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jueves, 10 de enero de 2013

Los indígenas peruanos trabajan como inspectores ambientales

Cada fin de mes, Wilson Sandi prepara con la destreza de un ingeniero ambiental un plan de trabajo para que indígenas achuar, como él, registren las huellas de 40 años de explotación de hidrocarburos en la región amazónica peruana de Loreto.

Sandi es el coordinador de los monitores del Programa de Vigilancia Territorial Ambiental creado por la Federación de Comunidades Nativas del río Corrientes (Feconaco), que concentra su labor alrededor en los lotes petroleros 1AB y 8, operados por la compañía de capitales argentinos Pluspetrol Norte.

Con equipos GPS, fotos y videos, los monitores registran los pasivos ambientales que permanecen desde hace varios años, así como las nuevas fugas de petróleo en cochas, quebradas, ríos y suelos de los que dependen las comunidades indígenas.

Desde que Feconaco empezó a implementar este programa en 2006, se documentaron 120 derrames. Junto a otras dos organizaciones indígenas del vasto territorio de Loreto, en el extremo nororiental, han logrado ubicar pasivos ambientales que ni siquiera el Estado había incluido en su registro oficial.

Si se suman los monitores de la Federación Indígena Quechua del Pastaza (Fediquep) y la Federación de las Comunidades Nativas del Alto Tigre (Feconat), unos 40 de estos inspectores recorren de arriba abajo las cuencas de los tres ríos. “Éste es el mejor mecanismo que hemos tomado como organizaciones”, dijo David Chino, vicepresidente de Fediquep.

Una cuarta organización, la Asociación Cocama de Desarrollo y Conservación San Pablo de Tipishca (Acodecospat), replicará en breve la experiencia en la cuenca del río Marañón para llenar el enorme vacío que deja allí el Estado.

Unos 9.000 pozos abandonados se identificaron principalmente en la zona norte del país. De ellos, más de 6.000 fueron mal cerrados y representan algún tipo de impacto ambiental. De la lista total, apenas se registraron 300 de la selva, informó el ingeniero Jorge Villar, del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería.

El Estado casi no logró ubicar los pozos mal abandonados en la selva. Por eso “nosotros estamos haciendo lo que hace tiempo las autoridades debieron enfrentar”, dijo Sandi a Tierramérica.

Pluspetrol Norte firmó en octubre de 2006 el Acta de Dorissa con Feconaco y el gobierno regional de Loreto para realizar trabajos de remediación y de desarrollo. La empresa asumió el financiamiento del programa de vigilancia de monitores indígenas.

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