Sus precarias casas de barro y calamina contrastan con un imponente hospital de segundo nivel que ha ejecutado el municipio cruceño y son un reflejo de la situación que vive la Comunidad Ayorea Degüi. Es que pareciera que el grupo de indígenas ha quedado atrapado en el desarrollo urbano que vive Santa Cruz. Sin embargo, más allá de este contraste urbanístico, está la agonía que viven los indígenas al enfrentarse a la sociedad civil y la cultura típica de la capital urbana para vivir, debido al hacinamiento y la débil atención de sus necesidades.
Por estos días, desde el 31 hasta mañana se realizan unas jornadas de socialización sobre la cultura ayoreode en el Centro Cultural Santa Cruz.
La concesión del terreno no es suficiente. En 2010, el Concejo Municipal emitió una ordenanza que les cede el terreno de 3.000 metros cuadrados por 30 años más en calidad de concesión y aunque los beneficiados ven con buenos ojos este acto, estos manifiestan su preocupación ante el notable crecimiento poblacional que hay en la comunidad, ya que afirman que no pueden hacer mejoras y en muchos casos acceder a otros servicios como el aseo, el drenaje y otros problemas con los que lidian.
"Ya hemos hecho saber a las autoridades de nuestra preocupación porque ahora estamos amontonados y hay hartos niños que van a ir creciendo y ya no tenemos más campo", dijo Isaac Chiqueno, el jefe de la comunidad, a tiempo de indicar que ha solicitado la viabilización de un terreno más grande, tanto a las autoridades como diversas organizaciones sociales con las que trabajan.
No obstante, recientemente hizo llegar al Municipio una carta en la que entre otras necesidades, demanda la realización del aseo en la comunidad y el mantenimiento de sus calles, pero además solicitan un aval que les permita la construcción de viviendas de materiales a fin de que pueda brindarse más comodidad y seguridad. "Lo que pedimos es justo y necesario porque queremos que la gente vea el interés que tenemos por superarnos, en este caso, necesitamos el apoyo de las autoridades para lograrlo en las condiciones en las que estamos", dijo.
Es que basta hacer un recorrido por la comunidad para percatarse de que el terreno ha quedado pequeño para las más de 100 familias que hay instaladas en las precarias casas hechas en base a barro y calaminas.
A ello hay que sumarle las bajas condiciones humanas en las que conviven debido al hacinamiento y la falta de atención de sus calles y pasillos donde se percibe la falta de higiene.
Solo como ejemplo hay que mencionar el caso de la familia de Richard Picanderai, quien junto a su esposa y sus nueve hijos deben compartir una habitación de tres metros cuadrados, sin contar que en el mismo cuarto también guardan sus enseres de la cocina y que además albergan dos perros que tienen como mascotas.
El caso de la familia Chiqueno es más complejo, ya que debido a que la familia de la señora Roxana ha crecido por la procreación de sus cinco hijos, el pequeño cuarto que le fue cedido ha quedado pequeño, por lo que deben dormir en la intemperie.
"No es fácil, peor cuando llueve o hace frío, aunque peor era cuando no teníamos barda porque la inseguridad y los pandilleros no dejaban vivir", dijo la mujer en la que ya se percibe una notable adaptación a lo urbano.
Estas, al igual que otras similares, sustentan la intención de Chiqueno que aguarda por una respuesta positiva ante sus demandas.
"Queremos que la gente, ante todos los niños, estén seguros. Ya estamos establecidos pero no contamos con el derecho a mejorar, estas casas de barro tienen poca duración", manifiesta Chiqueno.
Alcaldía reitera la permanencia por concesión de la comunidad. Por su parte, el director de ordenamiento territorial de la Alcaldía, Mariano Zambrana, reconoció la situación por la que atraviesa la comunidad Degüi, y también es consciente de la connotación que deja su presencia junto al Hospital de Segundo Nivel que pronto será habilitado, aunque reiteró que la ordenanza establece la concesión del terreno por 30 años, por lo cual descartó que éstos sean removidos del lugar. Por el contrario, sostuvo que el Municipio no cuenta con un terreno más amplio para trasladarlos como así lo desean los comunarios. No obstante, manifestó que estos pueden construir y hacer mejoras aunque el terreno no dejará de pertenecer al municipio.
Respecto a las demandas de otros servicios como agua, luz, aseo urbano sostuvo que no es competencia del Municipio brindarles las comodidades ya que ellos están en la obligación de gestionarlas como cualquier ciudadano.
Expertos ven necesidades y adaptación a lo urbano. A criterio del antropólogo y también coordinador del Programa Hábitat Para la Humanidad, Erwin Melgar, más que una necesidad esta petición responde a un proceso de aculturación o transición a la vida urbana que según manifiesta la ha vivido ya la cultura Guaraní.
Sin embargo, no deja de resaltar la necesidad que hay de implementar políticas que puedan responder a las necesidades que presenta la cultura indígena en Santa Cruz, más aún aquellas que se flexibilicen de acuerdo a la cultura indígena. "Es evidente que esta cultura está atravesando por una transición de adaptación a lo urbano, aunque el pedir un espacio más amplio tampoco implica que se deba afectar la esencia del ser de estos comunarios. Esta demanda es algo que debe ser bien analizado y evaluado por las autoridades pertinentes, manifestó. Por su parte, Lenny Rodríguez, de la Asociación Boliviana de Cooperación al pueblo ayoreo, Abcop, cree que la solicitud hecha por la comunidad "llega a ser una consecuencia del crecimiento urbano que ha acorralado a la comunidad y que llega a repercutir en sus costumbres".
"El hecho de que estén en medio de un mercado y un hospital modelo ya le demanda que se alineen a su entorno. No me parece malo que se mejore el espacio de vivienda de esta comunidad, por el contrario es una lectura de lo que está pasando en las provincias del departamento", dice, a tiempo de indicar que el hacinamiento es precisamente un efecto de la migración notable que hay de pueblos primitivos a la capital el cual a su criterio solo sería resuelto con políticas que lleven hasta ellos servicios básicos como salud y educación que son los motivos principales para que ellos hagan la migratoria. "Si es que se trabajara en provincias con políticas que demanden sus necesidades no habría la necesidad de que migren y que a la vez tengan que padecer todos estos inconvenientes", añadió la experta.
"Es evidente que este grupo humano está atravesando un proceso de aculturación. Aunque son evidentes sus necesidades, las respuestas deben ser evaluadas por las autoridades a fin de conservar su esencia indígena" .
Erwin Melgar
Coordinador de hábitat para la Humanidad en Bolivia
"Lo que pedimos es justo y necesario porque queremos que la gente vea nuestro interés por superarnos, pero necesitamos el apoyo de las autoridades pero en estas condiciones no podemos hacerlo".
Isaac Chiqueno
Jefe de la Comunidad DEGÜI
"El terreno de Degüi está en calidad de concesión y si los habitantes desean construir o hacer mejoras lo pueden hacer, aunque este terreno es de propiedad del Municipio".
Mariano Zambrana
Director de Ordenamiento Territorial de la Alcaldía
Desarrollo
Proyectos buscan mejoras
Los ayoréode son un pueblo seminómada que originalmente recorría el Gran Chaco boliviano y paraguayo viviendo de la caza, pesca, recolección y en un grado mucho menor, de la agricultura. En la capital La historia de la Comunidad Degüi se remonta a partir de 1985, cuando algunas de estas familias ayoreas migraron a la ciudad en búsqueda de trabajo y por problemas de salud.
Además de contar con una guardería y una escuela por parte del Municipio y la Gobernación también se han logrado significativos proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de estos grupos, tal es el caso de la fundación Hábitat para la Humanidad en Bolivia y al Proyecto de Apoyo para el Campesino Indígena del Oriente Boliviano (ABCOP) que han trabajado de manera continua para lograr mejoras en la comunidad. sitio que está ejecutándose.
Por otro lado desde el 31 de mayo hasta este 3 de junio en la capital se desarrollan jornadas de socialización de información sobre la situación del derecho a la salud del pueblo ayoreode.
El programa contiene un nutrido programa con propuestas literarias y material cinematográfico
Punto de vista
Fernando Prado
Urbanista
"El problema debió ser asistido con previsión"
"Más allá de la construcción de grandes obras veo que el Municipio no tiene la visión e interés por atender las necesidades de este y otros grupos indígenas, pues no veo que sus problemas estén en las agendas de las autoridades, me refiero a esto problema de limitación del terreno en el que se encuentra la comunidad ayorea que clama desde hace mucho tiempo que le concedan un espacio más amplio para vivir.
El hecho de que estén de lado de un hospital moderno no afecta ni tiene que preocupar ya que son igual que cualquier vecino y tienen los mismos derechos, sino por el contrario, es la situación en la que viven porque el espacio ya está cedido por 30 años pese a que es pequeño para la necesidad de este grupo humano.
Creo que la Alcaldía como las autoridades pertinentes debieron tomar en cuenta que este problema se veía venir y haber trabajado o gestionado para que tengan uno más grande para evitar lo que está sucediendo actualmente.
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