domingo, 2 de junio de 2013

Indígenas de Brasil aprenden a pelear por el derecho a la alimentación básica

En sitios remotos de Brasil, la población indígena empieza a adueñarse de su derecho a no pasar hambre y descubre que seguridad alimentaria es mucho más que un plato de comida sobre la mesa.

En enero de 2010, el Programa Conjunto de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Mujeres e Infancia Indígenas inició actividades para dar soluciones agrícolas y alimentarias, pero sobre todo formación y toma de conciencia.

Rosiléia Cruz, de 19 años, sueña con estudiar periodismo. Ella integra un grupo de 50 jóvenes de los pueblos ticuna y kokama que participaron de talleres de comunicación en cada escuela. En la comunidad Umariaçu II de Tabatinga aprendió a entrevistar, tomar fotografías y producir un diario mural y programas de radio.

El programa, ahora en la etapa de sistematizar datos y evaluar resultados, pues debe concluir en junio, se enfocó en los municipios de Tabatinga, Benjamin Constant y São Paulo de Olivença, del noroccidental estado de Amazonas, y en Dourados, Mato Grosso do Sul (sudoeste), donde viven en total 53.000 indígenas.

Las poblaciones accedieron a asistencia técnica rural y orientación para implantar sistemas agroforestales –que combinan cultivos con aprovechamiento sostenible y recuperación del bosque local– y huertas escolares. En Dourados, los indígenas reintrodujeron la yerba mate y otras especies nativas con gran potencial comercial.

En la aldea de Panambizinho se construyeron dos viveros y los habitantes aprendieron a fabricar cocinas ecológicas, que reducen el consumo de leña, preservan el ecosistema selvático y disminuyen la nociva emanación de humo.

Algunas familias iniciaron huertos en sus casas. Se entrenó a agentes indígenas para medir y pesar a bebés y niños, además de entregar información sobre estas poblaciones al Sistema de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

En Alto Solimões, la OIT está apoyando a una asociación de artesanas con un estudio de mercado para que sus productos puedan llegar a ferias y compradores.

En Dourados, el gubernamental Fondo Nacional del Indio y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia organizaron un coloquio para tender una red de protección a la infancia y adolescencia indígenas y definir qué hacer ante casos de maltrato, abandono y alcoholismo.

También se hizo un etno-mapeo, que incluye la identificación de lo que produce cada región. Éstas “son herramientas que van a poder utilizar los propios indígenas”, confía el coordinador nacional del programa, Fernando Moretti.

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