Hasta hace pocos años la diabetes mellitus tipo 2 era una enfermedad desconocida para el pueblo Xavante. Una investigación reciente de la Universidad de São Paulo descubrió qu el mal tiene hoy una altísima prevalencia en esta población aislada de la Amazonia, brote que los científicos atribuyen a cambios radicales en la alimentación y estilo de vida indígena.
ueblo emblemático del Mato Grosso (un popular equipo del fútbol profesional brasileño se llama Xavantes), como muchos otros pueblos en la Amazonia no escapa al acelerado contacto con la “modernidad” que rompe los límites de su territorio aislado en los bosques cada vez más invadidos por la agricultura soyera, la sobre explotación de la madera y actividades extractivas de alta intensidad como la minería y la industria petrolera.
Al romperse el aislamiento voluntario de los pueblos indígenas, el equilibrio de la naturaleza tambien se rompe y las poblaciones originarias obligadas hoy a entrar en contacto con los megaproyectos agroindustriales y extractivistas —que dan surgimiento a nuevas ciudades en medio de la deforestacion—, se exponen también a enfermedades que jamás conocían y ante las que no han desarrollado los anticuerpos necesarios, pues su ritmo de evolución fisiológica es distinto al de las poblaciones euro-americanas.
Los ríos están contaminados y los niños son las principales víctimas mortales de enfermedades como la difteria o la hepatitis. Entre los adultos la diabetes es una de las enfermedades que apareció en el mundo Xavante como el SIDA en el mundo occidental de los años ochenta, producto de un abrupto cambio en el medio ambiente.
El periodista José Pichel Andrés, de la agencia noticiosa DiCyT*, entrevistó al investigador Amaury Dal Fabbro que acaba de publicar los resultados de su estudio en en la revista Ethnicity & Disease. “La diabetes mellitus era desconocida para ellos hasta finales del siglo pasado”, dice el académico.
Sedentarismo, diabetes y obesidad
“Vivían en el aislamiento, con poco contacto con la población brasileña, y se alimentaban de frutos, raíces, carne de caza y pescado”, relata dal Fabbro, que dirigió el equipo investifgador de la Universidad de Sâo Paulo. La creciente aproximación de las ciudades a estas poblaciones indígenas ha introducido en su dieta alimentos antes desconocidos a la vez que ha alterado su forma de vida, “adoptando un estilo más sedentario que antes”. El resultado es una obesidad creciente y, de acuerdo con esta investigación, que ha incluido a casi 1.000 adultos, una cifra de diabéticos sorprendente.
La prevalencia de diabetes mellitus entre personas de 20 años o más se sitúa en un 18,4% en hombres y un 40,6% en mujeres, una tasa altísima en comparación con el 12% del conjunto de la población brasileña. Además, “estos individuos tienen una alta prevalencia de obesidad asociada a la diabetes, un 50,8%”, destaca el científico. Por el contrario, la hipertensión arterial se sitúa en un 17,5%, una cifra que no es muy elevada pero que contrasta con el 4% que tenían los indígenas xavantes en un estudio realizado en la década de 1960.
El caso de los xavantes no es único. Amaury Dal Fabbro ha estudiado también a los japoneses emigrados a Brasil y los resultados son muy similares al de los indígenas. “Estos dos grupos étnicos tenían una prevalencia muy baja de la diabetes mientras se alimentaron de acuerdo con su modo de vida tradicional, pero tras el contacto con la cultura occidental comenzaron a cambiar sus hábitos y a mostrar índices más altos”, apunta el investigador, que trata de investigar cómo el cambio en el estilo de vida provoca este efecto y cuál es la base genética que contribuye a que suceda.
Hasta hace pocas décadas, los xavantes eran nómadas, se movían por las grandes extensiones del Cerrado, una amplia región ecológica de sabana tropical del Mato Grosso, y vivían de la recolección de frutos y de la caza. Sin embargo, poco a poco estas áreas fueron ocupadas por la agricultura moderna —sobre todo con la plantación de soya—, por la crianza de ganado y por el surgimiento de nuevas ciudades. Esto ha provocado un contacto directo entre los indígenas y la cultura occidental, la sustitución de los alimentos tradicionales, una disminución de su actividad física y la adopción de un estilo de vida ajeno a su cultura ancestral.
Data: abril 14, 2016 | 11:36
Apertura
CHOQUE DE CIVILIZACIONES | Los indígenas del Estado de Mato Grosso han modificado su alimentación y su estilo de vida, se vuelven sedentarios y obesos...
La diabetes estalla en el pueblo Xavante al establecer contacto con la “modernidad”
El equipo de investigadores de la Universidad de São Paulo con los indígenas Xavante en la comunidad de Sangradouro, Mato Grosso. | Foto Amaury Dal Fabbro | DICYT
El equipo de investigadores de la Universidad de São Paulo, dirigidos por Amaury Dal Fabbro, con los indígenas Xavante en la comunidad de Sangradouro, Mato Grosso. | Foto DICYT
Hasta hace pocas décadas, los xavantes eran nómadas, se movían por las grandes extensiones de la sabana tropical del Mato Grosso, viviendo de la recolección de frutos y de la caza. Sin embargo, estas áreas fueron paulatinamente ocupadas por la agricultura moderna —sobre todo con la plantación de soya—, por la crianza de ganado y por el surgimiento de nuevas ciudades. Esto ha provocado un contacto directo entre los indígenas y la cultura occidental, la sustitución de los alimentos tradicionales, una disminución de su actividad física y la adopción de un estilo de vida ajeno a sus hábitos y su cultura ancestral…
© Wilson García Mérida | Redacción Sol de Pando
Mujeres de una comunidad Xavante volviendo del río después de lavar ropa y utensilios. | Foto Ronaldo Franco
Mujeres de una comunidad Xavante volviendo del río después de lavar ropa y utensilios. | Foto Ronaldo Franco
Hasta hace pocos años la diabetes mellitus tipo 2 era una enfermedad desconocida para el pueblo Xavante. Una investigación reciente de la Universidad de São Paulo descubrió qu el mal tiene hoy una altísima prevalencia en esta población aislada de la Amazonia, brote que los científicos atribuyen a cambios radicales en la alimentación y estilo de vida indígena.
Con el cuerpo pintado para celebrar un rito llamado Wai’a estos niños Xavante pasaron a la adolescencia cumpliendo una ceremonia que todavía se celebra en la aldea Pimentel Barbosa, en el Estado de Mato Grosso. | Foto Rosa Gauditano
Con el cuerpo pintado para un rito llamado Wai’a, estos niños Xavante pasaron a la adolescencia cumpliendo una ceremonia que aún se celebra en la aldea Pimentel Barbosa, Estado de Mato Grosso. | Foto Rosa Gauditano
Pueblo emblemático del Mato Grosso (un popular equipo del fútbol profesional brasileño se llama Xavantes), como muchos otros pueblos en la Amazonia no escapa al acelerado contacto con la “modernidad” que rompe los límites de su territorio aislado en los bosques cada vez más invadidos por la agricultura soyera, la sobre explotación de la madera y actividades extractivas de alta intensidad como la minería y la industria petrolera.
ataviados con rompaje de un bambú llamado tebe, estos niños cumplen el ritual para pasar de la niñez a la adolescencia cantando y bailando toda la noche. | Foto Rosa Gauditano
Ataviados con ropaje de un bambú llamado tebe, estos niños cumplen el ritual para pasar de la niñez a la adolescencia cantando y bailando toda la noche de choza en choza. | Foto Rosa Gauditano
Al romperse el aislamiento voluntario de los pueblos indígenas, el equilibrio de la naturaleza tambien se rompe y las poblaciones originarias obligadas hoy a entrar en contacto con los megaproyectos agroindustriales y extractivistas —que dan surgimiento a nuevas ciudades en medio de la deforestacion—, se exponen también a enfermedades que jamás conocían y ante las que no han desarrollado los anticuerpos necesarios, pues su ritmo de evolución fisiológica es distinto al de las poblaciones euro-americanas.
Los ríos están contaminados y los niños son las principales víctimas mortales de enfermedades como la difteria o la hepatitis. Entre los adultos la diabetes es una de las enfermedades que apareció en el mundo Xavante como el SIDA en el mundo occidental de los años ochenta, producto de un abrupto cambio en el medio ambiente.
El periodista José Pichel Andrés, de la agencia noticiosa DiCyT*, entrevistó al investigador Amaury Dal Fabbro que acaba de publicar los resultados de su estudio en en la revista Ethnicity & Disease. “La diabetes mellitus era desconocida para ellos hasta finales del siglo pasado”, dice el académico.
Sedentarismo, diabetes y obesidad
“Vivían en el aislamiento, con poco contacto con la población brasileña, y se alimentaban de frutos, raíces, carne de caza y pescado”, relata dal Fabbro, que dirigió el equipo investifgador de la Universidad de Sâo Paulo. La creciente aproximación de las ciudades a estas poblaciones indígenas ha introducido en su dieta alimentos antes desconocidos a la vez que ha alterado su forma de vida, “adoptando un estilo más sedentario que antes”. El resultado es una obesidad creciente y, de acuerdo con esta investigación, que ha incluido a casi 1.000 adultos, una cifra de diabéticos sorprendente.
La prevalencia de diabetes mellitus entre personas de 20 años o más se sitúa en un 18,4% en hombres y un 40,6% en mujeres, una tasa altísima en comparación con el 12% del conjunto de la población brasileña. Además, “estos individuos tienen una alta prevalencia de obesidad asociada a la diabetes, un 50,8%”, destaca el científico. Por el contrario, la hipertensión arterial se sitúa en un 17,5%, una cifra que no es muy elevada pero que contrasta con el 4% que tenían los indígenas xavantes en un estudio realizado en la década de 1960.
El caso de los xavantes no es único. Amaury Dal Fabbro ha estudiado también a los japoneses emigrados a Brasil y los resultados son muy similares al de los indígenas. “Estos dos grupos étnicos tenían una prevalencia muy baja de la diabetes mientras se alimentaron de acuerdo con su modo de vida tradicional, pero tras el contacto con la cultura occidental comenzaron a cambiar sus hábitos y a mostrar índices más altos”, apunta el investigador, que trata de investigar cómo el cambio en el estilo de vida provoca este efecto y cuál es la base genética que contribuye a que suceda.
Hasta hace pocas décadas, los xavantes eran nómadas, se movían por las grandes extensiones del Cerrado, una amplia región ecológica de sabana tropical del Mato Grosso, y vivían de la recolección de frutos y de la caza. Sin embargo, poco a poco estas áreas fueron ocupadas por la agricultura moderna —sobre todo con la plantación de soya—, por la crianza de ganado y por el surgimiento de nuevas ciudades. Esto ha provocado un contacto directo entre los indígenas y la cultura occidental, la sustitución de los alimentos tradicionales, una disminución de su actividad física y la adopción de un estilo de vida ajeno a su cultura ancestral.
Labor urgente de prevención
Con este panorama, las enfermedades crónicas pueden aumentar. Por eso, la principal utilidad de este estudio es alertar sobre la necesidad de realizar acciones preventivas.
De hecho, a la vista de los resultados, ya se están realizando múltiples acciones de educación para la salud, que incluyen un video narrado en idioma xavante en el que los investigadores hablan acerca de la diabetes, de la comida tradicional de los indios y de estilos de vida saludables.
“Los profesionales de la salud que atienden a los pueblos indígenas ya están siendo advertidos acerca de la diabetes mellitus y de la obesidad y tienen fármacos disponibles en las aldeas”, indica Amaury Dal Fabbro.
Además, los investigadores están muy interesados en realizar un seguimiento de la salud de estos pueblos a lo largo del tiempo, de manera que su objetivo a partir de ahora será comprobar las posibles complicaciones que se asocian a la diabetes y mejorar el trabajo de asistencia y prevención.
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