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jueves, 5 de mayo de 2011

Matrimonios con identidad construyen el nuevo Estado

Una ceremonia ancestral unirá a 350 parejas provenientes de diferentes regiones con la participación de sacerdotes originarios aymaras.

Más de 350 parejas provenientes de La Paz, Oruro y del norte de Potosí, que forman parte del programa Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad, se unirán en un ritual ancestral que se realizará el 7 de mayo a las 9.00 en el Coliseo Cerrado Julio Borelli de La Paz. Las parejas del primer matrimonio plurinacional tienen como fundamento la complementariedad y el equilibrio del ser humano jaqi-warmi (hombre-mujer) sin actitudes machistas, ni patriarcales, en igualdad de género y que comparten una corresponsabilidad.

“Estos matrimonios se encaminan en una sociedad del Vivir Bien de un nuevo proceso civilizatorio que construye el Estado Plurinacional”, remarcó el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, quien asegura que el presidente Evo Morales tiene previsto asistir a la ceremonia, porque él es el padrino de las parejas.

Añade que civilización no sólo es confort, sino una concepción de vida, es nuestra opción de cómo vemos el desarrollo de la humanidad.

Las 350 parejas que se van a matrimoniar son aymaras y quechuas, pero también hay un grupo de pakajakes, afrobolivianos, e incluso nicaragüenses, cubanos y mapuches que se van a casar con mujeres aymaras.

Para Cárdenas la cuestión de familia no pasa porque ésta sea sagrada o no, sino porque el Estado tiene una enorme responsabilidad con ella, pero no para reproducir el patriarcado con todas sus violencias, sino para emancipar a la familia de su núcleo patriarcal y la larga lista de discriminaciones que de ella emergen. La nueva familia —dice el Viceministro de Descolonización— tiene como fundamento de su construcción las relaciones horizontales entre derechos y deberes de la pareja en relación con las hijas e hijos, sin violencia sexual, física ni sicológica, deberá existir una responsabilidad compartida de la pareja en relación con las labores domésticas.

Respecto de la legalidad que tiene la unión de las centenares de parejas, Cárdenas explica que el sistema de filiación en nuestra legislación respondía a un orden estrictamente patriarcal que busca la eternidad del derecho del progenie y del patriarca como base del orden familiar.

Pero la nueva normativa emergente tiene la obligación de constituir un modelo donde la celebración del matrimonio por autoridades indígenas sea homologado por el Estado mediante el oficial de registro civil. “De esta manera, se puede construir el derecho sobre los matrimonios y filiación que a la vez adquieren un sentido plurinacional”, mencionó el Viceministro de Descolonización.


La familia de la Gran Comunidad

Es sabido en la comunidad que cuando “la pareja joven se casa, casa quiere”.

Este hecho, que proviene de la lógica comunitaria, se convierte en la Gran Comunidad, tal como señaló en una oportunidad el vicepresidente Álvaro García Linera y la Gran Comunidad no abandona a la familia. La vivienda como derecho fundamental se constituye en una preocupación de primer orden del Estado, para lo que se está invirtiendo alrededor de 50 millones de dólares.

El programa Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad tiene una consistencia en materia política que puede servir de modelo para la región latinoamericana. La nueva familia de la Gran Comunidad nace con la preocupación del mismo Estado Plurinacional.

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