martes, 11 de abril de 2017

Chamanes bolivianos, pieza clave para hallar a turista chileno

Espíritu DE LA SELVA

INCREÍBLE HISTORIA

Rómulo y Tiburcia son dos chamanes de Rurrenabaque que trabajaron intensamente en complejos rituales de ofrenda a la Pachamama y así poder salvar el espíritu del turista atrapado por un “duende” en el bosque. Después de que la Madre TIerra aceptará los rituales Maykool fue encontrado por un grupo de guardaparques y pudo volver a reintegrarse con su familia.

En la Amazonía boliviana, donde los ríos corren a través del terreno montañoso y un espeso manto de niebla se arrastra por los árboles, los lugareños creen que la selva puede tragar a una persona en un segundo. Sin embargo, para los turistas que visitan el Parque Nacional Madidi es simplemente una excursión, que no representa peligro porque al parecer será una gran aventura, más aún cuando varias agencias de viaje, con sede en Rurrenabaque, prometen seguridad. Por este motivo, ellos se animan a vivir esta experiencia.

Los habitsntes saben que el Madidi no es inmune a los accidentes o muertes por turismo; pero, es poco común que alguien se pierda. Es por eso que la noticia de un extraviado causó sorpresa en los guardabosques.

Se trataba de un chileno de 25 años, Maykool Coroseo Acuña, que era parte del grupo de turistas de la agencia “Aventuras de Max”, quien fue visto por última vez sentado en las gradas de su cabaña.

El director del Parque, Marcos Uzquiano, señaló que la desaparición de Maykool le recordaba un caso ocurrido en 1981, cuando un israelí, Yossi Ghinsberg, fue engañado por un compañero de viaje y abandonado en la selva boliviana durante tres semanas.

Los ansiosos guardabosques salieron inmediatamente río arriba en un barco para ingresar en la espesura de la selva. Horas más tarde, llegaron a las cabañas de “Aventuras de Max”, una pintoresca zona de cabañas rústicas, hamacas, comedor en el patio. El dueño de la agencia, Feizar Nava, los saludó y les narró lo que había sucedido.

Extraña desaparición

Después de que el grupo entrara en la selva con los guías, Maykool retornó a las cabañas visiblemente emocionado. "Estaba actuando un poco extraño", relató Feizar. "Su rostro apenas parecía normal".

Posteriormente Feizar invitó a los turistas a participar de una ceremonia en la cual se pedía permiso a la Pachamama para ingresar en el bosque, una tradición que se realiza con hojas de coca, velas y cigarrillos.

Maykool se negó a participar de la ceremonia junto con el grupo y retornó a la cabaña. Cinco minutos después fueron a revisar pero ya no lo hallaron, por lo cual empezaron a buscar por todos los ambientes. Al confirmar que él no estaba allí acudieron a las autoridades del Parque.

“El grupo salió al bosque con linternas. Lo buscamos hasta las cinco de la mañana, sin ningún resultado. Maykool parecía haber desaparecido” afirmó Feizar, quien mencionó que esto podía ser un castigo de la Pachamama, puesto que él no participó de la ceremonia.

En las tierras bajas de Bolivia, la gente ve el bosque como un lugar poderoso, lleno de místicas entidades del bien y del mal; por lo que la Pachamama podría enloquecer a cualquiera, ayudado por un espíritu travieso que esconde a sus víctimas en otra dimensión.

Estas creencias son tan arraigadas en los lugareños que incluso lo toman con ley. "Yo y mis guardaparques creemos que el duende es real y es posible que Maykool fuera tomado por él", mencionó el director del Madidi.

La batalla de los Chamanes

Desesperado por la situación, uno de los guías de Feizar llamó a dos chamanes conocidos, Rómulo y su esposa Tiburcia, y les pidió traer de vuelta a Maykool.

Los espiritistas llegaron a las cabañas con cigarrillos, latas de cerveza, hojas de coca, botellas de vino, velas y una gran cruz de madera, todos los materiales que necesitarían para romper el dominio espiritual.

Los habitantes creían que el duende había aprovechado la energía de Mapajo, -un espíritu poderoso árbol-, para ocultar al turista. "Él está muy lejos, en un lugar que no podemos alcanzar," dijeron los curanderos; por ello comenzaron a realizar los complejos rituales. Finalmente serían capaces de hallar el alma del Maykool en esta dimensión. Solo entonces se volvería a encontrar al turista en el bosque.

La familia de Maykool -su padre, madrastra y hermana- llegaron de Chile una vez que escucharon la noticia y así comenzaron a coordinar con el equipo de rescate, quienes decidieron buscar por toda el área.

Durante los siguientes siete días los guías buscaron entre ocho a diez horas diariamente. Cada jornada en una sección diferente de la selva... sin hallarlo; los experimentados guardaparques no podían creer que no habían encontrado una sola evidencia. "En veinte años, no hemos experimentado algo como esto", manifestó uno de ellos; mientras Rómulo y Tiburcia trabajaban hasta el amanecer haciendo los rituales de pago para la Pachamama.

Los días pasaban y la fe se estaba perdiendo entre el equipo de búsqueda y los familiares. Sin embargo, a los seis días uno de los guardabosques encontró un calcetín solitario en el barro. Cuando fue llevado de vuelta a la familia, la madrastra de Maykool confirmó que esa prenda pertenecía a su hijastro, eso les dió esperanza, pero también sabían que se estaban quedando sin tiempo. Maykool ya había pasado una semana en la selva con muy poca comida o agua, y no estaban seguros de cuánto tiempo lo haría sobrevivir.

Para los chamanes, ese hallazgo cambió todo ya que fue una ventana para dar con el alma del turista perdido y después de dos noches sin dormir y muchas oraciones a la Madre Tierra, Romulo y Tiburcia afirmaron que los pagos habían sido aceptados y que ellos fueron capaces de hacer contacto con alma de Maykool. "El calcetín nos ayudó mucho y fue más fácil llegar a él. Su liberación ha comenzado”, afirmó el chamán.

Un sorprendente avance

A la mañana siguiente, dos guarda parques llegaron por el río gritando que lo habían encontrado. Nadie podía creerlo.

Maykool, después de sobrevivir nueve días en la selva, finalmente había sido hallado a menos de un kilómetro y medio de distancia del campamento de “Aventuras de Max”.

Rocío, su hermana, que había estado buscando con Feizar escuchó los gritos y rompió a correr, para encontrarlo al pie de los árboles, sosteniendo un bastón grande. "No estaba segura si mi hermano iba a reconocerme", señaló.

El turista se encontraba muy débil; ya que los nueve días en la selva lo habían dejado deshidratado, su piel lastimada por las picaduras, los pies y tobillos hinchados, pero su mente estaba muy bien. "quiero una gaseosa," bromeó.

Rápidamente fue llevado de vuelta al campamento, donde fue recibido entre lágrimas y gritos de júbilo.

Feizar se mostró especialmente emotivo, sollozando y abrazando al padre de Maykool. Los guardaparques llevaron al turista hasta una hamaca, y todos se reunieron a su alrededor para escuchar su historia de supervivencia.

El turista afirmó que nunca fue capaz de encontrar el río y que increíblemente pudo sobrevivir siguiendo a un grupo de monos, que ellos lo guiaron hasta un refugio y le llevaban fruta y agua cada día. Aun así los mosquitos se lo estaban comiendo vivo y estaba comenzando a morir de hambre, por lo que la situación era cada vez más desesperante. "De rodillas le hice una promesa a Dios y le pedí con mi corazónque me sacara de allí", dijo Maykool.

Datos curiosos

Maykool reveló que la noche que desapareció, extrañamente comenzó a sentir el terrible impulso de salir de la selva, por lo que empezó a correr.

En su camino tiró su teléfono celular y su linterna; de repente se detuvo, recuperó la cordura y se sentó debajo de un árbol y comenzó a pensar en lo que había hecho, pero cuando quiso regresar ya no pudo.

Sus salvadores aseguran que Maykool estaba bajo el embrujo del Duende, quien lo volvió loco y lo engañó, llevándolo a otra dimensión, versión que es corroborada por los chamanes, quienes afirman que su comportamiento se ajusta a todas las señales.

Aunque Maykool insiste en que no ocurrió de esa manera. Él no cree en el chamanismo o las culturas de las tierras bajas bolivianas, solo en Dios y aunque no está completamente seguro lo que le ocurrió esa noche, su experiencia de la cercana muerte en la selva es algo que él nunca olvidará.

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