El referendo, que el Gobierno de la primera ministra Julia Gillard se comprometió a convocar antes de las elecciones de 2013, busca enmendar el preámbulo de la Constitución para que esta reconozca a los aborígenes como el primer pueblo de Australia.
La ministra de Asuntos Indígenas, Jenny Macklin, dijo a la cadena ABC que el aplazamiento de la votación se debe a la falta de apoyo por parte de la ciudadanía.
Macklin añadió que el Gobierno propondrá al Parlamento la aprobación, antes de fin de año, de una ley que haga este reconocimiento a los aborígenes de manera provisional.
Por su lado, la líder del Partido Verde, Christine Milne, admitió hoy a la cadena Sky News que "no sería una buena idea" someter a referendo este asunto en este momento.
Australia ha celebrado hasta la fecha 44 referendos pero solo ocho han tenido éxito, entro ellos, el que otorgó el derecho al voto a los aborígenes en 1967.
En 2008, el entonces primer ministro laborista, Kevin Rudd, se convirtió en el primer gobernante australiano en pedir perdón a los aborígenes por el caso de la llamada "generación robada", en el que unos 100.000 menores aborígenes fueron separados de sus familias entre 1910 y 1970.
La convocatoria de este referendo fue uno de los acuerdos que el Partido Laborista cerró con el Partido Verde y legisladores independientes para la formación del Gobierno que encabeza Gillard.
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