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martes, 3 de mayo de 2016

Los weenhayeks, a 6 años del conflicto del Pilcomayo



Los weenhayeks habitan en el Gran Chaco dispersos en las comunidades de San Antonio, Quebrachal, Algarrobal, Capirendita, Crevaux, D’orbigny, San Bernardo, Viscacheral, Villa Esperanza, Resistencia y La Misión. Se calcula que son aproximadamente 2.500 nativos.

Este pueblo posee una cultura diferente, sus habitantes hablan weenhayek y son expertos en la pesca del sábalo, dorado, surubí, pacú y el bagre. También recolectan miel, producen maíz y realizan artesanías. Todo esto conlleva a que su educación y forma de vida tengan una dinámica distinta y que con ello existan muchas trabas para su desarrollo.
Por ejemplo, el ingresar a la universidad no es tarea fácil para este pueblo, debido a que las tres unidades educativas que funcionan en la zona no se encuentran habilitadas. De acuerdo al director del Centro de Estudios para el Desarrollo de Tarija (Cerdet), Guido Cortez Franco, hay un problema de gestión administrativa para resolver este conflicto. Algunos bachilleres asisten a la universidad indígena Apiaguaiki Tumpa. Pero son muy pocos.
Sin embargo, la situación de este pueblo que habita al margen izquierdo del río Pilcomayo es más compleja. El problema del afluente, con el proyecto Pantalón, que salió a la luz hace aproximadamente seis años (2010) generó un efecto negativo en su economía, pues uno de sus medios de subsistencia es el comercio de la pesca en las principales poblaciones y ciudades del sur del país.
Empero, a pesar de esto se han dado modos para sobrevivir. Hoy cultivan hortalizas, crían chivos, hacen artesanías, se dedican a la política y trabajan por jornales. En la actualidad el pueblo ha tenido avances y ha sufrido grandes retrocesos, mismos que son explicados por el director del Cerdet, Guido Cortez Franco, quien lleva más de 20 años trabajando con este grupo indígena.

El País expansión Nacional (Epen). ¿Cuál ha sido la evolución del pueblo Weenhayek desde que usted comenzó a trabajar con ellos?
Guido Cortez Franco (GC). Entre el año 2000 y 2004 pudimos conocer a varios líderes muy comprometidos en mejorar el destino de su pueblo y defender su reclamo territorial. En ese período era Capitán Grande o Niyààt Qotaj, el Profesor Lucas Cortez Torrez, quien tenía 44 años y era un líder generoso e inteligente. Él estaba sujeto a presiones de varias empresas y entidades del Gobierno para aprobar trabajos en el territorio weenhayek.
Era una persona muy reflexiva y tranquila, pero de carácter firme y muy honesto. En ese tiempo los líderes hacían un trabajo muy sacrificado para viajar y gestionar sus demandas en la ciudad de La Paz, en Santa Cruz, donde funcionaba la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob).
Eran personas que vivían de su trabajo diario, de la pesca o del trabajo temporal como maestro de primaria, en el caso del Capitán Grande. Como dirigentes tenían que dejar a sus familias por varios días para hacer sus viajes y visitar a las comunidades que estaban en conflicto con los ganaderos durante los levantamientos de información en el campo.
En ese entonces la mayoría de las familias tenían pequeñas casitas de adobe, y había serios problemas de paludismo y mal de Chagas, esto debido a la presencia de la vinchuca. De esta manera la organización de la capitanía Weehnayek (ORCAWETA) quería gestionar el mejoramiento y la construcción de nuevas viviendas, además de lograr la perforación de pozos de agua, ya que un 80% de las comunidades en 2003 tenían que utilizar agua del río, o a lo sumo contaban con unos pozos manuales, que daban muy poco líquido y era insuficiente para sus animales como cabras y cerdos.
Peor aún no les alcanzaba para cultivar en un clima tan cálido y seco como el Chaco. Hay que recordar que no siempre los pozos manuales abastecían de agua dulce, pues en varias ocasiones estos pozos resultaron ser de agua salobre o amarga, e incluso con demasiado sulfato como resultó en un análisis de pozos realizado en dos comunidades cercanas a Villa Montes.
A partir del año 2005 cuando algunas empresas petroleras comenzaron a dar compensaciones en efectivo a la organización indígena se suscitaron conflictos organizativos por las disputas en el manejo de estos recursos. Sin embargo, con estos recursos los dirigentes tuvieron mayor autonomía para viajar a otras ciudades y hacer gestiones, aunque los avances en la calidad educativa o en la capacidad productiva de las familias son muy pocos.

Epen. ¿Cómo se sostienen económicamente desde el problema del río Pilcomayo?
GC. Cada año muchas familias weenhayek enfrentan una situación económica complicada entre los meses de octubre a marzo, que son los meses de más calor y donde la pesca de subsistencia es muy escasa. En las últimas décadas estos meses se han convertido en los meses de escasez, por lo que las familias sobreviven con la elaboración de artesanías, crianza de animales menores como gallinas, cabras y cerdos, además del cultivo muy incipiente y de manera rústica del maíz, sandía y zapallos. Estos cultivos dependen de que haya suficiente lluvia, lo que es muy irregular en el Chaco.
Anteriormente los meses de abril a septiembre eran considerados, desde 1960, como la temporada de abundancia por la pesca, actividad que les permitía comprarse otros alimentos y también ropa, bicicletas, motos... Sin embargo, esta situación tuvo un quiebre con la crisis del Pilcomayo en el año 2010.
Ese año por taponamientos en el río el volumen pescado en comparación con el 2009 fue de casi un 10 a 15%. Ahora el conflicto es que las subidas de los cardúmenes son más irregulares y por menos días que en décadas anteriores.
Esto en su mayor parte se debe a los problemas de sedimentación del agua del río que colmata los cauces e impide, cuando hay poca agua, la subida de los cardúmenes. Es importante recordar que más del 80% de los peces capturados son los sábalos, en menor proporción se extrae el dorado, el surubí y para consumo de las familias también se pesca la boga, el bagre y otras especies.
La crisis de la pesca ha obligado a varias familias a buscar otras estrategias de sobrevivencia como un mayor cultivo de maíz, sandía, el aprendizaje de la producción de hortalizas, que es todavía una actividad realizada por pocas familias. Hay jefes de hogar que se especializan en la búsqueda de colmenas de miel, otros que trabajan por jornales e incluso algunos que se dedican a la política partidaria como una búsqueda de ingresos económicos temporales.

Epen. En cuanto a educación ¿cuáles son los principales problemas de este pueblo?
GC. La Misión Evangélica Sueca que ingresó a trabajar con los Weenahyek en el año 1948 comenzó a principios de 1980 a trabajar en la formación de los niños en el nivel primario y a trabajar con el idioma weenhayek. A mediados de 1990 se formaron jóvenes como maestros bilingües y para el año 2005 había más de 60 maestros bilingües, parte de los cuales eran mujeres.
La Misión Sueca se retiró hace ocho años y se observan algunos problemas en el sistema educativo, por lo cual hay muy pocos bachilleres cursando estudios universitarios, por ejemplo los bachilleres weenhayek no pueden recibir una beca para ingresar a una normal de maestros como la de Canasmoro porque las tres unidades educativas weenahyek que cuentan con el nivel secundario en la provincia del Gran Chaco no figuran como unidades educativas indígenas habilitadas. Hay un conflicto de gestión administrativa para resolver este problema.
Algunos bachilleres están asistiendo a la universidad indígena Apiaguaiki Tumpa y ahí reciben educación universitaria. Otro problema que veo es la alta tasa de embarazo adolescente por lo cual generalmente las adolescentes se ven obligadas a abandonar sus estudios a edades tempranas como los 15 ó 16 años, y como es una etapa difícil la de mantener un hogar, con frecuencia estos matrimonios de jóvenes tienden a no perdurar en el tiempo. En este caso hace falta un trabajo de concientización y de información a los adolescentes.

Epen. ¿Qué pasó con las artesanías de caraguata que este pueblo sabía hacer?
GC. Las mujeres weenhayek continúan trabajando con la caraguata y se elaboran bolsas (llicas), cinturones, etc… también en Villa Montes hay mujeres que tejen artesanías de palma. Unos pocos varones se dedican a la fabricación de muebles rústicos con fibras vegetales y unos cuantos a trabajar con palo santo y maderas blandas para el tallado de unas figuras.
Un estudio de costos demostraba que en el caso de la caraguata las horas invertidas de trabajo para hacer una bolsa o llica llegaban a calcularse en un costo de entre 80 a 110 bolivianos, pero en el mercado local por la poca demanda las artesanas venden sus productos ente 20 a 40 bolivianos.

Epen. ¿Cómo están organizados socialmente los weenhayeks?
GC. Las comunidades eligen un dirigente o niyaat, quien a su vez puede tener voz y voto en las asambleas de la ORCAWETA. Las comunidades han pasado de ser unas 22 en el 2006 a ser más de 80 entre grandes y pequeñas, algunas conformadas por muy pocas familias.
Ha sido una estrategia de ocupación de parte de su territorio recuperado y simultáneamente una forma de ser reconocidos como capitanes para acceder a beneficios que proporciona su organización matriz.

Epen. ¿Con este Gobierno considera que hubo un avance para este grupo?
GC. Es indudable que el gobierno nacional ha tenido muchas más políticas progresistas en favor de las familias rurales que cualquier otro gobierno en la historia del país. En cuanto a servicios básicos se observa un acceso importante para las viviendas rurales, como así la perforación de pozos profundos, la construcción de escuelas y postas, e incluso el asfaltado de algunos tramos, además de una incorporación de algunas personas en las entidades públicas locales.
En lo que si veo una deficiencia es en el tema de educación cívica de jóvenes y maestros. Posiblemente esto esté relacionado con lo que observan a nivel municipal, provincial y departamental y la crisis institucional en estos espacios como consecuencia de la falta de controles de fiscalización, actos de corrupción que no son sancionados, etc... Luego, hay problemas a nivel organizacional en la administración de recursos por la falta, a mi entender, de fiscalización y orientación en el manejo de fondos.

Epen. ¿Cuál es el desarrollo de este pueblo a comparación con los pueblos indígenas de la Argentina?
GC. Los pueblos indígenas como el weenhayek en Bolivia han visto una mejoría en cuanto se refiere a servicios básicos, atención en el seguro de salud SUSAT, construcción de escuelas y postas. Especialmente en una relación muy estrecha de los dirigentes de las organizaciones indígenas con el gobierno nacional.
En Argentina las familias indígenas y criollas, rurales y urbanas en condiciones de desempleo han estado recibiendo bonos económicos, y posiblemente haya habido un descuido para que las y los jóvenes indígenas como los wichí se capaciten técnicamente.
El problema de la capacitación técnica y profesional es un tema pendiente en ambos países. Por otro lado en Argentina, donde la población indígena no supera el 2 ó 3 % del total de la población, se observa en cierto modo procesos migratorios hacia los cinturones de algunas ciudades sin que se avance en una integración socioeconómica y educativa.
En el caso de comunidades indígenas como las wichí en Salta, Formosa y en la Provincia de Chaco hemos visto comunidades muy aisladas y en condiciones de marginación social más grave que en el chaco tarijeño, donde nuestras comunidades y sus organizaciones de Villa Montes y Yacuiba, e incluso Caraparí han recibido mayor inversión en obras realizadas por las alcaldías, subgobernación, Gobernación y Gobierno.
De todas maneras todavía falta mucho por hacer, por ejemplo en varias comunidades rurales los niños sólo pueden asistir todavía al nivel primario y para continuar sus estudios deberían salir a centros urbanos lo que es muy difícil y caro para sus familias.

Epen. ¿Hay migración en los weenhayeks?
GC. Los weenhayek no suelen migrar fuera de su territorio. Sí existen visitas esporádicas a familiares en el chaco argentino o viajes de grupos de personas que participan en campañas religiosas evangélicas hacia el chaco salteño (zona del Pilcomayo, Embarcación y Tartagal) y en ocasiones hasta comunidades de Formosa en Argentina. Asimismo hay visitas de personas wichí que vienen a Villa Montes a visitar a sus familiares o en campañas religiosas.

Epen. ¿Qué aspectos positivos destacaría de este pueblo y cuáles serían los que deben reforzarse?
GC. Un hecho interesante en la conducta de las personas del pueblo weenhayek, es la franqueza en decir las cosas, sin tener que recurrir a la hipocresía. En el pasado se valoraba a los hombres que eran trabajadores, honestos y se dedicaban a la pesca o a velar por sus familias, en los últimos años se observa que algunos antivalores se adoptan, en muchas ocasiones esto tiene que ver con actitudes y conductas que se ve en los centros poblados. Por ejemplo: la corrupción.
Como cualquier otro sector social urbano y rural, hay aspectos que deben mejorarse especialmente en las formas de organizarse colectivamente, es necesario generar ámbitos de confianza recíproca.

Epen. ¿Cuál es la labor de CERDET?
GC. Cerdet es una ONG que trabaja desde el año 1998 con este pueblo, fue en ese entonces cuando los weenhayeks solicitaron asesoría jurídica en el proceso de saneamiento de su territorio, ya que el levantamiento de información de campo se había iniciado el año 1995 con el Instituto Geográfico Militar.
Para entonces se habían levantado varias fichas de información en predios ganaderos y como no conocían la ley INRA sus abogados pedían apoyo jurídico para fiscalizar el proceso de saneamiento de su territorio. El año 1993 el gobierno de Jaime Paz Zamora les había entregado un Decreto Supremo el 23500, donde se les reconocía provisionalmente un territorio de 195.000 hectáreas, sujeto a verificación de un proceso legal posterior.
Los dirigentes no entendían por qué deberían nuevamente hacer una nueva titulación y proceso de saneamiento, ya que la ley INRA reconocería el derecho de propietarios no indígenas que se habían asentado al interior del territorio indígenas en los años anteriores a 1994. Sin embargo, el proceso se desarrolló y consolidaron sus tierras.
Actualmente, la misión del CERDET es el acompañamiento crítico y técnico a las iniciativas de familias y organizaciones indígenas y campesinas en el Departamento de Tarija. Desde 1989 se ha apoyado jurídicamente los reclamos territoriales primero con las organizaciones guaraníes, y desde el año 1999 con el pueblo weenhayek.
Desde el año 1994 se brinda apoyo técnico a iniciativas pecuarias y agrícolas desde el enfoque agroecológico y de manejo de recursos naturales directamente a familias rurales en condiciones de vulnerabilidad.
Desde 1999 el CERDET ha acompañado a jóvenes y dirigentes weenhayek en la defensa del río Pilcomayo a través de visitas de monitoreo en las zonas mineras de Potosí y hasta viajes por los bañados de la Estrella en Formosa Argentina y los Esteros de Patiño en el chaco paraguayo.

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