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viernes, 8 de julio de 2016

Los uru-muratos se suman al éxodo mundial de refugiados climáticos



Los indígenas de las comunidades uru-murato que habitan en las laderas del lago Poppó, en el departamento de Oruro, se han sumado al éxodo mundial de refugiados climáticos, hace notar un reportaje publicado este jueves por el diario The New York Times.

La publicación cuenta cómo los habitantes de la zona se vieron obligados a dejar sus tierras de origen desde que el lago que les abastecía de agua y alimento comenzó a secarse hasta convertirse en una tierra salada. Las aves que se alimentaban en la zona hicieron lo mismo.

“Así como muchos otros pobladores, gran parte de los uru-muratos, una etnia que ha vivido a orillas del lago por generaciones, también se fue; ahora se han unido al éxodo mundial de refugiados que no huyen de la guerra, sino del cambio climático”, escribe el periodista Nicholas Casey, jefe de la oficina de los Andes de The New York Times.

Los uru murato advirtieron desde hace más de dos décadas sobre la difícil situación en que se encuentran debido a las subidas y bajadas del lago Poppó, a la que se suma además la contaminación provocada por la actividad minera.

En 1992, sus viejos líderes Lucas Miranda y Daniel Moricio relataron su historia en el libro “Memorias de un olvido: testimonios de vida uru muratos” y 21 años después, en marzo de 2013, una marcha de pobladores de esa comunidad llegó hasta la ciudad de La Paz para demandar atención a las autoridades del Gobierno.

Habitantes de los pueblos urus durante la marcha que realizaron a La Paz en 2013

En diciembre de 2015, La Razón advirtió en una publicación que “ unas 200 especies de aves, peces, mamíferos, reptiles, además de una variedad de plantas, desaparecieron con la sequía del lago Poopó, que se redujo a tres pequeños humedales”. La noticia desató alarma a nivel nacional.

La portada que publicó La Razón en diciembre de 2015

“De las cinco especies de flamencos que hay en el mundo, tres habitan en Bolivia: el flamenco andino, en la Laguna Colorada, y el chileno; específicamente en las lagunas de Sur Lípez (Potosí) y el Poopó (Oruro). Las tres especies están en peligro de extinción en el planeta y al no existir el Poopó su hábitat se reduce y aumenta el peligro de desaparecer”, advirtió entonces Carlos Capriles, ornitólogo y autor de Suri Awicha, un estudio sobre la conservación de la fauna y flora.

Lea además: Desaparecen unas 200 especies de animales con la sequía del Poopó

Una semana después comenzó la entrega de ayuda humanitaria a las comunidades que circundan el lago Poopó, en el marco de un plan de acción aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, la Gobernación de Oruro y la Asamblea Departamental de Oruro.

La publicación de The New York Times advierte que la desaparición del lago Poopó “pone en riesgo la identidad misma de los uru-muratos, la etnia indígena más antigua en la región”, que “durante generaciones se adaptaron a las conquistas de los españoles y los incas, pero parece que no podrán ajustarse al trastorno ocasionado por el cambio climático”.

Así se encuentra actualmente el territorio hasta donde llegaba en lago Poopó

Revela además que desde la muerte de los peces, en 2014, una buena parte de los 3,700 urus de la localidad de Llapallapani y dos poblados cercanos se fueron a trabajar a las minas de plomo y las salinas, a una distancia de casi 322 kilómetros, “donde están luchando por adaptarse”, mientras que los que se quedaron ganan lo imprescindible como agricultores o apenas sobreviven en lo que solía ser la orilla del lago.

La cuenca del Poopó, que abarca los lagos Uru Uru y Poopó, fue declarada en 2002 como sitio Ramsar, que son ecosistemas de importancia internacional donde el agua es el principal factor que controla el ambiente, así como la vegetación y la fauna.

El lago Poopó tenía una dimensión de 84 km de largo por 55 km de ancho y un área de 2.337 km2; era el segundo lago más grande del país (después del Titicaca). (08-07-2016)


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