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domingo, 16 de febrero de 2014

El hambre complica drama de indígenas damnificados

Al entrar al salón principal de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) se divisan colchones sobre el suelo sin sábanas ni frazadas; los niños yuquis corren descalzos de un lado a otro con la poca energía que tienen, pues hace varios días llegaron a la ciudad y no pueden acceder a las tres comidas diarias. Los adultos, con un rostro de desesperación, se organizan para salir a buscar trabajo. Los hombres ofrecen sus servicios como carpidores, las mujeres lavan ropa y reciben entre Bs 10 y 12, según el ‘buen corazón’ de la persona que las contrata.

A un lado del salón, en una carpa deteriorada, con camas precarias, tres adultos de la comunidad de Ibiato explicaron que llegaron en un camión para buscar ayuda para sus familiares enfermos que no cuentan con casa ni comida. Dorty Eirubi, con angustia, relató que su esposo se quedó en Ibiato porque tiene embolia. Sus hijos quedaron al cuidado y ella les prometió que les enviaría alimentos, pero solo consigue Bs 30 a 40 lavando ropa.

Tito Guasu y Fernando Dicarere, representantes de los yuquis y sirionós, respectivamente, con la voz entrecortada manifestaron que decidieron buscar albergue en Santa Cruz de la Sierra porque consideran que hay más posibilidades de recibir apoyo de la ciudadanía.

Estado de salud
Rider Toledo, médico que atiende a los albergados en la Cidob, explicó que el niño Jesús Nerma Esasemboa, que llegó con un grado de anemia aguda, está internado en el hospital Japonés y está más estable. Por otro lado, dijo que se los revisa permanentemente y les dan vitaminas, pero necesitan alimentarse porque están con anemia.

Almuerzo improvisado
Ayer al mediodía los padres estaban desesperados porque no tenían cómo alimentar a sus hijos. 20 niños yuquis y varios adultos recibieron un plato de locro que ofrecían por Bs 8 en el comedor de la Cidob

Protagonistas

Tito Guasu
Dirigente
Comunidad bairecuate (Cbba)
Alimentación
Los alimentos que reciben no abastecen para las personas que llegaron hace tres días al albergue. Los niños mastican chicles y bolos para distraerse, ante la falta de comida.
La olla común es importante para las familias indígenas, pero no tienen los ingredientes para elaborar las tres comidas que deberían recibir a diario.

Dorty Eirubi
Ama de casa
Comunidad ibiato (Beni)
desesperada
Llegó hace tres días a Santa Cruz de la Sierra para trabajar y conseguir recursos económicos. Su esposo está enfermo y debe enviar medicamentos. Sale a diario a lavar ropa, pero en muchas casas tienen lavadora, lo que le quita el trabajo.
Duerme en una cama de dos plazas junto a dos personas más. Le regalaron sábanas.

Bernardo Tomichá
Dirigente
Cidob
Apoyo de la ‘casa grande’
Solicita a los cruceños demostrar su solidaridad apoyando a los indígenas que llegan a la ciudad en busca de ayuda. Se requiere de cocina, garrafa, utensilios y alimentos para que las personas que están albergadas puedan elaborar su propia comida. La Cidob se encarga de la distribución de las donaciones.

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