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martes, 6 de diciembre de 2011

Crimen revela desdicha de los indígenas ayoreos

En la comunidad de ayoreos Juana Degüi son tiempos de luto y de indignación por el asesinato, aún sin esclarecer, de Rebeca Cutanurajai Etacore (17), la chica adulada de la colectividad por su juventud y su belleza. El crimen ha desvelado la vulnerabilidad y la miseria en la que vive este grupo étnico olvidado por las autoridades que pregonan la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.
Juana Degüi es una especie de aldea enclavada en el barrio Bolívar de la Villa 1º de Mayo. En dicho barrio las casas son de arquitectura sencilla. No obstante, el menesteroso villorrio de los ayoreos se diferencia notablemente de sus vecinos.
Las condiciones de vida en el asentamiento son paupérrimas, pues sus 394 habitantes, adultos y niños carecen de letrinas o baños decentes, así como de alcantarillado. Los únicos servicios al que la mayoría accede es a la luz y a contadas conexiones de agua para uso común.
En las precarias viviendas de barro y madera, con techos de calamina y de cartón, predomina una sola habitación multifuncional en la que conviven hasta ocho personas. En el lugar destacan nítidamente la unidad educativa intercultural bilingüe Juana Degüi y un centro de desarrollo infantil denominado Disabode Chaidi, las únicas edificaciones de concreto construidas por organizaciones de ayuda.
Los ayoreos son una etnia seminómada que originalmente recorría el Gran Chaco boliviano y paraguayo viviendo de la caza, la pesca, la recolección y, en un grado menor, de la agricultura. Ahora, en la ciudad familias enteras sobreviven de la elaboración de artesanías y de la mendicidad; muchas jovencitas caen en la prostitución, un asunto del que nadie quiere hablar.
Ayer, hombres y mujeres se reunieron en un patio interno de la aldea para hablar de lo acontecido. Normalmente no permiten el ingreso fácil de los extraños, pero hicieron una excepción con la prensa porque consideran que puede contribuir a hallar al asesino y a obtener ayuda de la población.
“Pedimos a la Policía que venga a patrullar por acá. Asimismo, queremos que la gente nos ayude económicamente, porque hemos prestado plata para comprar el cajón y para apartar la tierrita en el cementerio donde enterramos a Rebeca”, dijo Marlene Cuéllar.
Rebeca fue engatusada la noche del viernes por un taxista que la invitó a cenar. Al día siguiente amaneció desnuda y estrangulada cerca del local Rincón Vallegrandino.
“Es la segunda vez que pasa esto. En 1985 también mataron a una muchacha ayorea”, señaló Isaac Chiqueno, presidente de la comunidad, que reveló que hay un plan para el mejoramiento de sus viviendas de parte el gobierno municipal.

Tribu urbana

- Papeles. La comunidad ayorea Juana Degüi, ubicada en el barrio Bolívar de la Villa Primero de Mayo, recibió en marzo, de parte del Concejo Municipal, la concesión de 7.048 metros cuadrados por 30 años, informó Isaac Chiqueno, presidente de la comunidad.

- Asentamiento. Los ayoreos viven desde hace 25 años en el lugar, pues lo ocuparon en 1985. Hay un proyecto municipal para mejorar las viviendas.

- Debilidades. Se estima que un 60% de los habitantes no sabe leer ni escribir y el 40% restante son analfabetos funcionales, ya que solo cursaron hasta tercero de primaria.

- Pesquisa. Agentes de la Felcc y de la Defensoría de la Niñez visitaron ayer la comunidad para obtener información sobre la víctima.

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