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sábado, 5 de febrero de 2011

Ayllu Chakana crea ‘Música en la Piedra’ dedicada al Abya Yala

La obra producida en la isla Kumana del lago Titicaca fue inspirada en los paisajes y las formaciones rocosas de la región. Los sonidos y su significación son parte del ritual.

Los habitantes de las naciones originarias del Abya Yala poseen una forma muy particular de percibir el sonido que se origina en la sensibilidad. Las formas interiores del ser y el sentir, de escuchar y de sonar fueron heredados de las civilizaciones de la época prehispánica para encontrar el equilibrio en el cosmos del ser humano, jaqi-warmi (hombre-mujer).

La reciente producción musical del Centro Cultural Ayllu Chakana, titulada Música en la Piedra, está dedicada a las naciones originarias del Abya Yala, dice el músico Siku Mamani. “Los aymaras, habitantes de las mesetas altiplánicas y montañas cercanas a las nieves eternas donde habitan los Achachilas (antepasados) saben oír en silencio, lo que les permite distinguir las sutiles gamas de sonido de su entorno”, menciona Mamani, quien grabó la obra junto a Pedro Mamani, Ismael Laura, Carlos Machaqa, y René Dávalos. Fueron invitados arsuwinaka qilqiri, amauta Genaro Mamani; qilqanaka arsuri, Elías Condori; y jailiri Agustín Choque.

El disco incluye diez temas de música nativa de la región altiplánica y del lago sagrado, el Titicaca. La isla Kumana, donde se grabó el material musical, junto a otras islas del lago menor, o Wiñay Marka (Pueblo Eterno), posee vestigios de los pueblos antiguos. Con un paisaje incomparable, tiene en las cimas de sus montañas formaciones rocosas naturales que sirvieron para la inspiración de las composiciones del Centro Cultural Ayllu Chakana. En diciembre de 2010, Siku Mamani inauguró la Chakana Kala Uta, un lugar dedicado a la meditación espiritual donde se cuenta con una biblioteca y con música de los pueblos aymaras del lago Titicaca.

Los temas que se grabaron son Suri Sikura, Kusisiña Mamani, Inka Siku, Siku Sikuri, Qina qina, Ch’uta Awicha, Qalluni Pinkillu, Pacha, Wankani Pampa y Fiesta Aymara.

Sobre el título de la obra, Mamani explica que en la época prehispánica en los Andes se elogió a la piedra con diversas expresiones para otorgarle poderes espirituales. También de ella se fabricaron instrumentos musicales. Los habitantes antiguos del altiplano fueron capaces de modelar tenazmente la roca hasta lograr flautas que tuvieron un sonido muy diferente.

“Los pueblos originarios, que están en un estrecho contacto con la naturaleza, poseen una fuerte y marcada percepción de los sonidos, del color, del sabor, de las texturas y de los olores del mundo”, dice Siku Mamani. Añade que actualmente en las urbes se carece de esta capacidad de oír los sonidos, por el estrés y la contaminación auditiva.

Las personas que tengan interés por adquirir el disco pueden comunicarse con Siku Mamani al teléfono celular: 796 60137 o al correo electrónico: aylluchakana@gmail.com.


‘Inka siku’, la danza guerrera


Una de las canciones que se incluye en el disco Música en la Piedra, del Centro Cultural Allyu Chakana, es el Inka Siku, proveniente de la provincia Camacho, con un ritmo guerrero que se remonta a la época prehispánica.

El tema se ejecuta con sikus o zampoñas de tres tamaños: zanka, wallkuna y liku. “La danza guerrera puede ser interpretada a partir de dos hasta 14 músicos. La tradición dice que esta música sólo debe interpretarse durante la noche”, explica Siku Mamani. Su origen evoca las luchas entre los incas y los españoles. En Tambokusi y Larecaja reaparece esta música durante la fiesta de la Vera Cruz, el 3 de mayo. En la isla Kumana se interpreta entre abril y mayo durante Semana Santa y la fiesta de la Chakana.

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