domingo, 8 de enero de 2012

Guarayos tiene la mayor tasa de Sida

Cuando Jimena Polares se hizo cargo del programa VIH-sida en octubre del año pasado, sólo se sabía que había 12 personas que vivían con el virus en toda la provincia Guarayos. Ella, con la ayuda de las autoridades de salud del departamento de Santa Cruz, empezó una potente campaña de detección y prevención, y esa docena de casos se disparó como la espuma de una cerveza mal servida.
“Ahora se sabe que son 46 los que tienen el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en la sangre”, dice el director del hospital de Ascensión”, Raúl Pérez. Es un dato caliente que tiene en las manos porque esa cifra, asegura, hace que Guarayos sea apuntada como la provincia con mayor tasa de incidencia de personas que viven con el mal, incluso por encima de la capital cruceña.

Así lo confirma también el VIH- Sida con sede en la capital cruceña. El informe lanzado en diciembre del 2010 revela que Guarayos tiene 38 afectados por cada 100.000 habitantes, mientras que Santa Cruz, 29.

Esta realidad satisface y abruma a Polares. Por una parte, cree que la gente ha respondido satisfactoriamente a la campaña contra el sida haciéndose la prueba, pero, por otra, descubrir un alto índice de casos lleva a pensar que tal como lo dice la Organización Panamericana de la Salud (OPS), por cada persona con el virus existen 10 a las que no se les ha detectado. Esto implica que en Guarayos puede haber 460 personas con VIH, demasiados para una región que tiene 45.000 habitantes.

Con las campañas de salud emprendidas ya se hicieron por lo menos 1.500 pruebas rápidas, pero también ha corrido el rumor de que el VIH anda suelto en Guarayos.
Para la provincia, donde hay poblaciones incluso con menos a 500 habitantes, el Sida es un tabú que asusta, es una palabra mala y un estigma para quien la lleva en la sangre.

El miedo se manifiesta de diferentes maneras entre la gente que tiene y no el virus. Hasta los hospitales de Ascensión y de otras poblaciones llegan personas para pedir algo especial.
Son ganaderos o empresarios de aserraderos que exigen al personal de salud que revele los nombres de las personas que viven con VIH. Hace unas semanas, en el hospital de Guarayos detectaron que la chapa de la puerta del consultorio donde guardan los expedientes de los pacientes había sido forzada.

“No cabe duda que querían hurtar los expedientes para ver quiénes tienen el VIH”, dice el personal de salud, que ahora custodia con más celo ese despacho.
Hace un mes, la dueña de un restaurante despidió a su cocinero porque le diagnosticaron el virus.

El paciente llevaba 25 años trabajando para esa señora, que al enterarse de su mal lo echó a la calle. El hombre entró en depresión y murió a la semana de quedar sin trabajo. Entre el 2010 y el 2011, según datos oficiales, siete personas han fallecido.
Hay quienes recuerdan que hace poco algunos vecinos intentaron quemar la ropa de un paciente que murió con el mal.

Rosa Muñoz, gerente de la red de salud de Guarayos, recuerda que se está trabajando para que el VIH deje de ser un tabú. “Ni entre las personas que padecen del mal quieren mirarse las caras porque hay una susceptibilidad alarmante”, lamenta Muñoz, que dijo que para eliminar ese estigma está organizando encuentros y capacitaciones al personal de salud. La tarea es ardua. En una población de la provincia Guarayos existe una persona que viven con el VIH. Ella sigue al pie de la letra el tratamiento con retrovirales, pero vive con el Jesús en la boca por temor a que sus vecinos se enteren.

“Son capaces de quemarme viva”, dice y pide no revelar en qué población vive.

Afuera del consultorio de Polares hay un joven que mira el techo. Está ahí, guardando a que le den la orden para hacerse la prueba que determinará si tiene o no el virus. La prueba rápida dio positivo y el VIH se lo metió en el cuerpo un hombre que abusó de él sexualmente.

Polares mira el futuro. En Carnaval lanzará otra campaña contra el sida. “Rogaré para que ninguna prueba salga positiva”, dice esperanzada.

En ASCENSIÓN

- El la capital. Se han reportado oficialmente 28 casos. De ellos, 10 son varones de entre 20 y 50 años, 10 son mujeres de entre 15 y 40 años y uno es un menor de cinco años de edad.

- Forma de contagio. De los 28 casos, 26 se transmitieron por vía sexual, uno por perinatal (de madre a hijo al nacer y uno por la sangre. Esta es una tendencia casi similar a lo que ocurre en otras poblaciones de Santa Cruz.

- Luto. De las siete personas fallecidas entre el 2010 y el 2011 en Ascensión de Guarayos, cinco son varones de entre 20 y 40 años, una es mujer de 24 años y un niño de dos años.

- Oficio. Entre los afectados se encuentran comerciantes, amas de casa, estudiantes, transportistas y una extrabajadora sexual.

- Nigth Club. A diferencia de lo que todos creen, el virus en Guarayos no tiene su foco de contagio en los prostíbulos que están a la salida de Ascensión. La única trabajadora sexual con el virus ya no ejerce su oficio desde que se enteró de que es portadora del mal.

- Diagnóstico. Solamente en Ascensión, de los 28 casos confirmados, uno se fue a Cochabamba, cuatro a Santa Cruz y 16 se quedaron. De estos últimos, 12 están en tratamiento, tres lo rechazaron y uno no necesita tabletas porque su carga viral es baja.

Ahí el virus es amigo de la inmigración
El director del hospital de Ascensión de Guarayos tiene una teoría: El sida se está expandiendo en la provincia; entre otros motivos, por la inmigración de personas.
A esa conclusión ha llegado porque muchas personas que viven con el VIH han reportado que tuvieron relaciones sexuales con gente de Brasil y Colombia que llegó temporalmente a Guarayos atraída por el comercio y la actividad económica que se genera en las barracas.
Desde el hospital han intentado ponerse en contacto con las personas extranjeras que fueron parejas de los pacientes, pero resulta que ya no hay rastros de ellas porque solo se quedan un tiempo.
En un aserradero dijeron que los trabajadores extranjeros se quedan entre tres y seis meses en Guarayos, reúnen dinero y que después se van a rumbo a Santa Cruz o a otros lugares del interior del país.

Sexo seguro evita la angustia
Gonzalo Borda| Director del Programa Its - Sida
Todo mundo se preocupa del dengue y de la gripe A H1N1. O sea, no está mal eso, pero muy pocos se dan cuenta de que el Sida es una enfermedad silenciosa que está entre nosotros y que avanza sin frenos, pese al esfuerzo de las autoridades de salud.
Como no ocurrió antes, en 2011 hubo 814 nuevos casos en todo el departamento. Es una cifra que debe hacernos reflexionar a todos, desde la parte política hasta los padres de familia y los mismos jóvenes.
Las estadísticas demuestran que muchos pacientes no han llegado ni a los 20 años de edad. Imagínese qué pasa por la cabeza de un padre que se entera que su hijo adquirió el virus.
Todo mundo en la familia entra en desesperación. Pero toda esa angustia se la puede evitar solamente con utilizar el preservativo. El condón es una parte importante en la educación sexual.
El padre y la madre tienen que hablar de frente con sus hijos, decirles que hay peligro si no se practica el sexo seguro. Las personas que viven con el VIH tienen que ser disciplinadas. Tomar sus tabletas y llevar una vida sana con mucho deporte y una dieta balanceada.

Testimonio

Freddy
Contrajo el virus por una relación extramarital. Su esposa se hizo la prueba y sosrpresivamente está sana y ‘perdonó’ a su esposo la infidelidad. Ambos tienen una vida normal que incluye sexo protegido.

Rafael
Fue abusado sexualmente por un hombre. Se hizo la prueba rápida y salió positiva. Falta confirmar con el análisis Elisa. Las autoridades están investigando el caso a través de declaraciones de terceras personas.

Las cifras

814
Son los nuevos casos de personas con el VIH del año pasado

6.843
Es el total de personas infectadas en todo el país

4.170
Son las personas con VIH en todo el departamento

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