martes, 21 de febrero de 2012

La ch’alla es un ritual de reciprocidad andina

La ch’alla es una ceremonia de reciprocidad con la Pachamama (Madre Tierra) que tiene como base el acto de regar la tierra u otro bien con alcohol y elementos simbólicos.

En el área rural la ch’alla consiste en cubrir la tierra con pétalos y enterrar una olla de papas cocidas, coca y alcohol para alimentar a la Pachamama. Mientras se hace esto, los campesinos beben, cantan y bailan.

En la ciudad se ch’alla adornando una propiedad con serpentina de colores y rociando alcohol, granos dorados, pétalos y confite.

Un elemento cada vez menos común en la ch’alla es la mesa o apxata: un colorido altar donde se realizan ofrendas a la Pachamama. La apxata está cubierta por un aguayo y lleva frutas, caramelos, especias, cereales, confite, nueces, vino, alcohol, pétalos de flores, serpentinas, un feto de llama, etc. Estas ofrendas deben ser quemadas y ahumadas con maderas aromáticas de khoa y palo santo.

Según las creencias, la ofrenda debe ser quemada con alcohol y si ésta termina consumida y de color plomo, significa suerte y cumplimiento de los sueños esperados.

Tanto en la ciudad como en el área rural es habitual que se utilicen petardos, puesto que según las creencias el ruido sirve para alejar a los malos espíritus.

Agosto también es el mes de ch’alla en las provincias, ya que en este período la tierra necesita fortalecerse mientras que en la ciudad se ch’alla en febrero o marzo; el martes de carnaval es para agradecer por los bienes recibidos y también para pedir.

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