, ni tampoco apostarán a unirse con algún frente de derecha.
A su turno el presidente de la Cidob que apoya la marcha de defensas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), Adolfo Chávez, explicó que el “mandato de las bases en 2012” les pidió crear un mecanismo político para participar de las elecciones democráticas en los niveles general o nacional, departamental o regional y municipal.
El representante de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), Rafael Quispe, concluyó retando al mandatario Evo Morales a un debate de ideas y programas en la arena política. “Ahora sí debatamos en el escenario político, yo lo invito a debatir en nuestro dialecto, pero él no sabe”, dijo y afirmó que el candidato del MAS no aceptará ningún reto porque no cuenta con argumentos y su única virtud radica en dividir a las organizaciones sociales.
Sobre la represión de Chaparina, Quispe dijo que seguirá pidiendo la ampliación de declaraciones de los miembros del Gobierno; en tanto desde La Paz la fiscal Patricia Santos ha convocado a la hija de Quispe para declarar la próxima semana.
Guaraníes anuncian su propia Confederación
La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) anunció conformar su propia Confederación del Chaco en caso de que la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) no se unifique, para lo que la organización indígena resolvió convocar durante los días 6 y 7 de noviembre a una Asamblea nacional en Camiri para tratar este tema, informó el responsable de Recursos Naturales y de Medio Ambiente, Nelson Bartolo. “Estamos convocando a las regionales de tierras bajas para tocar el tema orgánico de la Cidob, como la nación Guaraní es fundadora de la Cidob yo creo que tenemos esa potestad como nación Guaraní de convocar a los otros hermanos de las regionales y ver, zanjar y buscar la unidad eso es lo que quiere la nación Guaraní”, declaró Bartolo. Se cursaron invitaciones para Adolfo Chávez que dirige la Cidob, tras ser electo el 2010 en la Gran Asamblea Nacional de Pueblos Indígenas (GANPI), y para Melva Hurtado
viernes, 25 de octubre de 2013
REALIZAN ENCUENTRO AFROBOLIVIANO
El Primer Diálogo Intercultural del Pueblo Afroboliviano se realizará desde las 08.00 de hoy, en el cine 6 de Agosto, con el fin de visibilizar, valorizar y difundir los aportes de los afrodescendientes a la sociedad paceña, a través de un debate intercultural con organizaciones y culturas que conviven en esta ciudad.
El evento, promovido por la Delegación Municipal de Fomento a la Interculturalidad abordará temas como educación, cultura, inclusión social, gastronomía y otros.
El evento, promovido por la Delegación Municipal de Fomento a la Interculturalidad abordará temas como educación, cultura, inclusión social, gastronomía y otros.
jueves, 24 de octubre de 2013
Mapuches aprenden el modelo boliviano
Desean replicar la experiencia boliviana en Chile para el ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas.
Afirman que la unión de los pueblos indígenas del continente logrará su reconocimiento pleno.
Una delegación del pueblo indígena mapuche de Chile, que visita Bolivia, destacó el liderazgo del país en la lucha para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas del continente.
Rosa Cayuni, miembro de esta delegación, dijo: “El Presidente (Evo Morales), como es indígena, logró muchas cosas, lo vimos, aprendimos y queremos llevar los aprendizajes que hacen ustedes (a Chile), ojalá nosotros tuviéramos el Gobierno que ustedes tienen”.
Su llegada a Bolivia se debe para intercambiar experiencias en medicina tradicional, pues quieren “fortalecer los conocimientos en medicina tradicional, como en el Estado Plurinacional se están haciendo los grandes avances con el Presidente y las organizaciones sociales”, dijo Víctor Quispe, yatiri de la Dirección de Medicina Tradicional del Ministerio de Salud.
Cayuni puntualizó que existe un despertar de los pueblos originarios de todos los países americanos, por lo que exhortó a la unión “entre todos para lograr el reconocimiento de nuestra gente, es lo que queremos en nuestro país y de aquí llevamos el ejemplo”.
En tanto, Pedro Yancabar, otro de los indígenas del pueblo mapuche, señaló que la situación del pueblo indígena chileno es diferente a Bolivia, por lo que esperan lograr el reconocimiento por parte de sus autoridades en igual proporción que en el territorio boliviano.
“A Bolivia lo ven como un referente en la cuestión de avances de los pueblos indígenas originarios”, insistió el yatiri Quispe, quien acompañó a la delegación chilena durante la audiencia en la Comisión de Pueblos Indígenas de la Cámara de Diputados.
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Afirman que la unión de los pueblos indígenas del continente logrará su reconocimiento pleno.
Una delegación del pueblo indígena mapuche de Chile, que visita Bolivia, destacó el liderazgo del país en la lucha para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas del continente.
Rosa Cayuni, miembro de esta delegación, dijo: “El Presidente (Evo Morales), como es indígena, logró muchas cosas, lo vimos, aprendimos y queremos llevar los aprendizajes que hacen ustedes (a Chile), ojalá nosotros tuviéramos el Gobierno que ustedes tienen”.
Su llegada a Bolivia se debe para intercambiar experiencias en medicina tradicional, pues quieren “fortalecer los conocimientos en medicina tradicional, como en el Estado Plurinacional se están haciendo los grandes avances con el Presidente y las organizaciones sociales”, dijo Víctor Quispe, yatiri de la Dirección de Medicina Tradicional del Ministerio de Salud.
Cayuni puntualizó que existe un despertar de los pueblos originarios de todos los países americanos, por lo que exhortó a la unión “entre todos para lograr el reconocimiento de nuestra gente, es lo que queremos en nuestro país y de aquí llevamos el ejemplo”.
En tanto, Pedro Yancabar, otro de los indígenas del pueblo mapuche, señaló que la situación del pueblo indígena chileno es diferente a Bolivia, por lo que esperan lograr el reconocimiento por parte de sus autoridades en igual proporción que en el territorio boliviano.
“A Bolivia lo ven como un referente en la cuestión de avances de los pueblos indígenas originarios”, insistió el yatiri Quispe, quien acompañó a la delegación chilena durante la audiencia en la Comisión de Pueblos Indígenas de la Cámara de Diputados.
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martes, 22 de octubre de 2013
América Latina discrimina a 23 MM de indígenas
Al menos 23 millones de mujeres indígenas de América Latina y el Caribe enfrentan “profundas” desigualdades sociales, étnicas y de género, según la CEPAL, que llamó a los países de la región a avanzar en la protección de sus derechos.
El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) considera países como Brasil, Colombia, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay. El análisis cita cifras de censos de 2010 que señalan que la mayor población de mujeres indígenas entre estos países se concentra en México, con más de 8,6 millones, seguido por Perú (3,2 millones) y Colombia (689.000).
Las indígenas tienen la potencialidad para ser generadoras de bienestar y desarrollo sostenible de sus pueblos, pero sufren discriminaciones de carácter económico, étnico, de clase y de género que se manifiestan en múltiples vulnerabilidades, según el estudio. El informe precisó que la migración tiene muchas veces consecuencias negativas en las condiciones de vida de estas mujeres, ya que ellas terminan viviendo en sitios más pobres, precarios y sin seguridad.
Los países con mayor movilidad interna de mujeres indígenas son Panamá, Uruguay, Costa Rica y Ecuador, según la CEPAL.
Si bien hubo progresos en materia de educación, ya que más de 90% de los niños y niñas indígenas de 6 a 11 años van a la escuela en la mayoría de los países de la región, los avances son insuficientes, subrayó el informe.
El informe también puso en evidencia la pérdida del idioma original como resultado del proceso de escolarización.
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