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miércoles, 3 de junio de 2015

Un guerrero indianista se ha ido: Ayar Quispe



El pasado 24 de mayo, fue encontrado el cuerpo sin vida de Ayar Quispe, hijo del dirigente Felipe Quispe Huanca. Las causas de su muerte todavía no han sido suficientemente esclarecidas. Ayar ha sido velado este lunes 1 de junio y fue enterrado ayer. El hombre de 48 años, contribuyó, al igual que su padre a la lucha por la liberación de los aymaras, pueblo al que pertenecía.

No fue el “indio” que juega a ser “sabio”, sino el que buscó clarificar su situación histórica sin asumir el papel folklórico que hoy les es asignado a los “indígena originario campesinos”, escribe de él Carlos Macusaya.
Ayar Quispe Quispe fue un aymara indianista, como su padre, Felipe Quispe Huanca (“el Mallku”). Nació en 1966 en la provincia Omasuyus. Desde muy jovencito, casi niño, acompañó a su progenitor en los trajines políticos del movimiento indianista emergente de los años 70, por lo cual, no es de extrañar que ya en la década siguiente formara parte de los combatientes del Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK).
Cultivó su formación académica, en términos formales, en la carrera de Antropología de la UMSA, pero lo sustancial, con respecto a su formación, lo fue forjando en el trajín de su lucha y militancia por fuera de la “academia”.
No fue una persona con una agitada vida pública. Pocas veces participaba en algún evento. Sin embargo, por las obras que escribió, su nombre ganó fana y prestigio entre las nuevas generaciones de indianistas. Esta fue la faceta más destacada de Ayar Quispe: la producción intelectual. Ayar fue uno de los pocos indianistas que plasmó sus ideas de forma escrita, en varios artículos y en cuatro libros: “Indios contra indios” (2003), “Los tupakataristas revolucionarios” (2005), “Indianismo” (2011) e “Indianismo-katarismo” (2014).

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