domingo, 8 de septiembre de 2013

Más de 500 palabras serán la base de la lengua afroboliviana



La creación de un diccionario de palabras será uno de los objetivos del Instituto de Lengua y Cultura Afroboliviano que fue inaugurado ayer. Para ello, se trabajará sobre la base de un compilado de 549 vocablos del libro El habla afroyungueña. Académicos aseguran que tal lengua no existe.

“Tenemos parte de nuestra lengua afro en el libro El habla afroyungueña y las palabras de este texto serán socializadas con el pueblo, para aumentar vocablos y tener una segunda edición que será la base para el Instituto de Lengua y Cultura Afroboliviano”, explicó Menry Vásquez, responsable del proyecto Afroboliviano del Ministerio de Educación.

Los afrobolivianos inauguraron ayer su primer Instituto de Lengua y Cultura en Tocaña (Nor Yungas) por ser considerada su sede ancestral. El principal propósito es posesionar la lengua afro en el Estado.

Dicho texto (ver infografía) fue compilado por Juan Angola, miembro de los afrobolivianos, y contiene 549 palabras extraídas en 17 años. El ejemplar fue entregado el año pasado como ejemplo del lenguaje existente de los pueblos afros, mencionó el autor.

“La investigación comenzó en 1995 con un recuento de todas las palabras que recordé de mi infancia. Después conversé con ancianos afrodescendientes de Inquisivi, Ocobaya, Nor y Sud Yungas, quienes me contaron que los ancestros pusieron su ingenio para crear una nueva lengua que derivó del aymara y quechua, y que se pierde ahora entre los jóvenes”, señaló Angola.

El denominativo de la “lengua afro”, que mezcla el aymara y quechua, es motivo de cuestionamientos por parte de algunos académicos y expertos en lingüística, quienes consideran que no es posible llamarla lengua por esa situación. Para la directora del Instituto de Lingüística de La Paz, Filomena Miranda, el término adecuado es dialecto o “castellano afroboliviano”.

Debate. “En un trabajo de campo que hicimos se recopiló canciones de Tocaña y Chicaloma, y vemos que no es una lengua sino una variante del castellano, pero principalmente del aymara”, informó Miranda.

Una lengua es el idioma de un pueblo o nación; un dialecto es la variante o modificación de una lengua asociada a la zona geográfica.

El director del Instituto Plurinacional de Lenguas, Pedro Apala, puso también en duda el denominativo de lengua afro e indicó que, en términos lingüísticos, más bien se trata de un dialecto pidgin, que es la mezcla de varias lenguas, pues sostuvo que además del aymara, quechua y castellano, se incluye el portugués. Sin embargo, Angola aseguró que sí puede considerarse lengua, porque fue una forma ya histórica de comunicarse entre afrobolivianos.

Vásquez y Alejandro Ariondo, presidente del Consejo de Educación Afroboliviana, coincidieron con esta afirmación.

“Estamos en una discusión, porque para muchos académicos no es un idioma, pero para nosotros sí lo es, por eso haremos investigación a través del instituto”, dijo Vásquez.

Pero el diputado afroboliviano, Jorge Medina, manifestó que el lenguaje afro es un dialecto. “El aymara, quechua, guaraní y los otros 33 sí son lenguas. Lo de nosotros son modismos que surgieron en el proceso histórico de la trata negrera, cuando africanos estaban en contacto con aymaras, en la época de la Colonia”.

El ministro de Educación, Roberto Aguilar, indicó que este debate debe ser resuelto por el pueblo afroboliviano, tal como establece uno de los principios de la implementación de institutos de lengua y cultura.

Música y el uso de herramientas, en el instituto afro

Además del rescate del lenguaje, el Instituto de Lengua y Cultura Afroboliviano enseñará danzas, construcción de herramientas, instrumentos musicales, entre otros, que podrían ser incorporados al currículo educativo regionalizado.

Menry Vásquez, responsable del proyecto Afroboliviano del Ministerio de Educación, explicó que el instituto será también un centro de aprendizaje para afros y no afros, por lo que se acudirá al asesoramiento de un grupo de ancianos que transmitirán los conocimientos culturales a las nuevas generaciones.

“Tenemos instrumentos musicales y herramientas de trabajo propios del pueblo y es lo que se enseñará a los más jóvenes para preservar nuestra cultura y queremos compartirlo con quienes no sean afros”, dijo Vásquez.

La afamada saya afroboliviana y las canciones también serán parte del aprendizaje que se impartirá en el instituto, que funcionará en Tocaña, Nor Yungas, en ocasión al mes del pueblo afroboliviano.

La Ley 200 de 2010 estableció la creación del Día Nacional del Pueblo Afroboliviano cada 23 de septiembre. El diputado afrodescendiente, Jorge Medina, recordó que en una reunión de la población se decidió realizar festejos y actividades durante todo el mes.

“Consideramos que es mejor tener un mes de la afrobolivianidad con el objetivo de visibilizarnos más y mostrar al país que somos un pueblo con territorio, identidad y cultura propia”, manifestó Medina.

Agregó que se ultima detalles para definir las fechas exactas para la realización de las diferentes actividades culturales y deportivas en todo el país.

El ministro de Educación, Roberto Aguilar, abrió la posibilidad de incorporar la lengua, saberes y conocimientos afros al currículo educativo.

“El pueblo o la nación es el que decide qué es lo que se le va a enseñar a sus hijos, en el contexto de lo que consideren fundamental para seguir creciendo como tal”, resaltó.

Citó como ejemplo el lenguaje del pueblo afroboliviano, que será debatido y complementado en su Instituto de Lengua y Cultura.

El presidente del Consejo de Educación del Pueblo Afroboliviano, Alejandro Ariondo, expresó en una anterior oportunidad que esta población buscará incorporar la enseñanza de su lengua en los colegios donde existan estudiantes afros.

Aguilar recordó que los afrobolivianos construyen su propio currículo regionalizado, en el cual pueden incorporar su lengua para luego consensuar su enseñanza con el resto de los padres de familia y maestros.

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