jueves, 13 de junio de 2013

Green Hands promueve el talento de cinco etnias

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En Green Hands el talento artesanal y la identidad cultural de cinco etnias del oriente y del Chaco boliviano se abren espacio con una variedad de trabajos manuales que rescatan materiales orgánicos y saberes ancestrales.

En esta tienda, ubicada en la calle Jaén, comunidades de guaraníes, chiquitanos, guarayos, ayoreos y weenhayek tienen la oportunidad de comercializar productos diferentes y alternativos a los que se ofrecen de las regiones altiplánicas.

Esta iniciativa surgió hace tres años en la mente de Susan Gonzales, quien como guía de turismo vio de cerca la realidad de estas comunidades, donde realizan una variedad de artesanías únicas y propias de su región, pero limitados a venderlas en esporádicas ferias locales.

“El objetivo de Green Hands es promover el arte del oriente y del Chaco; pero además de vender sus productos, también damos a conocer más de su cultura y su forma de vida”, explica la propietaria.

Desde música barroca hasta fotografías colgadas en la pared, todo en este lugar habla de estas culturas y sus destrezas para elaborar objetos funcionales y decorativos con un sello distintivo y natural.

Entre las decenas de productos que se encuentran destacan las máscaras de madera, los sombreros de saó, los móviles de carahuata y semillas; los shots de cuero tallado, las aves talladas en palo santo, calabazas pintadas, muñecas de chala de maíz, monederos de cuero, fuentes tejidas con palma y cofres tallados en cedro.

Todos estos productos hablan de sus culturas, a través de dibujos que muestran la fauna y flora que los rodea, o bien por los colores ocres que reflejan los materiales naturales que emplean, como la chonta, el cedro, la cerámica, la jipi japa, la hoja de palma y la carahuata.

Para la artesana guaraní Juana Zeballos, participar en este proyecto le permitió tener un ingreso adicional con las bandejas tejidas de palma. “Aquí no hay mercado para nuestras artesanías, así que nos sentimos conformes de saber que nuestro trabajo es valorado en otra ciudad”, comenta vía telefónica.

Aunque a Gonzales le costó en un primer momento establecer este lazo de confianza con estas asociaciones familiares, ahora los ve motivados y comprometidos con Green Hands, sabiendo que esto significó una oportunidad para que su talento sea valorado por turistas extranjeros.

“Es una gran ayuda porque muchas veces no tenemos posibilidad de salir a comercializar lo que hacemos. Ahora podemos sobresalir con nuestro arte y a la vez recibir un ingreso para nuestras familias productoras”, expresa Franz Uzquiano, artesano de San Ignacio de Velasco.

Una vez establecido el contacto con los productores, Green Hands se encarga de recoger las artesanías de las mismas comunidades, y en otras ocasiones las reciben como encomienda. Ésta es una de las mayores dificultades, especialmente por el tiempo, la distancia y la poca accesibilidad a estas etnias.

No obstante, también es una oportunidad para conocer cómo viven, cómo trabajan y a qué otras actividades se dedican.

Pero también conoció a líderes de comunidades que promueven el trabajo artesanal y la conservación de estas tradiciones para mantener vivas sus culturas.

Una de ellas es Juana Zeballos, quien hace un par de años se encargó de la siembra de palma para garantizar el material con el que tejen fuentes y bandejas desde hace muchos años.

“Me dedico a tejer hace 18 años y no quiero dejar de hacerlo. Estos productos son parte de la tradición de mi familia y no quiero que se pierdan, porque también nos caracteriza como cultura guaraní”, manifiesta.

Aunque por el momento Gonzales se concentró en estas cinco etnias, su objetivo es promocionar otros materiales e involucrar nuevas comunidades de las regiones bajas del país, para diversificar su oferta y dar a conocer nuevas culturas de una Bolivia muy diversa y rica en tradiciones.

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