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jueves, 21 de abril de 2011

PMA lleva ayuda a tacanas, mosetenes y lecos

En medio del susurro del río Beni, a más de 35 grados centígrados de temperatura, funcionarios de la Alcaldía de San Buenaventura cargan costales de víveres que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas trasladó al norte paceño para paliar los impactos de las inundaciones en los pueblos Tacana, Leco y Mosetén. Más de 21 toneladas se distribuyen entre las 12 comunidades indígenas de este municipio e Ixiamas.

Tras una evaluación del daño provocado sobre los cultivos y viviendas de las comunidades ribereñas —con apoyo de las autoridades locales y comunales—, la delegación del PMA, dirigida por su representante en Bolivia, Vitória Ginja, se hizo presente en San Buenaventura con el propósito de verificar que los alimentos donados para las familias damnificadas por el desborde del río lleguen a quienes corresponde.

Primero en un viejo tractor y luego en un frágil bote, proporcionados por la Alcaldía, fueron trasladados los costales de alimentos, con 30 kilos de arroz, 15 kilos de harina y cuatro litros de aceite cada uno, y que fueron entregados a cada familia en las propias comunidades y bajo nóminas estrictas levantadas por las autoridades comunales.

Una vez en la comunidad de Buena Vista, la representante del PMA, que llegó junto al alcalde de San Buenaventura, Adalid Carvajal, les dijo a las mujeres y hombres, a los ancianos y niños concentrados bajo los árboles: “Estamos con ustedes en los momentos más difíciles, ésa es nuestra responsabilidad. Por el trabajo conjunto con el Alcalde hemos sabido que la comunidad fue también azotada por los desastres naturales”.

Ginja dijo estar consciente de que lo que se llevó de alimentos no responde a todas las necesidades que tienen, pero que servirá para preparar la comida para la familia.

Explicó que la evaluación de daños tiene un enfoque de seguridad alimentaria, que incluye información de cuáles fueron los niveles de vida antes de las inundaciones y de qué forma afectaron las riadas a la seguridad alimentaria de las familias damnificadas que perdieron cultivos, herramientas de trabajo y hasta viviendas.

El corregidor de San Buenaventura, Nicolás Cartagena —de origen tacana—, dijo que en los últimos cinco años, como consecuencia de los desbordes del río Beni, la comunidad perdió más de 300 metros de territorio, y que al momento la preocupación es construir aulas escolares más al fondo, ya que la única unidad que existe está a unos 500 metros de la ribera. En tanto, por ahora prefieren concentrarse en su recuperación.

Aseguró que por el momento no es tan crítica la situación de la alimentación porque por lo menos “hay un plátano para comer”, pero temen que las pérdidas agrícolas que sufrieron se sientan más adelante.

Un proyecto de JICA, en coordinación con la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia (Cidob), ente matriz de los tacana, permitirá dotar a la comunidad de semillas para la próxima siembra.

El PMA incorporó a las comunidades de Villa Fátima, Puerto Guzmán, Tres Hermanos, Altamarani, Villa Alcira, Copaina Bajo, Buena Vista y San Miguel del Bala, en el municipio de San Buenaventura, fronterizo con Rurrenabaque, Beni.

De igual manera, incluyó a las comunidades de Bajo Undumu, Tahua, Puerto Ruso y Tigre Alto Madidi, del municipio de Ixiamas, para beneficiarse del lote de alimentos.

falta previSión

El alcalde de San Buenaventura reconoció que falta mayor previsión en el momento de definir el Presupuesto Operativo Anual (POA), pues para la gestión 2011 casi no se consideraron los desastres naturales. “Ésta vez casi no destinamos recursos para las emergencias, pero esto nos servirá para planificar mejor”, dijo.

La autoridad municipal señaló que al margen de las comunidades afectadas ubicadas al borde de la ribera, también localidades campesinas que habitan sobre la carretera perdieron cultivos agrícolas, como 7 de Diciembre, La Esmeralda, San Silvestre y el Distrito San José de Uchupiamonas.

“Lamentablemente no pudimos tener la ayuda oportuna, a veces el Gobierno nacional no sólo atiende a un sector, nuestro hermano César Cocarico (Gobernador de La Paz) debe atender a 20 provincias y nuestro Presidente a toda la nación, y con paciencia esperamos”, dijo.

Prefirió no referirse a las pérdidas económicas que sufrió el municipio, pero aseguró que sin duda los comunarios tuvieron que diversificar su actividad productiva hacia la caza y la pesca a falta de posibilidad de cosechar los productos que sembraron el año pasado.


Vitória Ginja: Ahora necesitan semillas para recuperarse

La representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Bolivia, Vitória Ginja, señaló que luego de que pasaron los desastres naturales, que afectaron a varias comunidades indígenas que habitan las riberas de los ríos, es necesario trabajar en la fase de recuperación a través de la dotación de semillas para las familias agrícolas.

“Muchas de las familias nos han hecho referencia a que dentro de un mes empezará la primera siembra, que es en mayo, pero como han perdido toda su producción ni siquiera tienen semillas y lo que necesitan en este periodo son semillas”, enfatizó.

En ese marco, afirmó que el PMA está dispuesto a implementar el sistema de alimentos por trabajo, de tal forma que la seguridad alimentaria de estas comunidades no se vea más afectada.

Instó para que otras instituciones ligadas al problema del agro puedan brindar semillas y de ese modo “podamos hacer un trabajo complementario hasta que las familias puedan recuperarse de los desastres”.

Ginja, que lleva más de dos décadas en el trabajo social, dijo que su experiencia le demuestra que cuando existen inundaciones la respuesta debe ser inmediata para que la situación de las familias damnificadas no se agrave más.

“Hay que hacer las evaluaciones, utilizar los mecanismos locales para responder de inmediato porque lo que sucede es que las aguas suben y si nos quedamos 20 ó 30 días sin responder, la situación cambia completamente. La respuesta inmediata es importante y es necesaria”, recomendó la experta en ayuda humanitaria.


PARA DESTACAR

El PMA-Bolivia priorizó en la ayuda humanitaria a las comunidades indígenas.

En el norte paceño el PMA intervino en los municipios de San Buenaventura e Ixiamas.

Doce comunidades indígenas de los pueblos Tacana, Mosetén y Leco se beneficiaron.

La entrega de alimentos se realizó con participación de las autoridades locales y comunales que levantaron las listas de las familias damnificadas.

Antes de la intervención, el PMA realizó un diagnóstico sobre el estado de afectación en las comunidades.

El PMA está dispuesto a implementar alimentos por trabajo mientras duren los efectos de los desastres.

Vitória Ginja sugiere dotar de semillas a las comunidades para que ingresen a la siembra.

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