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lunes, 1 de febrero de 2016

Los afrodescedientes buscan revitalizar y difundir su cultura

Con el objetivo de rescatar y revalorizar a este pueblo, el pasado martes se llevó a cabo el taller “Ganyingo Revitalizando la cultura AfroBoliviana”, en el que participaron varios intelectuales y artistas oriundos de distintas poblaciones de los Yungas de La Paz. El curso se realizó con el apoyo de la Fundación para el Periodismo y el Fondo del Embajador para la Preservación Cultural de los Estados Unidos.
El primer expositor fue el historiador afrodescendiente Juan Angola Maconde, quien hizo un recorrido por los hitos que marcaron la llegada a América de pobladores del África, especialmente de la región subsahariana de ese continente, secuestrados por los tratantes de esclavos de España, Portugal, Inglaterra y Holanda para llevarlos a trabajar a las minas de Potosí a principios del siglo XVII.
Apenas llegaban a suelo sudamericano eran llevados a los Yungas de La Paz para aclimatarlos y posteriormente eran llevados a marchas forzadas hacia las minas donde, por las bajas temperaturas y la altura, su esperanza de vida no era mucha y morían, por lo que sus propietarios se dieron cuenta que era más caro traerlos y por lo tanto empezaron a prescindir de ellos.
Los que sobrevivieron retornaron al lugar a donde habían llegado, los Yungas, y allí empezaron formar las comunidades que actualmente existen. Con el correr del tiempo, por la influencia del quechua, aymara y el castellano, dejaron de hablar los dialectos de su lugar de origen y formaron un lenguaje muy particular.

El habla
A su turno, el lingüista Raymundo Nova presentó el libro de su autoría “Gramática del lenguaje afroboliviano” y explicó que en el texto demuestra que ellos poseen un idioma y no un dialecto, o “como muchos piensan, que es un español mal hablado”. Detalló que muchas de las palabras del español provienen de términos que les pertenecen como zamba, ñeque, ladino, etc.
Otra de las expositoras fue Carmen Angola, la primera fotógrafa afrodescendiente, miembro del Club Internacional de Fotógrafos con Altura, participó en más de 10 exposiciones colectivas con diferentes temáticas y en las que destacan las imágenes del pueblo de donde proviene. Sus trabajos se caracterizan por el uso de papel sepia para las fotografías en blanco y negro de rostros.
Explicó que actualmente trabaja con niños y niñas de las comunidades yungueñas con fuerte presencia afroboliviana a quienes les enseña fotografía para inculcarles el rescate y perduración de los saberes de su pueblo, sus ancestros, que expresen desde su mirada su sentir sobre ellos mismos, además de contribuir al desarrollo de sus habilidades.
Sharon Pérez es una artista plástica que nació en La Paz, su padre era de Chicaloma y la madre aymara. Contó que hasta muy joven no se reconocía como afrodescendiente y recién cuando ingresó a la Universidad Mayor de San Andrés se interesó en el arte africano y a partir de ese hecho se involucró más en conocer sus raíces.
Los últimos ocho años se dedicó a rescatar sus orígenes, descubrió que tiene familiares en los Yungas, La Paz y Cochabamba, y se dio cuenta que el arte que practica le ayudó a reconstruir su historia personal. Pinta sobre puertas y ventanas que dejaron de usarse, utiliza una técnica mixta con latones y busca que sus obras reflejen el color de la piel. El templo de Coripata tiene un San Martín de Porres pintado por ella.



El habla afroyungueña promete variedades

Según John Lipski, el estudio de los enclaves lingüísticos afrohispánicos promete arrojar luz sobre las variedades dialectales habladas por los descendientes en las colonias hispanoamericanas, pero hoy en día sólo quedan restos muy diluidos de lo que pueden haber sido auténticos dialectos estructurados. El caso más extraordinario de retención de elementos se da en una región poco mencionada en el contexto de la lingüística afroamericana, Bolivia.

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