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viernes, 30 de junio de 2017

Jacilda: llevar la voz de la mujer Weenhayek es un gran desafío



“Perder el miedo a hablar en público”, es uno de los logros que llevó a una mujer weenhayek, Jacilda Paredes, a ser una de las líderes de su comunidad y representante en la Organización de Capitanías (Orcaweta).

Tras seis años de participar en seminarios, talleres, cursos y charlas, considera que su mayor desafío es hacer prevalecer los derechos de las mujeres indígenas.
Paredes visitó la ciudad de Tarija para participar del taller “Nuevos Horizontes para un liderazgo y participación política efectiva de las mujeres”. Éste se desarrolló entre el 16 y 17 de junio, bajo la organización de la Coordinadora de la Mujer, a través de las instituciones afiliadas en Tarija como Mujeres en Acción, el Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (Ecam) y el Centro de Capacitación e Investigación de la Mujer Campesina de Tarija (CCIMCAT).
El taller que congregó a 30 mujeres de todo el departamento se desarrolló con el objetivo de fortalecer los conocimientos y destrezas, identificar las desigualdades e inequidades existentes hacia la mujer y comenzar a cuestionar para emprender un camino hacia su propia autonomía.
Jacilda, en entrevista con El País eN, reconoce que no es fácil ser líder en su comunidad donde los hombres generalmente tienen un rol protagónico en la toma de decisiones; sin embargo supo sobreponer su liderazgo y ahora representa a las mujeres weenhayek en diferentes eventos, talleres, seminarios y encuentros que se realizan a nivel local, nacional e internacional.
Si bien, el pueblo Weenhayek está reconocido en la Constitución Política del Estado y las normas regionales, Paredes indicó que un tema pendiente en las comunidades es el acceso al agua, educación y un mejor servicio de salud.
El pueblo Weenhayek habita en los márgenes del río Pilcomayo, en el municipio de Villa Montes, cuenta con 5.000 habitantes, su principal sustento es la pesca, la artesanía de palma y en los últimos años algunas familias comenzaron a emprender en la agricultura para subsistir.
El País eN (EP).- ¿Cuándo empezó a participar en talleres y cursos para mujeres líderes?
Jacilda Paredes (JP): Empecé en año el año 2010, fue el CCIMCAT que me invitó a participar en un taller sobre la mujer, desde entonces venimos luchando por hacer respetar nuestros derechos como mujeres. También hice propuestas a las instituciones de Villa Montes para mejorar nuestras comunidades Weenhayek, pero también hicimos protestas cuando no se respeta a las comunidades indígenas.
La primera vez que participé de un taller del CCIMCAT, no podía ni hablar, tenía temor de hablar, pero gracias a ellos que nos invitan a participar de capacitaciones ahora podemos expresarnos. Yo no soy la única líder mujer Weehanyek, somos varias las que participamos en talleres de capacitación. Ahora estoy participando de este taller de liderazgo en donde se aprende muchas cosas, muchas veces uno no entiende pero se aprende porque los capacitadores nos explican.
EP: ¿Qué responsabilidades tiene como mujer líder en su comunidad?
JP: Es un poco complicado, porque hay hombres que no aceptan que una mujer sea líder y dirija a la comunidad, que repliquemos las charlas a nuestras compañeras. Aun así nosotras seguimos luchando porque queremos que las mujeres también sean líderes y se las respeten, tenemos ese derecho, ésa es nuestra mayor responsabilidad, junto a las otras mujeres que participamos en estos cursos, siempre estamos llevando esas enseñanzas a las compañeras. También nos encargamos de la organización de las mujeres para hacer trabajos artesanales y participar en cursos y charlas.
EP: ¿Cómo fue que eligieron a Jacilda Paredes para que represente a la comunidad de Capirendita?
JP: A mí me buscaron del CCIMCAT la primera vez y así empecé a ser parte de los talleres, cursos, charlas y esas cosas que dan a las mujeres. Ahora soy la comunicadora de mi comunidad y como vivo más cerca de la ciudad de Villa Montes me llaman para participar en representación de la mujer. Hay otras mujeres como yo (líder y comunicadoras) en el pueblo weehanyek pero viven lejos y quizá no participan mucho de talleres de capacitación porque no entra la llamada al teléfono y muchas veces no se puede llegar a la ciudad.
EP: En seis años de participar en talleres, cursos y charlas ¿Cómo le ayudó a usted estas capacitaciones?
JP: Para mí es muy bueno porque me ha dado orientación, capacitación y ahora con la experiencia de estar en talleres y cursos he perdido el miedo a hablar en público y puedo decir que puedo defenderme como mujer y también exigir que se respete mis derechos y de las mujeres de mi comunidad. Aunque no ha sido fácil, yo no tenía confianza y muchas veces me quedaba callada por eso. Por ejemplo he aprendido mucho de las leyes, como participar en reuniones de forma activa, eso es muy bueno.
EP: ¿Qué es lo que más le gusta de ser parte de ese grupo de mujeres líderes del pueblo Weenhayek?
JP: Me gusta mucho aprender, conocer nuevas experiencias y esas cosas llevarlas a mi comunidad para socializar a las demás mujeres. Nosotras no tenemos muchas oportunidades de participar en talleres o charlas sobre estos temas de líderes, de participación de la mujer y las leyes que nos benefician. Aquí se aprende como hacernos escuchar y presentar propuestas para que las autoridades nos escuchen y atiendan nuestras necesidades. Además estamos más informadas sobre lo que podemos hacer como mujeres indígenas o campesinas.
EP: Ser líder la llevó a representar a la mujer Weenhayek ¿Cómo es esa experiencia?
JP: Con otras mujeres Weenhayek, guaranís y campesinas del Chaco he tenido la oportunidad de conocer otras ciudades de Bolivia como La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Sucre. También fui a Córdoba- Argentina, donde participé del Encuentro Trinacional de Mujeres, junto a otras 30 mujeres de todo el departamento de Tarija, ahí he podido aprender diferentes experiencias de otras mujeres como nosotras con diferentes necesidades. Y el año pasado fui a Asunción de Paraguay, donde compartí experiencias con otras mujeres guaraníes, hemos conocido nuevas personas que tienen similares necesidades que en Bolivia.
EP: ¿Su familia apoya su labor de mujer líder de su comunidad?
JP: Es un poco difícil salir de mi comunidad para participar de las capacitaciones, porque soy padre y madre en mi familia, tengo que apoyar a mis hermanos por ser hermana mayor, pero aun así se puede. Tengo tres hijos que ya son mayores de edad, ellos me apoyan y me incentivan a seguir participando de talleres por el bien de nuestro pueblo.
EP: ¿Qué le gustaría mejorar para las mujeres Weenhayek?
JP: Personalmente, quiero superarme un poco más para ayudar a mi pueblo. En mi comunidad y en otras comunidades weenhayek se necesita más apoyo de las autoridades para poder capacitarnos en otros temas como la familia, en salud y educación para nuestros hijos y mujeres jóvenes, son ellos los que más necesitan saber y conocer para poder trabajar.Las autoridades muchas veces dicen que nos dan apoyo, pero no llega a todas las familias por eso a veces se ha hecho bloqueos de caminos.
EP: ¿Cuál es la principal demanda que tiene el pueblo Weenhayek?
JP: Nosotros necesitamos más apoyo en agua para uso de la casa, sacamos agua de pozos por bombas, pero muchas veces eso (bombas) se arruina y nos quedamos sin agua para tomar por varios meses y como no podemos usar agua de los pozos buscamos de otros lugares. Otro tema que nos preocupa y pedimos que se mejore es la atención en salud. Si bien, tenemos centros de salud y los médicos van, faltan ambulancias para trasladar al enfermo a la ciudad. Las medicinas también son caras no podemos pagarlas, eso es una gran preocupación.
EP: ¿Qué propuestas ha logrado desarrollar como mujer líder para su comunidad y el pueblo Weenhayek?
JP: Un trabajo que se ha hecho es organizar la representación de la mujer para participar en talleres y seminarios, también hemos llevado propuestas a las autoridades de Villa Montes para que se atiendan a nuestras comunidades en temas de agua, salud, caminos y este año hicimos la representación para que nos ayuden con las inundaciones que se llevó los animales y casas en algunas comunidades. Como dirigente de mi comunidad recojo las sugerencias de otras mujeres y las hago conocer en los talleres que hay en otras ciudades.
EP: ¿Cómo ve la participación de la mujer Weenhayek en la tomar decisiones para sus comunidades?
EP: Si bien participamos en las reuniones de la Organización de Capitanías Weenhayek (Orcaweta) y nuestras comunidades, aun no tenemos representación de la mujer en la alcaldía, subgobernación y esas cosas de autoridades. Muchas veces no somos escuchadas, eso falta superar y hay que seguir trabajando para que respeten nuestro derecho que tenemos como mujeres de ser parte activa en la organización y actividades no sólo de las comunidades, sino también de otras instancias. Ahora se dice que la mujer y los indígenas son reconocidos en las leyes y esperamos que eso se cumpla, no sea sólo de palabra.
EP: ¿Cómo es el acceso al trabajo de las mujeres Weenhayek en instituciones públicas u otras instancias?
JP: Las mujeres weenhayek necesitan trabajar, pero no tenemos mucho acceso a las instituciones públicas. Nosotros vamos a tocar la puerta de las autoridades y no nos escuchan, aunque las anteriores autoridades de Villa Montes como alcalde y subgobernador si han recibido algunas mujeres indígenas, pero ahora ya no hay mujeres trabajando ahí. No sé, porque no quieren que una mujer weenhayek o guaraní trabaje en las instituciones, la mayoría prefiere a hombres.
EP: ¿Cuál es la principal fuente de ingreso de las mujeres en su comunidad?
JP: Las mujeres weenhayek viven de hacer sus artesanías de palma, aunque hay muy poca venta para nuestras manualidades. Si se vende, es a muy bajo precio por ejemplo un bolso se vende por 20 bolivianos, las artesanías a 10 ó 15 bolivianos, así no alcanza para sustentarse. Todo lo que hacemos lo vendemos en el mercado de Villa Montes, no hay apoyo de las instituciones para vender nuestras artesanías en otras ciudades.
Hemos visto que llevan artesanías weenhayek a ferias, pero no es lo que hacemos en nuestras comunidades, sino es otra gente que ha sacado personería jurídica y en nombre de nosotros vende artesanías similares a las nuestras.
EP: ¿Cómo es el acceso a la información y el transporte en las comunidades?
JP: Las comunidades que están cercanas a la ciudad de Villa Montes podemos usar el teléfono para comunicarse con otros dirigentes y autoridades o cuando tenemos emergencias de salud, como cuando los niños se enferman, pero hay otras comunidades más alejadas donde no llega el servicio de teléfono y no queda más que caminar. Para salir de la comunidad a la ciudad caminamos, otros tienen bicicletas y en algunas zonas entran autos y micros.
EP: ¿Cuál es la situación actual del pueblo Weenhayek? ¿Cuántas familias conforma este pueblo indígena?
JP: Actualmente, nuestro pueblo todavía una parte vive de la pesca del río Pilcomayo, también vendemos artesanías y algunos tienen cultivos, otros tienen cabras, gallinas y chanchos que son más para sustento que para vender, pero los jóvenes se van a las ciudades a trabajar porque no hay oportunidades en nuestras comunidades.
Todo el pueblo Weenhayek debe ser alrededor de 5.000 familias en Villa Montes, son pocos, frente a los guaranís, pero tenemos nuestras organizaciones que nos representan.

Autoestima y leyes, temas pendientes con las mujeres

Si bien, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) como el Centro de Capacitación e Investigación de la Mujer Campesina de Tarija (CCIMCAT), ECAM y Mujeres en Acción, realizan capacitaciones constantes con ciertas herramientas para fortalecer el liderazgo de la mujer en el ejercicio de sus derechos en temas políticos y sociales, el desconocimiento de las normas vigentes que protegen a la mujer es una de las falencias que identifican algunas mujeres líderes que trabajan con este sector.
Fátima Gutiérrez, miembro del equipo de mujeres líderes del municipio de Yacuiba y que participa desde el año 2006 en talleres de capacitación a mujeres líderes que imparte el CCIMCAT, observó que aún se debe trabajar en el autoestima y el marco legal para lograr una mayor representación de la mujer en la toma de decisiones, cargos públicos y dirigenciales.
“En las comunidades rurales hay falencias: uno la autoestima, que se expresa en que las mujeres no quieren fácilmente asumir una responsabilidad, como ser dirigentes, o tener algún cargo; por otro lado, en el área urbana está la falta de conocimiento de las normativas que nos favorecen como mujeres”, explicó.
Gutiérrez, indicó que su motivación para capacitarse en temas referidos a género, le permitió adquirir herramientas para desenvolverse en diferentes espacios, aspecto que le permite defender los derechos de la mujer. “Estos espacios de capacitación nos llevan a exigir a las autoridades a tener incidencia para que algunas propuestas que nosotros presentemos como mujeres se hagan realidad y vayan en beneficio de las mujeres y la familia”, explica.
Empero, advierte que el rol del Estado es “muy débil” cuando se trata de capacitación a la mujer, por tanto, los espacios que ofrecen las ONG, como CCIMCAT, que tiene una presencia activa en el Chaco es un oportunidad para conocer sobre las normativas. “Sería interesante que tanto instituciones públicas como privadas, trabajen de forma conjunta para fortalecer a las mujeres en diferentes aspectos”, comenta.
Recuerda que desde que empezó a capacitarse en la temática, no sólo le sirvió en lo personal y profesional, sino que también replica lo que aprende a otras mujeres, “no es fácil trasladarse a los talleres, pero tengo la ventaja de poder llegar a los lugares y luego replicar lo que se aprende en las comunidades”, sostiene.
Gutiérrez destacó la importancia del último taller de capacitación del CCIMCAT, porque se refirió al tema del presupuesto y planificación de los Programas Operativos Anuales (POA) de los gobiernos municipales y el Gobierno departamental.
“El tema de políticas referidas a género es un tema muy importante porque nosotros como mujeres debemos conocer, cuánto del presupuesto se destina a las mujeres, en proyectos y cómo las mujeres estamos aportando a través de propuestas y proyectos para que ejecuten los gobiernos municipales y gobiernos departamentales”.
Por su parte, Elsa Galarza Montes, representante de la Asociación de Trabajadoras del Hogar 30 de marzo, indicó que se interesó en la formación de mujeres líderes, tras participar en diversas reuniones donde pudo evidenciar que muchas veces no se respeta los derechos de su sector.
Galarza que desde hace dos años participa en los talleres sobre mujeres líderes, dijo que es importante replicar los conocimientos, adquiridos con sus compañeras, tomando en cuenta que el mayor problema de las trabajadoras del hogar es el pago de su salario y beneficios sociales.
“Muchas veces ellas (las trabajadoras del hogar) sufren maltrato de sus empleadores y recurren a la Asociación, en esos casos me han servido mucho las capacitaciones que recibo de las instituciones que están trabajando con este tema de apoyar a las mujeres para que nosotras podamos fortalecernos más”, comentó.

Nombre
Jacilda Paredes
Lugar
Villa Montes
Nacimiento
Julio/Capirendita
Ocupación
Promotora social
Líder weehanyek

Madre de tres hijos, Jacilda desde hace seis años participa de forma activa en talleres, charlas, encuentros y cursos de capacitación sobre los derechos de las mujeres. Su desempeño como líder indígena la llevó a conocer varias ciudades capitales de Bolivia e incluso representar a la mujer Weenhayek en eventos internacionales como en Paraguay y Argentina. Paredes cursó la primaria en su comunidad, no tuvo la oportunidad de seguir con los estudios.

“Es un poco complicado, porque hay hombres que no aceptan que una mujer sea líder y dirija a la comunidad, que repliquemos las charlas a nuestras compañeras”

“Personalmente, quiero superarme un poco más para ayudar a mi pueblo. En mi comunidad y en otras comunidades Weenhayek se necesita más apoyo de las autoridades”
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