miércoles, 29 de agosto de 2012

Falta de planificación convierte en “limosneros” a weenhayeks

El problema del río Pilcomayo continúa sin solución, a tal punto que los weenhayeks están viviendo de la ayuda del Gobierno, empero este apoyo no es sostenible en el tiempo y deberá suspenderse cuando termine la declaratoria de emergencia sostenida en el decreto Nº 0900. Hasta ahora son numerosas las acciones que se efectuaron para ayudar a este pueblo.
Entre las principales, se exigió el dragado del río Pilcomayo para limpiar el sedimento que evita el curso normal del sábalo, sin embargo aunque las máquinas fueron compradas, hasta ahora, la tarea no ha sido concretada por falta de licencias de Argentina y Paraguay.
En 2011 el decreto Nº 0900 declaró en emergencia a los weenhayeks, hecho que permite a las autoridades dotarles de ayuda alimentaria. El Ejecutivo Seccional de Villa Montes, Rubén Vaca Salazar, afirma que se tomaron un sinfín de medidas al “calor del conflicto”. Hasta el momento se han gastado un promedio de 21 millones de bolivianos tratando de concretar una solución definitiva, que aún parece estar lejos.
“Se tomaron soluciones desesperadas, una de ellas fue emitir el decreto para paliar y mitigar el problema del momento y el Gobierno no pone un peso e instruye que las gobernaciones seccionales transfieran al Municipio el dinero para que ellos compren alimento, el año pasado se transfirió tres millones de bolivianos y este año hasta el momento transferimos dos millones de bolivianos”, explicó Vaca.
Dijo también que se compraron dos anfioexcavadoras para trabajar en el agua extrayendo sedimento, el costo de ambas suma más de 12 millones de bolivianos. Entre otros proyectos se amplió el Plan de Empleo Urgente (PEU) hacia este sector con un monto de 3,4 millones bolivianos, “sólo para que trabajen los weenhayeks que están integrados por más de 1.200 familias”, explica.
José Guerrero Toribio, Director Departamental de los Pueblos Indígenas Originarios (Didepio), nos informa que el pueblo Weenhayek se divide en dos secciones, la Primera sección que pertenece a Yacuiba y la tercera sección que pertenece a Villa Montes, dentro de las mismas hay 122 capitanías o comunidades, las cuales viven a orillas del río Pilcomayo. Asegura que son aproximadamente cinco mil familias las afectadas por la falta de pescado.
Relata que por la muerte de los peces, el pueblo Weenhayek recurrió al gobierno departamental y finalmente al gobierno nacional. La solicitud se basaba en exigir el dragado del río Pilcomayo, empero el 8 de junio de 2011 se firma el Decreto Supremo 0900 que declara en emergencia al pueblo Weenhayek y permite que tenga sustento por un periodo de tiempo.
En la actualidad esta población continúa bajo declaratoria de emergencia, solicitando la ayuda de las autoridades, “hasta donde sabemos sólo se ha hecho la compra de las excavadoras anfibias, el ejecutivo seccional de Villa Montes y el de Yacuiba ya tienen los equipos, pero no se ha realizado el dragado hasta ahora”, informó Guerrero.
Cuenta que se ayudó con alimentos a los weenhayeks desde el año pasado, fecha en que se inició con el decreto. Cada dotación por familia consiste en 3 kilos de azúcar, 3 kilos de arroz, 3 kilos de fideo y 1 litro de aceite, los indígenas aseguran que esto es insuficiente sobre todo cuando cada familia tiene alrededor de 7 a 9 hijos.
Entre otras medidas Guerrero revela que se hicieron varios acuerdos con el gobernador Lino Condori, los mismos consistían en proyectos productivos “dicen que los proyectos son productivos para el pueblo Weenhayek, porque cambiarán la pesca para iniciar un proyecto de siembra, donde tendrán que aprender a cultivar y preparar la tierra”, señaló Guerrero y añadió que estos proyectos buscan dejar atrás un problema y cambiar una forma de vida que se ha basado en la pesca por siglos.

Situación de los weenhayeks
Actualmente los weenhayeks están viviendo en las tierras que poseen, cultivando maíz y fruta. Muchos de ellos con la ayuda que brindó el Gobierno han comprado animales como cabras, chanchos, chivas y los están vendiendo y consumiendo. “Estos tenían que haberse criado y reproducido para luego poderse vender, sin embargo tienen hambre”, explica Guerrero.
Según sus dirigentes, el pueblo Weenhayek tomó la decisión de que se hagan proyectos, para que se puedan hacer represas y criaderos de pescados dentro de ese territorio, el objetivo es mantener el hábitat de su pueblo.
Jacinto Ugarte Padilla, segundo Capitán de los Weenhayek, asegura que no han recibido ningún tipo de proyecto del presidente Evo Morales. “Aquí los pobladores están sufriendo. Siendo un país exportador de gas y petróleo, lo paradójico es que estamos sobre el gas y no vivimos bien”, dijo Ugarte.
Exigió que las excavadoras anfibias trabajen represas, piscinas y criaderos, para que su pueblo pueda tener sustento, “el pueblo ha sido marginado, discriminado, para Yacuiba no existimos, y tomaremos las fuerzas necesarias donde nuestro grito será ‘La revolución comunitaria originaria de igualdad de condiciones’, y queremos que las autoridades sepan que vamos a pelear”, enfatizó.
Nicolás Montero, Coordinador del Pueblo Guaraní, dijo que se hizo un compromiso entre el Ministerio de Gobierno y los pueblos indígenas Guaraníes, Tapietes y Weenhayek, pero aclaró que hasta el momento el alimento prometido sólo fue dado a los pueblos Weenhayek y Guaraníes de Yacuiba, resaltó que los de Villa Montes, Caraparí y O’Connor no recibieron nada.

Esperan el censo
De acuerdo al censo poblacional que presenten los capitanes de estas comunidades se les hará la distribución de alimentos.

La historia de una tragedia
El río Pilcomayo o Araguay es un largo río de la Cuenca del Plata, que fluye por Bolivia, Argentina y Paraguay. Tiene una longitud de 2.426 kilómetros y desagua una cuenca de 270 mil kilómetros cuadrados.
A lo largo del siglo XX el río se ha visto muy dañado por la contaminación provocada por los residuos mineros de Potosí, afectando las zonas aguas abajo, en especial la zona del Chaco boliviano, mientras que las aguas de su curso medio han desaparecido debido a los desvíos artificiales de agua.
En el río Pilcomayo hasta 1990 había mucho pescado, en una noche pillaban entre nueve mil a once mil pescados, lo hacían por grupos desde 30 a 50 personas y otros pescaban de forma individual. Cuando era la época de escasez de pescado se sumergían los zambullidores concentrados en un grupo de 100 a 150 personas, que sacaban los pescados con redes cortas, una persona podía sacar 300 pescados ahora sólo saca entre 4 a 6 pescados.
El problema está en el Proyecto Pantalón, sistema hidrovial que reparte las aguas a Argentina y Paraguay, sin embargo, como el río es muy errante, el gran problema son los sedimentos que hicieron que en aguas bajas haya una tendencia a sedimentar el canal argentino.

Nuevos proyectos para dar solución al problema
El ejecutivo seccional de Villa Montes, Rubén Vaca Salazar, explica que se están trabajando dos grandes proyectos para salvar la vida del Pilcomayo, uno es el Centro de Producción Piscícola con una inversión aproximada de cinco millones de bolivianos para producir alevines de sábalo hasta el estado juvenil y las otras especies que hay en el Pilcomayo. El otro proyecto está referido a la construcción de bañados en las propias orillas del río Pilcomayo; donde se llevará a los peces en estado juvenil.
“Vamos a construir nuestros propios bañados donde se críe el sábalo, con una superficie de 2.500 hectáreas, estos dos proyectos están en plena ejecución, se calcula que en la próxima riada con la migración del sábalo se cosechará los sábalos madre y padre para su reproducción y así empezaremos a producir los alevines”, enfatizó Vaca, quien prevé que el próximo año se construirán los criaderos.
Entre otras medidas dijo que están analizando que se pueda aprobar una ley departamental coercitiva que regule la pesca del Pilcomayo, para volverle a dar al río una gran cantidad de sábalos.

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