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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Reviven la tradición con los q’hanchacus

La tradición del Día de los Difuntos se impuso en el feriado. Ingentes cantidades de personas se trasladaron a los tradicionales q’hanchacus en diferentes zonas de la ciudad. El consumo de bebidas alcohólicas fue el común denominador.
Las familias dolientes, luego de haber visitado el día lunes el Cementerio General, ayer, desde tempranas horas, apresuraron el trabajo para recibir a los visitantes a partir del mediodía, los mismos que llegaron a la tumba a elevar una plegaria por el alma del difunto.
A media mañana, todo estaba listo para recibir a las personas: la mesa (altar con masas, comida y bebidas de agrado del difunto) estaba preparada con la imagen de la persona que falleció; en la puerta, los familiares estaban listos con la chicha, el cóctel y las masitas para entregar a los visitantes.
En tanto, las mujeres apresuraban sus fogones para cocinar el mondongo, plato típico chuquisaqueño de la celebración.
Esta tradición es más fuerte en las afueras del centro histórico de la ciudad. Pasado el mediodía, en los barrios alejados del centro, era natural ver grupos de personas que realizaban un recorrido por los q’hanchacus, rezando por las almas de los difuntos; a cambio recibían comida y bebida.
CORREO DEL SUR visitó el domicilio de Jesús Quintanilla Villacorta, que partió al más allá el pasado año. Los familiares y amigos del barrio Mamá Bolera armaron un altar con masitas y comida de su preferencia para recibirlo el 1 de noviembre; de la misma forma, ayer, al mediodía, lo despidieron con una oración.
Así, como en este caso, varios hogares de la ciudad recibieron y despidieron a las almas.

LA ECONOMÍA NO FUE EL OBSTÁCULO
En Sucre y el país la tradición de armar mesas, preparar comida e invitar bebidas alcohólicas está enraizada; por esta razón, no fue óbice el alza de los precios en los productos de la canasta familiar para complacer los gustos de las almas.

MUCHO ALCOHOL
La tradición reza que al ingreso de un q’hanchacu las personas deben beber chicha en piñas, posteriormente un cóctel y luego recibir una bolsita con masitas y su plato de mondongo como forma de pago por la oración.
Mientras se sirven el plato, los dolientes invitan más chicha en baldes o wichis (platones de barro), además de las mistelas de diferentes colores y sabores.
Y cuando uno se retira del lugar debe volver a beber más chicha y cóctel. Lo que al final queda es mucha gente en estado de ebriedad.

FALLECE UNA PERSONA POR ASFIXIA
Una persona, luego de haber asistido a un q’hanchacu, falleció en su domicilio tras haberse intoxicado con una sustancia amarillenta.
Ayer, al promediar las 12:30, en el Hospital Universitario Anton Boel Villadsen se atendió, en la Sala de Emergencias, el deceso de una persona de aproximada de 32 años.
Según el reporte de la esposadel difunto, esta persona el día lunes asistió a un q’hanchacu junto a su cuñado, donde consumieron bebidas alcohólicas y coqueado; al promediar las 3:00, se recogió a su domicilio para descansar.
En horas de la mañana de ayer, los familiares trataron de levantarlo pero la persona no respondía, estaba muerta.
El informe del médico forense señala que la persona falleció a causa de una asfixia por broncoaspiración de una sustancia amarillenta.
Al promediar el mediodía de ayer, personal de la Policía y el Fiscal de turno realizaron el levantamiento legal del cadáver y, posteriormente, entregaron el cuerpo a los familiares para que se le diera cristiana sepultura.

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