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martes, 29 de marzo de 2011

Chipayas pierden sus cultivos como consecuencia de las inundaciones

Chipayas organizados trabajaron para contener las inundaciones que afectaron sus cultivos
Los pobladores de la comunidad Chipaya perdieron 1.200 hectáreas cultivadas de alimentos de subsistencia, consistente en quinua, cañahua y papa, situación que hace insostenible su permanencia en los cuatro ayllus donde viven 1.800 familias en la provincia Sabaya en el Occidente del departamento.

Las autoridades de la Nación Originaria Uru, Valentín Huarachi Mollo, presidente y Paulino Condori López, tesorero, hicieron conocer la penosa situación de los uru-chipayas, quienes en sus ayllus de Aranzaya, Manazaya, Vistrullani y el cantón Ayparavi soportan las inclemencias del tiempo y la carestía de alimentos, tras haber perdido todos sus cultivos.

Huarachi explicó que personeros de Defensa Civil realizaron una evaluación, sin que a la fecha les hayan otorgado ningún tipo de ayuda, porque a fines del mes febrero desbordaron las aguas de los ríos Lauca y Unión Barras, anegando sus tierras cultivadas y provocando la destrucción de más de una veintena de sus tradicionales viviendas circulares o wallichas, cuando el agua remojo sus techos y su precaria estructura.

Las wallichas son construidas con tepes, una especie de adobes de barro sacadas en forma de rectángulo de la tierra, conservando su pasto silvestre, unidas entre sí y el techo, cubierto con paja brava sobre soportes de palos secos de cactus, al igual que sus precarias puertas.

La comunidad de Chipaya está ubicada a 185 kilómetros al Occidente de la ciudad de Oruro, a las márgenes del Salar de Coipasa, colindante con la vecina República de Chile, proximidad que es aprovechada por los chipayas para ir a trabajar en tareas agrícolas a las poblaciones de Camiña, Colonia Pintado, Tirana, Pozo Al Monte y otras de las II Región de Tarapacá, además de las ciudades de Iquique, Antofagasta y Arica en el norte chileno.

PÉRDIDA

Las autoridades explicaron que al menos 800 hectáreas de cultivos de quinua quedaron anegadas, lo que representa una pérdida de casi 15.000 quintales del cereal orgánico, a lo que se suman la cañahua y la papa, que son parte de su dieta diaria de subsistencia. Condori indicó que ahora las familias chipayas quieren salir a trabajar a Chile, por la falta de atención oportuna de las autoridades, que no les dieron ninguna ayuda.

Ambos representantes de la Nación Originaria Uru, explicaron que los chipayas esperan la entrega de alimentos, no como donación sino a cambio de los trabajos que realizan, construyendo defensivos rústicos o tajamares que son protectores trenzados de paja brava atados con sogas, en medio de promontorios de tierra, para evitar que las aguas ingresen a sus comunidades.

La situación es de extrema pobreza, afirmó el presidente de los Urus, Valentín Huarachi, al hacer conocer que ellos poseen poco ganado y no tienen ninguna otra actividad productiva después de la agricultura, señalando que en los cuatro ayllus existen 300 cabezas de ganado ovino, 40 llamas y algunas aves silvestres.

Esta pobreza nos obliga a buscar trabajo en Chile, porque allí incluso los niños ya van a la escuela y los adultos tenemos que trabajar para conseguir dinero que nos permita llevar alimentos a nuestras comunidades, dijo al detallar la difícil situación que viven los expertos agricultores que pese a estar rodeados por dos ríos, por descuido de autoridades departamentales y nacionales no cuentan con sistemas de riego ni pozos para tener agua para su consumo.

Las instrucciones para las tareas de emergencia y ayuda a las comunidades son impartidas desde Radio "La Voz de los Urus" que transmite en la banda de frecuencia modulada y es sintonizada por los originarios para conocer recomendaciones e instrucciones de las autoridades y de antiguos pobladores con amplia experiencia para la canalización de los ríos en época de lluvias. La radioemisora fue donada por la organización no gubernamental (ONG) "Punto de Encuentro" de Francia a gestión de su director regional Jean Marie Galliath, con el propósito de preservar la lengua puquina, idioma originario de los Urus.

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