viernes, 21 de junio de 2013

El presidente Evo Morales presidió celebración central del Año Nuevo andino

El presidente Evo Morales encabezó hoy los rituales para recibir el Año Nuevo 5.521 de la cultura andina, en las ruinas de la antigua ciudadela de Tiahuanaco, en La Paz.


Centenares de indígenas y campesinos, además de turistas, llegaron de madrugada a Tiahuanaco, situada a 71 kilómetros de La Paz, para esperar la salida del "Tata Inti" (Dios Sol).


Los amautas o sacerdotes aimaras prepararon altares con ofrendas al "Willka Kuti" o "retorno del sol", en lengua aimara, como llaman también a la fiesta que además inicia el cambio del ciclo agrícola para la siembra en el campo.


La entrega de las ofrendas se efectuó en medio de oraciones rezadas en aimara por los amautas, que pidieron "paz, libertad, tranquilidad y armonía" para Bolivia.


Abrigado con un poncho rojo, Morales se unió a la celebración unos 45 minutos antes de que los primeros rayos del sol bañasen el templo de Kalasasaya de Tiahuanaco.


La salida del "Tata Inti", ocurrida a las 07:18, marcó el inicio del Año Nuevo aimara y fue el momento más esperado por los asistentes, que recibieron al sol con las palmas en alto para "llenarse" con su energía.


Los 5.521 años de la cultura andina resultan de la creencia de que la civilización prehispánica tiahuanacota tuvo una antigüedad de 5.000 años exactos, a los que se suman los 521 que se cuentan desde 1492, cuando los españoles llegaron a este continente.


No obstante, arqueólogos y antropólogos rechazan este cálculo con el argumento de que no había culturas desarrolladas en el altiplano andino en ese entonces, pues la antigüedad de Tiahuanaco es del 1200 antes de Cristo, en sus inicios aldeanos.


En 2009, el Gobierno de Evo Morales bautizó la fiesta como "Año Nuevo Andino Amazónico", con el objetivo de expandirla a otras regiones bolivianas, y decretó que cada 21 de junio, en coincidencia con el solsticio de invierno, sea festivo nacional.

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