“Nos quedaba un poco de yuca y plátano, y la carne que los ganaderos nos han dejado regalado en los pontones, del ganado muerto, que no pudieron trasladar. Todo eso sancochado porque no contamos con aceite, es lo que hemos estado comiendo”, relató Aide Ortiz, dirigente de la comunidad Los Puentes, en el municipio de San Ignacio de Moxos, Beni.
Ortiz llegó ayer a Trinidad para pedir alimentos y carpas, así como medicamentos para las familias de su comunidad y la de Santa María del Pilar, a las que dijo no ha llegado ni una bolsa de alimento.
Relató que no todos los comunarios han salido a los campamentos que se han instalado, muchos se quedaron en ellas porque no tenían como transportar a sus hijos y sus animales, y sobrevivieron este tiempo con los pocos alimentos que les quedaba.
Señaló que la mayoría lo perdió todo, sus cultivos y animales. “Están muertos los chanchos, los caballos, el ganado, las gallinas y patos que teníamos”, aseguró por lo que pidió a las autoridades de Gobierno programas, una vez que bajen las aguas, de apoyo con la dotación de semillas para volver a cultivar y animales, porque ese es su medio de sustento.
“Gracias al Señor, en los puentes, encima de ellos estamos albergados, todavía estamos pisando tierra”, dijo al señalar que son 17 familias de Santa María del Pilar que están en el campamento y 27 Los Puentes, otras se encuentran en los albergues y estaban a la espera de la llegada de las últimas familias que aún permanecían en las comunidades.
Ortíz estima que recién los primeros días de mayo, bajará el agua y se recuperarán las tierras. “En Los Puentes estamos con agua desde el 1 de febrero, no hubo tregua desde entonces”, dijo.
La situación de estos indígenas sería la misma que están enfrentados otros en las comunidades rurales sobre todo las más alejadas, donde reclaman por asistencia, porque a la fecha no habría llegado nada hasta allí y están viviendo en medio de sus animales muertos y sin alimentos ni agua que consumir.
“Desastre”
El pedido de las autoridades benianas de que se declare ese departamento zona de desastre por los daños que viene sufriendo por las inundaciones y desbordes de los ríos, fue respaldado ayer por los cívicos de cinco departamentos, que se reunieron en Cochabamba.
Los cívicos de Cochabamba, Tarija, La Paz, Potosí y Santa Cruz solicitaron al Gobierno, en cumplimiento de la ley, declarar “zona de desastre natural” al departamento de Beni, “con la celeridad y la magnitud que el caso demanda”.
“Beni no puede recibir ayuda de cuentagotas, Beni necesita ayuda masiva, grande”, alegó el presidente del Comité Cívico de Cochabamba, Gunter Paz.
Residentes benianos e integrantes de diferentes organizaciones y entidades cívicas cruceñas marcharon ayer en la capital de Santa Cruz para pedir al Gobierno la declaratoria de Beni como zona de desastre.
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miércoles, 26 de febrero de 2014
LA POBLACIÓN INDÍGENA ES LA MÁS VULNERABLE
Las comunidades indígenas son los grupos más vulnerables por los desastres naturales que ocasionaron las intensas lluvias, informó el jefe de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud de La Paz, René Barrientos.
Explicó que la población indígena está expuesta a las enfermedades debido al aislamiento y por la falta de acceso y comunicación con este grupo.
"Las comunidades indígenas son la mayor preocupación. Son los grupos más vulnerables. Nosotros tenemos casi 22 grupos vulnerables de las 36 etnias que tiene el país: mosetenes, lecos, tacanas entre otros. Son las que tienen mayor riesgo", dijo el Jefe de Epidemiología.
Mayor atención en el norte de la paz. Con el objetivo de reforzar la atención sanitaria en el norte paceño, el Ministerio de Salud y la Gobernación enviaron ayer 31 médicos entre especialistas, residentes en Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI) y técnicos de fumigación.
El trabajo de los médicos se centrará en los municipios de Tipuani, Ixiamas, Palos Blancos, Guanay y Teoponte, por ser las más afectadas por las inundaciones.
Las brigadas médicas portan dos mochilas, una con medicamentos (antibacterianos, antiparasitarios, antidiarreicos, sales de rehidratación, pastillas potabilizadoras y otros) y la otra con indumentarias personales adecuadas para los desastres (botas, ponchillos, chalecos y sombreros)
El informe epidemiológico da cuenta que las enfermedades respiratorias agudas, micosis cutánea, parasitoris y las enfermedades diarreicas son las más frecuentes en las regiones afectadas por las lluvias.
Explicó que la población indígena está expuesta a las enfermedades debido al aislamiento y por la falta de acceso y comunicación con este grupo.
"Las comunidades indígenas son la mayor preocupación. Son los grupos más vulnerables. Nosotros tenemos casi 22 grupos vulnerables de las 36 etnias que tiene el país: mosetenes, lecos, tacanas entre otros. Son las que tienen mayor riesgo", dijo el Jefe de Epidemiología.
Mayor atención en el norte de la paz. Con el objetivo de reforzar la atención sanitaria en el norte paceño, el Ministerio de Salud y la Gobernación enviaron ayer 31 médicos entre especialistas, residentes en Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI) y técnicos de fumigación.
El trabajo de los médicos se centrará en los municipios de Tipuani, Ixiamas, Palos Blancos, Guanay y Teoponte, por ser las más afectadas por las inundaciones.
Las brigadas médicas portan dos mochilas, una con medicamentos (antibacterianos, antiparasitarios, antidiarreicos, sales de rehidratación, pastillas potabilizadoras y otros) y la otra con indumentarias personales adecuadas para los desastres (botas, ponchillos, chalecos y sombreros)
El informe epidemiológico da cuenta que las enfermedades respiratorias agudas, micosis cutánea, parasitoris y las enfermedades diarreicas son las más frecuentes en las regiones afectadas por las lluvias.
lunes, 24 de febrero de 2014
Registran siete lenguas orientales maternas en peligro de extinción
El lingüista y director general ejecutivo del Instituto Plurinacional de Estudio de Lenguas y Culturas (Ipelc), Pedro Apala, señaló que al menos unas siete lenguas maternas del oriente boliviano se encuentran en peligro de extinción, por lo que instituciones dedicadas al estudio de las mismas analizan estrategias para que no desaparezcan.
Apala identificó dos factores como los causantes de la disminución de los hablantes de estos idiomas. Una de ellas se debe a que las personas mayores de estas culturas mueren dejando esta herencia a sus hijos, los que a su vez, cuando conforman parejas en etapa joven no transmiten su idioma nativo a su descendencia, cortando así la transmisión generacional que llevan a la desaparición de la lengua, la cual se considera como un elemento muy importante dentro de la identidad de los originarios, así como del valor de sus conocimientos en aspectos como la ganadería, la agricultura, la medicina tradicional y la cosmovisión que cada cultura posee de forma independiente.
Agregó que de acuerdo a un estudio realizado por la Unesco en el oriente boliviano las lenguas que están en proceso de extinción son: el ayoreo, el sironó, el guaragué, machomere, tapieté, minagua, corichanes y otras más.
En el caso específico de Santa Cruz dijo que inclusive idiomas como el guaraní, béciro y guarayo van perdiendo sus hablantes, pues si bien hay muchos que se identifican como tales, varios de ellos ya no hablan su idioma materno.
‘‘Si bien la Constitución reconoce oficialmente 26 lenguas, hasta el momento no se ha tocado con detalle en espacios de reflexión sobre lo que significa la lengua materna, principalmente de los pueblos indígenas originarios, por ello, las lenguas deberían emplearse en los diversos espacios de la cotidianidad como en oficinas públicas del Estado para así fortalecerlas’’ dijo Pala, al señalar que de acuerdo a los resultados del último censo realizado el año pasado, existen lenguas que sólo son utilizadas por 4 a 10, por lo que ya se trabaja en un plan que ha dado buenos resultados y consiste en la enseñanza del idioma a niños menores de 4 años por la plasticidad que tienen para aprender.
Apala identificó dos factores como los causantes de la disminución de los hablantes de estos idiomas. Una de ellas se debe a que las personas mayores de estas culturas mueren dejando esta herencia a sus hijos, los que a su vez, cuando conforman parejas en etapa joven no transmiten su idioma nativo a su descendencia, cortando así la transmisión generacional que llevan a la desaparición de la lengua, la cual se considera como un elemento muy importante dentro de la identidad de los originarios, así como del valor de sus conocimientos en aspectos como la ganadería, la agricultura, la medicina tradicional y la cosmovisión que cada cultura posee de forma independiente.
Agregó que de acuerdo a un estudio realizado por la Unesco en el oriente boliviano las lenguas que están en proceso de extinción son: el ayoreo, el sironó, el guaragué, machomere, tapieté, minagua, corichanes y otras más.
En el caso específico de Santa Cruz dijo que inclusive idiomas como el guaraní, béciro y guarayo van perdiendo sus hablantes, pues si bien hay muchos que se identifican como tales, varios de ellos ya no hablan su idioma materno.
‘‘Si bien la Constitución reconoce oficialmente 26 lenguas, hasta el momento no se ha tocado con detalle en espacios de reflexión sobre lo que significa la lengua materna, principalmente de los pueblos indígenas originarios, por ello, las lenguas deberían emplearse en los diversos espacios de la cotidianidad como en oficinas públicas del Estado para así fortalecerlas’’ dijo Pala, al señalar que de acuerdo a los resultados del último censo realizado el año pasado, existen lenguas que sólo son utilizadas por 4 a 10, por lo que ya se trabaja en un plan que ha dado buenos resultados y consiste en la enseñanza del idioma a niños menores de 4 años por la plasticidad que tienen para aprender.
domingo, 23 de febrero de 2014
Guardianesde su lengua natal
Chamuxaume (saludo, en bésiro), dice Ignacio Tomichá al llegar. Puama (buenos días, en guaraní) afirma por su parte, Melffy Santiesteban. Sonríen y luego siguen la charla en castellano. De rato en rato, no pierden otra vez la oportunidad de hacer conocer más palabras de su lengua natal.
Ambos tienen algo en común. Emigraron a la ciudad de Santa Cruz y desde aquí han decidido convertirse en guardianes y difusores de la lengua del pueblo indígena que los vio nacer.
Y esa inquietud no la han dejado solo en palabras. Su preocupación ha ido aumentando luego de que un informe de la Unesco identificó al bésiro como una ‘lengua en peligro’ de desaparecer (es decir que solo es hablada por los adultos pero los niños ya no la aprenden en sus familias como lengua materna).
Asimismo la última edición del Atlas de las lenguas del mundo en peligro, publicada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), señala al guaraní como una ‘lengua vulnerable’ (o sea que la mayoría de los niños hablan la lengua, pero su uso puede estar restringido a determinados ámbitos como el hogar, por ejemplo).
Un chiquitano empeñado en salvar el bésiro
De las palabras a los hechos ha pasado Ignacio Tomichá Chuvé, un joven profesional chiquitano que se ha puesto la misión de no dejar morir su lengua nativa.
De ojos semirrasgados, estatura media y piel morena, cada vez que habla lo hace sonriendo y con gestos tan expresivos que logra transmitir el orgullo que asegura sentir por el lenguaje de sus ancestros.
Nació en Naranjito, una comunidad ubicada en el municipio de San Antonio de Lomerío (provincia Ñuflo de Chávez al noreste de Santa Cruz) que alberga a pobladores indígenas de la etnia monkox chiquitano.
Sin embargo, vivió la mayor parte de su infancia y juventud en la comunidad Monteverde y luego en Concepción donde estudió en colegios que impartían la enseñanza en castellano, mientras el uso del bésiro iba quedando cada vez más limitada al habla de los adultos en ciertos hogares.
Al terminar su etapa escolar y llegado el momento de decidir el nuevo rumbo de su vida, Ignacio comprendió que era necesario tomar acciones urgentes para evitar que el idioma de su pueblo desaparezca. Es así que decidió salir de su pueblo y venir a la ciudad para estudiar Ciencias de la Educación y Lingüística en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), especializándose en la investigación del bésiro.
“Pese a ser chiquitano, aprendí el bésiro como segunda lengua cuando decidí venir a estudiar Lingüística aquí a la ciudad de Santa Cruz. En ese entonces tenía unos 20 años. Mis padres solo hablaban bésiro entre ellos y yo de niño no les entendía nada. En el colegio nos enseñaron todo en castellano”, relata.
Siguiendo los pasos de su padre se apasionó por la enseñanza y ahora se desempeña como profesor de bésiro en los cursos que ofrece el Centro de Investigación Histórica y Pueblos Indígenas dependiente de la Facultad de Ciencia Jurídicas, Políticas y Sociales de la Uagrm.
Solo siete personas se han capacitado hasta el momento en ese curso básico de seis meses que se impartió recientemente, pero este profesional confía en ir despertando poco a poco más interés por aprender el bésiro.
Motivado a seguir superándose, este chiquitano está cursando actualmente una maestría en Derecho Indígena y Desarrollo.
Actualmente Tomichá trabaja como técnico de la Unidad de Coordinación de Pueblos Indígenas e Interculturalidad en la Uagrm desde donde contribuye a la organización de los cursos de guaraní, bésiro, guarayo y quechua, que se imparten desde ese establecimiento universitario.
De las aulas al mundo digital
En su afán de promocionar el aprendizaje de la lengua de los chiquitanos entre los jóvenes de su propia cultura y otras personas interesadas, Ignacio Tomichá ha creado la página Monkox bésiro en Facebook donde diariamente va subiendo palabras y material audiovisual sobre ese idioma.
Hasta el momento ese sitio ya tiene 107 seguidores en la red social provenientes no solo de Bolivia sino también de otros países.
Su meta es lograr motivar una mayor interacción con sus seguidores a través de Internet .
Además de su sitio en Facebook este joven ha abierto también una cuenta en Twitter (@MonkoxBesiro) y mantiene contactos con instituciones relacionadas con la revalorización de lenguas de los pueblos indígenas.
Una realidad que preocupa
Ignacio lamenta que muchos chiquitanos no practiquen su idioma, sea por desconocimiento o porque su uso les causa temor o vergüenza. “Sobre todo muchos jóvenes temen que al hablar una lengua indígena van a ser discriminados, por eso evitan hacerlo. Yo mismo sentí eso cuando estuve en colegio y me sentí relegado en algunos grupos. Estoy convencido de que hablando su propia lengua uno muestra su propia identidad y se hace respetar”, dice.
Tomichá guarda esperanzas y cree que aún es tiempo de salvar el bésiro. No se rinde y cada vez que puede habla en su lengua natal. “Cuando viajo o voy a reuniones lo primero que hago es saludar y hablar un poco en bésiro. Al volver a mi pueblo, disfruté mucho de hablar y chistear con mi familia en el idioma de mi pueblo. Ya había más confianza”, señala.
Actualmente Ignacio vive en el barrio Vallecito 2, al norte de la ciudad junto a algunos de sus coterráneos. “Los fines de semana nos reunimos para hacer deporte. Y ahí también aprovecho para generar diálogos en nuestro idioma”.
Su mayor afición son las computadoras y crea su propio material audiovisual. También le gusta hacer ejercicios y de eso dan testimonios sus músculos. También se da tiempo para el amor y tiene a alguien en conquista.
Del pueblo guaraní a la capital cruceña
Con el mismo entusiasmo, Melffy Santiesteban Salces (40) impulsa la enseñanza del guaraní desde donde se encuentre. Apasionada por la docencia, esta mujer jovial de tez blanca y contextura media, ya lleva 13 años de trayectoria como maestra bilingüe (castellano-guaraní), educando a niños de nivel primaria.
Nació en la comunidad Tatarenda Nuevo, ubicada sobre la carretera Camiri-Santa Cruz, pero hace tres semanas decidió mudarse a la capital cruceña para reunirse con sus hijos que ya cursan estudios en la ciudad desde hace algún tiempo.
Cumpliendo la labor de madre y padre, relata con satisfacción que sus cuatro retoños también hablan muy bien el guaraní. “Me enorgullece ver que mis hijos nunca sintieron temor de decir: sí yo soy guaraní. Saben que no podemos dejar de lado nuestra identidad y me gustaría que transmitan esa misma actitud a sus vástagos”, enfatiza.
Hija de Carlos Santiesteban y Eva Salces, ambos agricultores, Melffy recuerda con nostalgia las vivencias en su tierra natal. Tiene tres hermanas y un hermano, todos hablantes del guaraní.
“Se extraña vivir en un lugar donde se respira tranquilidad y donde uno vive lado a lado con sus parientes que se protegen uno al otro, pero tendré que acostumbrarme a vivir en la ciudad. Llegué para quedarme y para estar al lado de mis hijos. Trato de viajar seguido a mi comunidad para visitar a mis padres. Mi razón de vida ahora son mis hijos y el compromiso con mi pueblo”, explica.
Melffy Santisteban confiesa que vivió en una casa de tabique y paja, así como con limitaciones de algunos servicios básicos.
No obstante, asegura con firmeza que en su hogar nunca faltó el ‘mboroaiu’ (el amor, en su concepto integral).
“Pueden faltar cosas materiales, pero si hay amor, basta”, dice.
De la época de su infancia recuerda con emoción las reuniones con sus abuelitas. “Poníamos cueros de urina sobre el piso y nos sentábamos a escuchar sus cuentos mientras ellas nos peinaban. Siempre nos aconsejaban que hay que evitar pelear y ser siempre hacendosos”, relata.
Contribuyendo a la enseñanza del guaraní
Otro de los aportes de Melffy Santiesteban a la difusión del guaraní es el libro que logró publicar en 2011 en el que brinda una enseñanza didáctica de esa lengua.
Yaikuá guaraní (Aprendamos guaraní) así se llama el texto que ahora sirve como base de estudios en los cursos que se imparten en la Uagrm así como en otros establecimientos educativos.
El texto, de 117 páginas y una colorida portada, en la que se retrató a una sonriente abuelita transmitiendo su sabiduría y contando historias a sus nietos en una comunidad guaraní, busca hacer conocer a los hispanoparlantes no solo la lengua, sino también la cultura y la cosmovisión de ese pueblo indígena de tierras bajas.
Actualmente, Melffy se desempeña como profesora del colegio San Martín de Porres, el primer empleo que logró conseguir a su llegada a la capital cruceña, y busca seguir trabajando dentro de esta actividad que le apasiona. Y es que, según cuenta, desde niña soñó con ser maestra.
Convencida de que desde las aulas se puede seguir contribuyendo a la preservación de lenguas originarias tiene muy claras sus metas para el futuro.
“Yo, como guaraní, he venido trabajando en la recuperación y el fortalecimiento de la lengua de mi pueblo y lo seguiré haciendo. Si perdemos nuestra lengua, también perdemos nuestra cultura. Cada guaraní debe tomar eso muy en cuenta y esforzarse por transmitir sus raíces de generación en generación”, dice Santiesteban.
En su opinión, la comunicación con una lengua nativa ayuda a generar más confianza con los habitantes de los pueblos indígenas por eso cree que es útil su aprendizaje. “Muchos jóvenes que salen a trabajar a zonas rurales sí o sí necesitarán comunicarse con la gente del lugar”, puntualiza.
Claves para aprender
Aprender bésiro o guaraní no es una tarea difícil ni imposible, aseguran quienes difunden el aprendizaje de esas lenguas.
Ignacio Tomichá explica que en el caso de la lengua chiquitana la clave es una pronunciación correcta de los sonidos. Por eso enfatiza que es importante realizar una práctica oral permanente.
Asimismo, aclara que a diferencia de otros idiomas, el bésiro incluye palabras que son escritas y pronunciadas de forma diferente tanto por el hombre como por la mujer. Por ejemplo, un varón saluda con un‘chamuxaume’ y una dama lo hace con un ‘chamuxia’.
En el caso del guaraní, Melffy Santiesteban recomienda no sorprenderse con los signos extraños que muestra el alfabeto. “Con la práctica se darán cuenta de que requieren de una pronunciación a la que ya estamos acostumbrados con el castellano. Así, se encontrarán con letras ‘nasalizadas’ o vocales centrales que las dirán fácilmente”, explica
Ambos tienen algo en común. Emigraron a la ciudad de Santa Cruz y desde aquí han decidido convertirse en guardianes y difusores de la lengua del pueblo indígena que los vio nacer.
Y esa inquietud no la han dejado solo en palabras. Su preocupación ha ido aumentando luego de que un informe de la Unesco identificó al bésiro como una ‘lengua en peligro’ de desaparecer (es decir que solo es hablada por los adultos pero los niños ya no la aprenden en sus familias como lengua materna).
Asimismo la última edición del Atlas de las lenguas del mundo en peligro, publicada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), señala al guaraní como una ‘lengua vulnerable’ (o sea que la mayoría de los niños hablan la lengua, pero su uso puede estar restringido a determinados ámbitos como el hogar, por ejemplo).
Un chiquitano empeñado en salvar el bésiro
De las palabras a los hechos ha pasado Ignacio Tomichá Chuvé, un joven profesional chiquitano que se ha puesto la misión de no dejar morir su lengua nativa.
De ojos semirrasgados, estatura media y piel morena, cada vez que habla lo hace sonriendo y con gestos tan expresivos que logra transmitir el orgullo que asegura sentir por el lenguaje de sus ancestros.
Nació en Naranjito, una comunidad ubicada en el municipio de San Antonio de Lomerío (provincia Ñuflo de Chávez al noreste de Santa Cruz) que alberga a pobladores indígenas de la etnia monkox chiquitano.
Sin embargo, vivió la mayor parte de su infancia y juventud en la comunidad Monteverde y luego en Concepción donde estudió en colegios que impartían la enseñanza en castellano, mientras el uso del bésiro iba quedando cada vez más limitada al habla de los adultos en ciertos hogares.
Al terminar su etapa escolar y llegado el momento de decidir el nuevo rumbo de su vida, Ignacio comprendió que era necesario tomar acciones urgentes para evitar que el idioma de su pueblo desaparezca. Es así que decidió salir de su pueblo y venir a la ciudad para estudiar Ciencias de la Educación y Lingüística en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), especializándose en la investigación del bésiro.
“Pese a ser chiquitano, aprendí el bésiro como segunda lengua cuando decidí venir a estudiar Lingüística aquí a la ciudad de Santa Cruz. En ese entonces tenía unos 20 años. Mis padres solo hablaban bésiro entre ellos y yo de niño no les entendía nada. En el colegio nos enseñaron todo en castellano”, relata.
Siguiendo los pasos de su padre se apasionó por la enseñanza y ahora se desempeña como profesor de bésiro en los cursos que ofrece el Centro de Investigación Histórica y Pueblos Indígenas dependiente de la Facultad de Ciencia Jurídicas, Políticas y Sociales de la Uagrm.
Solo siete personas se han capacitado hasta el momento en ese curso básico de seis meses que se impartió recientemente, pero este profesional confía en ir despertando poco a poco más interés por aprender el bésiro.
Motivado a seguir superándose, este chiquitano está cursando actualmente una maestría en Derecho Indígena y Desarrollo.
Actualmente Tomichá trabaja como técnico de la Unidad de Coordinación de Pueblos Indígenas e Interculturalidad en la Uagrm desde donde contribuye a la organización de los cursos de guaraní, bésiro, guarayo y quechua, que se imparten desde ese establecimiento universitario.
De las aulas al mundo digital
En su afán de promocionar el aprendizaje de la lengua de los chiquitanos entre los jóvenes de su propia cultura y otras personas interesadas, Ignacio Tomichá ha creado la página Monkox bésiro en Facebook donde diariamente va subiendo palabras y material audiovisual sobre ese idioma.
Hasta el momento ese sitio ya tiene 107 seguidores en la red social provenientes no solo de Bolivia sino también de otros países.
Su meta es lograr motivar una mayor interacción con sus seguidores a través de Internet .
Además de su sitio en Facebook este joven ha abierto también una cuenta en Twitter (@MonkoxBesiro) y mantiene contactos con instituciones relacionadas con la revalorización de lenguas de los pueblos indígenas.
Una realidad que preocupa
Ignacio lamenta que muchos chiquitanos no practiquen su idioma, sea por desconocimiento o porque su uso les causa temor o vergüenza. “Sobre todo muchos jóvenes temen que al hablar una lengua indígena van a ser discriminados, por eso evitan hacerlo. Yo mismo sentí eso cuando estuve en colegio y me sentí relegado en algunos grupos. Estoy convencido de que hablando su propia lengua uno muestra su propia identidad y se hace respetar”, dice.
Tomichá guarda esperanzas y cree que aún es tiempo de salvar el bésiro. No se rinde y cada vez que puede habla en su lengua natal. “Cuando viajo o voy a reuniones lo primero que hago es saludar y hablar un poco en bésiro. Al volver a mi pueblo, disfruté mucho de hablar y chistear con mi familia en el idioma de mi pueblo. Ya había más confianza”, señala.
Actualmente Ignacio vive en el barrio Vallecito 2, al norte de la ciudad junto a algunos de sus coterráneos. “Los fines de semana nos reunimos para hacer deporte. Y ahí también aprovecho para generar diálogos en nuestro idioma”.
Su mayor afición son las computadoras y crea su propio material audiovisual. También le gusta hacer ejercicios y de eso dan testimonios sus músculos. También se da tiempo para el amor y tiene a alguien en conquista.
Del pueblo guaraní a la capital cruceña
Con el mismo entusiasmo, Melffy Santiesteban Salces (40) impulsa la enseñanza del guaraní desde donde se encuentre. Apasionada por la docencia, esta mujer jovial de tez blanca y contextura media, ya lleva 13 años de trayectoria como maestra bilingüe (castellano-guaraní), educando a niños de nivel primaria.
Nació en la comunidad Tatarenda Nuevo, ubicada sobre la carretera Camiri-Santa Cruz, pero hace tres semanas decidió mudarse a la capital cruceña para reunirse con sus hijos que ya cursan estudios en la ciudad desde hace algún tiempo.
Cumpliendo la labor de madre y padre, relata con satisfacción que sus cuatro retoños también hablan muy bien el guaraní. “Me enorgullece ver que mis hijos nunca sintieron temor de decir: sí yo soy guaraní. Saben que no podemos dejar de lado nuestra identidad y me gustaría que transmitan esa misma actitud a sus vástagos”, enfatiza.
Hija de Carlos Santiesteban y Eva Salces, ambos agricultores, Melffy recuerda con nostalgia las vivencias en su tierra natal. Tiene tres hermanas y un hermano, todos hablantes del guaraní.
“Se extraña vivir en un lugar donde se respira tranquilidad y donde uno vive lado a lado con sus parientes que se protegen uno al otro, pero tendré que acostumbrarme a vivir en la ciudad. Llegué para quedarme y para estar al lado de mis hijos. Trato de viajar seguido a mi comunidad para visitar a mis padres. Mi razón de vida ahora son mis hijos y el compromiso con mi pueblo”, explica.
Melffy Santisteban confiesa que vivió en una casa de tabique y paja, así como con limitaciones de algunos servicios básicos.
No obstante, asegura con firmeza que en su hogar nunca faltó el ‘mboroaiu’ (el amor, en su concepto integral).
“Pueden faltar cosas materiales, pero si hay amor, basta”, dice.
De la época de su infancia recuerda con emoción las reuniones con sus abuelitas. “Poníamos cueros de urina sobre el piso y nos sentábamos a escuchar sus cuentos mientras ellas nos peinaban. Siempre nos aconsejaban que hay que evitar pelear y ser siempre hacendosos”, relata.
Contribuyendo a la enseñanza del guaraní
Otro de los aportes de Melffy Santiesteban a la difusión del guaraní es el libro que logró publicar en 2011 en el que brinda una enseñanza didáctica de esa lengua.
Yaikuá guaraní (Aprendamos guaraní) así se llama el texto que ahora sirve como base de estudios en los cursos que se imparten en la Uagrm así como en otros establecimientos educativos.
El texto, de 117 páginas y una colorida portada, en la que se retrató a una sonriente abuelita transmitiendo su sabiduría y contando historias a sus nietos en una comunidad guaraní, busca hacer conocer a los hispanoparlantes no solo la lengua, sino también la cultura y la cosmovisión de ese pueblo indígena de tierras bajas.
Actualmente, Melffy se desempeña como profesora del colegio San Martín de Porres, el primer empleo que logró conseguir a su llegada a la capital cruceña, y busca seguir trabajando dentro de esta actividad que le apasiona. Y es que, según cuenta, desde niña soñó con ser maestra.
Convencida de que desde las aulas se puede seguir contribuyendo a la preservación de lenguas originarias tiene muy claras sus metas para el futuro.
“Yo, como guaraní, he venido trabajando en la recuperación y el fortalecimiento de la lengua de mi pueblo y lo seguiré haciendo. Si perdemos nuestra lengua, también perdemos nuestra cultura. Cada guaraní debe tomar eso muy en cuenta y esforzarse por transmitir sus raíces de generación en generación”, dice Santiesteban.
En su opinión, la comunicación con una lengua nativa ayuda a generar más confianza con los habitantes de los pueblos indígenas por eso cree que es útil su aprendizaje. “Muchos jóvenes que salen a trabajar a zonas rurales sí o sí necesitarán comunicarse con la gente del lugar”, puntualiza.
Claves para aprender
Aprender bésiro o guaraní no es una tarea difícil ni imposible, aseguran quienes difunden el aprendizaje de esas lenguas.
Ignacio Tomichá explica que en el caso de la lengua chiquitana la clave es una pronunciación correcta de los sonidos. Por eso enfatiza que es importante realizar una práctica oral permanente.
Asimismo, aclara que a diferencia de otros idiomas, el bésiro incluye palabras que son escritas y pronunciadas de forma diferente tanto por el hombre como por la mujer. Por ejemplo, un varón saluda con un‘chamuxaume’ y una dama lo hace con un ‘chamuxia’.
En el caso del guaraní, Melffy Santiesteban recomienda no sorprenderse con los signos extraños que muestra el alfabeto. “Con la práctica se darán cuenta de que requieren de una pronunciación a la que ya estamos acostumbrados con el castellano. Así, se encontrarán con letras ‘nasalizadas’ o vocales centrales que las dirán fácilmente”, explica
jueves, 20 de febrero de 2014
Dina Ye es la primera cacique de los indígenas yuquis
A sus 20 años Dina Ye es la primera mujer cacique de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) yuqui. Tiene tres hijos. El primero nació cuando ella tenía 15 años.
Desde enero lidera a su comunidad integrada por cerca de 80 familias. Le tocó buscar ayuda para sus compañeros como albergues, comida, ropa y medicamentos.
Sus compañeros aseguran que realiza una buena gestión y le expresan todo su respaldo.
En coordinación con su representante ante la Asamblea Legislativa Departamental, Abel Yaira, logró que brigadistas en salud los atiendan en sus refugios del municipio de Chimoré.
“Me sorprende todo el respaldo que me ofrecen mis compañeros”, dice la líder.
Cree que el apoyo se debe a que ella sabe leer y escribir muy bien. Aunque solo fue a la escuela hasta sexto de primaria porque sus padres no tenían los recursos necesarios.
Desde enero lidera a su comunidad integrada por cerca de 80 familias. Le tocó buscar ayuda para sus compañeros como albergues, comida, ropa y medicamentos.
Sus compañeros aseguran que realiza una buena gestión y le expresan todo su respaldo.
En coordinación con su representante ante la Asamblea Legislativa Departamental, Abel Yaira, logró que brigadistas en salud los atiendan en sus refugios del municipio de Chimoré.
“Me sorprende todo el respaldo que me ofrecen mis compañeros”, dice la líder.
Cree que el apoyo se debe a que ella sabe leer y escribir muy bien. Aunque solo fue a la escuela hasta sexto de primaria porque sus padres no tenían los recursos necesarios.
Familias Yuqui se albergan en Chimoré tras inundaciones
Cerca de sesenta familias de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Yuqui se albergan en el municipio de Chimoré. Los indígenas abandonaron sus comunidades tras las inundaciones porque sus casas quedaron anegadas y perdieron todas sus provisiones y la producción de sus pequeñas parcelas.
Carmen Isategua relata que en la única posta con la que cuentan no hay atención por la falta de personal en salud y medicamentos. Ahora los brigadistas los atienden en su refugio, situado cerca a la carretera.
La principal demanda de los damnificados es comida. Aseguran que lo han perdido todo y ahora viven de la caridad de los pobladores de Chimoré. También necesitan ropa porque muchos se quedaron sin prendas tras las constantes lluvias, seguidas de las inundaciones.
Las botas de agua son las más codiciadas, los indígenas aseguran que es una buena protección para los pies porque la humedad les provoca hongos y los insectos algunas heridas.
La jornada pasada los indígenas recibieron fideo, arroz, azúcar, papel higiénico, agua, ropa y otros víveres.
La entrega se realizó en un acto, en la plaza principal de Chimoré. Participaron asambleístas departamentales y autoridades del municipio.
Un centenar de niños y adolescentes deambula por las calles del pueblo porque no están pasando clases. Una de ellas es Noelia Cortez debe cursar sexto de primaria, pero confiesa que lee y escribe con dificultad.
Carmen Isategua relata que en la única posta con la que cuentan no hay atención por la falta de personal en salud y medicamentos. Ahora los brigadistas los atienden en su refugio, situado cerca a la carretera.
La principal demanda de los damnificados es comida. Aseguran que lo han perdido todo y ahora viven de la caridad de los pobladores de Chimoré. También necesitan ropa porque muchos se quedaron sin prendas tras las constantes lluvias, seguidas de las inundaciones.
Las botas de agua son las más codiciadas, los indígenas aseguran que es una buena protección para los pies porque la humedad les provoca hongos y los insectos algunas heridas.
La jornada pasada los indígenas recibieron fideo, arroz, azúcar, papel higiénico, agua, ropa y otros víveres.
La entrega se realizó en un acto, en la plaza principal de Chimoré. Participaron asambleístas departamentales y autoridades del municipio.
Un centenar de niños y adolescentes deambula por las calles del pueblo porque no están pasando clases. Una de ellas es Noelia Cortez debe cursar sexto de primaria, pero confiesa que lee y escribe con dificultad.
Yuracarés pierden su producción
Anita Prado Guzmán, de la comunidad Monte Sinahí, muestra en la viga de su vivienda la altura a la que llegó el agua tras el desborde del río Chapare. Es cerca de un metro. La preocupación de la mujer es que se ha quedado sin comida y sin producción por la pérdida de todos sus cultivos de plátano, arroz y yuca, principalmente.
Monte Sinahí, una de las 21 comunidades pertenecientes a la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Yuracaré, es la más cercana a Chimoré. Se encuentra a dos horas de viaje, una por tierra y otra por balsa.
La realidad de Anita Prado es la misma que de 489 familias que viven a lo largo del río Chapare y del Ichilo. Sus únicos ingresos económicos son por la venta del plátano y arroz.
Bernardo Roca, por ejemplo, arranca las plantas de yuca porque se han podrido por la humedad. “Nos quedamos sin comida”, lamenta el anciano.
El cacique de la comunidad de Remanso Milton Pradel dice que la escuela se encuentra cubierta de lodo. Esta situación impide el inicio de clases en el 80 por ciento de las escuelas de la TCO.
La posta médica tampoco está funcionando. Los niños son los más vulnerables y se enferman de diarreas y fiebres. En Rosario, una de las comunidades más alejadas, la situación es más difícil, no cuentan con ningún tipo de servicio ni atención en salud. Su representante Wilder Castellón pide apoyo a las autoridades.
Los funcionarios de la Alcaldía de Chimoré cuantificaron 6.800 hectáreas de pérdidas de cultivos, en todo el municipio. Sin embargo, no precisan cuantas corresponden a los yuracarés.
El presidente de la Asamblea Departamental Legislativa, Juan Carlos Noe, garantiza que el Servicio Departamental Agropecuario compensará las pérdidas agrícolas de la TCO.
Monte Sinahí, una de las 21 comunidades pertenecientes a la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Yuracaré, es la más cercana a Chimoré. Se encuentra a dos horas de viaje, una por tierra y otra por balsa.
La realidad de Anita Prado es la misma que de 489 familias que viven a lo largo del río Chapare y del Ichilo. Sus únicos ingresos económicos son por la venta del plátano y arroz.
Bernardo Roca, por ejemplo, arranca las plantas de yuca porque se han podrido por la humedad. “Nos quedamos sin comida”, lamenta el anciano.
El cacique de la comunidad de Remanso Milton Pradel dice que la escuela se encuentra cubierta de lodo. Esta situación impide el inicio de clases en el 80 por ciento de las escuelas de la TCO.
La posta médica tampoco está funcionando. Los niños son los más vulnerables y se enferman de diarreas y fiebres. En Rosario, una de las comunidades más alejadas, la situación es más difícil, no cuentan con ningún tipo de servicio ni atención en salud. Su representante Wilder Castellón pide apoyo a las autoridades.
Los funcionarios de la Alcaldía de Chimoré cuantificaron 6.800 hectáreas de pérdidas de cultivos, en todo el municipio. Sin embargo, no precisan cuantas corresponden a los yuracarés.
El presidente de la Asamblea Departamental Legislativa, Juan Carlos Noe, garantiza que el Servicio Departamental Agropecuario compensará las pérdidas agrícolas de la TCO.
Uru muratos dan un paso atrás y dejan sin efecto convenio por curul
Los uru muratos dieron un paso atrás y dejaron sin efecto el convenio que firmaron con los uru chipayas para ocupar el curul en la Asamblea Legislativa Departamental de Oruro, por media gestión.
Luego de constantes reclamos porque el asambleísta Segundino Condori, no quiso dejar su cargo, pese a tener un compromiso a través de la firma del acuerdo, los uru muratos hicieron conocer, a través de una nota, su determinación de desistir del convenio por lo que el actual asambleísta continuará en funciones, hasta concluir la gestión en 2015.
El presidente de la Asamblea, Trifón Lamas al respecto señaló que al haberse dejado de lado el acuerdo, los asambleístas cerraron el tema que era debatido en este ente legislativo.
ANTECEDENTES
En 2010, como en muchas comunidades y municipios, se firmó un acuerdo entre los chipayas y los uru muratos, los primeros con su representante titular a la Asamblea Departamental y los otros con un representante suplente, con el fin de que dos años y medio esté en el cargo el titular y el suplente asuma por el resto de la gestión, pero esto no fue cumplido por los chipayas.
Ante este conflicto los asambleístas pidieron la intervención del Tribunal Electoral Departamental de Oruro (TEDO), sin embargo, el presidente del mismo, Benjamín Moya, quien brindó ayer un informe, sostuvo que no tienen tuición para resolverlo porque fue un acuerdo interno que debe ser resuelto entre las partes.
Esto molestó a los asambleístas quienes manifestaron que entonces no existe autoridad que haga cumplir los usos y costumbres de los pueblos indígena originario campesinos.
Los uru muratos en diferentes oportunidades fueron sometidos por ser una comunidad con pocos habitantes, con relación a los chipayas.
Luego de constantes reclamos porque el asambleísta Segundino Condori, no quiso dejar su cargo, pese a tener un compromiso a través de la firma del acuerdo, los uru muratos hicieron conocer, a través de una nota, su determinación de desistir del convenio por lo que el actual asambleísta continuará en funciones, hasta concluir la gestión en 2015.
El presidente de la Asamblea, Trifón Lamas al respecto señaló que al haberse dejado de lado el acuerdo, los asambleístas cerraron el tema que era debatido en este ente legislativo.
ANTECEDENTES
En 2010, como en muchas comunidades y municipios, se firmó un acuerdo entre los chipayas y los uru muratos, los primeros con su representante titular a la Asamblea Departamental y los otros con un representante suplente, con el fin de que dos años y medio esté en el cargo el titular y el suplente asuma por el resto de la gestión, pero esto no fue cumplido por los chipayas.
Ante este conflicto los asambleístas pidieron la intervención del Tribunal Electoral Departamental de Oruro (TEDO), sin embargo, el presidente del mismo, Benjamín Moya, quien brindó ayer un informe, sostuvo que no tienen tuición para resolverlo porque fue un acuerdo interno que debe ser resuelto entre las partes.
Esto molestó a los asambleístas quienes manifestaron que entonces no existe autoridad que haga cumplir los usos y costumbres de los pueblos indígena originario campesinos.
Los uru muratos en diferentes oportunidades fueron sometidos por ser una comunidad con pocos habitantes, con relación a los chipayas.
domingo, 16 de febrero de 2014
El hambre complica drama de indígenas damnificados
Al entrar al salón principal de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) se divisan colchones sobre el suelo sin sábanas ni frazadas; los niños yuquis corren descalzos de un lado a otro con la poca energía que tienen, pues hace varios días llegaron a la ciudad y no pueden acceder a las tres comidas diarias. Los adultos, con un rostro de desesperación, se organizan para salir a buscar trabajo. Los hombres ofrecen sus servicios como carpidores, las mujeres lavan ropa y reciben entre Bs 10 y 12, según el ‘buen corazón’ de la persona que las contrata.
A un lado del salón, en una carpa deteriorada, con camas precarias, tres adultos de la comunidad de Ibiato explicaron que llegaron en un camión para buscar ayuda para sus familiares enfermos que no cuentan con casa ni comida. Dorty Eirubi, con angustia, relató que su esposo se quedó en Ibiato porque tiene embolia. Sus hijos quedaron al cuidado y ella les prometió que les enviaría alimentos, pero solo consigue Bs 30 a 40 lavando ropa.
Tito Guasu y Fernando Dicarere, representantes de los yuquis y sirionós, respectivamente, con la voz entrecortada manifestaron que decidieron buscar albergue en Santa Cruz de la Sierra porque consideran que hay más posibilidades de recibir apoyo de la ciudadanía.
Estado de salud
Rider Toledo, médico que atiende a los albergados en la Cidob, explicó que el niño Jesús Nerma Esasemboa, que llegó con un grado de anemia aguda, está internado en el hospital Japonés y está más estable. Por otro lado, dijo que se los revisa permanentemente y les dan vitaminas, pero necesitan alimentarse porque están con anemia.
Almuerzo improvisado
Ayer al mediodía los padres estaban desesperados porque no tenían cómo alimentar a sus hijos. 20 niños yuquis y varios adultos recibieron un plato de locro que ofrecían por Bs 8 en el comedor de la Cidob
Protagonistas
Tito Guasu
Dirigente
Comunidad bairecuate (Cbba)
Alimentación
Los alimentos que reciben no abastecen para las personas que llegaron hace tres días al albergue. Los niños mastican chicles y bolos para distraerse, ante la falta de comida.
La olla común es importante para las familias indígenas, pero no tienen los ingredientes para elaborar las tres comidas que deberían recibir a diario.
Dorty Eirubi
Ama de casa
Comunidad ibiato (Beni)
desesperada
Llegó hace tres días a Santa Cruz de la Sierra para trabajar y conseguir recursos económicos. Su esposo está enfermo y debe enviar medicamentos. Sale a diario a lavar ropa, pero en muchas casas tienen lavadora, lo que le quita el trabajo.
Duerme en una cama de dos plazas junto a dos personas más. Le regalaron sábanas.
Bernardo Tomichá
Dirigente
Cidob
Apoyo de la ‘casa grande’
Solicita a los cruceños demostrar su solidaridad apoyando a los indígenas que llegan a la ciudad en busca de ayuda. Se requiere de cocina, garrafa, utensilios y alimentos para que las personas que están albergadas puedan elaborar su propia comida. La Cidob se encarga de la distribución de las donaciones.
A un lado del salón, en una carpa deteriorada, con camas precarias, tres adultos de la comunidad de Ibiato explicaron que llegaron en un camión para buscar ayuda para sus familiares enfermos que no cuentan con casa ni comida. Dorty Eirubi, con angustia, relató que su esposo se quedó en Ibiato porque tiene embolia. Sus hijos quedaron al cuidado y ella les prometió que les enviaría alimentos, pero solo consigue Bs 30 a 40 lavando ropa.
Tito Guasu y Fernando Dicarere, representantes de los yuquis y sirionós, respectivamente, con la voz entrecortada manifestaron que decidieron buscar albergue en Santa Cruz de la Sierra porque consideran que hay más posibilidades de recibir apoyo de la ciudadanía.
Estado de salud
Rider Toledo, médico que atiende a los albergados en la Cidob, explicó que el niño Jesús Nerma Esasemboa, que llegó con un grado de anemia aguda, está internado en el hospital Japonés y está más estable. Por otro lado, dijo que se los revisa permanentemente y les dan vitaminas, pero necesitan alimentarse porque están con anemia.
Almuerzo improvisado
Ayer al mediodía los padres estaban desesperados porque no tenían cómo alimentar a sus hijos. 20 niños yuquis y varios adultos recibieron un plato de locro que ofrecían por Bs 8 en el comedor de la Cidob
Protagonistas
Tito Guasu
Dirigente
Comunidad bairecuate (Cbba)
Alimentación
Los alimentos que reciben no abastecen para las personas que llegaron hace tres días al albergue. Los niños mastican chicles y bolos para distraerse, ante la falta de comida.
La olla común es importante para las familias indígenas, pero no tienen los ingredientes para elaborar las tres comidas que deberían recibir a diario.
Dorty Eirubi
Ama de casa
Comunidad ibiato (Beni)
desesperada
Llegó hace tres días a Santa Cruz de la Sierra para trabajar y conseguir recursos económicos. Su esposo está enfermo y debe enviar medicamentos. Sale a diario a lavar ropa, pero en muchas casas tienen lavadora, lo que le quita el trabajo.
Duerme en una cama de dos plazas junto a dos personas más. Le regalaron sábanas.
Bernardo Tomichá
Dirigente
Cidob
Apoyo de la ‘casa grande’
Solicita a los cruceños demostrar su solidaridad apoyando a los indígenas que llegan a la ciudad en busca de ayuda. Se requiere de cocina, garrafa, utensilios y alimentos para que las personas que están albergadas puedan elaborar su propia comida. La Cidob se encarga de la distribución de las donaciones.
16 familias de yuquis se trasladan a Santa Cruz
La noche del viernes, 16 familias indígenas del pueblo yuquis, de la provincia Carrasco, en Cochabamba, se trasladaron a Santa Cruz ante el desborde del río Ivirgarzama, ubicado en el municipio del mismo nombre. En busca de ayuda para su comunidad, llegaron a las oficinas de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), donde recibieron alimento y atención médica.
Según un reporte de la red PAT, hay mujeres embarazadas, una mujer con pulmonía, además de 15 niños que sufren diarrea y presentan hongos en los pies.
Uno de los comunarios explicó que el río se llevó todos sus cultivos de arroz, yuca y plátano. Pero también perdieron sus casas y parte de las artesanías que elaboran las mujeres.
También explicó que son más de 300 personas las que fueron afectadas en la comunidad por el desastre, que ocasionó que el agua les llegue hasta la cintura.
"Necesitamos víveres, medicina y comida, especialmente para los niños. Hemos perdido todo”, lamentó.
Según un reporte de la red PAT, hay mujeres embarazadas, una mujer con pulmonía, además de 15 niños que sufren diarrea y presentan hongos en los pies.
Uno de los comunarios explicó que el río se llevó todos sus cultivos de arroz, yuca y plátano. Pero también perdieron sus casas y parte de las artesanías que elaboran las mujeres.
También explicó que son más de 300 personas las que fueron afectadas en la comunidad por el desastre, que ocasionó que el agua les llegue hasta la cintura.
"Necesitamos víveres, medicina y comida, especialmente para los niños. Hemos perdido todo”, lamentó.
jueves, 13 de febrero de 2014
Uru Muratos abandonan sus viviendas inundadas
Comunarios de los Uru Muratos, decidieron abandonar sus viviendas por las inundaciones que anegaron sus propiedades, tras el rebalse de la represa de Tacagua que aumentó debido a la constante lluvia.
El alcalde municipal de Challapata, David Frías, explicó que las fuertes lluvias provocaron que los pobladores de la comunidad milenaria Uru Muratos abandonen sus viviendas, a las que ingresó el agua.
"Las aguas van a la represa de Tacagua y de ahí directamente hacia abajo, es decir que el problema es aguas abajo que van directamente a la planicie de los Uru Muratos", dijo.
Debido a este problema, los Uru Muratos, perdieron sus sembradíos de quinua, pues el agua se encuentra a 50 centímetros de altura, lo que provocó que familias íntegras migren a otros sectores donde actualmente pasan muchas necesidades.
Por la situación que pasan los comunarios, el alcalde de Challapata, pidió el apoyo de la Gobernación y de la población, a través de la donación de vituallas para los damnificados.
A la vez informó que los distritos Norte Condo; Janco Ñuño, Ancacato y Challapata, también sufren los embates de la naturaleza por las riadas que se registraron a nivel nacional, debido a que el río Crucero y Aguas Calientes, se desbordaron y afectaron sus sembradíos.
Estos problemas fueron constatados por supervisores del municipio de Challapata, al realizar una inspección en toda la zona de producción de papa, alfaalfa, cebada y quinua, y afectar la situación de los ganados ovino y bovino del lugar.
viernes, 7 de febrero de 2014
En Riberalta rescatan de las aguas a 150 familias indígenas
El balance preliminar indica que en Riberalta más de 300 familias se encuentran damnificadas por el desborde del río Beni, ocurrido en las últimas horas. Además, cerca de 150 familias del territorio indígena Chaco Pacahuara, ubicado en los alrededores de esta ciudad, fueron evacuados por Defensa Civil, mientras el alcalde Mauro Cambero analiza si convierte a Riberalta en el noveno municipio de Beni declarado en alerta roja por las inundaciones ocasionadas por las lluvias.
El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, y el encargado de alerta temprana de la Gobernación de Beni, Luis Phillips, viajaron ayer a Riberalta para atender a las familias damnificadas con cinco toneladas de alimentos.
Saavedra dijo que está coordinando con la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) para trasladar ayuda humanitaria a los municipios de Rurrenabaque, Santa Rosa de Yacuma, San Borja y San Ignacio de Moxos, que también se encuentran inundados a causa de las lluvias. Dos embarcaciones de la Fuerza Naval partieron desde Loma Suárez con 90 toneladas de vituallas para las comunidades del Tipnis.
“Ni siquiera estando sobre una ribera alta, como dice el nombre de la ciudad, nos hemos salvado de los desbordes del río Beni. Hay siete barrios anegados y varias comunidades indígenas y campesinas", dijo Cambero, señalando los vecindarios cercanos al caudal, hasta donde llegó EL DEBER.
El alcalde solicitó al ministro Saavedra y al COED apoyo para atender a las familias indígenas evacuadas y rescatar a más grupos que se encuentran en situación de riesgo. La declaratoria de emergencia en el municipio es inminente.
No hay turbión
“No hay indicio de que pueda existir un turbión", sostuvo ayer el ministro Saavedra, después de que él mismo y el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, en días pasados alertaran al país sobre una fuerte crecida de la cuenca del río Mamoré, inclusive tomando previsiones para actuar ante un eventual desastre en Trinidad. El miércoles, Saavedra anunció la existencia de un plan de acción llamado Turbión 001.
El Gobierno y funcionarios del COED de Beni prefieren usar las expresiones ‘crecida de río’ o ‘golpe de agua’ para identificar al fenómeno que ocurre con el Mamoré y que, se espera, llegue hoy a las riberas de Trinidad. Las autoridades confían en que los diques de protección construidos fuera del primer anillo contengan el desborde de esta cuenca, de modo que no se inunde el centro de la ciudad.
El encargado de Alerta Temprana de la Gobernación de Beni dijo que habrá inundación, pero solo anegará los puertos y los asentamientos de las riberas, pero no rebasará la circunvalación. El martes, el mismo Luis Phillips avisó que la cuenca del Mamoré fue declarada en alerta roja por la llegada de un turbión
REPRESAS BRASILEÑAS AFECTAN A RÍOS DE BENI
El ingeniero beniano y experto en temas ambientales Walter Justiniano advirtió que la presencia de dos represas brasileñas en el río Madera ocasionarán más inundaciones en Beni, causando un daño mayor al que soporta la región.
Las plantas hidroeléctricas de Jirau y Santo Antonio, ambas instaladas en el río Madera a pocos kilómetros de la frontera boliviana, aprovechan la potencia del agua de los ríos Beni, Mamoré e Iténez para generar energía eléctrica. La represa de Jirau está a 80 kilómetros (km) del territorio nacional y Santo Antonio a 120 km.
“Se presentará un problema que lo hemos estado hablando hace tiempo con relación a la presencia de las represas del río Madera. Cuando ocurre este tipo de inundaciones es muy probable que se presente el remanso hidráulico o el reflujo”, explicó el experto.
Justiniano acotó que una gran masa de agua sale por un solo canal, en este caso el río Madera, y al chocar con la represa provoca el retorno del agua. Esto derivará, según el experto, en que las inundaciones se mantengan en el lugar por más tiempo. /ANF
EN LA JORNADA
Aumentan los afectados
Según el reporte de Defensa Civil, el número de familias damnificadas aumentó en todo el país a 44.242 y el de fallecidos a 38, entre octubre de 2013 y la fecha.
Restringen paso a Yungas
Las rutas a Yungas solo serán transitables entre las 4:00 y las 16:00 para evitar accidentes, instruyó la Gobernación de La Paz.
Donación en Tarabuco
La Gobernación de Chuquisaca entregó ayer alimentos y bombas antigranizos a 429 familias de 11 comunidades del municipio de Tarabuco.
Recursos para emergencia
Las gobernaciones y alcaldías del país tienen acumulados más de $us 2.500 millones, que pueden ser utilizados para atender las emergencias por inundaciones y lluvias, afirmó el ministro de Economía, Luis Arce.
Prevención de enfermedades
El Ministerio de Salud entregó antídoto contra la mordedura de serpientes y reforzó las brigadas médicas para atender a las familias damnificadas por las lluvias que castigan al país.
El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, y el encargado de alerta temprana de la Gobernación de Beni, Luis Phillips, viajaron ayer a Riberalta para atender a las familias damnificadas con cinco toneladas de alimentos.
Saavedra dijo que está coordinando con la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) para trasladar ayuda humanitaria a los municipios de Rurrenabaque, Santa Rosa de Yacuma, San Borja y San Ignacio de Moxos, que también se encuentran inundados a causa de las lluvias. Dos embarcaciones de la Fuerza Naval partieron desde Loma Suárez con 90 toneladas de vituallas para las comunidades del Tipnis.
“Ni siquiera estando sobre una ribera alta, como dice el nombre de la ciudad, nos hemos salvado de los desbordes del río Beni. Hay siete barrios anegados y varias comunidades indígenas y campesinas", dijo Cambero, señalando los vecindarios cercanos al caudal, hasta donde llegó EL DEBER.
El alcalde solicitó al ministro Saavedra y al COED apoyo para atender a las familias indígenas evacuadas y rescatar a más grupos que se encuentran en situación de riesgo. La declaratoria de emergencia en el municipio es inminente.
No hay turbión
“No hay indicio de que pueda existir un turbión", sostuvo ayer el ministro Saavedra, después de que él mismo y el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, en días pasados alertaran al país sobre una fuerte crecida de la cuenca del río Mamoré, inclusive tomando previsiones para actuar ante un eventual desastre en Trinidad. El miércoles, Saavedra anunció la existencia de un plan de acción llamado Turbión 001.
El Gobierno y funcionarios del COED de Beni prefieren usar las expresiones ‘crecida de río’ o ‘golpe de agua’ para identificar al fenómeno que ocurre con el Mamoré y que, se espera, llegue hoy a las riberas de Trinidad. Las autoridades confían en que los diques de protección construidos fuera del primer anillo contengan el desborde de esta cuenca, de modo que no se inunde el centro de la ciudad.
El encargado de Alerta Temprana de la Gobernación de Beni dijo que habrá inundación, pero solo anegará los puertos y los asentamientos de las riberas, pero no rebasará la circunvalación. El martes, el mismo Luis Phillips avisó que la cuenca del Mamoré fue declarada en alerta roja por la llegada de un turbión
REPRESAS BRASILEÑAS AFECTAN A RÍOS DE BENI
El ingeniero beniano y experto en temas ambientales Walter Justiniano advirtió que la presencia de dos represas brasileñas en el río Madera ocasionarán más inundaciones en Beni, causando un daño mayor al que soporta la región.
Las plantas hidroeléctricas de Jirau y Santo Antonio, ambas instaladas en el río Madera a pocos kilómetros de la frontera boliviana, aprovechan la potencia del agua de los ríos Beni, Mamoré e Iténez para generar energía eléctrica. La represa de Jirau está a 80 kilómetros (km) del territorio nacional y Santo Antonio a 120 km.
“Se presentará un problema que lo hemos estado hablando hace tiempo con relación a la presencia de las represas del río Madera. Cuando ocurre este tipo de inundaciones es muy probable que se presente el remanso hidráulico o el reflujo”, explicó el experto.
Justiniano acotó que una gran masa de agua sale por un solo canal, en este caso el río Madera, y al chocar con la represa provoca el retorno del agua. Esto derivará, según el experto, en que las inundaciones se mantengan en el lugar por más tiempo. /ANF
EN LA JORNADA
Aumentan los afectados
Según el reporte de Defensa Civil, el número de familias damnificadas aumentó en todo el país a 44.242 y el de fallecidos a 38, entre octubre de 2013 y la fecha.
Restringen paso a Yungas
Las rutas a Yungas solo serán transitables entre las 4:00 y las 16:00 para evitar accidentes, instruyó la Gobernación de La Paz.
Donación en Tarabuco
La Gobernación de Chuquisaca entregó ayer alimentos y bombas antigranizos a 429 familias de 11 comunidades del municipio de Tarabuco.
Recursos para emergencia
Las gobernaciones y alcaldías del país tienen acumulados más de $us 2.500 millones, que pueden ser utilizados para atender las emergencias por inundaciones y lluvias, afirmó el ministro de Economía, Luis Arce.
Prevención de enfermedades
El Ministerio de Salud entregó antídoto contra la mordedura de serpientes y reforzó las brigadas médicas para atender a las familias damnificadas por las lluvias que castigan al país.
sábado, 1 de febrero de 2014
Dirigentes del Conamaq dicen que les cortaron toda ayuda
Las organizaciones nacionales e internacionales decidieron no apoyar más a la línea crítica del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), ante el temor de las presiones del Gobierno, informaron ayer dos dirigentes de esa organización.
"Instituciones como Veterinarios Sin Fronteras (VSF), el mismo Fondo Indígena, todas las instituciones ya nos han dicho que no (nos apoyarán). Nos dijeron que reconocen a Hilarión Mamani, a quien respaldarán y le darán proyectos”, dijo la arquiri apu mama t’alla Nilda Rojas.
Además de la organización VSF, dijeron también que la ONG de Dinamarca IBIS les quitó su apoyo. IBIS fue expulsada por el Gobierno, acusada de promover la división de las organizaciones indígenas.
El kuraka mayor del suyu Qhara Qhara, Walberto Barahona, cree que esta estrategia es para asfixiarlos, para evitar su formación y el fortalecimiento de sus organizaciones.
Sin embargo, Rojas afirmó que este mecanismo de amedrentamiento, no sólo a los pueblos indígenas sino también a las organizaciones que les apoyan, no durará 500 años.
"El Gobierno les anda amenazando con expulsarles, como a IBIS (...). Es un Gobierno sinvergüenza, porque en su tiempo las ONG también han apoyado a Evo Morales”, afirmó Rojas.
Esta posición es respaldada por Barahona, quien entiende que se trata de una estrategia. "En temas económicos estamos amedrentados. Ya no nos permiten hablar con personas para que nos colaboren”, sostuvo.
Walberto Barahona volverá a su suyu luego de un mes de haber vivido en La Paz. Reconoce que permanecer todo este tiempo fue muy difícil por los costos que supone radicar en esta ciudad.
Sin embargo, Barahona dijo que le alegra pensar en el regreso a su comunidad.
"Le toca a la hermana (señala a Rojas). Ella deberá quedarse en La Paz dos años” con sus dos pequeños hijos, de dos y cinco años, añade.
Rojas reacciona segura y confiada, pese a saber que le toca estar en la dirigencia, quizás en la época más dura del Conamaq.
"¿Cómo vivirán o de qué vivirán?”, pregunta Página Siete a Rojas. "Siempre vienen ayudas voluntarias de muchas familias, llegan apoyos y nos han dicho que si necesitamos para pasajes habrá dinero de ayuda”, cuenta.
Las autoridades originarias se refugian en la Pastoral Social de Cáritas, luego de los conflictos por la sede del Conamaq.
La otra dirigencia del Conamaq, afín al MAS, echó violentamente a los otros de su sede, donde hacían vigilia.
Chiquitanos desconocen a dos dirigencias
El primer cacique de la Organización Indígena Chiquitana (OICH) del departamento de Santa Cruz, Narciso Roca, manifestó que no responden a ninguno de los directorios de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y calificó tanto a Melva Hurtado como a Adolfo Chávez de oportunistas.
Según Narciso Roca, hicieron conocer a ambos dirigentes que los chiquitanos buscan la unidad del movimiento indígena del Chaco, oriente y Amazonia, para que los proyectos lleguen a todos los pueblos, según ERBOL.
"Instituciones como Veterinarios Sin Fronteras (VSF), el mismo Fondo Indígena, todas las instituciones ya nos han dicho que no (nos apoyarán). Nos dijeron que reconocen a Hilarión Mamani, a quien respaldarán y le darán proyectos”, dijo la arquiri apu mama t’alla Nilda Rojas.
Además de la organización VSF, dijeron también que la ONG de Dinamarca IBIS les quitó su apoyo. IBIS fue expulsada por el Gobierno, acusada de promover la división de las organizaciones indígenas.
El kuraka mayor del suyu Qhara Qhara, Walberto Barahona, cree que esta estrategia es para asfixiarlos, para evitar su formación y el fortalecimiento de sus organizaciones.
Sin embargo, Rojas afirmó que este mecanismo de amedrentamiento, no sólo a los pueblos indígenas sino también a las organizaciones que les apoyan, no durará 500 años.
"El Gobierno les anda amenazando con expulsarles, como a IBIS (...). Es un Gobierno sinvergüenza, porque en su tiempo las ONG también han apoyado a Evo Morales”, afirmó Rojas.
Esta posición es respaldada por Barahona, quien entiende que se trata de una estrategia. "En temas económicos estamos amedrentados. Ya no nos permiten hablar con personas para que nos colaboren”, sostuvo.
Walberto Barahona volverá a su suyu luego de un mes de haber vivido en La Paz. Reconoce que permanecer todo este tiempo fue muy difícil por los costos que supone radicar en esta ciudad.
Sin embargo, Barahona dijo que le alegra pensar en el regreso a su comunidad.
"Le toca a la hermana (señala a Rojas). Ella deberá quedarse en La Paz dos años” con sus dos pequeños hijos, de dos y cinco años, añade.
Rojas reacciona segura y confiada, pese a saber que le toca estar en la dirigencia, quizás en la época más dura del Conamaq.
"¿Cómo vivirán o de qué vivirán?”, pregunta Página Siete a Rojas. "Siempre vienen ayudas voluntarias de muchas familias, llegan apoyos y nos han dicho que si necesitamos para pasajes habrá dinero de ayuda”, cuenta.
Las autoridades originarias se refugian en la Pastoral Social de Cáritas, luego de los conflictos por la sede del Conamaq.
La otra dirigencia del Conamaq, afín al MAS, echó violentamente a los otros de su sede, donde hacían vigilia.
Chiquitanos desconocen a dos dirigencias
El primer cacique de la Organización Indígena Chiquitana (OICH) del departamento de Santa Cruz, Narciso Roca, manifestó que no responden a ninguno de los directorios de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y calificó tanto a Melva Hurtado como a Adolfo Chávez de oportunistas.
Según Narciso Roca, hicieron conocer a ambos dirigentes que los chiquitanos buscan la unidad del movimiento indígena del Chaco, oriente y Amazonia, para que los proyectos lleguen a todos los pueblos, según ERBOL.
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