Buscador

viernes, 4 de febrero de 2011

Akhulli, símbolo de identidad y el lenguaje de la hoja de coca

El pijcheo practicada por los pueblos es un hecho cultural con principios étnicos y éticos ancestrales, que permite la preservación de las tradiciones.

Edwin Conde Villarreal

CAMBIO

“Cocapuniw kawkharus irpistu, kawkats irpaxarakstux” (La coca nos lleva y nos trae de cualquier lugar), dice una frase de los amautas o sabios aymaras y nos sugiere que la hoja de coca participa de todo el orden de la vida, y a la vez está relacionada al cosmos en el existir del ser humano jaqi-warmi (hombre-mujer).

Un estudio científico menciona que para la configuración del lenguaje de la hoja de coca y su sistema de codificación (signos, símbolos, colores, formas y tamaños) es probable que hayan pasado miles de años. Se tienen los registros en los vestigios que el ritual del akhulli fue practicado por la cultura de Tiwanaku, así lo demuestra la escultura lítica denominada Los picjchadores, que representa a dos tiwanacotas con el pijchu o acullico de la sagrada hojita de coca.

Para crear un lenguaje se necesita todo un sumario histórico y social de convenciones, acuerdos, ajustes y manejo de la lógica espiritual de la hoja de coca que conlleva necesariamente a conectarse con el Pacha (tiempo/espacio).

En la obra El Akhulli, editada por el Taller de Historia Oral Andina, se dice que el hombre aymara desde tiempos remotos se ha valido de un conjunto de símbolos o claves sistematizadas de significación espiritual-material.

Esta relación simbólica espiritual-material permitió el diálogo con el Pacha, y dicho diálogo ha permitido comprender que la hoja de coca es el símbolo milenario que además de tener propiedades curativas y medicinales, también sirve como dieta complementaria, así como para diagnosticar algunas enfermedades y dolencias de tipo psicológico.

Socialmente –dicen algunos antropólogos–, la hoja de coca es el ingrediente infaltable en reuniones, es el preámbulo que extiende el inicio de una conversación y el enlace comunicativo con los achachilas o antepasados.

Sobre el lenguaje simbólico de la hoja de coca, los investigadores del Taller de Historia Oral Andina consideran que es necesario entender un código que implica toda una nomenclatura que se ha estandarizado, principalmente, en el mundo de los yatiris y amautas (curanderos y sabios aymaras).

El mismo acto ritual del akhulli se cumple por un anhelo o un deseo. Los amautas dicen que cuando se pijcha o mastica las hojitas de coca se lo hace con una intención que nace desde el corazón y del ajayu o espíritu.

También el acto de esparcir las hojitas sagradas sobre un tari o aguayo no es otra cosa que un conglomerado casual y fortuito de las hojas caóticas y erráticas; ante ese hecho existe una estructura lógica de la hoja de coca, se menciona en la obra El Akhulli.

Al comprender que el mito es la abstracción y expresión de la forma de pensamiento y paradigma de la civilización aymara, la hoja de coca expresa la cosmovisión indígena. La cosmovisión que fundamenta a la hoja de coca concibe la existencia del universo desde tiempos inmemoriales, que se transmite a través de leyes naturales. Actualmente, el presidente Evo Morales ha iniciado una campaña en el mundo por el acullico, que de manera injusta fue prohibido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1961. Los estudios científicos revelan la existencia de propiedades alimenticias en la hoja de coca.


“Hasta que el cóndor se pose en el pijchu...”

Las prácticas ceremoniales del akhulli forman parte de la diplomacia y el protocolo indígena, que existieron antes de la Colonia española. Los participantes en el acto entraban a un proceso oral sagrado y ceremonial, en igualdad de condiciones y con los mismos derechos.

En las crónicas del siglo XVI se menciona que en el akhulli se tenía que agotar la conversación dentro de los marcos amistosos, dejando de lado los odios y resentimientos hasta encontrar la solución, “hasta que el cóndor se pose en el pijchu”. Se masticaba tanta coca que se formaba un promontorio muy alto con el pijchu, en el que se esperaba que el cóndor se pose. Los cronistas españoles mencionaban el gran aprecio de los indígenas por la hoja de coca en reuniones en las que se definían aspectos decisivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario