domingo, 20 de noviembre de 2016

Viaje ‘testimonial’ al mundo desconocido de los ‘no contactados’



Huellas de humanos que caminan con los pies descalzos, ramas dobladas en la selva, restos de alimentos, varias víboras que aparecen en la misma senda y en un mismo día, y sobre todo, voces de seres humanos, adultos y niños que gritan a lo lejos, con un destello de un eco que no se olvida. Todo eso hace pensar que se trata de señales dejadas a propósito por indígenas que no entraron en contacto con la ‘civilización’ que habita fuera de la Amazonia boliviana, y que por algún motivo se sienten amenazados por la actividad petrolera en su territorio.

Así lo afirman los pueblos indígenas que viven a orillas de los ríos amazónicos de Beni y de Pando, y lo hacen con más fuerza desde septiembre, cuando un grupo de trabajadores del proyecto de Sísmica 2D, de la empresa PBG Bolivia SRL y YPFB ubicado en la cuenca Madre de Dios Nueva Esperanza, provincia Iturralde de La Paz, advirtieron sobre diferentes sucesos en torno a un supuesto pueblo indígena no contactado.

El gerente de Seguridad, Salud, Ambiente, Social y Gestión Corporativa, Miguel Ángel Rojas, explicó que se reportaron supuestos grupos de indígenas en situación de vulnerabilidad y que, sin embargo, no existió ningún tipo de contacto visual, solo ramas quebradas, huellas humanas y algunos senderos. Por una política de precaución que tiene YPFB, se ha decidido retirar, en esos momentos, al personal en forma inmediata, y se ha establecido un radio de seguridad de 10 km en el cual no se interviene ninguna actividad.

- ¿Los trabajadores escucharon voces provenientes del monte?
- Hay comentarios de voces, pero no se visualizó a nadie.
- ¿Sintieron temor los trabajadores petroleros?
- En todo caso, se comunicaron por radio desde el campamento móvil hasta la base. Aplicando nuestra guía se retiró al personal. Eso respondió Rojas a EL DEBER.

Según el informe remitido a YPFB en septiembre y que ha sido difundido por diferentes medios de comunicación, los trabajadores de la empresa PBG Bolivia SRL y YPFB, testigos del acontecimiento, dieron cuenta que siguieron escuchando voces y gritos de hombres, de mujeres y niños, cada vez más cercanos hasta llegar aproximadamente a 80 metros de su ubicación. "Progresivamente sintieron estar rodeados por el flanco oeste en la línea. Como primera acción inmediata mantuvieron la calma para no ser detectados, luego los gritos cesaron y con mucha precaución comenzaron el retorno al campamento Volante CV-L7", señala el documento divulgado por la agencia ANF y que fue de conocimiento de la Central de Comunidades Indígenas Tacana II Río Madre de Dios.
“No son un mito”
Alex Villca Limaco, vocero de la Coordinadora Para la Defensa de la Amazonia, desde Rurrenabaque (Beni), afirma que los indígenas ‘no contactados’ no son un mito, que desde ‘siempre’ han escuchado, a través de sus padres y abuelos, de la existencia de grupos que por voluntad propia decidieron vivir aislados en plena selva y no salir al mundo exterior.

Villca Limaco, que pertenece al pueblo de los Tacana, dice que las evidencias que reportaron los trabajadores de YPFB deben ser tomadas como algo creíble y que los indígenas han salido a dar evidencias a causa de que han escuchado detonaciones de dinamita y que eso los ha puesto en alerta.
“Esto es algo no usual para ellos. El ruido les generó un impacto”, dice Villca Limaco, que ha estudiado esta realidad tanto en Bolivia como en Perú. Con ese conocimiento, sostiene que se debe tener mucho cuidado para entrar en contacto con ellos, puesto que se requiere gran logística y los expertos aconsejan que mejor no suceda ningún acercamiento, puesto que “nuestra presencia lleva consigo enfermedades que de atacar a los que viven en aislamiento voluntario los puede incluso llegar a matar”.

El vocero de la Coordinadora Para la Defensa de la Amazonia, recuerda que en varias expediciones de turismo dentro del parque Madidi (La Paz), se encontraron evidencias similares a las reportadas por YPFB, como ser ramas, en las que además se encontraron flechas y dardos, como advertencia de que hay vivientes en esa zona, que exigen respeto y no intromisión.

El 31 de octubre, se realizó en Santa Cruz el encuentro internacional 'Naciones y Pueblos Indígenas Originarios en Situación de Alta Vulnerabilidad y Políticas Públicas de Prevención, Protección y Fortalecimiento', organizado por Iwgia y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Hasta esta ciudad llegaron líderes indígenas amazónicos, que dijeron que ‘los hermanos originarios que viven en pueblos cercanos al lugar donde se reportaron esos acontecimientos de un supuesto grupo no contactado, encontraron en un mismo día tres víboras moviéndose por las sendas, como si hubieran sido colocadas por ellos, para sembrar miedo a quienes consideran que están atentando contra su hábitat y forma de vida.

El proyecto Adquisición Sísmica 2D de la Cuenca Madre de Dios del Área Nueva Esperanza, se encuentra en Ixiama, provincia Iturralde de La Paz. A ese lugar se ingresa por Cobija (Pando), y se continúa por tierra hasta Chivé, una población que se encuentra a orillas del río Madre de Dios y es el límite entre los departamentos de Pando y La Paz.
Hasta ese lugar llegó EL DEBER. El campamento petrolero, custodiado en su ingreso por un portero, atiende al equipo de este diario; el hombre se comunica con el encargado y después de unos minutos dice que no puede dar ninguna información, que todo se centra en la ciudad de La Paz.

Los trabajadores que se encontraban en el pueblo tenían el mismo discurso. Se excusaban diciendo que ellos no están autorizados para dar ninguna declaración.

Días después, el 17 de octubre, La estatal YPFB, a través de su presidente, Guillermo Achá, negó la existencia de un supuesto pueblo no contactado en la Amazonia boliviana, y advirtió que las tareas de exploración sísmica en busca de hidrocarburos continuarán sin cambios en los trazos de las líneas previstas. "No tenemos ninguna confirmación de ningún pueblo no contactado. Entiendo que esta ha sido una distorsión de la información y lo que estaríamos haciendo es poder continuar con todas las actividades", aseguró a ANF.

Achá dijo que no hay intención de modificar las líneas sísmicas definidas para las tareas de exploración hidrocarburífera que atravesarán la Amazonia, desde el norte de La Paz pasando por Beni hasta llegar a Pando.

En Chivé hay un hombre que asegura que los no contactados sí existen. Leandro Mayo, 64 años y de origen Tacana, trabaja de portero en un colegio y se considera un desterrado. Vivía en Puerto Pérez, una comunidad que está a 50 minutos en bote, río arriba de Chivé. Afirma que ahí era dirigente y que la gente blanca que llegó a ese lugar para acaparar tierras lo expulsó, acusándolo de brujería, puesto que el 2005 murió un niño y a él le echaron la culpa de ese deceso. “Ahí tenía mi chaquito, mi casa y a fines de año iba a la zafra de castaña”, explica, afuera del colegio donde trabaja y después reitera tal afirmación en su casa modesta, donde vive con su familia.

Sobre los indígenas no contactados, Leandro Mayo reitera que sí existen y que él lo sabe porque conoció a un hombre de Chivé, que se dedicaba a la cacería, que una vez se topó con indígenas en situación de aislamiento, que convivió con ellos unos días. “En esa corta convivencia, se percató de que lo que buscan las personas no contactadas es vivir en armonía con la naturaleza y que se sienten amenazados porque cada vez son arrinconados por las actividades del mundo de los de afuera, de las actividades petroleras, agrícolas o la forestal.

El temor que tienen algunos habitantes de Chivé y de otras zonas que moran en las riberas del río Madre de Dios, es que cuando ellos ingresen a la selva para dedicarse a la zafra de la castaña, se encuentren con indígenas no contactados y que los confundan con los trabajadores petroleros, porque, según varios testimonios, las señas que dieron en septiembre tienen el fin de exigir que los dejen vivir tranquilos


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