miércoles, 23 de febrero de 2011

María Aguinda es la indígena que encabeza la demanda contra el gigante Chevron de EEUU

María Aguinda es la indígena que encabeza la demanda contra el gigante Chevron de EEUU y que convive con una de las pruebas que sirvieron para condenarlo en Ecuador: un estero con restos de un derrame de petróleo ocurrido hace 30 años en la Amazonia.

"La demanda está yendo por buen camino, pero tienen que pagar los animales perdidos y también por la contaminación del río y la selva", dijo a la AFP Aguinda, de 61 años, en su casa en Rumipamba, una alejada población de la provincia de Orellana, al noreste.

La mujer, de etnia Quichua y que no habla español, se refería al fallo emitido el 14 de febrero por la Corte de la provincia de Sucumbíos, que condenó a Chevron a pagar 9.500 millones de dólares por daños ambientales atribuidos a la estadounidense Texaco.

Esta última operó entre 1964 y 1990 y fue comprada por Chevron el 2001. "Antes de morir primero tienen que pagarme por los daños y los animales muertos, y dejar arreglado el río, el agua y la tierra", expresa la indígena, usando sus manos menudas para señalar el lugar donde yacen restos de crudo.

"María Aguinda y otros" comienza la querella instaurada en 1993 por pobladores de Orellana y Sucumbíos contra Texaco, al que se atribuye el vertido de tóxicos y crudo durante sus operaciones dañando suelos, ríos y la salud de indígenas que incluso murieron enfermos con cáncer.

"Cuando Texaco vino nunca pensamos que iba a dejar un daño, era una novedad. Luego empezó a poner un pozo y a quemar las piscinas. Cambió la vida: la caza, la pesca y la comida se iban terminando", recuerda la mujer, según la traducción de su yerno Guillermo Grefa.

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