La movilización convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la mayor organización indígena ecuatoriana, arrancó ayer desde una región amazónica al sudeste del país con rumbo a Quito, adonde prevé llegar el próximo jueves 22.
Los aborígenes rechazan la política de minería emprendida por el presidente Rafael Correa, ya que contaminará los ríos y desplazará a las comunidades; además, exigen la aprobación de leyes para regular el manejo del agua y redistribuir las tierras.
Esta semana, el Gobierno firmó el primer contrato con China para explotar cobre en Zamora Chinchipe, provincia de la que partirá la marcha indígena con rumbo a la capital, Quito.
La caminata. La marcha indígena partió del lugar en el que se desarrollará el primer proyecto de minería a gran escala impulsado por el Gobierno ecuatoriano.
Correa afirmó que la movilización indígena busca desestabilizar a su Gobierno.
Los indígenas tuvieron un papel importante en las caídas de los mandatarios Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000), pero su estructura organizativa se debilitó tras su participación en el Gobierno del también defenestrado Lucio Gutiérrez, según medios internacionales.
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