Federico Chiponavi camina en medio de su parcela. Todo es lodo, agua y desgracia. Todavía se ven los restos de árboles quemados que recuerdan la tragedia que sufrió en 2023 la comunidad Tres Hermanos, en el municipio de San Buenaventura, en La Paz. Federico y otras 26 familias hicieron lo posible para reinventarse y lograban levantarse, pero ahora las inundaciones afectan su territorio.
Tres Hermanos es una de las 20 comunidades indígenas que conforman la TCO Tacana I. Esta comunidad tacana fue fundada en 1991 por los hermanos Chipunavi. Actualmente, son 23 familias que viven de la agricultura. Cosechan maíz, arroz, plátano, yuca, cítricos, café y cacao. La pesca, depende de la época, es también un sustento, aunque ahora sus arroyos y sus ríos están contaminados por los químicos que bota la empresa azucarera estatal de San Buenaventura.
También se dedican al aprovechamiento forestal y tienen emprendimientos propios. Cuentan con una pequeña escuela, una capilla y el taller del emprendimiento, donde las mujeres hacen jabones medicinales.
“El 2023 los incendios afectaron mucho a nuestra comunidad. Se quemaron varias parcelas y nuestra producción estaba afectada. El fuego por suerte no llegó a las casas de la comunidad, pero estábamos aislados. Hoy pasa algo similar, pero esta vez con el agua. Las inundaciones están dañando nuestras plantaciones. Yo puse café para poder cosechar, pero la mayoría de las plantas ahora están afectadas por el agua. El plátano igual ya no sirve, se está pudriendo todo”, lamenta Federico.
El 21 de octubre de 2023, comunidades del norte paceño denunciaron el inicio de incendios forestales; sin embargo, el Gobierno hizo caso omiso a estas alertas. Cerca de 40.000 hectáreas de tierras indígenas se vieron afectadas. Estas comunidades se encuentran cerca del Parque Nacional Madidi y de la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Pilón Lajas.
Inundaciones Pérdidas por el fuego
La comunidad de Tres Hermanos fue una de las más golpeadas por los incendios, perdiendo aproximadamente el 40 % de su territorio. Las mujeres vieron malograrse la mitad de su área de producción de jabones. Este emprendimiento, iniciado a principios de 2023, representaba una alternativa económica importante para la comunidad, y su pérdida ha tenido un fuerte impacto.
Diego Chiponavi es el corregidor de la comunidad Tres Hermanos. La autoridad indígena relata que pudieron “reinventarse” tras los incendios de 2023 con ayuda de algunas instituciones, como Practical Action, que ejecutó planes para reactivar la producción y la rehabilitación de sistemas de agua. El corregidor explica que luego de los incendios se cultivaron diferentes tipos de productos, como el café y el cacao como una medida económica sostenible.
“Intentamos salir adelante con nuestros cultivos. Ya nos habíamos recuperado de los incendios, ya que en 2024 por suerte los incendios no llegaron a nuestra comunidad con fuerza. Pero ahora estamos sufriendo por las inundaciones. Las aguas del río y de los arroyos llegaron a nuestros cultivos y dañaron la producción. Ahora estamos muy perjudicados, ya que muchos productos se pudrieron”, relata Chiponavi.
Hoy Tres Hermanos está aislada. Los dos puentes que tienen en su camino que va a San Buenaventura están destruidos. Las aguas derribaron esas conexiones, pero también hay problemas en sus caminos internos. El agua llegaba la semana pasada a medio cuerpo y era imposible llegar a algunos cultivos. En el recorrido las plantaciones están caídas, hay mucho barro y las lluvias continuaban.
La historia de la comunidad Puerto Yumani, de la etnia tacana y que pertenece al municipio de Rurrenabaque, también está enfocada por las desgracias ambientales. Esta localidad, después de las inundaciones de 2015, decidió fortalecerse ante los eventos adversos del clima. Cada año sufren por las inundaciones y aunque hasta el momento no han tenido pérdidas humanas, han perdido sus sembradíos y animales. Por eso, en junio de 2023 construyeron un albergue en la altura. Esta localidad está a 274 metros sobre el nivel del mar y la infraestructura construida está cinco metros arriba del suelo.
Practical Action y la Alcaldía de Rurrenabaque dieron los recursos para los materiales y la comunidad puso la mano de obra. La construcción es conocida como el “Arca de Puerto Yumani” y su objetivo es poner a salvo a las 24 familias de la comunidad en caso de una nueva inundación, como la que los golpeó a inicios de 2015. Ese desastre natural los encontró muy vulnerables y les dejó hambre y enfermedades.
Lo que ahora se ve afectada son sus plantaciones. Grover Yumani, corregidor de esta comunidad indígena, relata que ese albergue es utilizado porque las aguas llegaron a esta localidad afectando plantaciones y viviendas. Yumani incluso dijo que las clases se suspendieron.
“Yo tenía 15 años cuando sufrimos la inundación de 2015. Lo recuerdo y fue muy lamentable. El agua llegó a varias viviendas y perjudicó los cultivos. Ahora las lluvias están fuertes y tememos que pase lo mismo. Pedimos ayuda para evitar desgracias”, dijo Yumani.
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