La arqueología demuestra que la vida en América antes de la llegada de los españoles no era perfecta. Según explica el ex Director del Museo de Arqueología de la UMSS, David Pereira, la vida en esa época no era mejor ni peor. Sólo era diferente.
Sumaj Kausay o Vivir bien, es uno de los principales lineamientos con los que fue redactada la nueva Constitución Política del Estado en la Asamblea Constituyente que fue instalada en el país a partir del año 2006. Pero, aunque esta forma de vida es muy publicitada por los funcionarios del Gobierno, todavía no queda muy claro qué significa pues es un concepto utilizado sobre todo en el Incario, antes de la llegada de los españoles a esta región del mundo.
El viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, explica que tampoco en su despacho tienen muy claro cómo será el desarrollo de este proceso, pues según explicó es una teoría que se está construyendo en el camino. Sin embargo, aclaró que no será un retorno al pasado, pues lo que se pretende es tomar lo mejor de las culturas originarias, para combinarlo con lo mejor de la modernidad y así construir una identidad boliviana que le permita al país desarrollarse en mejores condiciones.
Esta explicación es cuando menos tranquilizadora, pues según los rastros científicos que dejó la historia en las piezas arqueológicas que se hallaron, en el desarrollo de las culturas ancestrales “la vida que tuvieron los pueblos y culturas originarias de América, antes de su contacto con las culturas del Viejo Mundo, que empezó con la llegada de los españoles y la conquista, era diferente, no era ni mejor ni peor que la actual”, según explicó el arqueólogo David Pereira, quien por más de dos décadas fue el director del Museo de Arqueología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
El experto explicó que en esa época “los pueblos nativos lograron encontrar ciertos equilibrios y ciertas estrategias o formas de vida que les permitieron reproducirse física y socialmente en esas condiciones”, pero, aseguró que sobre la base de conocimientos que se tiene en cuanto a la arqueología y la historia “no sé si sería correcto decir que antes se vivía mejor o peor. Creo que lo más correcto sería decir que la vida era diferente”.
Según el arqueólogo, por los restos que se han podido encontrar, especialmente en Cochabamba, se puede establecer que una de las cosas buenas que tenía el pasado indígena era la alimentación. “Se puede ver a través de la arqueología que los pueblos prehispánicos tenían estrategias de vida basadas en la agricultura, con productos que ahora están en el grupo de los alimentos más consumidos y necesitados en todo el mundo como el maíz y la papa”.
A pesar de esta situación, Pereira explica que hay algunos restos que demuestran que una parte de la población también sufrió desnutrición, aunque aclaró que no existen pruebas muy claras de ello. “He excavado un entierro del período formativo en la zona de Pocona, donde encontramos varios esqueletos y restos óseos que correspondían a niños, que probablemente murieron en accidentes o por desnutrición”. Sin embargo, también se pudo comprobar que la mayoría de la gente en el Incario vivió más allá de los 70 años, razón por la cual se puede deducir que la esperanza de vida era muy alta.
Estos alentadores hallazgos sobre las cosas buenas del pasado, como toda moneda, también tiene dos caras y del mismo modo en el que los estudios arqueológicos demuestran la cara bonita, también muestran el lado oscuro.
Un ejemplo de esta afirmación se puede observar en los restos humanos hallados en tumbas y cementerios precolombinos, que también demostraron que en algunas culturas americanas hubo sacrificios humanos, especialmente de niños. Esta posibilidad fue relatada por el cronista indígena Guaman Poma de Ayala en sus crónicas, escritas como una carta de más de mil páginas para el rey de España, en la que describe estas prácticas en el imperio Inca.
Además, el imperio incaico también tenía una especie de castas entre las cuales había grupos humanos que no tenían posibilidad de ser propietarios de la tierra. No existía equidad de género, pues las mujeres eran sometidas a casarse con quien sus familiares hombres definieran (en las clases altas sobre todo) y en las clases bajas, desde su nacimiento estaban condenadas a recibir menos que sus pares varones, pues cuando un varón nacía, su familia recibía un tupu de tierra y cuando nacía una niña sólo medio tupu.
También existen pruebas de que sus autoridades fueron polígamas y que además eran enterradas con todas sus esposas al morir. Fueron los inventores de la “Mita”, que obligaba a los otros indígenas a rendir un tributo o una especie de servicio al estado, con su trabajo en las minas (mitayos) o en la agricultura (mitimaes) y este sistema fue muy bien aprovechado por los españoles.
Por todas estas razones, es que tanto el arqueólogo David Pereira como el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, coinciden en señalar que no todo el pasado fue mejor.
DETALLES DEL PASADO
Alimentación
Maiz y Papa
Entre los cinco alimentos más consumidos están el trigo, que ocupa el primer lugar; el arroz en segundo lugar, la papa en tercer lugar y el maíz en cuarto lugar. Los últimos dos son originarios de América y fueron ampliamente consumidos por los pueblos indígenas de esta región.
Según explicó David Pereira, estos alimentos vistos desde los nutrientes y la cantidad de usos y derivaciones alimentarias se podría decir que “todos los pueblos americanos tuvieron un muy buen recurso alimentario en cereales, proteínas, minerales y vitaminas a través de estos alimentos. Además también consumían mucha quinua, que es un alimento con alto contenido proteico.
Carnes y lácteos
Tampoco faltaba el consumo de carnes en la dieta de los originarios de América, pues se consumía carne de roedores (cuy), camélidos (llamas), además de otros animales de la selva, como los venados, además de los existentes en el Chaco.
Un producto que no existía en América era la leche, pues antes de la llegada de los españoles no había animales lecheros, como vacas u ovejas y las llamas no eran utilizadas con este fin. “La población local no tomaba leche. Solo los bebes leche materna, pero era la única fuente láctea, no tenían animales con este fin y no fabricaban quesos o mantequillas”.
Buena dentadura
Las momias y esqueletos que se hallaron en Cochabamba muestran cráneos de personas que murieron después de los 50 o 60 años de edad que contaban con toda su dentadura completa y muy bien calsificada y con el esmalte externo en perfectas condiciones. “Eso indica que había buena dentición a pesar de que no había leche, que es la principal fuente de calcio”, dijo el arqueólogo, quien explicó este fenómeno asegurando que la hoja de coca es una excelente fuente de calcio, pues eso sabemos gracias a los estudios que se hicieron en el laboratorio, por eso pijchar es una buena práctica en cuanto a la obtención de calcio.
Años de vida
Pereira explicó que desde el punto de vista de los estudios especializados de antropología física se pudo determinar la edad de los esqueletos que se han ido hallando, especialmente por el desgaste de la columna vertebral, que con el transcurso de los años se va comprimiendo. “Cuando excavé en los cementerios que hallé en Cochabamba encontré dos esqueletos que tenían las vertebras cervicales y las que están a la altura de la pelvis, tenían una composición ósea bastante calcaría y llena de perforaciones, que en algunos casos ya estaba soldadas una con la otra y ese es un claro indicador de que esas personas tenían más de 70 años de edad”.
Rasgos físicos
Los esqueletos humanos hallados en el pasado demuestran que en la época precolonial, los hombres y mujeres de América tenían dimensiones muy similares a la del campesinado actual. Los hombres median aproximadamente 1,65 y las mujeres 1,55. Sin embargo, una aclaración que hizo el arqueólogo consultado es que en esa época no existía gente con problemas de peso u obesidad, pues “el trabajo agrícola y el tipo de alimentación no permitía que la gente llegara a engordar mucho, pues la obesidad es un reflejo de la sociedad moderna con super abundancia de alimentos y sedentaria”.
Medicina tradicional
Los kallawayas, que fueron declarados por la ONU como patrimonio de la humanidad, en la época precolombina vivían con un pie en las montañas y con el otro en el pie de monte y eran especialistas en curaciones y herbolarios. “Descubrieron a la quina como el remedio de curación de la malaria razón por la cual, a principios del siglo XX, los médicos kallawayas fueron llevados a la construcción del canal de Panamá para curar a los miles de trabajadores que se enfermaban de malaria”.
TRADICIONES
Sacrificios humanos
Según el arqueólogo David Pereira se ha comprobado a través del estudio de las tumbas y cementerios precoloniales que en muchas culturas de Bolivia, Perú y Ecuador “existía con un cierto nivel de exclusividad, la realización de sacrificios humanos en los que habían niños”.
Enfermedades
En una de las momias que se encuentra dentro del Museo Arqueológico de la ciudad se pudo determinar que esta persona habría perdido la vida por una enfermedad pues presentaba indicadores del mal de chagas. “Esa momia pertenece al período tardío con cerca de 800 años de antigüedad”, dijo David Pereira, quien explicó que “antes de los españoles ya había esta enfermedad y si uno ve desde esa época hasta ahora el Chagas sigue siendo un problema de salud pública en el país, que no se resuelve hasta nuestros días”.
Mitayos y Mitimaes
El establecimiento del servicio civil que los habitantes del imperio incaico debían entregar al Estado a través de su “plustrabajo” fue una medida inca, que después fue utilizada por los españoles. Todos debían trabajar para el imperio, el ejército, agricultura (mitimaes), minería (mitayos) en el caso de los hombres, o textilería y cocina en el caso de las mujeres. “Cuando llegan los españoles esa palabra mita se convierte en mitayos y mitimaes, pero el sistema funcionó en la época del incario”, dijo Pereira quien explicó que “el Estado los captaba por un par de años y les daba comida e infraestructura y los trasladaba a otras regiones para que trabajen ahí. Los incas convertían a los pueblos vencidos (en guerra) en gente al servicio del imperio”.
Castas
Dentro del imperio Inca surgieron los yanas, que después se convirtieron en yanaconas quienes, según el arqueólogo consultado, “eran una especie de empleados que ofrecían servicios personales y que dentro de la estructura del acceso y tenencia de tierra, no tenían derecho de acceso a ella. Era una especie de gente que lo único que tenía era fuerza de trabajo y yanas habían por todas partes. Todavía no se ha logrado descubrir porque una persona era yana, aunque algunos autores consideran que los incas eran una especie de estado despótico e imperialista que imponía por la fuerza todo, militarmente, que estaba a punto de entrar al régimen esclavista, pero hay otros estudiosos que consideran que más bien era un imperio socialista”.
Clases altas
Si bien Pereira explicó que el sistema inca fue tan complejo que no puede encajar en las actuales clasificaciones marxistas de clases, en la época incaica había una especie de grupos jerárquicos conocidas como Panacas que eran “los círculos endogámicos de parientes que formaban una especie de casta y los panacas estaban ligados a un ancestro que tenía alguna especie de posición política o religiosa en el imperio, entonces se distinguían del resto con joyería en los lóbulos de las orejas. Tenían unas piezas orfebres de oro o plata con incrustaciones, que se ponían para agrandar sus orejas, era su símbolo de prestigio y estatus, por eso los españoles los llamaron orejones”, dijo el experto.
Parentesco y poligamia
Los curacas (jefes) de las étnias vencidas eran incluidos en la estructura incaica para generar mejor coordinación con los nuevos miembros del imperio. “la vinculación se hacía a nivel parentual, porque los incas los volvían sus parientes y entraban en sistemas de reciprocidad y vinculación a través de los matrimonios, entonces algunos curacas tenían el privilegio de tener una o varias concubinas”, dijo Pereira, quien aclaró que no todos los hombres tenían varias concubinas. “No hay que ver eso desde una óptica machista, pero en esa época la reciprocidad se establecía al casarse, con las hijas, hermanas, etc”.
El arqueólogo aseguró que los cronistas españoles (como Garcilazo de la Vega o Polo de Ondegardo) relatan la poligamia de los curacas y también que se encontraron tumbas, donde se encontraron el cuerpo de un hombre acompañado por el de varias mujeres, que se presume fueron sus esposas.
Empieza el proceso de descolonización en Bolivia
No estamos planteando volver al Tawantinsuyo
¡OH!: ¿Cuál es la principal función del Viceministerio de Descolonización?
Es un Viceministerio que apenas tiene dos años de vida y como es nuevo todavía no tiene diseñado, desde un principio, a donde va a apuntar como descolonización.
¡OH!: ¿Cómo funciona este Viceministerio?
Lo que nosotros hacemos es interpretar la Constitución Política del Estado. Félix Cárdenas ha sido presidente de la Comisión Visión País de la Asamblea Constituyente y allí se discutió que tipo de sociedad vamos a construir y para eso primero tenemos que saber qué tipo de sociedad somos actualmente.
¡OH!: ¿El proceso de descolonización empezó en la Constituyente?
Aquí rompemos el esquema de la educación colonial con la que nos han hecho creer que Bolivia es una sola nación, un solo idioma, una sola religión y por esa visión monolineal de lo que es el país nunca hemos podido construir una identidad nacional. Recién en la Asamblea (Constituyente) asumimos que somos 36 idiomas, 36 culturas, 36 formas de ver el mundo, 36 formas de dar respuestas y que tampoco somos una sola religión, católica, apostólica y romana sino que ahora el Estado Laico, que no significa que somos un país de ateos, significa que los que quieren ser católicos, pueden serlo, igual que los evangélicos y los musulmanes y quienes queremos ser de la religión de la Pachamama, de la madre tierra y del respeto a la naturaleza, también podemos serlo.
¡OH!: ¿Qué es la Plurinación? ¿Cómo se construye?
La plurinación es reconocer las 36 naciones diferentes. No se puede construir por arte de magia, es fundamental previamente desarrollar todo el proceso de descolonización, que viene en el artículo 9 de la Constitución.
¡OH!: ¿Qué significa descolonización?
Descolonización quiere decir desmontar, desnudar al Estado colonial actual, ponerlo en crisis para después transformarlo. Tenemos que asumir que Bolivia en este momento es un estado colonial al que estamos administrando, pues tiene una educación, una religión, leyes, Fuerzas Armadas o Policía colonial. La corrupción también es una herencia colonial.
¡OH!: ¿Qué se hace para descolonizar?
Después de asumir que el Estado es colonial en toda su estructuración institucional, tenemos que desmontar toda la colonialidad del Estado y de la sociedad.
¡OH!: ¿Esto significa volver al pasado? ¿Vamos a retomar la estructura precolonial?
Mucha gente muy ligeramente nos dice que estamos planteando volver atrás y nosotros queremos explicar que no es eso. No se trata de un retorno romántico al pasado. No estamos planteando volver al Tawantinsuyo. Estamos queriendo recuperar científicamente lo mejor de nuestro pasado para combinarlo con la modernidad, pero no con cualquier modernidad sino con esa modernidad que puede hacer industrias sin destruir a la madre tierra, que puede crear desarrollo y confort sin agredir a la Pachamama. Entonces, planteamos desde la descolonización construir una sociedad posmoderna. Restablecer el equilibrio entre hombres y mujeres, entre seres humanos y naturaleza.
¡OH!: ¿Qué es el Sumaj Kamaña?
El Sumaj Kamaña no puede existir solamente en términos económicos, tiene que tener otras condiciones porque ningún proyecto de vida ningún proyecto de sociedad tendrá futuro si no toma en cuenta la protección de la tierra. Entonces desde los pueblos indígenas de Bolivia sale para el mundo un nuevo paradigma: Madre Tierra, como condición del Sumaj Kamaña.