martes, 26 de marzo de 2013

Brasil: tropas vigilan obras en megarrepresa en la Amazonía



El Gobierno de Brasil enviará tropas de una fuerza especial de seguridad al estado amazónico de Pará (norte) para garantizar las obras de una represa hidroeléctrica —la tercera de mayor tamaño en el mundo— resistida por indígenas y campesinos.

La decisión fue publicada en el Diario Oficial y establece que los soldados “garantizarán” la seguridad “de las personas y del patrimonio” y “la manutención del orden público” en las obras de la represa de Belo Monte, que la semana pasada fueron paralizadas por una protesta de indígenas y campesinos de la región amazónica.

El Gobierno no definió el número de soldados que serán enviados al remoto rincón de la Amazonía donde se construye la represa, pero aclaró que pertenecerán a la Fuerza Nacional de Seguridad, un cuerpo de soldados especialmente entrenado para combatir situaciones de desorden público.

La polémica represa es uno de los principales proyectos oficiales en el área de energía y se prevé que, una vez concluida, será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, por detrás de las de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay, y Tres Gargantas, en China.

El Gobierno calcula que la represa comenzará a operar en 2015 con una potencia máxima de 11.233 megavatios cuando alcance sus picos de producción, que oscilarán en relación con los niveles del río Xingú, donde será emplazada. Esta central hidroeléctrica será capaz de producir energía suficiente para abastecer el 40% del consumo residencial de toda la población de Brasil, informó el Gobierno.

Según datos oficiales, para la construcción de ese coloso de concreto en plena Amazonía serán inundados 516 kilómetros cuadrados de selva amazónica. Grupos ecologistas nacionales y extranjeros sostienen que esas obras desplazarán a unos 50 mil indios y campesinos que habitan en las riberas del río Xingú y que además se causarán unos “daños irreparables” al ya delicado ecosistema amazónico.

Las protestas de la semana pasada fueron protagonizadas por unos 150 indios, pescadores y activistas de la organización Xingú Vivo, que ocuparon el jueves los canteros de las obras y obligaron a paralizar la construcción de la represa durante dos días.

Rechazo. Esa fue “la cuarta o quinta ocupación del cantero desde junio pasado”, e indígenas y colonos esperan aún las compensaciones prometidas por el consorcio Norte Energia, a cargo de las obras, explicó a AFP Maira Irigaray, abogada de la ONG estadounidense Amazon Watch.

El grupo de manifestantes estuvo integrado por habitantes del pueblo de Jericoa (en su mayoría pescadores) e indígenas de las etnias Xypaia, Kuruaia, Canela y Jururna. Los manifestantes también denunciaron que nunca recibieron ninguna ayuda de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI, órgano estatal de tutela de los indígenas en Brasil), informó Xingú Vivo.

En Jericoa, los habitantes no consiguen pescar, no hay agua potable y sus barcos no son suficientemente sólidos frente a la fuerza de la corriente de la represa provisoria a la altura de Pimental, según el comunicado.

En construcción sobre el río Xingu, la represa, de un costo de $us 13 mil millones, es la mayor en construcción en Brasil. Suministrará 11.233 MW, o sea 11% de la capacidad instalada del país. Sin embargo, aunque las tierras de indígenas que viven en las cercanías de la represa no serán inundadas, Belo Monte corre el riesgo de afectar su modo de vida, ya que no podrán pescar más en el río para subsistir.

El Gobierno de Brasil prevé inversiones de $us 1.200 millones hasta el fin de las obras para reducir los impactos negativos de la construcción. La primera turbina debe comenzar a funcionar en 2015 y la última en 2019.

La matriz de la energía brasileña

Agua

El 87% de la matriz energética de Brasil está basada en energías renovables, mientras que el promedio mundial es de 19%.

Plantas

Esa matriz está asentada en 956 hidroeléctricas construidas a lo largo del siglo XX, según expertos.

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