jueves, 20 de febrero de 2014

Yuracarés pierden su producción

Anita Prado Guzmán, de la comunidad Monte Sinahí, muestra en la viga de su vivienda la altura a la que llegó el agua tras el desborde del río Chapare. Es cerca de un metro. La preocupación de la mujer es que se ha quedado sin comida y sin producción por la pérdida de todos sus cultivos de plátano, arroz y yuca, principalmente.

Monte Sinahí, una de las 21 comunidades pertenecientes a la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Yuracaré, es la más cercana a Chimoré. Se encuentra a dos horas de viaje, una por tierra y otra por balsa.

La realidad de Anita Prado es la misma que de 489 familias que viven a lo largo del río Chapare y del Ichilo. Sus únicos ingresos económicos son por la venta del plátano y arroz.

Bernardo Roca, por ejemplo, arranca las plantas de yuca porque se han podrido por la humedad. “Nos quedamos sin comida”, lamenta el anciano.

El cacique de la comunidad de Remanso Milton Pradel dice que la escuela se encuentra cubierta de lodo. Esta situación impide el inicio de clases en el 80 por ciento de las escuelas de la TCO.

La posta médica tampoco está funcionando. Los niños son los más vulnerables y se enferman de diarreas y fiebres. En Rosario, una de las comunidades más alejadas, la situación es más difícil, no cuentan con ningún tipo de servicio ni atención en salud. Su representante Wilder Castellón pide apoyo a las autoridades.

Los funcionarios de la Alcaldía de Chimoré cuantificaron 6.800 hectáreas de pérdidas de cultivos, en todo el municipio. Sin embargo, no precisan cuantas corresponden a los yuracarés.

El presidente de la Asamblea Departamental Legislativa, Juan Carlos Noe, garantiza que el Servicio Departamental Agropecuario compensará las pérdidas agrícolas de la TCO.

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