domingo, 13 de enero de 2013

Las papas nativas fortalecen la cultura en ayllus de Bolivia

Las variedades de papas nativas en comunidades altoandinas de Bolivia son parte de las relaciones sociales de sus comunidades. En los ayllus el cultivo de estas variedades es parte de su estrategia de sobrevivencia, pero además de las actividades culturales y sociales.

La riqueza de las papas nativas se puede evidenciar a simple vista en sus llamativos colores y caprichosas formas.

Variedades como la yana qoyllu, puka qoyllu, candelero y pinta boca destacan por su alto contenido de pigmentos naturales que poseen propiedades antioxidantes y un alto contenido de fibra y vitamina C, además de minerales como potasio en menor proporción zinc, hierro, calcio y fósforo.

Su importancia para la sobrevivencia de las comunidades se expresa en que más del 70 por ciento está destinado al autoconsumo, entre el 15 por ciento y 20 por ciento para semilla, entre el 5 y 10 por ciento para el intercambio y un reducido porcentaje para la comercialización, según datos de la investigación “Economía de la papa en Bolivia (1998-2007)”, Proinpa.

En los ayllus nortepotosinos, los pobladores manejan tres grupos de papas nativas: las phiñus, las wayk´us y las luk´is, cada grupo articulado a diferentes actividades culturales según sus características.

PHIÑUS Las phiñus son las papas de forma redonda y de sabor dulce que no son muy exigentes en nutrientes ni calidad del suelo. Son utilizadas principalmente para el trueque (intercambio por otro producto). Una de las prácticas culturales en estas comunidades es el Choqo, un acto de colaboración de los vecinos de la comunidad a una familia, principalmente en eventos festivos como la fiesta comunal o labores agrícolas. Luego de recibir la ayuda, la familia atiende a la gente con la merienda en base a las papas phiñu.

WAYK’US Las papas wayk’u se caracterizan por ser muy harinosas, y de ojos profundos, la única forma de pelarlas es después de cocidas. A diferencia de las phiñus, estas variedades son para grupos muy reducidos. Su presencia expresa un especial sentimiento de quien las ofrece; en relaciones de reciprocidad como el ayni, donde las familias requieren ayuda para la simbra o cosecha de sus cultivos, las jornadas laborales terminan con la mejor atención en comida y bebida que debe estar acompañada por papas wayk’us como las pituwayaqas por ejemplo.

“Es un regalo para expresar cariño y afecto a otras personas”, señala el técnico agrónomo de Proinpa, Franz Terrazas refiriéndose también a otras actividades la t’inka. La t’inka generalmente es ofrecida a padrinos, compadres, ahijados, tíos y amigos muy especiales. “Si alguien va a una comunidad y le cae muy bien le invitarán papas wayk’us”, ejemplifica.

LUK’IS Las luk’is son variedades de formas gruesas y redondas destinadas principalmente a la elaboración de chuño. Como producto transformado en chuño, adquieren mayor relevancia en las relaciones de reciprocidad entre comunidades. Las familias cultivan este producto por ser la única que puede ser vendida pero también conservada por periodos indeterminados, que les asegura un alimento durante todo el año.

Los recursos obtenidos por la venta de este producto son destinados a la compra de herramientas, insumos productivos, útiles escolares y otras necesidades de la familia.

Apuntes.

Riqueza

En Bolivia se encuentran dos clases de papas, las domesticadas y las cultivadas. Las papas nativas, que se encuentran dentro de las cultivadas, tienen un registro de más de mil variedades.

Consumo

El consumo de papa en Bolivia redujo en casi el 50 por ciento en los últimos 20 años. Entre el periodo de 1980 y 1982 el consumo era de 85 kilogramos per cápita, y entre los años 2005 y 2007 el consumo redujo a 43 kilogramos per cápita.

Producción

La producción durante el mismo periodo de tiempo redujo de 550 mil toneladas entre los años 1980 y 1982, a 760 mil toneladas por año entre los años 2005 y 2007.

La Paz, Cochabamba y Potosí son los departamentos de mayor producción de papa, sin embargo el mayor rendimiento se registra en Santa Cruz 7.850 kilogramos por hectárea.

Fuente: Economía de la papa

en Bolivia. /Proinpa

Los saberes locales se pierden y las variedades nativas tienden a disminuir



“Hay una tendencia a disminución”, asevera la coordinadora de área de Agrobiodiversidad de la Fundación Proinpa (Promoción e Investigación de Productos Andinos), Ximena Cadima, señalando que las variedades nativas en Bolivia se ven amenazadas por la pérdida de los saberes locales, el cambio climático y las tendencias occidentales modernas de producción.

Las heladas, una de las principales amenazas para la producción eran rápidamente identificadas a través de indicadores naturales. "Antes era seguro que en Candelaria helaba, entonces la gente provocaba humo sobre la parcela para protegerla de la helada", explica Cadima.

Con el cambio climático los bioindicadores como aves, insectos, plantas y otros desparecieron tras haberse alterado su hábitat.

Por otro lado bajas temperaturas -de menos tres y menos cinco grados centígrados- eran esperadas para la elaboración de chuño con papas luk´is, sin embargo muchas veces la temperatura no llega a bajar hasta el nivel esperado, o tampoco dura por el tiempo requerido.

"Si no hay la temperatura adecuada para elaborar chuño, entonces no tiene sentido cultivar papas luk´is", señala Cadima, explicando la consecuencia directa de este cambio.

El chuño es un producto fundamental en comunidades andinas, ya que es el único alimento que puede conservarse durante todo el año y se constituye en el único alimento en comunidades donde la producción es a secano (depende sólo de la lluvia).

Asimismo el cambio en la frecuencia e intensidad de las lluvias es una amenaza constante para los cultivos. Anteriormente el periodo de lluvias se extendía desde septiembre a marzo, actualmente las lluvias inician en diciembre y terminan en abril, pero además con una agresividad que arrasa con los cultivos.

La migración temporal de jóvenes hacia zonas tropicales, así como la migración definitiva al exterior son algunos factores que dejan en el olvido los saberes ancestrales de los abuelos. En zonas paperas como Colomi, al menos un 60 por ciento de la población asume esta conducta desde hace aproximadamente 10 años atrás.

La ´Revolución Verde´ que ingresó al país con paquetes tecnológicos introdujeron además de tecnología y nuevos productos, la tendencia de una producción uniforme que poco a poco fue reduciendo la diversidad.

La mayor tendencia comercial de los cultivos aceleró este proceso, principalmente en comunidades próximas a los centros urbanos.

Proyectos apuntan a generar un hábito de consumo local

Entre las estrategias para fortalecer el cultivo de variedades nativas de papa se prevé generar un hábito de consumo en el país. Invertir en la promoción del producto, así como mejorar los rendimientos son parte de las acciones directas en campo.

A través del nuevo producto “Nativa”, instituciones como Proinpa y Pa&Pa, lanzó en días pasados al mercado la papa frita boliviana. Con este proyecto se rescatan variedades como la pinta boca, la candelero, la yana qoyllu y la puka qoyllu, un conjunto de papas de colores llamativos y formas caprichosas que poco a poco son usadas en la gastronomía.

Al introducir al mercado boliviano el nuevo producto se espera que la gente reconozca y se sienta identificada con el producto por ser originario de Bolivia. En la etapa inicial se espera que alrededor de 90 mil kilogramos de papa nativa al año sea transformada en papa frita.

Posteriormente se prevé la exportación del producto hacia mercados de Europa, Estados Unidos y Canadá. Esta actividad permitirá un mayor beneficio para los productores que encontrarán un mercado creciente para su producción.

Mismo que impulsará a revalorizar estas variedades así como las estrategias, sabidurías y conocimientos para asegurar una buena producción, con altos volúmenes y también nutrientes.

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