sábado, 14 de julio de 2012

IX marcha pierde otra vida, los indígenas están consternados

Eran las 8:30 de ayer cuando el corazón de Aldo Moreno, corregidor de la comunidad Nueva Vida que está dentro del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) dejó de latir.

Hace un mes, el indígena, que caminó por casi 600 kilómetros desde Trinidad, en la columna de la IX marcha que exige el respeto de su territorio, había quedado tetrapléjico tras sufrir una grave lesión en la médula espinal, en el accidente de tránsito en los Yungas de La Paz donde murieron otros dos originarios de esa movilización.

Gonzalo Poma, el médico que atendió a Moreno, informó que el indígena se encontraba en los últimos días de su vida deprimido porque era consciente de su situación y recibía oxígeno mediante una máquina. Fernando Arispe, director médico, dijo que el motivo de su muerte fue un paro cardiorrespiratorio.

Salomón, el padre del infortunado, no paraba de llorar. Acompañó a su hijo con el féretro desde el hospital hasta el coliseo universitario, donde fue velado por indígenas que permanecían todavía en La Paz, esperando volver a sus comunidades.

“Mi pobre hijo me dejó, nunca más voy a ver su cara ni él tampoco me va a ver a mí”, decía. Culpó al presidente Evo Morales por la muerte de su hijo, por no haber escuchado a los marchistas en el momento oportuno.

Moreno tiene una hija de 15 años y según su cuñado, Óscar Chambi Pascual, va a tener que quedarse con su familia.

“Yo vivo con su hermana. Voy a tener que hacerme cargo de Danitza porque Aldo estaba separado de su mujer”, dijo, lamentando el deceso de su familiar. Chambi recordó que el fallecido fue un corregidor respetuoso de la voluntad de su pueblo y que en las últimas actividades en su comunidad, de 20 familias, esperó que el Gobierno le concrete paneles solares a sus hogares y que se les dote de agua potable.

Moreno fue trasladado anoche vía aérea a Santa cruz donde se le realizará un acto de homenaje y luego será llevado a Trinidad, donde, junto a sus familiares, será trasladado por río hasta su comunidad.

Ésta es la quinta vida que se cobra la IX marcha, luego de su partida el 27 de abril desde la ciudad de Trinidad.

Silvia Otilia Cunay y Alejandro Cayuba perdieron la vida cuando se transportaban en una camioneta que sufrió un accidente, a dos kilómetros de la localidad de Yolosa. Otros 11 indígenas quedaron heridos.

Justo Illanes, paramédico del municipio paceño de La Paz, perdió la vida cuando la ambulancia en la que se dirigía a brindar atención médica a los miembros de la IX marcha dio un vuelco de campana a pocos metros de la localidad de Pongo.

Karen Yesenia Fabricano Gutiérrez, de seis meses de edad, falleció producto de una bronco-aspiración, provocada por una infección respiratoria. La bebé era una de los 200 menores de edad que acompañan a sus padres en la marcha que llegó a la ciudad de La Paz.

Para destacar
Marcha La IX marcha indígena partió desde la ciudad de Trinidad (Beni) y recorrió 600 kilómetros en 62 días para llegar a la ciudad de La Paz.


Accidente El 19 de junio, Silvia Otilia Cunay y Alejandro Cayuba murieron luego de que la camioneta donde se transportaban junto con otras 11 personas, sufriera un accidente, a dos kilómetros de la localidad de Yolosa.


Paramédico El 20 de junio, el paramédico Justo Illanes, de la Alcaldía de La Paz, perdió la vida tras accidentarse la ambulancia en la que se dirigía para la atención médica a los caminantes indígenas. El vuelco de campana sucedió a pocos metros de la localidad de Pongo, cerca de La Paz.


Bebé La madrugada del 28 de junio, Karen Yesenia Fabricano, de 6 meses, falleció por una bronco-aspiración, provocada por una infección respiratoria. La bebé era una de los 200 menores que acompañan a sus padres en la marcha.


Enfermo Humberto Ortega, comunario de la zona de Caranavi quien se había acoplado a la IX marcha desde esa población y hacía las veces de policía indígena, está hospitalizado desde hace 9 días en el Pabellón Italia (nefrología) del Hospital de Clínicas, aguardando atención médica. Sufre de problemas renales y necesita colaboración económica.



“Mi pobre hijo me dejó, desde ahora nunca más voy a poder ver su cara ni él tampoco me va a ver a mí”
Salomón Botega Parada, padre de Aldo Moreno

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