domingo, 30 de octubre de 2011

Reflexiones de un hombre del Tipnis

Siento que el planeta es grande. No conozco mucho. Siempre estuve en medio del bosque en comunicación con la naturaleza. Ella nunca me hizo daño, más bien me enseñó a quererla y respetarla. Hemos vivido en armonía. Siento que el planeta es grande, pero siento que hay un lugar específico para mí. Mi tierra, y en ella mi territorio, heredado de mis ancestros que existen desde el empiezo del tiempo

Mientras todos iban. Yo venía. Cuando llegué, ya no había nada; tú habías destruido todo aquello que la madre tierra tardó siglos en construir. Incluyendo mí pueblo. Pues cada vida es única e irreparable. Ninguna idea vale una vida, menos una carretera. Ya perdimos muchas vidas… Los niños enterrados en el camino representan el futuro truncado, la ilusión perdida. El Dios ve todo. Él también te esta mirando. Mismo que no creas en Él.

Ayer pensé en todas esas cosas que nos dicen todo el tiempo y nosotros, o por lo menos yo, pensamos que sí, son ciertas y van a ocurrir para mejorar nuestras vidas. Sin embargo nunca ocurren…

Lógico que seria bueno que pasen. Creemos en las cosas buenas que nos dicen, porque tenemos la esperanza y necesidad que ocurran para mejorar nuestras condiciones de vida; porque de veras seria muy bueno que ocurran.

Hoy, caminamos con una vela encendida en la mano. No permitiremos que se apague, ni que se caiga. Eso se llama: esperanza. Los demás compatriotas también están encendiendo velas y saliendo en romería.

Es sensible que nos digan cosas que nos llenan de esperanzas, entonces sonreímos, celebramos y después no ocurren… Nos duele. Tenemos necesidades y sentimientos… Quizás, tú seas diferente de nosotros y tu sensibilidad esté atrofiada, yo no sé que es lo que te ocurre. Ayer éramos hermanos. Hoy tú estás del otro lado. Es muy doloroso…

Cada vez que eluden la realidad, no se dan cuenta de que están eludiendo una responsabilidad comprometida. Lo peor es que nos hacen daño. Al igual que tú.

Siempre prometes cosas, después, evitas afrontar las circunstancias creadas por ti mismo. Tantas veces lo hiciste, que ya te pareces a ellos. Supongo que ellos padecen algún trastorno psicológico… tú también…

Estoy lejos de saber los detalles y circunstancias de tu relación con poderes aún ocultos para nosotros y para aquellos que estaban espectando atónitos la caminata de mis hermanos y tus estrategias para boicotearlos. Tú obras como si fueras el rey del mundo. Dicen que palabra de rey es ley y no vuelve atrás. Pero, no eres rey y nosotros lo sabemos. Es hora que despiertes de tú idilio y pises tierra con honor y cordura.

Quisiera que no te olvides que tenemos fuerzas para hacer lo que hay que hacer. Pues, somos todo: somos pueblo. No hacemos las cosas porque perseguimos un sueño, ni por cuestiones pecuniarias, las hacemos porque tenemos necesidades. Especialmente la necesidad de seguir sobreviviendo y experimentar un poco de la vida. Mismo que sea la parte más agria y dura de la vida.

Muchas veces sabe a amargo enterarse de las noticias que se generan en nuestro medio; especialmente si nos toca ser protagonistas… Ya no importa a que papel estamos jugando. Lo que importa es que somos un equipo dispuesto a cerrar un ciclo. Ya te dije que no estamos tratando de realizar o materializar ningún sueño; ya que para nosotros soñar es lograr lo imposible; y nosotros estamos martirizándonos por algo que te probamos que es posible.

Estamos ofrendando todo lo que tenemos: nuestras vidas. Para que respeten nuestra existencia y nuestro medio de supervivencia. No es difícil de entender. Ciertamente, tú puedes captar lo que te digo. Y lógicamente, que puedes cambiar el curso de nuestra historia. Pero yo no sé de quien dependes ni a quien obedeces…

Vemos a través de los medios de comunicación como se desmoronan los reyes de barro en todas las partes del mundo, simplemente porque mienten. Quizás, ellos no saben que la mentira hace mucho daño y que el mayor perjudicado siempre es el mentiroso. Pues, él se torna una persona indigna de confianza y poco fiable. Tú permitiste que nos martiricemos, por algún motivo aún oculto, un día toda la verdad vendrá a la superficie, entonces, sabremos todo.

Pienso en muchas cosas: nuestra selva, la vida, nuestros ríos, los reyes de barro, los animalitos y mis hermanos… estos que todo el tiempo están marchando, solo Dios sabe a donde.

Verlos caminar, me motiva a seguir viviendo. Y luchando. Vivir en malas condiciones es tarea extenuante, es un trabajo abrumador. Pesa mucho. Supongo que tú lo sabes. Pues, me acuerdo muy bien que al empiezo tú eras uno de nosotros. No comprendo que fue lo que te pasó… Pero cambiaste de bando y parece que te gusta la pega.

Confiábamos en ti. Pero parece que el exceso de confianza sobrepasó mí inteligencia de hombre sencillo, y tengo que admitir que cometimos un gran error al confiar en ti. Pues, no fuiste capaz de dar la cara y hablar con unas cuantas mujeres sufridas, unos cuantos hombres cansados y unos niños sin porvenir. Dar la cara es tan sencillo, además siempre supone la mejor opción, y se podría tomarte en serio. Pero huiste… ¿A dónde?

La historia de la vida es similar al teatro, que siempre tiene un fin; ahora estamos llegando al final de la tragedia, creo que es la más espantosa que ha vivido nuestro país a lo largo de su existencia.

Nuestro vínculo contigo empezó en el mundo del realismo mágico, parece que ha de terminar como una escena de realismo trágico.

No te despistes que nosotros somos seres pacíficos, tenemos mucha paciencia… Pero, nunca te olvides que termina nuestra paciencia donde empieza tu culpa.

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