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domingo, 2 de octubre de 2011

INDÍGENAS REANUDAN SU MARCHA Y LLEGAN A LA PAZ

Quiquibey, frontera que separa los departamentos de Beni y La Paz, está ubicada a poco más de 300 kilómetros de la capital paceña. Ayer, los marchistas recorrieron 24 kilómetros y pasaron por las localidades de Cascadas y El Sillar, para luego terminar su caminata en la comunidad paceña llamada Delicia.

“Nos mantenemos firmes y estamos adelante en defensa de nuestro territorio y la integridad de las 34 naciones (indígenas). Vamos a llegar a la ciudad de La Paz, estamos yendo pacíficamente”, dijo Marcelino Chairini, presidente del pueblo indígena Mosetén.

El recuerdo de la intervención policial, sufrida el 25 de septiembre en San Miguel de Chaparina (carretera Yucumo-San Borja), aún está fresco en la memoria de los marchistas. Nazareth Flores, vicepresidenta de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB), relata que en Quiquibey se sintieron un poco amenazados, debido a que los habitantes del lugar les pidieron que no destrocen el césped de la cancha de fútbol a la que llegaron el sábado 24 para organizarse y marchar hacia La Paz.

Cantos. El paso de los marchistas fue acompañado con canciones en ritmos mojeño y taquirari, al son de tambores y flautas. Cerca de 600 indígenas volvieron a marchar contra la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari (Cochabamba)-San Ignacio de Moxos (Beni) que corta en dos la reserva ecológica.

La marcha indígena comenzó el 15 de agosto en Trinidad, Beni. En Yucumo, a 42 kilómetros de Quiquibey, fueron obligados a detenerse por policías y colonizadores del lugar que bloquearon el puente San Lorenzo de Yucumo por más de 20 días.

El sábado 24 de septiembre, los marchistas tomaron de rehén por al menos dos horas y media al canciller David Choquehuanca y lograron avanzar hasta Chaparina, a 200 metros del puente San Lorenzo. Un día después, la Policía arremetió contra los indígenas. Se reportaron decenas de desaparecidos y niños que no sabían dónde estaban sus padres.

“Hemos reiniciado la marcha, nuestro objetivo es que se resuelvan los 16 puntos que demandamos”, dijo ayer Fernando Vargas, presidente de la subcentral del TIPNIS, quien fue golpeado por al menos nueve policías el domingo 25.

Para llegar a la ciudad de La Paz los indígenas deberán sortear varios escollos, entre ellos el camino y el clima. Desde Trinidad hasta San Borja los marchistas tuvieron que soportar temperaturas de entre 35 y 40 grados centígrados. Ahora, ya en territorio paceño, la temperatura tiende a bajar hasta los 10 grados.

Ruta. El camino también será otro problema. Desde Quiquibey hasta la localidad de Caranavi, que es el punto por donde se presume entrará la columna de marchistas, existe al menos 120 kilómetros de distancia. Desde ese punto la ruta se hace empinada hasta llegar a la Cumbre, que es el ingreso obligatorio a La Paz.

“No podemos esperar que el Gobierno nos mande una carta, lo que nos queda es marchar todos los días por nuestro territorio”, advirtió Pedro Vare, de la (CPIB), El ejecutivo de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano, Adolfo Chávez, prevé que la columna de marchistas ingrese a la ciudad de La Paz entre el 13 y 15 de octubre, un día antes de las elecciones judiciales.

Ayer, los marchistas aprovechaban para comer algún tipo de alimento y frutas como naranjas, sandías, plátanos y toronjas, mientras la marcha avanzaba. También llenaban botellas de plástico con agua y dedicaban unos minutos a su aseo personal.

La intervención policial del domingo 25 obligó a algunos de ellos a separarse. Unos se quedaron en San Borja y otros en Rurrenabaque. El viernes, muchos se reencontraron en Quiquibey. Los abrazos fueron el común denominador, como también el llanto de las personas que recordaban la agresión policial del domingo.

En Quiquibey, por las características del lugar, delegados de la Defensoría del Pueblo ayudaron a una veintena de mujeres embarazadas y niños a trasladarse hasta la comunidad Delicia en un vehículo particular.

Gonzalo Fuentes, uno de los representantes de la Defensoría, señaló que en el lugar siguen a los marchistas para evitar conflictos si es que éstos se presentan. Entre los caminantes se pudo divisar al exviceministro de Tierras Alejandro Almaraz.

Alrededor del 50% de los marchistas son mujeres, mientras que se calcula que hay al menos nueve decenas de niños que participan de la movilización.

Colonos y campesinos se alistan

Este 12 de octubre, Día de la Interculturalidad, campesinos y colonizadores se movilizarán a nivel nacional para demandar al gobierno de Evo Morales la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

“Será pacífica”, aseguró Roberto Coraite, ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Se prevé que la mayor concentración sea en la sede de gobierno.

“Es una movilización en defensa del proceso de cambio y exigiendo que se construya la carretera”, agregó el dirigente. La vía es rechazada por al menos 14 regionales del TIPNIS. Indígenas de esos sectores se movilizan hacia La Paz, desde Quiquibey, para pedirle a Morales una ley que impida la construcción del camino.

Los colonizadores también anuncian que se movilizarán el 12 de octubre, señaló su exejecutivo Gustavo Aliaga. Según explicó, su sector decidió, la noche del viernes, no marchar contra los indígenas del TIPNIS, ni tampoco bloquear accesos a La Paz.

“Estamos cansados de que el tema TIPNIS sea utilizado como bandera política, qué tienen que ver (con la marcha) exfuncionarios de Estado, exparlamentarios”, cuestionó. La Central Obrera Boliviana (COB), entretanto, le dio plazo al Gobierno hasta el 5 de octubre para que rescinda contrato con la brasileña OAS para la construcción de la carretera por el TIPNIS y atender su pliego de ocho puntos.

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