jueves, 9 de febrero de 2012

El Gobierno hizo promesas al TIPNIS sin mucha convicción

El Gobierno accedió a las peticiones de la marcha en defensa del TIPNIS; sin embargo, sus acciones van por un camino distinto y hasta contrario. Éste es el colofón del libro Marcha indígena por elTIPNIS, la lucha en defensa de los territorios de la Fundación Tierra.

El texto de 280 páginas es una memoria de la VIII marcha que protagonizaron los indígenas de tierras bajas y altas entre agosto y octubre del año pasado entre Trinidad y La Paz en rechazo a la construcción del tramo II de la vía Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el corazón del Isiboro-Sécure y, además, el pedido del respeto a los territorios indígenas.

El tema “tierra y territorio” es considerado por varios expertos -que exponen sus puntos de vista en el libro- como la demanda medular de la caminata.

“El movimiento indígena de tierras bajas ha luchado en los últimos 30 años por el reconocimiento y gobierno de sus territorios y para vivir dentro de ellos de una manera digna. Es posible afirmar que al defender el TIPNIS, muchos marchistas sentían que resguardaban indirectamente sus hogares” señala un párrafo del libro citado.

Después de la realización de la marcha de 66 días, el Gobierno del presidente Evo Morales decidió frenar la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos y determinó la intangibilidad del TIPNIS mediante la ley corta.

Asimismo, en la plataforma de 16 demandas de la marcha indígena se planteó respeto para los territorios indígenas y el Gobierno prometió continuar con el saneamiento de los territorios indígenas (antes llamados TCO, ahora Territorios Indígena Originario Campesinos, TIOC) y consultar a los interesados para hacer las “enmiendas” a la Ley de Reconducción Comunitaria.

No obstante, señala el texto, que el MAS hizo eco del discurso de sectores como campesinos y colonizadores que consideran a los TIOC como latifundios ociosos que merecen ocupación “productiva”. “Esto no deja de ser paradójico si se considera que en cuatro años (2006-2010), la administración Morales tituló tres veces más superficie de TIOC que en los nueve años precedentes (1996-2005)”. Asimismo se destaca que pese a los pedidos de los pueblos indígenas de ejercer plenamente su derecho a la autonomía indígena, de los 190 TIOC titulados hasta la fecha, ninguno accedió aún a la autonomía indígena, reconocida en la CPE como un nivel de gobierno con normas propias.

Después del acuerdo firmado con los indígenas que marcharon en defensa del TIPNIS, el Gobierno alentó otra movilización. La convocatoria fue respondida por el Conisur que agrupa a comunidades que están fuera del TIOC TIPNIS y protagonizó una caminata hacia La Paz con la demanda de la construcción de la carretera por medio del TIPNIS y la anulación de la ley corta.

El Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, controlada por el MAS, accedieron a realizar una ley de consulta para el TIPNIS para consultar si el parque debe ser intangible o no y el acuerdo o desacuerdo con que la carretera a San Ignacio pase por el parque.

En respuesta, dirigentes de la CIDOB, Conamaq y la Subcentral del TIPNIS anuncian el inicio de la IX marcha indígena.

Gustavo Pedraza, director de la fBDM-Santa Cruz, señala que “al retomar su autonomía relativa con respecto al MAS, el movimiento indígena de tierras bajas está ante el reto de mostrar si en este tiempo adquirió las capacidades necesarias para continuar construyendo su empoderamiento sin el paraguas del oficialismo nacional”.

Mientras que Leonardo Tamburini, director del CEJIS, dice que la marcha “ha dejado resultados altamente positivos para las organizaciones indígenas y la ciudadanía en su conjunto (...) el proceso de cambio son los sectores que militan y se movilizan en defensa de sus objetivos y principios: el cuidado de la Madre Tierra (...) y no quienes supuestamente lo conducen”.

“No sentía miedo (en la represión en Yucumo), más bien me sentía orgulloso de que me maltrataran por defender a mi pueblo”.
Fernando Vargas, dirigente

El día hdgshgdhsgdh
La Marcha Indígena por el TIPNIS

–además del rechazo a la carretera,como parte de la agenda de los 16puntos de la Plataforma de demandas–se ha constituido en un ícono en lahistoria contemporánea de Bolivia por susignificancia y la resonancia que seguiráteniendo en los próximos años. Ha sidola canalizadora del malestar y el descontentode buena parte de la poblaciónboliviana por la manera en que se vieneimplementando la nueva Constitución, elrumbo y ritmo de las transformacionesestatales a cargo del MAS, la manera enque se hace gestión pública, la agendaeconómica, el modelo de desarrollo,etc. Nunca pretendió desestabilizar algobierno sino exigirle mayor decisión enla implementación de la nueva Constitución,en la que están consagrados losderechos de los pueblos indígenas ensus varias dimensiones.Youiuio


Punto de vista
LORENZO SOLIZ TITO Director de CIPCALa marcha indígena por el TIPNIS –además del rechazo a la carretera, como parte de la agenda de los 16 puntos de la plataforma de demandas– se ha constituido en un ícono en la historia contemporánea de Bolivia por su significancia y la resonancia que seguirá teniendo en los próximos años. Ha sido la canalizadora del malestar y el descontento de buena parte de la población boliviana por la manera en que se viene implementando la nueva Constitución, el rumbo y ritmo de las transformaciones estatales a cargo del MAS, la manera en que se hace gestión pública, la agenda económica, el modelo de desarrollo, etc.

Nunca pretendió desestabilizar al Gobierno sino exigirle mayor decisión en la implementación de la nueva Constitución, en la que están consagrados los derechos de los pueblos indígenas en sus varias dimensiones. La marcha en sí y el gran respaldo de la población boliviana pone en evidencia nuevamente que el planteamiento del Estado integral no acaba de encajar en la realidad práctica.

Se ratifica que la sociedad civil existe –no es parte del Estado integral–, se moviliza, protesta, demanda y también tiene capacidad de propuesta.

Esta marcha ha desnudado la dificultad de avanzar en la construcción del Estado Plurinacional, que, entre otros aspectos, implica la inclusión a cabalidad de lo indígena, no sólo en la composición numérica de indígenas en espacios de poder. Asimismo, ha reposicionado en la agenda nacional la necesidad de profundizar el debate en torno al modelo de desarrollo, de compatibilizar dos proyectos en disputa y en tensión: vigencia del extractivismo versus el respeto a la madre naturaleza para alcanzar el vivir bien. (Tomado del libro citado)

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