sábado, 1 de octubre de 2011

Indígenas del Tipnis se reagrupan para seguir su marcha a La Paz

Los indígenas que defienden la reserva natural del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) por considerarla amenazada debido a la construcción de la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos, se reagruparon hoy para seguir su marcha hacia La Paz, tras la violenta represión policial del pasado fin de semana que agravó el conflicto y obligó a renunciar a dos ministros.

El reagrupamiento se produce en Quiquibey, a más de 200 kilómetros al noreste de La Paz, al que llegaron cerca de mil indígenas en vehículos desde pueblos vecinos en los que quedaron dispersos tras la acción policial del pasado domingo, que el presidente Evo Morales calificó de "imperdonable" y la ONU de excesivo.

"Es el inicio del reagrupamiento, el reencuentro de las tres columnas que quedaron después de ser dispersados", declaró a Efe por teléfono desde la Amazonía el presidente de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob), Adolfo Chávez.

Cerca de 1.500 amazónicos habían recorrido hasta el domingo unos 300 kilómetros, desde el 15 de agosto, y dicen que están decididos a llegar a La Paz para exigir la suspensión total de la vía que atravesará, según el proyecto que defiende Morales, el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

Los indígenas aclararon hoy que la represión no dejó víctimas mortales, como habían denunciado en días pasados algunos de sus dirigentes, la jerarquía católica y varios medios, lo que Morales tildó de nueva confabulación en su contra.

"No hay muertos, eso es necesario aclarar", dijo Chávez a Efe y explicó que la confusión se debe a que los indígenas, "en su desesperación", reportaron muertos cuando vieron a niños y ancianos desmayados por los gases lacrimógenos lanzados por medio millar de policías contra un "campamento humilde, sin defensa alguna".

"El Gobierno debería agradecer a Dios y a nuestros ancestros que no hay tal fallecido. Pero eso marcó ese día, por la desesperación, y tampoco son culpables los medios de comunicación", agregó.

Morales pidió perdón por la operación policial, aunque no se hace responsable de ella, ni ninguno de sus colaboradores, e insiste en que los medios exageran y falsean lo ocurrido, tesis que niegan las asociaciones bolivianas de periodistas, radios y diarios.

El mandatario relacionó hoy la marcha con un supuesto plan de la oposición para perjudicar las elecciones de magistrados de los máximos tribunales del país, que se harán por votación popular el domingo 16 de octubre.

"Siento que será otro fracaso de ellos. Si ese es el plan de esta marcha, que sigan marchando, pero también nosotros seguimos marchando para garantizar nuestras elecciones", dijo Morales.

El presidente cree, además, que el plan en su contra incluirá una petición de un referendo para revocar su mandato.

Con su marcha y la solidaridad que ha despertado en todo el país tras la represión policial, los indígenas dejaron en segundo plano el interés ya muy menguado en la elección de magistrados, incluidos los del Supremo y el Constitucional.

El 92 por ciento de los bolivianos no conoce a ninguno, o solo a unos pocos, de los 115 candidatos a magistrados, según una encuesta difundida hoy por el periódico El Día.

Para respaldar a Morales, cuya imagen de indigenista y ecologista ha quedado deteriorada por el conflicto, hoy se manifestaron en La Paz unos miles de aimaras, la etnia del Mandatario.

A su paso, los oficialistas fueron insultados por vecinos de esta ciudad, sede del Gobierno aunque no capital de Bolivia, lo que originó riñas y peleas que no pasaron a mayores, según constató Efe.

El hecho de que nadie del Gobierno acepte que ordenó la represión de la marcha, y que se culpe solo a los agentes, ha causado descontento en ese cuerpo, según medios locales.

Una dirigente de las esposas de los policías, Guadulupe Cárdenas, advirtió hoy que si un agente de base es procesado o lo despiden de la institución, se puede producir un motín porque los agentes solo cumplieron órdenes superiores.

El Gobierno aplazó hoy, sin nueva fecha, una interpelación de tres ministros en el Congreso, con la excusa de que dos de ellos están dialogando con indígenas guaranís del sureste del país.

Morales intenta mostrar que sigue dialogando, pero sus ministros no están con los que marchan en el Tipnis -con los que ya fracasaron en varias ocasiones los diálogos en semanas pasadas- sino con otros grupos, lo que critican los indígenas y la oposición.

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