domingo, 15 de septiembre de 2013

Bésiro, antiguo idioma en peligro de desaparecer

Sentados en una banca debajo de un árbol de toborochi frente al majestuoso templo misional, don Pedro Chuvé Charupá (74) y su esposa María Parapaino Jiménez (72), se sienten preocupados porque saben que el bésiro, su lengua nativa, se encuentra en un estado vulnerable o en peligro de extinción.

Con el sombrero de palma en la cabeza, vestido de camisola blanca y pantalón de tela como solían vestir sus ancestros, el señor Chuvé, quien fue el primer cacique general de San Antonio de Lomerío, protesta porque los niños y jóvenes ya no le dan importancia a su lengua nativa como antes. “Los jóvenes ya no hablan y los profesores les enseñan algunas cuantas palabritas nomás. Las autoridades piden que no se pierda la cultura y la lengua, pero ni ellos mismos la practican”, reclama don Pedro, quien habla el castellano y el bésiro con fluidez.

Vestida con tipoy de lienzo y collares multicolores que resaltan en su piel morena, doña María Parapaino refuerza la idea de su esposo y confiesa que pese a que les enseñó hablar el bésiro a sus siete hijos para que no pierdan su identidad, a sus nietos no les interesa aprender el idioma y también reclama el poco apoyo que hay de las autoridades para preservar su lengua nativa. La queja de estos ancianos se escucha casi a diario en la plaza de San Antonio de Lomerío, ubicado en el corazón de la región chiquitana, a unos 400 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra. Es el primer municipio indígena de Bolivia, trata de recuperar el valor de su cultura, tradición y lengua nativa.

Indígenas luchan, pero falta el apoyo de las autoridades nacionales. En el primer municipio indígena de Bolivia, las autoridades locales, profesores, padres de familia y hasta ancianos tratan de recuperar el valor de su cultura, tradición y lengua nativa; sin embargo, sus esfuerzos se ven diezmados frente a la constante migración de sus coterráneos del campo a la ciudad por búsqueda de empleo, la adopción del castellano y la asimilación de la modernidad. A este drama, se suma la ausencia de una política de Estado para la creación de una escuela de lengua bésiro y de música nativa, no solamente para San Antonio de Lomerío, sino para todas las poblaciones indígenas que están en peligro o riesgo de desaparecer. Pablino Parapaino, responsable de la unidad de Cultura, Comunicación y Turismo de la Alcaldía de Lomerío, asegura que el gobierno municipal de San Antonio de Lomerío, en 2012 aprobó la Ordenanza 07/2012 para la creación de la escuela de lengua bésiro y de música nativa. “Poco a poco estamos empezando, este año hemos incluido Bs 26 mil para el idioma y Bs 30 mil para la música nativa”, dice y comenta que ese mismo año, presentaron un proyecto para la escuela de lengua al ministro de Educación, Roberto Aguilar, y que hasta la fecha no han recibido ninguna respuesta, tampoco nadie les ha dicho esto sirve o no sirve su proyecto. "Nosotros sabemos que los discursos políticos siempre mencionan la cultura y las lenguas, pero en el momento dado no hay nada. Que yo sepa no hay un proyecto, ni una política lingüística clara que se preocupe en revitalizar o preservar las lenguas nativas, están condenado a su suerte. Nosotros los hablantes estamos haciendo un esfuerzo, pese a los más de 500 años de existencia. Del Gobierno y de la Gobernación no hay nada”, señala Parapaino.

El bésiro y ocho lenguas en peligro de desaparecer. Según la última evaluación realizada por el Ministerio de Educación, de las 36 lenguas reconocidas en Bolivia, ocho se encuentran en "serio peligro de desaparecer" y 9 "en peligro". La misma evaluación también señala que el quechua, aymara y guaraní son las lenguas más habladas en el país. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, Educación y la Cultura (Unesco) estableció un parámetro para evaluar la situación de las lenguas. “En serio peligro de desaparecer” se encuentran el araona, mosetén, movima, sirionó, yaminahua, yuqui, tapiete y machineri. En tanto, el cavineño, chacobo, bésiro, esse ejja, guarayo, mojeño, tacana, yuracaré y ayoreo están en el nivel de “peligro”, según los datos del ministerio. “Una lengua está en serio peligro de desaparecer cuando solo es hablada por los abuelos de una familia y no así por papás, hijos y nietos. En peligro es cuando abuelos y papás aún hablan la lengua, pero no hijos, ni nietos”, explicó Wálter Gutiérrez, jefe de la Unidad de Políticas de Educación Intraintercultural de Plurilingüismo del Ministerio de Educación. En esa misma línea, Clemente Cazón Nolasco, Coordinador de Investigaciones Lingüísticas y Culturales (IPELC), asegura que todas las lenguas originarias están en riesgo de extinción, incluidos quechua, aymara y guaraní, consideradas con mayor número de hablantes en Bolivia. Según él, la causa es porque la transmisión generacional de padres y madres, jóvenes, a hijos no se desarrolla con normalidad por varios factores, entre ellos el reconocimiento de la identidad lingüística y cultural. En su criterio, las lenguas que requieren mayor atención son: Afroboliviano, Pacahuara, Leco, Baure, Cayubaba, Itonama, Maropa y Moré, consideradas en situación crítica.

En las escuelas
Alumnos tienen poco interés por su lengua nativa

A Ingrid Casupá Melgar (15) y Lisbeth Arredondo Melgar (18), originarias de la comunidad Holanda, perteneciente al municipio de San Antonio de Lomerío, ya no les interesa conservar sus raíces. Ingrid cursa el cuarto de secundaria y Lisbeth el sexto, ambas confiesan que no les gusta pasar la materia de lengua nativa en el colegio (pasan ocho horas a la semana) y que en lugar de esa clase, prefieren computación. Mientras manipulan sus celulares, Ingrid y Lisbeth, aseguran que cuando salgan bachiller se trasladarán a vivir a la cuidad de Santa Cruz.

El director distrital de Educación, Ignacio Sumami, es consciente del desinterés de los jóvenes por su lengua nativa y por eso dice que las 8 horas de clases semanales que pasan en las aulas son insuficientes para preservar su lenguaje ancestral en las nuevas generaciones. Para fortalecer esta debilidad Sumami, sugiere que los profesores enseñen el bésiro en todas las asignaturas desde el nivel inicial. El director distrital de Educación actualmente tiene bajo su responsabilidad 2004 alumnos, 133 docentes y administrativos y 27 unidades educativas en el nivel inicial, primario, secundario y especial en el municipio de San Antonio de Lomerío.

Según el profesor Sumami en las comunidades del norte (El Pukio Cristo Rey, San Lorenzo, Palmira, Monterito, San Simón y Santo Rosario), el 51% de los habitantes hablan lengua nativa y el castellano. En San Antonio de Lomerío, dice, solo habla el 30%, pero no fluido, sino palabras sueltas. Para que no se pierda el idioma, las autoridades consultas coinciden en señalar que es necesario la capacitación de recursos humanos, vale decir de profesores y, sobre todo, contar con el compromiso de los padres de familia. Actualmente cuentan con currículo regionalizado de educación que fue elaboró el Concejo Educativo del Pueblo Originario Chiquitano (CPOCH) con el apoyo del gobierno municipal; sin embargo, no tienen la capacitación para la implementación de la lengua chiquitana. En educación, también cuenta con el apoyo de la cooperación Belga con equipos y textos.

Pablino Parapaino
'Nuestro idioma está en vías de extinción'

Pablino Parapaino Castro, profesor, investigador y escritor del idioma bésiro, es palabra autorizada para hablar sobre la realidad de su lengua nativa.

En las oficinas de la Alcaldía de San Antonio de Lomerío, Parapaino, quien actualmente funge como responsable de la unidad de Cultura, Comunicación y Turismo, explica que el idioma bésiro (que significa correcto, derecho o recto) no tiene filiación lingüística conocida y que actualmente se encuentra en un estado vulnerable o en peligro de extinción. De los 84.900 indígenas chiquitanos, dice, solo 10.000 la hablan hoy en día. Esta población está distribuida en las cinco provincias más grandes del departamento de Santa Cruz: Ñuflo de Chávez, Velasco, Ángel Sandóval, Chiquitos y Germán Busch. “Nuestro idioma bésiro ya se nos está perdiendo. Está en vía de extinción entre nosotros porque a los niños no se les enseña desde nuestros hogares. Esto es bien notorio en aquellos que tienen tres años en adelante; también hay jóvenes y señoritas que ya no quieren hablarlo porque tienen vergüenza de ella. No es posible que hoy perdamos lo bello que se nos entregó y que se nos dejó desde tiempo inmemoriables. Si es que fuera así, perderemos toda nuestra inteligencia que mantuvimos desde nuestros ancestros, reflexiona Parapaino, autor de la Guía de escritura del idioma bésiro y del Alfabeto bésiro.

Pido que no tengamos vergüenza de hablarla con nuestros hijos todos los días en nuestro hogar. Que juntos levantemos a nuestro idioma en las escuelas. Pido también a los profesores y educadores, a los que aún saben hablarla, para que la enseñen a los niños y niñas”, clama, el embajador del bésiro.

Alfabeto

Nikorokó Bésiro

Español Bésiro
1.- A (a)
2.- AA (aa)
3.- B (be)
4.- CH (che)
5.- E (e)
6.- EE (ee)
7.- I (i)
8.- J (ii)
9.- T (t)
10.- H (tt)
11.- J (jota)
12.- K (ka)
13.- M (eme)
14.- N (ene)
15.- Ñ (eñe)
16.- O (o)
17.- OO (oo)
18.- P (pe)
19.- R (re)
20.- S (ese)
21.- T (te)
22.- TY (tya)
23.- U (u)
24.- UU (uu)
25.- X (xa)
26.- XH (xha)
27.- Y (ye)
28.- ´ (glotal)

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