El Rey Afroboliviano ayuda a dar soluciones

ANGÉLICA LARREA, esposa del primer Rey Afroboliviano, Julio Pinedo

Ex subalcaldesa del municipio de Mururuta de los Yungas, de La Paz

Según la Primera Dama del pueblo afroboliviano, el monarca contribuye a la convivencia pacífica de los habitantes de la comunidad. No obstante, señala que él no tiene ningún apoyo para su reinado.

Sé que su papá, don Bonifacio era Rey; el linaje llegó hasta acá. Conozco que su abuelo fue Rey y que en las fiestas de Pascua se coronaban a los reyes. (Angélica Larrea)

ANA MALDONADO

Cambio

Tras presenciar la coronación del primer Rey Afroboliviano hace 4 años, Angélica Larrea de Pinedo, esposa del monarca, no deja de sentir orgullo y admiración por su esposo y la comunidad de Mururata (Yungas), a la que representa. También destaca la fuerza de su gente por lograr nuevos retos. Con la experiencia que delatan sus canas y matizan la sabiduría que irradia, la aún Primera Dama del pueblo afroboliviano comentó sobre el hombre, el descendiente de la realeza, el primer Rey Afroboliviano, Julio Pinedo. El Primer Congreso Nacional del Pueblo Afroboliviano, realizado en la ciudad de La Paz, fue el lugar de encuentro de la esposa del monarca y Cambio. Larrea dijo que el Rey no vino al evento por una afección gripal.

—¿Cómo se llama y qué nos puede contar sobre su esposo el Rey?

—Me llamo Angélica Larrea de Pinedo, vengo de Mururata, soy la esposa del Rey Afroboliviano, don Julio Pinedo, descendiente del Rey Bonifacio Pinedo, el anterior rey y es que desde 1992 ejerce el cargo de Rey en la comunidad de Mururata y es reconocido a nivel internacional desde 2007.

—¿Qué sentimiento siente al ser esposa de un Rey?

—Yo me siento orgullosa de ser la esposa del Rey. Además uno no sabe, porque yo me casé y aunque sabía que su abuelo era un Rey. Cuando me casé yo nunca imaginé ser la esposa de un descendiente.

—¿Qué significa para usted que su esposo sea Rey?

—Significa que es una autoridad máxima y porque desde sus ancestros tiene un linaje real y significa una gran autoridad.

—¿Cuáles son las funciones del reinado de su esposo?

—Él observa las necesidades de las comunidades y busca solucionar las necesidades de las comunidades, no tenemos apoyo de alguna institución para que él pueda hacer algo por los afrobolivianos.

—¿Cómo es un día del Rey?

—Bueno, los afrodescendientes recurren a él, así como los aymaras, porque así evita cualquier problema dentro de la comunidad y por eso le apoyo; también les damos consejos. Por ejemplo, si hay algún problema o pelea, tenemos que intervenir y decir que no se peleen porque las cosas no se arreglan de esa forma.

—En su calidad de esposa del Rey ¿conoce a los ancestros de su esposo?

—Sé que sus papás, cómo don Bonifacio era Rey, el linaje llegó hasta acá. Conozco que su abuelo fue Rey y que en las fiestas de Pascua se coronaban a los reyes. En Mururata lo hacían en la casa de hacienda y don Bonifacio se ponía la corona y lo llevaban los niños agarrándole de la ropa y como regalaba monedas, los niños lo recogían.

—¿Cómo es el Rey como esposo?

—Es muy bueno y se lleva bien con todos, es responsable.

—¿Cuántos hijos tiene?

—Uno. Se llama Rolando Pinedo Larrea, tiene 17 años de edad y estudia en colegio Franz Tamayo de Mururata. Este año sale bachiller y ya le estamos preparando para que asuma su cargo con responsabilidad.

—¿Qué opina su hijo sobre el linaje real de la familia?

—Se siente feliz porque la gente le dice: El príncipe.

—¿Cuántos años tiene el Rey?

—Tiene 68 años. Nació el 19 de febrero de 1942. Lo conocí cuando tenía 18 años y él tenía casi 20 años. Nos casamos el 26 de julio de 1966. Ya nos estamos acercando a cumplir nuestras Bodas de Oro.

—¿Dónde se conocieron?

—En Coroico (se sonroja) y nuestras casas eran distanciadas. Yo vivía en Santa Ana, eso es al frente, y él venía en camión, sólo para que nos encontráramos.

—¿Según pudimos indagar, en su comunidad le dicen tía, ¿por qué? .

—Me siento feliz porque me dicen tía, es una forma de respeto a los mayores. Es una forma de respeto entre la comunidad.

—¿A qué se debe la ausencia del Rey Julio Pinedo en el Congreso?

—Se sentía enfermo. Tiene resfrío y es por eso que yo lo estoy representando.

—¿Qué nos puede decir de su familia?

—Ellos migraron a la frontera de Brasil, Santa Cruz y Cochabamba.

—Como originaria de los Yungas, ¿nos puede mencionar cuáles son las costumbres de su pueblo?

—La costumbre que tenemos es bailar la saya, es una forma de reunirnos y compartir. Los jóvenes se organizaron y casi siempre bailamos en Pascua, en la fiesta de San Benito. También lo hacemos en la festividad de San Santiago de Munaypata.

—¿A qué se dedica usted en la comunidad de Mururata?

—En realidad es que como el Rey no tiene apoyo de ninguna otra institución, ni autoridades, nosotros vivimos con nuestros trabajos. Practicamos la agricultura, cosechamos naranja, plátano, mandarina, entre otros frutales, pero lo que más nos sostiene es la cosecha de la coca, porque lo demás sólo se puede cosechar un año a la vez.

—¿Usted habla el idioma aymara?

—Entiendo aymara, pero no hablo y en mi comunidad son pocos los que entienden.

—Por su condición de Reyna del pueblo afroboliviano y su experiencia, ¿cómo ve a la nueva generación?

—Es una felicidad que algunos jóvenes ya están saliendo profesionales y ya no se van a dedicar a la agricultura. Estoy orgullosa porque cambiarán su vida común a una vida profesional, porque nosotros, los padres, sólo estudiamos el nivel básico.

—¿Usted ocupó algún cargo en su comunidad aparte de su reinado?

—He salido adelante y fui autoridad en mi pueblo, estaba como subalcalde del cantón Mururata. Siempre me dicen tía continúe trabajando por las necesidades del pueblo, pero ahora que estoy como reina, estoy atenta a la ejecución de algunos trabajos en la comunidad y para buscar fondos.

—El Rey ¿interpreta algún instrumento musical?

—Le gusta tocar la guitarra y baila saya. (danza tradicional de los afrobolivianos).

—¿Qué le atrajo a usted de Julio Pinedo para enamorarse y luego casarse?

—Era guapo y su carácter es bueno, pero es de poco hablar.

—¿Qué es lo que más le preocupa sobre el reinado de su esposo?

—Me preocupa que su trabajo siga sin apoyo y que él siga trabajando sólo.