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sábado, 16 de junio de 2012

Indígenas marchistas afirman que conseguirán su propósito

Indígenas, entre ellos decenas de mujeres, realizan el sacrificio de caminar desde la Amazonia hasta La Paz para defender un parque ecológico en el centro del país y dejar el hábitat en herencia a sus hijos, pues el Gobierno de Evo Morales pretende construir una carretera en ese lugar.

“Aquí me tiene luchando por mi territorio. Prefiero morir en la marcha, quiero que tenga una historia, que yo he luchado dejándole algo a mis hijos”, cuenta Dora Zita, de unos 35 años y de la tribu Moxos de la Amazonia, mostrando sus rodillas hinchadas resultado de la larga caminata, que ya cubrió unos 500 kilómetros, más de dos tercios de su distancia total hasta La Paz.

De tamaño más bien pequeña, vistiendo una blusa verde adornada con lentejuelas, Zita explica lo importante que es para ella el TIPNIS, ya que allí peregrinaron sus suegros en busca de lugares sagrados, allí conoció a su esposo y allí nacieron sus hijos.

“Pase lo que pase, me voy a quedar (en la marcha)”, dice ella, tras resaltar el temple que caracteriza a las mujeres indígenas. Entre hombres, mujeres y niños son unos 400 los indígenas que integran la marcha.

Partieron de Trinidad, a unos 130 metros de altitud y capital del departamento del Beni, el 27 de abril con la meta de caminar un total de 600 kilómetros hasta La Paz. Sin embargo, aún les falta el tramo más duro, el ascenso por una carretera de hasta 4.000 metros de altura en la cordillera oriental de los Andes, para luego descender a La Paz a 3.600 metros de altitud a fines de mes.

Los nativos provienen de la calurosa Amazonia y el frío clima del altiplano les está afectando. Sufren de infecciones estomacales y respiratorias por la falta de acceso a agua potable y por los cambios climatológicos, particularmente por las lluvias.

Las mujeres se encargan de preparar la comida, bastante mermada, tras los días de caminata que se acerca a La Paz. El humo de los braseros se alza en uno de los extremos del improvisado campamento.

Ruti Carranza, indígena yuracaré, relata que sólo tiene harina para preparar 70 panes, aunque destaca que esas piezas contienen el sabor propio de su comunidad. La marcha llegó ayer a la localidad de Santa Bárbara.

Esta es la segunda marcha de iguales características que realizan los indígenas con la misma demanda: que no se construya una carretera de un total de 300 kilómetros, que partirá por la mitad el parque ecológico TIPNIS y que Morales pretende construir contra viento y marea.

Cuando la anterior marcha llegó a La Paz, bañada por un multitudinario recibimiento de los habitantes, Morales aprobó una ley para vetar la vía, pero semanas después el mismo oficialismo organizó otra caminata de colonos afines para pedir la vía.

Ello dio paso a que el Gobierno apruebe una ley en la Asamblea Legislativa, que lo controla a su gusto, para convocar a una consulta con los habitantes del TIPNIS, pero los dirigentes denuncian que el proceso está precedido de regalos que realiza el mismo Morales y de obras civiles de varias entidades estatales.

La dirigencia indígena ha pedido entablar un diálogo con el Gobierno. El Órgano Ejecutivo ha aceptado, pero ha objetado el liderazgo de los nativos.(AFP).

Prefiero morir en la marcha, quiero que tenga una historia, que yo luché dejándole algo a mis hijos.
Dora Zita, marchista

La distancia recorrida por la IX marcha
Marcha La IX marcha indígena en defensa del TIPNIS cumplió ayer el día 50 y según sus dirigentes puede llegar a la ciudad de La Paz hasta el 26 de junio.


Punto de partida La columna de marchistas partió de Trinidad, Beni, el 27 de abril.


Distancia Los indígenas que rechazan la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el medio del TIPNIS recorrió hasta ayer 506 de los 600 kilómetros entre Trinidad y La Paz.


Vigilia Indígenas instalaron una vigilia en La Paz.

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